24 - DE ENERO – LUNES –
3ª – SEMANA DEL T.O. – C
San Francisco
de Sales y
Nuestra
Señora de la Paz.
Lectura del segundo libro de
Samuel (5,1-7.10):
En aquellos
días, todas las tribus de Israel fueron a Hebrón a ver a David y le dijeron:
«Hueso tuyo y carne tuya somos: ya hace
tiempo, cuando todavía Saúl era nuestro rey, eras tú quien dirigías las
entradas y salidas de Israel.
Además, el Señor te ha prometido:
"Tú serás el pastor de mi pueblo
Israel, tu serás el jefe de Israel."»
Todos los ancianos de Israel fueron a
Hebrón a ver al rey, y el rey David hizo con ellos un pacto en Hebrón, en
presencia del Señor, y ellos ungieron a David como rey de Israel.
Tenía treinta años cuando empezó a
reinar, y reinó cuarenta años; en Hebrón reinó sobre Judá siete años y medio, y
en Jerusalén reinó treinta y tres años sobre Israel y Judá.
El rey y sus hombres marcharon sobre
Jerusalén, contra los jebuseos que habitaban el país.
Los jebuseos dijeron a David:
«No entrarás aquí. Te rechazarán los
ciegos y los cojos.»
Era una manera de decir que David no
entraría. Pero David conquistó el alcázar de Sión, o sea, la llamada Ciudad de
David. David iba creciendo en poderío, y el Señor de los ejércitos estaba con
él.
Palabra de Dios
Salmo: 88,20.21-22.25-26
R/. Mi fidelidad y misericordia lo
acompañarán
Un dia
hablaste en visión a tus amigos:
«He ceñido la corona a un héroe,
he levantado a un soldado sobre el pueblo.» R/.
«Encontré a
David, mi siervo,
y lo he ungido con óleo sagrado;
para que mi mano esté siempre con él
y mi brazo lo haga valeroso.» R/.
«Mi fidelidad y
misericordia lo acompañarán,
por mi nombre crecerá su poder:
extenderé su izquierda hasta el mar,
y su derecha hasta el Gran Río.» R/.
Lectura del santo evangelio según san Marcos
(3,22-30):
En aquel
tiempo, los escribas que habían bajado de Jerusalén decían:
«Tiene dentro a Belzebú y expulsa a los
demonios con el poder del jefe de los demonios.»
Él los invitó a acercarse y les puso
estas parábolas:
«¿Cómo va a echar Satanás a Satanás?
Un reino en guerra civil no puede
subsistir; una familia dividida no puede subsistir.
Si Satanás se rebela contra sí
mismo, para hacerse la guerra, no puede subsistir, está perdido.
Nadie puede meterse en casa de un hombre
forzudo para arramblar con su ajuar, si primero no lo ata; entonces podrá
arramblar con la casa.
Creedme, todo se les podrá perdonar a
los hombres: los pecados y cualquier blasfemia que digan; pero el que blasfeme
contra el Espíritu Santo no tendrá perdón jamás, cargará con su pecado para
siempre.»
Se refería a los que decían que tenía
dentro un espíritu inmundo.
Palabra del Señor
1. Este relato es uno de los
más elocuentes y violentos que nos presentan los evangelios. La oposición a
Jesús, en este caso, viene de unos letrados de Jerusalén. Eran, por tanto,
teólogos de la capital, sin duda, vinculados al Sanedrín y, por tanto, hombres
de la religión y del Templo con notable influencia.
Y ocurre, con frecuencia, que las
personas más identificadas con la "religión establecida" son quienes
se enfrentan a los profetas con más violencia y saña. Porque los profetas de
Dios actúan de forma que desestabilizan a los funcionarios del Templo y sus
intereses. De ahí la acusación que plantean estos letrados contra Jesús. La acusación
más fuerte que se le hizo.
2. Porque, en el fondo, lo
que estos letrados plantearon era la cuestión más fuerte que se le podía echar
en cara a un profeta y, por tanto, a Jesús.
Se trata de saber si Jesús traía la
salvación o, por el contrario, tenía un demonio dentro (E. Schillebeeckx). O
sea, si lo que realmente comunicaba era la perdición. Si era portador del Dios
o portador del demonio.
Esto ha ocurrido siempre. Y sigue
pasando ahora. Cuando un profeta resulta molesto, no se rebaten sus
razones y argumentos, sino que se le ofende, se le insulta y se pone en duda su
honestidad.
Cuando no se tienen a mano argumentos
teológicos, se echa mano de insultos groseros.
