domingo, 23 de enero de 2022

Párate un momento: El Evangelio del dia 24 - DE ENERO – LUNES – 3ª – SEMANA DEL T.O. – C San Francisco de Sales y Nuestra Señora de la Paz.

 

 


24 - DE ENERO – LUNES –

3ª – SEMANA DEL T.O. – C

San Francisco de Sales y

Nuestra Señora de la Paz.

 

    Lectura del segundo libro de Samuel (5,1-7.10):

 

En aquellos días, todas las tribus de Israel fueron a Hebrón a ver a David y le dijeron:

«Hueso tuyo y carne tuya somos: ya hace tiempo, cuando todavía Saúl era nuestro rey, eras tú quien dirigías las entradas y salidas de Israel.

Además, el Señor te ha prometido:

"Tú serás el pastor de mi pueblo Israel, tu serás el jefe de Israel."»

Todos los ancianos de Israel fueron a Hebrón a ver al rey, y el rey David hizo con ellos un pacto en Hebrón, en presencia del Señor, y ellos ungieron a David como rey de Israel.

Tenía treinta años cuando empezó a reinar, y reinó cuarenta años; en Hebrón reinó sobre Judá siete años y medio, y en Jerusalén reinó treinta y tres años sobre Israel y Judá.

El rey y sus hombres marcharon sobre Jerusalén, contra los jebuseos que habitaban el país.

Los jebuseos dijeron a David:

«No entrarás aquí. Te rechazarán los ciegos y los cojos.»

Era una manera de decir que David no entraría. Pero David conquistó el alcázar de Sión, o sea, la llamada Ciudad de David. David iba creciendo en poderío, y el Señor de los ejércitos estaba con él.

 

Palabra de Dios

 

Salmo: 88,20.21-22.25-26

 

R/. Mi fidelidad y misericordia lo acompañarán

 

Un dia hablaste en visión a tus amigos:

«He ceñido la corona a un héroe,

he levantado a un soldado sobre el pueblo.» R/.

 

«Encontré a David, mi siervo,

y lo he ungido con óleo sagrado;

para que mi mano esté siempre con él

y mi brazo lo haga valeroso.» R/.

 

«Mi fidelidad y misericordia lo acompañarán,

por mi nombre crecerá su poder:

extenderé su izquierda hasta el mar,

y su derecha hasta el Gran Río.» R/.

 

Lectura del santo evangelio según san Marcos (3,22-30):

 

En aquel tiempo, los escribas que habían bajado de Jerusalén decían:

«Tiene dentro a Belzebú y expulsa a los demonios con el poder del jefe de los demonios.»

Él los invitó a acercarse y les puso estas parábolas:

«¿Cómo va a echar Satanás a Satanás?

Un reino en guerra civil no puede subsistir; una familia dividida no puede subsistir.

 Si Satanás se rebela contra sí mismo, para hacerse la guerra, no puede subsistir, está perdido.

Nadie puede meterse en casa de un hombre forzudo para arramblar con su ajuar, si primero no lo ata; entonces podrá arramblar con la casa.

Creedme, todo se les podrá perdonar a los hombres: los pecados y cualquier blasfemia que digan; pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo no tendrá perdón jamás, cargará con su pecado para siempre.»

Se refería a los que decían que tenía dentro un espíritu inmundo.

 

Palabra del Señor

 

1.  Este relato es uno de los más elocuentes y violentos que nos presentan los evangelios. La oposición a Jesús, en este caso, viene de unos letrados de Jerusalén. Eran, por tanto, teólogos de la capital, sin duda, vinculados al Sanedrín y, por tanto, hombres de la religión y del Templo con notable influencia.

Y ocurre, con frecuencia, que las personas más identificadas con la "religión establecida" son quienes se enfrentan a los profetas con más violencia y saña. Porque los profetas de Dios actúan de forma que desestabilizan a los funcionarios del Templo y sus intereses. De ahí la acusación que plantean estos letrados contra Jesús. La acusación más fuerte que se le hizo.

 

2.  Porque, en el fondo, lo que estos letrados plantearon era la cuestión más fuerte que se le podía echar en cara a un profeta y, por tanto, a Jesús.

Se trata de saber si Jesús traía la salvación o, por el contrario, tenía un demonio dentro (E. Schillebeeckx). O sea, si lo que realmente comunicaba era la perdición. Si era portador del Dios o portador del demonio.

Esto ha ocurrido siempre. Y sigue pasando ahora.  Cuando un profeta resulta molesto, no se rebaten sus razones y argumentos, sino que se le ofende, se le insulta y se pone en duda su honestidad.

Cuando no se tienen a mano argumentos teológicos, se echa mano de insultos groseros.

