jueves, 15 de agosto de 2019

Párate un momento: El Evangelio del dia 16 de AGOSTO – VIERNES – 19ª – SEMANA DEL T. O. – C – San Roque



16 de AGOSTO – VIERNES –
19ª – SEMANA DEL T. O. – C –
San Roque

Lectura del libro de Josué (24,1-13):

En aquellos días, Josué reunió a las tribus de Israel en Siquén. Convocó a los ancianos de Israel, a los cabezas de familia, jueces y alguaciles, y se presentaron ante el Señor.
Josué habló al pueblo:
«Así dice el Señor, Dios de Israel: "Al otro lado del río Éufrates vivieron antaño vuestros padres, Teraj, padre de Abrahán y de Najor, sirviendo a otros dioses. Tomé a Abrahán, vuestro padre, del otro lado del río, lo conduje por todo el país de Canaán y multipliqué su descendencia dándole a Isaac. A Isaac le di Jacob y Esaú. A Esaú le di en propiedad la montaña de Seír, mientras que Jacob y sus hijos bajaron a Egipto. Envié a Moisés y Aarón para castigar a Egipto con los portentos que hice, y después os saqué de allí. Saqué de Egipto a vuestros padres; y llegasteis al mar. Los egipcios persiguieron a vuestros padres con caballería y carros hasta el mar Rojo. Pero gritaron al Señor, y él puso una nube oscura entre vosotros y los egipcios; después desplomó sobre ellos el mar, anegándolos.
Vuestros ojos vieron lo que hice en Egipto. Después vivisteis en el desierto muchos años. Os llevé al país de los amorreos, que vivían en Transjordania; os atacaron, y os los entregué. Tomasteis posesión de sus tierras, y yo los exterminé ante vosotros. Entonces Balac, hijo de Sipor, rey de Moab, atacó a Israel; mandó llamar a Balaán, hijo de Beor, para que os maldijera; pero yo no quise oír a Balaán, que no tuvo más remedio que bendeciros, y os libré de sus manos. Pasasteis el Jordán y llegasteis a Jericó. Los jefes de Jericó os atacaron: los amorreos, fereceos, cananeos, hititas, guirgaseos, heveos y jebuseos; pero yo os los entregué; sembré el pánico ante vosotros, y expulsasteis a los dos reyes amorreos, no con tu espada ni con tu arco. Y os di una tierra por la que no habíais sudado, ciudades que no habíais construido, y en las que ahora vivís, viñedos y olivares que no habíais plantado, y de los que ahora coméis."»

Palabra de Dios

Salmo: 135,1-3.16-18.21-22.24

R./ Porque es eterna su misericordia

Dad gracias al Señor porque es bueno. R/.
Dad gracias al Dios de los dioses. R/.
Dad gracias al Señor de los señores. R/.
Guió por el desierto a su pueblo. R/.
Él hirió a reyes famosos. R/.
Dio muerte a reyes poderosos. R/.
Les dio su tierra en heredad. R/.
En heredad a Israel, su siervo. R/.
Y nos libró de nuestros opresores. R/.

Lectura del santo evangelio según san Mateo (19,3-12):

En aquel tiempo, se acercaron a Jesús unos fariseos y le preguntaron, para ponerlo a prueba:
«¿Es lícito a uno despedir a su mujer por cualquier motivo?»
Él les respondió:
«¿No habéis leído que el Creador, en el principio, los creó hombre y mujer, y dijo: "Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán los dos una sola carne"? De modo que ya no son dos, sino una sola carne. Pues lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre.»
Ellos insistieron:
«¿Y por qué mandó Moisés darle acta de repudio y divorciarse?»
Él les contestó:
«Por lo tercos que sois os permitió Moisés divorciaros de vuestras mujeres; pero, al principio, no era así.
Ahora os digo yo que, si uno se divorcia de su mujer –no hablo de impureza– y se casa con otra, comete adulterio.»
Los discípulos le replicaron:
«Si ésa es la situación del hombre con la mujer, no trae cuenta casarse.»
Pero él les dijo:
«No todos pueden con eso, sólo los que han recibido ese don.
Hay eunucos que salieron así del vientre de su madre, a otros los hicieron los hombres, y hay quienes se hacen eunucos por el reino de los cielos. El que pueda con esto, que lo haga.»

Palabra del Señor

1.  Lo que Jesús dice aquí suele utilizarse para defender la indisolubilidad del matrimonio y, por tanto, para rechazar el divorcio en cuanto que se considera una práctica prohibida por el Evangelio. Pero no se trata de eso.
Este evangelio no se refiere al divorcio, tal como nosotros lo entendemos.  La pregunta que los fariseos le hacen a Jesús se refiere al derecho unilateral que la ley de Moisés (Deut 24, 1) concedía a los maridos en el judaísmo.