3. Jesús les llama, les dice
que se acerquen a él, no les tiene miedo. Ni les dice nada agresivo contra
ellos. Simplemente les hace ver la contradicción en que viven.
Lo que Jesús hacía era lo que le
defendía. Jesús no recurre a argumentos doctrinales de tradiciones o normas. Se
remite a la vida: él iba expulsando demonios, o sea liberando a la gente de
penas y males.
¿Cómo iba a proceder eso del demonio?
La coherencia de lo que hacemos
con lo que decimos es el argumento definitivo que pone en evidencia si
transmitimos salvación o perdición.
San Francisco de
Sales
Es el patrono
de los periodistas. Fue un escritor nacido en el año 1567 en Saboya que buscaba
la transmisión de la verdad evangélica. Durante su infancia su madre le narraba
el Catecismo y a los 14 años ingresó en la Universidad de París. Destacó en
retórica y filosofía, se entregó al estudio de Teología y se consagró a Dios. A
los 24 años obtuvo el Doctorado en Leyes y en 1593 fue ordenado sacerdote.
Predicó por muchas ciudades y participó en la reconquista del Chablais. En esta
ardua tarea comenzó su carrera de escritor elaborando una serie de panfletos de
la Doctrina de la Iglesia. Gracias a su labor el número de conversiones aumentó
y restableció la fe Católica en la provincia. Ocupó el cargo de Obispo de
Ginebra durante 21 años y murió en 1622. Su última palabra fue el nombre de
Jesús.
Nuestra
Señora de la Paz.
El origen de
esta advocación mariana se halla en el siglo XI, y el lugar en que fue
proclamada, Toledo, España. Luego de la reconquista de la ciudad por los
cristianos, luego de la combinación mora, aunque estos habían perdido la
ciudad, querían conservar la otra basílica cristiana como mezquita. Lo lograron
del rey Alfonso VI, que firmó un tratado mediante el cual se las concedía para
este uso. Pero los cristianos vieron esto como una barbaridad y se propusieron
recuperarla para el culto cristiano, como había sido anteriormente. Y así fue:
se lanzaron a conquistar la catedral. Los moros defendieron su plaza, pensando
que el rey los había traicionado. En medio de la batalla, la reina y el arzobispo
aclararon que había sido un ataque contrario a los deseos del rey, ante el
cual, establecida una tregua, denunciaron el hecho. Este decidió castigar a los
cristianos, empezando por la reina Constanza y el arzobispo Don Rodrigo (al
parecer alentaron la sublevación). Una comitiva salió a su encuentro pidiendo
su perdón, al que accedió el rey, aunque confirmando su anterior entrega de la
basílica a los moros.
Pero entonces,
el 23 de enero de 1085, los moros, inesperadamente, en un acto inteligente,
decidieron entregarla pacíficamente. Este hecho fue celebrado con gran regocijo
y funciones religiosas solemnes, dentro de las cuales estuvo la proclamación de
María, la Madre de Dios, como Nuestra Señora de la Paz. Este título se hizo más
conocido y celebrado (pasó incluso a América) por el hecho de la Descensión de
María e imposición de la casulla a San Ildefonso (23 de enero). Dice la leyenda
que, yendo San Ildefonso a celebrar los maitines, la Virgen María apareció,
sentada en la cátedra del obispo, con una casulla en las manos, la cual impuso
al santo como recompensa de todos sus esfuerzos en predicar las excelencias y
privilegios de la misma Virgen María, en especial el hecho de la Virginidad
Perpetua, dogma de fe. Hay que decir que el hecho era tan conocido de todos que
durante el período que los moros se apoderaron de la basílica, este sitio fue
perfectamente conservado y respetado por ellos, por ser un lugar sagrado, ya
que María había estado allí. Aún podemos venerar la piedra en la cual estuvo la
Santísima Virgen. Aunque este milagro a San Ildefonso había sido el 18 de
diciembre del año 645, la celebración para España es el 24 de enero, día
posterior del santo y memoria de la “reconquista” de la catedral, uniendo ambos
hechos.
La advocación
“de la Paz”, pasó a América, casi siempre unida al 24 de enero, pero hay otras,
como la patrona de El Salvador, bella talla hallada en 1682, el 21 de
noviembre, día de su festividad allí. Una advocación más moderna ignora el
hecho de Toledo, presentándose como nueva, cuando hay un título mucho más
antiguo. Iconográficamente las representaciones son bastante diferentes:
algunas visten de blanco, azul o rojo; unas llevan niño Jesús y otras no. Un
elemento bastante común suelen ser las palomas y las ramas de olivo, ambos símbolos
de la paz.
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