8 de Agosto – Miercoles
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18ª – Semana del T. O. –
B –
Lectura del libro del profeta Jeremías (31,1-7):
En aquel
tiempo –oráculo del Señor–, seré el Dios de todas las tribus de Israel, y ellas
serán mi pueblo.
Así dice el Señor: Halló gracia en el desierto el pueblo
escapado de la espada; camina Israel a su descanso, el Señor se le apareció de
lejos. Con amor eterno te amé, por eso prolongué mi misericordia. Todavía te
construiré y serás reconstruida, Doncella de Israel; todavía te adornarás y
saldrás con panderos a bailar en corros; todavía plantarás viñas en los montes
de Samaría, y los que plantan cosecharán. «Es de día» gritarán los centinelas
en la montaña de Efraín:
«Levantaos y marchemos a Sión, al Señor nuestro Dios.» Porque
así dice el Señor: «Gritad de alegría por Jacob, regocijaos por el amor de los
pueblos; proclamad, alabad y decid: "El Señor ha salvado a su pueblo, al
resto de Israel."»
Palabra de Dios
Salmo: Jr 31,10-13
R/. El Señor nos guardará como pastor a su rebaño
Escuchen,
pueblos, la palabra del Señor,
anunciadla
en las islas remotas:
«El que
dispersó a Israel lo reunirá,
lo
guardará como pastor a su rebaño.» R/.
Porque el
Señor redimió a Jacob,
lo
rescató de una mano más fuerte.
Vendrán
con aclamaciones a la altura de Sión,
afluirán
hacia los bienes del Señor. R/.
Entonces
se alegrará la doncella en la danza,
gozarán
los jóvenes y los viejos;
convertiré
su tristeza en gozo,
los
alegraré y aliviaré sus penas. R/.
Lectura del santo Evangelio según san Mateo (15,21-28):
En aquel
tiempo, Jesús se marchó y se retiró al país de Tiro y Sidón. Entonces una mujer
cananea, saliendo de uno de aquellos lugares, se puso a gritarle:
«Ten compasión de mí, Señor, Hijo de David. Mi hija tiene un
demonio muy malo.»
Él no le respondió nada. Entonces los discípulos se le acercaron
a decirle:
«Atiéndela, que viene detrás gritando.»
Él les contestó:
«Sólo me han enviado a las ovejas descarriadas de Israel.»
Ella los alcanzó y se postró ante él, y le pidió: «Señor,
socórreme.»
Él le contestó:
«No está bien echar a los perros el pan de los hijos.»
Pero ella repuso:
«Tienes razón, Señor; pero también los perros se comen las
migajas que caen de la mesa de los amos.»
Jesús le respondió:
«Mujer, qué grande es tu fe: que se cumpla lo que deseas.»
En aquel momento quedó curada su hija.
Palabra del Señor
1. Ante este
relato, son muchas las personas que, de entrada, se sienten mal. Porque no es propio de una persona bien educada
responder a una mujer que pide ayuda, lo que dice este evangelio que respondió Jesús.
Por eso cabe preguntarse si efectivamente este episodio sucedió tal y como se
cuenta.
2. Para comprender
lo que este evangelio quiere enseñar, hay que tener presente que la mujer, que
acude a Jesús, era cananea. Es decir, era una mujer pagana. Esto supuesto, la clave de interpretación
del relato está en que primero hay un rechazo del paganismo (representado por
la mujer), y después hace un elogio de lo que antes se ha rechazado. Sucediera o no sucediera tal como se cuenta,
el hecho es que, en Jesús, se produce un cambio: el pasa del exclusivismo religioso a la
aceptación y el elogio de la fe de quien pertenece a otra religión.
3. Por
tanto, Jesús representa el fin del exclusivismo religioso. Que no solamente es la
aceptación de la tolerancia y el respeto a quien tiene otras creencias y otras
prácticas religiosas. Es, sobre todo, el elogio de quien, tenga creencias, que tenga,
tiene una profunda humanidad, que se manifiesta en el
cariño
a su hija, la preocupación por ella, la bondad del que soporta un rechazo
humillante y, sobre todo, la fe-confianza en Jesús, es decir, fiarse de quien puede
poner fin al sufrimiento. Jesús no le pidió a la mujer que cambiara religión. Jesús solo se fijó en la
humanidad de aquella madre.