 

3.  Jesús les llama, les dice que se acerquen a él, no les tiene miedo. Ni les dice nada agresivo contra ellos. Simplemente les hace ver la contradicción en que viven.

Lo que Jesús hacía era lo que le defendía. Jesús no recurre a argumentos doctrinales de tradiciones o normas. Se remite a la vida: él iba expulsando demonios, o sea liberando a la gente de penas y males.

¿Cómo iba a proceder eso del demonio?

 La coherencia de lo que hacemos con lo que decimos es el argumento definitivo que pone en evidencia si transmitimos salvación o perdición.

 

San Francisco de Sales y

Nuestra Señora de la Paz.

 


San Francisco de Sales

 

Es el patrono de los periodistas. Fue un escritor nacido en el año 1567 en Saboya que buscaba la transmisión de la verdad evangélica. Durante su infancia su madre le narraba el Catecismo y a los 14 años ingresó en la Universidad de París. Destacó en retórica y filosofía, se entregó al estudio de Teología y se consagró a Dios. A los 24 años obtuvo el Doctorado en Leyes y en 1593 fue ordenado sacerdote. Predicó por muchas ciudades y participó en la reconquista del Chablais. En esta ardua tarea comenzó su carrera de escritor elaborando una serie de panfletos de la Doctrina de la Iglesia. Gracias a su labor el número de conversiones aumentó y restableció la fe Católica en la provincia. Ocupó el cargo de Obispo de Ginebra durante 21 años y murió en 1622. Su última palabra fue el nombre de Jesús.

 

Nuestra Señora de la Paz.

 


El origen de esta advocación mariana se halla en el siglo XI, y el lugar en que fue proclamada, Toledo, España. Luego de la reconquista de la ciudad por los cristianos, luego de la combinación mora, aunque estos habían perdido la ciudad, querían conservar la otra basílica cristiana como mezquita. Lo lograron del rey Alfonso VI, que firmó un tratado mediante el cual se las concedía para este uso. Pero los cristianos vieron esto como una barbaridad y se propusieron recuperarla para el culto cristiano, como había sido anteriormente. Y así fue: se lanzaron a conquistar la catedral. Los moros defendieron su plaza, pensando que el rey los había traicionado. En medio de la batalla, la reina y el arzobispo aclararon que había sido un ataque contrario a los deseos del rey, ante el cual, establecida una tregua, denunciaron el hecho. Este decidió castigar a los cristianos, empezando por la reina Constanza y el arzobispo Don Rodrigo (al parecer alentaron la sublevación). Una comitiva salió a su encuentro pidiendo su perdón, al que accedió el rey, aunque confirmando su anterior entrega de la basílica a los moros.

Pero entonces, el 23 de enero de 1085, los moros, inesperadamente, en un acto inteligente, decidieron entregarla pacíficamente. Este hecho fue celebrado con gran regocijo y funciones religiosas solemnes, dentro de las cuales estuvo la proclamación de María, la Madre de Dios, como Nuestra Señora de la Paz. Este título se hizo más conocido y celebrado (pasó incluso a América) por el hecho de la Descensión de María e imposición de la casulla a San Ildefonso (23 de enero). Dice la leyenda que, yendo San Ildefonso a celebrar los maitines, la Virgen María apareció, sentada en la cátedra del obispo, con una casulla en las manos, la cual impuso al santo como recompensa de todos sus esfuerzos en predicar las excelencias y privilegios de la misma Virgen María, en especial el hecho de la Virginidad Perpetua, dogma de fe. Hay que decir que el hecho era tan conocido de todos que durante el período que los moros se apoderaron de la basílica, este sitio fue perfectamente conservado y respetado por ellos, por ser un lugar sagrado, ya que María había estado allí. Aún podemos venerar la piedra en la cual estuvo la Santísima Virgen. Aunque este milagro a San Ildefonso había sido el 18 de diciembre del año 645, la celebración para España es el 24 de enero, día posterior del santo y memoria de la “reconquista” de la catedral, uniendo ambos hechos.

La advocación “de la Paz”, pasó a América, casi siempre unida al 24 de enero, pero hay otras, como la patrona de El Salvador, bella talla hallada en 1682, el 21 de noviembre, día de su festividad allí. Una advocación más moderna ignora el hecho de Toledo, presentándose como nueva, cuando hay un título mucho más antiguo. Iconográficamente las representaciones son bastante diferentes: algunas visten de blanco, azul o rojo; unas llevan niño Jesús y otras no. Un elemento bastante común suelen ser las palomas y las ramas de olivo, ambos símbolos de la paz.

 

 

 

   

 

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