10
DE DICIEMBRE - SÁBADO
2ª
- SEMANA DE ADVIENTO
Nuestra
Señora de Loreto
Evangelio según san Mateo 17, 10-13
Al bajar del monte le preguntaron a Jesús
sus discípulos:
"¿Por qué dicen los letrados que primero
tiene que venir Elías?".
Él les contestó:
"Elías vendrá y lo
renovará todo. Pero os digo que Elías ya ha venido y no lo reconocieron, sino
que lo trataron a su antojo. Así también el Hijo del Hombre va a padecer a
manos de ellos'.
Entonces entendieron los discípulos que se refería a Juan Bautista.
1. Este relato es el final del episodio de la
Transfiguración. El monte del que bajan Jesús y los tres discípulos que lo
acompañaron, en aquella ocasión, es el monte donde Jesús se transfiguró (Mt 17,
1).
La
pregunta, que hacen los discípulos, es comprensible. Ellos han visto allí al
profeta Elías, junto a Jesús y a Moisés (Mt 17, 3). Pero, al final, se dieron
cuenta de que estaban solos ante
Jesús. Y oyeron la voz del
cielo que les mandó escuchar solo a Jesús (Mt 17, 5).
Por
eso se comprende la pregunta: ¿para qué
tiene que venir Elías?
Es
cierto que en MI 3, 23 se habla de una segunda venida de Elías. Pero, ¿era eso
suficiente, después de lo que habían visto y vivido en la transfiguración?
Por
eso los discípulos hacen la pregunta.
2. Jesús responde identificando a Elías con
Juan Bautista. En realidad, si Elías fue el primero de los grandes profetas de
Israel, Juan fue el último. Había, por tanto, paralelismo entre ambos.
Pero
Jesús fue más lejos en su respuesta.
Porque les vino a decir:
Elías (a quien tanto estimaban los israelitas) vino en el gran profeta que fue
Juan. Y, sin embargo, siendo el más grande de los profetas, "lo trataron a
su antojo". Es decir, lo trataron mal; o sea, lo trataron como
les convenía.
Sencillamente, porque lo abandonaron cuando Herodes lo metió en la cárcel y
allí lo asesinó. Nadie defendió a Juan. Nadie se puso de su parte.
Lo dejaron solo cuando más
necesitaba la solidaridad del pueblo.
3. Jesús deduce la consecuencia de lo dicho:
"Así también el Hijo del Hombre tendrá que sufrir en manos de ellos"
(Mt 17, 12-13). Jesús era realista y tenía los pies en el suelo. Jesús era
perfectamente consciente del final que le esperaba.
Todos sus éxitos y la enorme popularidad que llegó
a tener ante la gente, al final, a la hora de la verdad, todo terminaría en
soledad, desamparo y vacío. Porque así somos los mortales: nos entusiasmamos con el profeta mientras el
profeta nos dice lo que nos gusta oír. Pero el día que vemos que el profeta se mete
en líos -y nos puede meter a nosotros en los mismos líos- ese día abandonamos
al profeta, hasta llegar a ver un estorbo o incluso una amenaza en el profeta
del pueblo.
Este
evangelio da mucho que pensar sobre posturas que adoptamos con frecuencia para
no complicarnos la vida.
Nuestra
Señora de Loreto
Patrona de los
aviadores.
Loreto
significa: rodeado de árboles de laurel.
En
el norte de Italia hay un santuario mariano sumamente famoso, visitado
continuamente por millares de peregrinos. Se llama la Casita de Nazaret en
Loreto.
A
este santuario han ido en peregrinación famosos santos. Por ej. San Carlos
Borromeo, San Luis Gonzaga, Santa Teresita, San José Cupettino, San Juan Bosco,
los Pontífices Juan XXIII, Pablo VI, y Juan Pablo II, y muchos más. Es un
templo muy amado por los católicos de Europa.
Empezó
a existir este santuario cuando los Cruzados tomaron a Jerusalén y hacia el año
1200 empezaron a llevar a Italia materiales de la Tierra Santa para construir
una réplica o imitación de lo que pudo ser la casita de Jesús, José y María de
Nazaret.
Cuando
después de muchos viajes portando materiales lograron hacer una edificación
parecida a la que pudo habitar la Sagrada Familia, comenzaron a invitar a los
devotos a visitar aquel lugar sagrado y a honrar en él a la Madre de Dios.
Y,
como sucede en los santuarios de todo el mundo, comenzaron a obrarse allí
admirables milagros. Los santuarios son precisamente lugares donde Dios,
misteriosamente, sin saber por qué, concede impresionantes favores a los que
van allí a pedirle su ayuda. Quizás porque la fe del peregrino es muy viva y se
aumenta con el contagio del fervor de los demás orantes en ese lugar, en cada
santuario se consiguen gracias que en otras partes no se habían logrado
obtener. Y esto sucede en Loreto continuamente.
Algunos,
para darle más poesía a la existencia de la Casa de Loreto, llegaron a afirmar
que esa construcción había sido llevada por los ángeles, volando por los aires,
desde Nazaret. Por eso la Virgen de Loreto es Patrona de los aviadores. Esa
narración es sólo una bella leyenda, pero a la gente le gustó y algunos hasta
la creyeron.
Nosotros
al recordar hoy en esta fiesta la Vida de María, José y el Divino Niño en
Nazaret, nos alegramos de ser amigos y devotos de tan santas y amables
personas, y pedimos a Jesús, José y María que sigan bendiciendo cada día más y
más a nuestras familias y a nuestras casas. Quiera Dios que cada uno de
nuestros hogares sea una réplica o imitación fiel del santo Hogar de Nazaret.
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