28 DE ABRIL – MARTES –
3ª - SEMANA DE PASCUA – A –
San Pedro Chanel
Lectura
del libro de los Hechos de los apóstoles (7,51–8,1a):
En
aquellos días, dijo Esteban al pueblo y a los ancianos y escribas:
«¡Duros
de cerviz, incircuncisos de corazón y de oídos! Vosotros siempre resistís al
Espíritu Santo, lo mismo que vuestros padres. - ¿Hubo un profeta que
vuestros padres no persiguieran?
Ellos
mataron a los que anunciaban la venida del Justo, y ahora vosotros lo habéis
traicionado y asesinado; recibisteis la ley por mediación de ángeles y no la
habéis observado».
Oyendo
sus palabras se recomían en sus corazones y rechinaban los dientes de rabia.
Esteban, lleno de Espíritu Santo, fijando la mirada en el cielo, vio la gloria
de Dios, y a Jesús de pie a la derecha de Dios, y dijo:
«Veo
los cielos abiertos y al Hijo del hombre de pie a la derecha de Dios».
Dando
un grito estentóreo, se taparon los oídos; y, como un solo hombre, se
abalanzaron sobre él, lo empujaron fuera de la ciudad y se pusieron a
apedrearlo. Los testigos dejaron sus capas a los pies de un joven llamado Saulo
y se pusieron a apedrear a Esteban, que repetía esta invocación:
«Señor
Jesús, recibe mi espíritu».
Luego,
cayendo de rodillas y clamando con voz potente, dijo:
«Señor,
no les tengas en cuenta este pecado».
Y,
con estas palabras, murió.
Saulo
aprobaba su ejecución.
Salmo:30,3cd-4.6ab.7b.8a.17.21ab
R/.
A tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu
Sé la
roca de mi refugio,
un
baluarte donde me salve,
tú
que eres mi roca y mi baluarte;
por
tu nombre dirígeme y guíame. R/.
A tus
manos encomiendo mi espíritu:
tú,
el Dios leal, me librarás.
Yo
confío en el Señor.
Tu
misericordia sea mi gozo y mi alegría. R/.
Haz
brillar tu rostro sobre tu siervo,
sálvame
por tu misericordia.
En el
asilo de tu presencia los escondes
de
las conjuras humanas. R/.
Lectura
del santo evangelio según san Juan (6,30-35):
En
aquel tiempo, el gentío dijo a Jesús:
«¿Y
qué signo haces tú, para que veamos y creamos en ti? ¿Cuál es tu obra? Nuestros
padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: “Pan del cielo les
dio a comer”».
Jesús
les replicó:
«En
verdad, en verdad os digo: no fue Moisés quien os dio pan del cielo, sino que
es mi Padre el que os da el verdadero pan del cielo. Porque el pan de Dios es
el que baja del cielo y da vida al mundo».
Entonces
le dijeron:
«Señor,
danos siempre de este pan».
Jesús
les contestó:
«Yo
soy el pan de vida. El que viene a mí no tendrá hambre, y el que cree en mí no
tendrá sed jamás».
1. Jesús
empieza a explicar aquí el significado profundo del pan que dio de comer a la
gente cuando el episodio de la multiplicación de los panes.
Jesús les ha
dicho que no entendieron el significado profundo de lo que allí pasó y ellos le
preguntan en qué consiste tal significado.
En las
Escrituras judías estaba dicho que, a los que huyeron de Egipto, Dios les dio a
comer "pan del cielo" (Ex 16, 13 ss; Sal 77, 24 s; Sab 16, 20), el
maná del desierto.
2. Jesús
les responde que el pan de Dios es el que da vida, no a algunos privilegiados
solamente, sino a todo el mundo. Pero aquí es determinante saber que, en tiempo
de Jesús, cuando los judíos hablaban del "pan de Dios", con esa
expresión se referían a la Ley que Dios dio al pueblo en el desierto por
medio de Moisés.
Esta
interpretación está bien documentada y aceptada por los mejores especialistas
en este asunto (X. Léon-Dufour).
3. Pero
lo sorprendente es que, a renglón seguido, Jesús añade: Yo soy el pan de vida.
Al decir eso, Jesús estaba afirmando: "La Ley que Dios os da soy yo".
Es decir, la religión de Jesús no consiste en la observancia de unas normas
legales, sino en el seguimiento y la adhesión a una persona. La
estructura básica del cristianismo no es jurídica, sino personal. En cuanto que
consiste en ser fiel a la relación fiel a Jesús.
San Pedro Chanel
Futuna
es una pequeña «expresión geográfica», una isla pequeñísima, señalada en los
mapas con un puntico entre el ecuador y el trópico de Capricornio en el inmenso
Océano Pacífico, un pedazo de las Islas Figi. Hoy es una posesión francesa,
meta de los turistas amantes de lo exótico, y los habitantes son todos
católicos y viven una vida pacífica, Pero hace 140 años, precisamente el 12 de
noviembre de 1837, cuando desembarcó allí el misionero marista Pedro Chanel,
junto con un cohermano laico, la islita estaba dividida por una montaña central
y por dos tribus continuamente en guerra. No era, pues, un sitio turístico...
Sólo
la valentía y la caridad de un hombre de Dios podían escoger esta meta con
todos los riesgos que conllevaba, En efecto, Pedro Chanel concluyó aquí su
aventura de evangelizador, asesinado a golpes de garrote y hacha el 28 de abril
de 1841 por el yerno del jefe de tribu, Musamusu, enfurecido porque entre los
convertidos al cristianismo se encontraban algunos miembros de su familia.
Pedro
Chanel había nacido en Cuet (Francia) el 12 de julio de 1803, A los doce años,
por invitación del celoso párroco Trompier, comenzó los estudios
seminarísticos, y en 1824 entró al seminario mayor de Bourg, en donde tres años
después fue ordenado sacerdote. Hubiera querido ir inmediatamente a tierra de
misión, pero el obispo tenía mucha necesidad de sacerdotes. Fue coadjutor en
Amberieu y en Gex, en donde se unió a un grupo de sacerdotes diocesanos, los
maristas, que en el mismo ámbito parroquial vivían el ideal misionero, bajo la
guía del Padre Colin.
La
Sociedad de María, aprobada por el Papa en 1836, contó entre sus primeros
miembros al Padre Chanel, que ese mismo año se embarcó en Le Havre hacia
Valparaíso, con destino a Oceanía, Cuando la nave llegó a Futuna, se invitó al
Padre Chanel a bajar a tierra y a permanecer ahí con el compañero laico
Nicezio, que tenía veinte años.
Fue
lenta y paciente la tarea de penetración en el pequeño mundo de esa gente tan
distinta por costumbres de vida y por mentalidad. Pero el anuncio del Evangelio
fue calando en las jóvenes generaciones, Pero este éxito suscitó al mismo
tiempo la hostilidad de las viejas generaciones. El tributo de sangre de Pedro
Chanel fue el precio para abrir finalmente las puertas a la evangelización de
toda la isla. El nuevo mártir cristiano, beatificado el 17 de noviembre de
1889, fue canonizado el 12 de junio de 1954 y declarado patrono de Oceanía.
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