2.  En tiempo de Jesús, el problema se había complicado. Porque había dos teorías teológicas que discutían sobre las condiciones, que se debían exigir, para que el marido pudiera repudiar a la esposa.
La escuela de Shammai era rigorista y solo permitía el repudio en caso de adulterio de la esposa.
Por el contrario, la escuela de Hillel era permisiva con el hombre y justificaba que el marido pudiera echar a la calle a su mujer por el simple hecho de que encontrara otra mujer que le gustara más (Billerbeck, I, 313 s).
Lo que daba pie a toda clase de abusos
de los hombres en su relación con las mujeres, siempre sometidas y calladas.

3.  Lo que los fariseos le preguntan a Jesús es si estaba de acuerdo con la teoría permisiva y machista de Hillel. Y eso es lo que Jesús niega.
Lo que, en definitiva, equivale a defender la igualdad de derechos del hombre y de la mujer. Y, al mismo tiempo, al decir eso, Jesús anuló la citada ley de Moisés, apelando al relato mítico de la creación (Gen 1, 27).
Jesús afirma que el amor humano une a las personas hasta fundirlas en "una sola carne", es decir, en una unidad que no permite desigualdades legales.
Sabemos que la Iglesia permitió el divorcio (en determinados casos) durante   siglos. El Decreto de Graciano (s. XI) recoge la respuesta que Gregorio II dio al obispo san Bonifacio (año 726) en la que el Papa justificaba un caso de divorcio. 
El matrimonio es una meta a conseguir, no una ley obligatoria.

4.  Es importante saber (y tenerlo siempre presente) que una cosa es la "diferencia" y otra cosa es la "desigualdad".
La diferencia es un hecho.  La igualdad es un derecho.
"Diferencia" es un término descriptivo.
"Igualdad" es un término normativo (L. Ferrajoli).
Por eso, de la diferencia no se puede deducir una desigualdad de derechos.
Los hombres y las mujeres somos diferentes.  Pero somos todos iguales en dignidad y derechos. Esto es lo que Jesús quiso establecer y defender.
Cosa que el Derecho Canónico de la Iglesia no ha tenido debidamente en cuenta. Si en el índice de materias del Código vigente se busca la palabra "mujer", no se encuentra por ninguna parte. Esto es muy preocupante.



Enfermero - Año 1378
Que San Roque bendito nos libre de enfermedades, epidemias y contagios del cuerpo y del alma. Amén.
 Roque significa: "Fuerte como roca".
Este santo se ha hecho famoso en el mundo por los grandes favores que consigue a favor de pobres y enfermos. Su popularidad ha sido verdaderamente extraordinaria cuando a pueblos o regiones han llegado pestes o epidemias, porque consigue librar de la enfermedad y del contagio a muchísimos de los que se encomiendan a él. Quizás él pueda librarnos de epidemias peligrosas.
San Roque nació en Montpellier, de una familia sumamente rica. Muertos sus padres, él vendió todas sus posesiones, repartió el dinero entre los pobres y se fue como un pobre peregrino hacia Roma a visitar santuarios.
en ese tiempo estalló la peste de tifo y las gentes se morían por montones por todas partes. Roque se dedicó entonces a atender a los más abandonados. A muchos logró conseguirles la curación con sólo hacerles la señal de la Santa Cruz sobre su frente. A muchísimos ayudó a bien morir, y él mismo les hacía la sepultura, porque nadie se atrevía a acercárseles por temor al contagio. Con todos practicaba la más exquisita caridad. Así llegó hasta Roma, y en esa ciudad se dedicó a atender a los más peligrosos de los apestados. La gente decía al verlo: "Ahí va el santo".
Y un día mientras atendía a un enfermo grave, se sintió también él contagiado de la enfermedad. Su cuerpo se llenó de manchas negras y de úlceras. Para no ser molesto a nadie, se retiró a un bosque solitario, y en el sitio donde él se refugió, ahí nació un aljibe de agua cristalina, con la cual se refrescaba.
sucedió que un perro de una casa importante de la ciudad empezó a tomar cada día un pan de la mesa de su amo e irse al bosque a llevárselo a Roque. Después de varios días de repetirse el hecho, al dueño le entró curiosidad, y siguió los pasos del perro, hasta que encontró al pobre llaguiento, en el bosque. Entonces se llevó a Roque a su casa y lo curó de sus llagas y enfermedades.
Apenas se sintió curado dispuso el santo volver a su ciudad de Montpellier. Pero al llegar a la ciudad, que estaba en guerra, los militares lo confundieron con un espía y lo encarcelaron. Y así estuvo 5 años en la prisión, consolando a los demás prisioneros y ofreciendo sus penas y humillaciones por la salvación de las almas.
Y un 15 de agosto, del año 1378, fiesta de la Asunción de la Virgen Santísima, murió como un santo. Al prepararlo para echarlo al ataúd descubrieron en su pecho una señal de la cruz que su padre le había trazado de pequeñito y se dieron cuenta de que era hijo del que había sido gobernador de la ciudad. Toda la gente de Montpellier acudió a sus funerales, y desde entonces empezó a conseguir de Dios admirables milagros y no ha dejado de conseguirlos por montones en tantos siglos.
Lo pintan con su bastón y sombrero de peregrino, señalando con la mano una de sus llagas y con su perro al lado, ofreciéndole el pan.

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