martes, 11 de junio de 2019

Párate un momento: El Evangelio del dia 12 de JUNIO – MIERCOLES – 10ª – SEMANA DEL T. O. – C – San Onofre de Egipto


  


12 de JUNIO – MIERCOLES –
10ª – SEMANA DEL T. O. – C –

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios (3,4-11):

Esta confianza con Dios la tenemos por Cristo. No es que por nosotros mismos estemos capacitados para apuntarnos algo, como realización nuestra; nuestra capacidad nos viene de Dios, que nos ha capacitado para ser ministros de una alianza nueva: no de código escrito, sino de espíritu; porque la ley escrita mata, el Espíritu da vida.
Aquel ministerio de muerte –letras grabadas en piedra– se inauguró con gloria; tanto que los israelitas no podían fijar la vista en el rostro de Moisés, por el resplandor de su rostro, caduco y todo como era. Pues con cuánta mayor razón el ministerio del Espíritu resplandecerá de gloria. Si el ministerio de la condena se hizo con resplandor, cuánto más resplandecerá el ministerio del perdón. El resplandor aquel ya no es resplandor, eclipsado por esta gloria incomparable. Si lo caduco tuvo su resplandor, figuraos cuál será el de lo permanente.

Palabra de Dios

Salmo: 98,5.6.7.8.9

R/. Santo eres, Señor, Dios nuestro
Ensalzad al Señor, Dios nuestro,
postraos ante el estrado de sus pies:
Él es santo. R/.
Moisés y Aarón con sus sacerdotes,
Samuel con los que invocan su nombre,
invocaban al Señor, y él respondía. R/.
Dios les hablaba desde la columna de nube;
oyeron sus mandatos y la ley que les dio. R/.
Señor, Dios nuestro, tú les respondías,
tú eras para ellos un Dios de perdón,
y un Dios vengador de sus maldades. R/.

Ensalzad al Señor, Dios nuestro;
postraos ante su monte santo:
Santo es el Señor, nuestro Dios. R/.

Lectura del santo evangelio según san Mateo (5,17-19):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«No creáis que he venido a abolir la Ley y los profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud.
Os aseguro que antes pasarán el cielo y la tierra que deje de cumplirse hasta la última letra o tilde de la Ley.
El que se salte uno solo de los preceptos menos importantes, y se lo enseñe así a los hombres será el menos importante en el reino de los cielos.
Pero quien los cumpla y enseñe será grande en el Reino de los Cielos.»

Palabra del Señor

1.   Se ha dicho -y conviene repetirlo- que este texto es uno de los más difíciles de interpretar adecuadamente en todo el Evangelio. Si Jesús asegura que no ha venido a "abolir la ley", - ¿cómo se explica que él mismo dejara de cumplirla tantas veces? - ¿Por qué tuvo Jesús continuos enfrentamientos con los doctores o   maestros de la ley? - ¿Qué explicación tienen los frecuentes conflictos que tuvo con los fariseos, que eran los que se consideraban como los más fieles observantes de la ley religiosa? - ¿Quién sacaba las cosas de quicio? - ¿Jesús o los dirigentes religiosos del judaísmo de entonces?

2.   A estas preguntas se puede   responder haciendo toda una serie de explicaciones históricas y de precisiones mentales.  Por ejemplo, la distinción, tan
repetida, entre la ley escrita (la Torá) y la ley oral, que era el conjunto de interpretaciones que los rabinos daban de la ley de Moisés.  Todo eso es verdad.  Y
es útil saberlo. Pero el fondo y la raíz del problema, que plantea aquí Jesús, se
refiere a algo mucho más profundo, que se debe tener muy claro.

3. Jesús dice que él vino al mundo para llevar la ley a su cumplimiento   pleno y su realización total, utilizando, para decir eso, el verbo griego pléroó, que
significar llenar o completar totalmente (H.  Hübner, G. Strecker). 
En Mt 3, 15 y 5, 17, Jesús quiere decir, ante todo, que hay que hace respetar la Ley y los Profetas. Pero Jesús va más lejos. Y nos vino a decir que es necesario modificar la ley mediante una conducta tan recta que, en ella, la justicia con todos hace que la cristología se unifica con la ética. Es decir, la vida que llevó Jesús se hace vida en nosotros.
En esto consiste la "plenitud de la ley". De esta manera, la mera observancia se traduce y se realiza en un proyecto de vida.
El proyecto que es el Evangelio.

San Onofre de Egipto

En Egipto, san Onofre, anacoreta, que en el amplio desierto llevó vida religiosa por espacio de sesenta años.

Vida de San Onofre de Egipto
Este santo muy honrado en la actualidad por los cristianos coptos. Se cree fue hijo de un rey egipcio o abisinio y que vivió en el siglo IV. El demonio instiga a su padre para que lo pase por el fuego como prueba de si era hijo bastardo. Onofre sale ileso. Fue criado en un convento de la tebaida egipcia (monjes que vivían en el desierto). Al crecer se aparta de él y vive como ermitaño. La leyenda cuenta que una columna de fuego lo acompañó hasta la ermita. Se alimenta con dátiles y agua. Se viste con sus propios cabellos. Un ángel le llevaba pan y los domingos la Eucaristía. Vivió de esta forma por 60 años. La leyenda agrega que al morir los ángeles le rindieron honores.

Oración a San Onofre de Egipto
Glorioso San Onofre, a quien he escogido por mi Patrono y Modelo particular, y en quien tengo absoluta confianza; concededme que yo experimente los saludables efectos de tu poderosa intercesión, para con Dios.
En tus manos deposito todas las necesidades y en particular, la que hoy pongo bajo tu protección. Alcanzadme pues, este favor, si me conviene, y todas las demás gracias necesarias para liberarme del pecado, y conseguir mi propia salvación, y aún mi santificación. Amén



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