Santo Domingo de Guzmán
Domingo de Guzmán dejó un testamento de paz, como herederos de lo que
fue la pasión de su vida: vivir con Cristo y aprender de Él la vida apostólica.
Configurarse con Cristo, esa fue la santidad de Domingo: su ardiente deseo que
la Luz de Cristo brillara para todos los hombres, su compasión por un mundo
sufriente llamado a nacer a su verdadera vida, su celo en servir a una Iglesia
que ensanchara su tienda hasta alcanzar las dimensiones del mundo.
Nacimiento
Nació en Caleruega (Burgos) en 1170, en el seno de una familia
profundamente creyente y muy encumbrada. Sus padres, don Félix de Guzmán y doña
Juana de Aza, parientes de reyes castellanos y de León, Aragón, Navarra y
Portugal, descendían de los condes-fundadores de Castilla. Tuvo dos hermanos,
Antonio y Manés.
Educación
Durante siete años fue educado por su tío el Arcipreste don Gonzalo
de Aza, hasta los catorce años en que fue a vivir a Palencia: seis cursos
estudiando Artes (Humanidades superiores y Filosofía); cuatro, Teología; y
otros cuatro como profesor del Estudio General de Palencia. Al terminar la
carrera de Artes en 1190, recibida la tonsura, se hizo Canónigo Regular en la
Catedral de Osma. Fue en el año 1191, ya en Palencia, cuando en un rasgo de
caridad heroica vende sus libros, para aliviar a los pobres del hambre que
asolaba España.
Santo Domingo vivió una época de cambio con numerosos desafíos a los
que intentó dar respuesta
Al finalizar
sus cuatro cursos de docencia y Magisterio universitario, con veintiocho años,
se recogió en su Cabildo, en el que enseguida, por sus relevantes cualidades
intelectuales y morales, el Obispo le encomienda la presidencia de la comunidad
de canónigos y del gobierno de la diócesis en calidad de Vicario General de la
misma.
Misión en el Langüedoc
En 1205, por encargo del Rey Alfonso VIII de Castilla, acompaña al
Obispo de Osma, Diego, como embajador extraordinario para concertar en la corte
danesa las bodas del príncipe Fernando. Con este motivo, tuvo que hacer nuevos
viajes, y en sus idas y venidas a través de Francia, conoció los estragos que
en las almas producía la herejía albigense. De acuerdo con el Papa Inocencio
III, en 1206, al terminar las embajadas, se estableció en el Langüedoc como
predicador de la verdad entre los cátaros. Rehúsa a los obispados de Conserans,
Béziers y Comminges, para los que había sido elegido canónicamente.
El origen de la Orden de Predicadores
Para remediar los males que la ignorancia religiosa producía en la
sociedad, en 1215 establece en Tolosa la primera casa de su Orden de
Predicadores, cedida a Domingo por Pedro Sella, quien con Tomás de Tolosa se
asocia a su obra. En 1215 asiste al Concilio de Letrán donde solicita la
aprobación de su Orden. Será un año después, el 22 de Diciembre de 1216, cuando
reciba del Papa Honorio III la Bula “Religiosam Vitam” por la que confirma la
Orden de Frailes Predicadores.
Al año siguiente retorna a Francia y en el mes de Agosto dispersa a
sus frailes, enviando cuatro a España y tres a París, decidiendo marchar él a
Roma. Meses después enviará los primeros Frailes a Bolonia.
Últimos años
En la Fiesta de Pentecostés de 1220 asiste al primer Capítulo General
de la Orden, celebrado en Bolonia. En él se redactan la segunda parte de las
Constituciones. Un año después, en el siguiente Capítulo celebrado también en
Bolonia, acordará la creación de ocho Provincias.
Con su Orden perfectamente estructurada y más de sesenta comunidades
en funcionamiento, agotado físicamente, tras breve enfermedad, murió el 6 de
agosto de 1221, a los cincuenta y un años, en el convento de Bolonia, donde sus
restos permanecen sepultados. En 1234, su gran amigo y admirador, el Papa
Gregorio IX, lo canonizó.
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