martes, 11 de julio de 2023

Párate un momento: El Evangelio del dia 12 DE JULIO – MIERCOLES – 14 – SEMANA DE T.O. – A – San Juan Gualberto

 

 


 

12 DE JULIO – MIERCOLES –

14 – SEMANA DE T.O. – A –

San Juan Gualberto

 

   Lectura del libro del Génesis (41,55-57;42,5-7.17-24a):

 

   En aquellos días, llegó el hambre a todo Egipto, y el pueblo reclamaba pan al Faraón; el Faraón decía a los egipcios: «Dirigíos a José y haced lo que él os diga.»

    Cuando el hambre cubrió toda la tierra, José abrió los graneros y repartió raciones a los egipcios, mientras arreciaba el hambre en Egipto. Y de todos los países venían a Egipto a comprarle a José, porque el hambre arreciaba en toda la tierra.

    Los hijos de Jacob fueron entre otros a comprar grano, pues había hambre en Canaán. José mandaba en el país y distribuía las raciones a todo el mundo. Vinieron, pues, los hermanos de José y se postraron ante él, rostro en tierra.

      Al ver a sus hermanos, José los reconoció, pero él no se dio a conocer, sino que les habló duramente:

    «¿De dónde venís?»

    Contestaron:

    «De tierra de Canaán, a comprar provisiones.»

    Y los hizo detener durante tres días.

    Al tercer día, les dijo:

    «Yo temo a Dios, por eso haréis lo siguiente, y salvaréis la vida: si sois gente honrada, uno de vosotros quedará aquí encarcelado, y los demás irán a llevar víveres a vuestras familias hambrientas; después me traeréis a vuestro hermano menor; así probaréis que habéis dicho la verdad y no moriréis.»

    Ellos aceptaron, y se decían: «Estamos pagando el delito contra nuestro hermano, cuando le veíamos suplicarnos angustiado y no le hicimos caso; por eso nos sucede esta desgracia.»

    Intervino Rubén:

    «¿No os lo decía yo: "No pequéis contra el muchacho", y no me hicisteis caso? Ahora nos piden cuentas de su sangre.»

    Ellos no sabían que José les entendía, pues había usado intérprete. Él se retiró y lloró; después volvió a ellos.

 

Palabra de Dios

 

    Salmo: 32,2-3.10-11.18-19

 

    R/. Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros,

como lo esperamos de ti.

 

    Dad gracias al Señor con la cítara,

tocad en su honor el arpa de diez cuerdas;

cantadle un cántico nuevo,

acompañando los vítores con bordones. R/.

 

   El Señor deshace los planes de las naciones,

frustra los proyectos de los pueblos;

pero el plan del Señor subsiste por siempre,

los proyectos de su corazón, de edad en edad. R/.

 

   Los ojos del Señor están puestos en sus fieles,

en los que esperan en su misericordia,

para librar sus vidas de la muerte

y reanimarlos en tiempo de hambre. R/.

 

    Lectura del santo evangelio según san Mateo (10,1-7):

 

   En aquel tiempo, Jesús, llamando a sus doce discípulos, les dio autoridad para expulsar espíritus inmundos y curar toda enfermedad y dolencia.

    Éstos son los nombres de los doce apóstoles: el primero, Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés; Santiago el Zebedeo, y su hermano Juan; Felipe y Bartolomé, Tomás y Mateo, el publicano; Santiago el Alfeo, y Tadeo; Simón el Celote, y Judas Iscariote, el que lo entregó.

    A estos doce los envió Jesús con estas instrucciones:

    «No vayáis a tierra de gentiles, ni entréis en las ciudades de Samaria, sino id a las ovejas descarriadas de Israel. Id y proclamad que el reino de los cielos está cerca.»

 

Palabra del Señor

 

     1. El capítulo 10 del evangelio de Mateo presenta el segundo gran discurso de Jesús.

     El primer discurso, el del sermón del monte (cap. 5-7), trata principalmente de las relaciones mutuas entre los seres humanos; el segundo discurso, se refiere a la misión de los discípulos, que el mismo Jesús ha elegido.

     Mateo ha preparado este nuevo discurso -como hemos visto en el evangelio de ayer- hablando de la misión del propio Jesús, que iba de pueblo en pueblo, anunciando la llegada del reinado de Dios y curando enfermos y aliviando penas, al tiempo que el mismo Jesús se quejaba de la escasez de obreros para la inmensa tarea que urgía realizar.

     - ¿De qué tarea se trata? O sea,

     - ¿qué pensaba Jesús de la tarea que debían realizar aquellos discípulos que él mismo había elegido y designado?

 

     2. Jesús no los envió a una tarea o misión universal. Todo se tenía que concentrar en las "ovejas descarriadas de Israel".

     Jesús no los envió tampoco a una misión religiosa o sagrada. No les habla de templo, ni de culto sagrado, ni de rituales o normas litúrgicas.

     Su destino es anunciar que se acerca el Reino (reinado) de Dios. Se trata de decirle a la gente que se acerca el momento en que Dios va a ser el que reina, el que determina lo que tenemos que hacer los humanos: hacer lo que Dios quiere.

     Por otra parte -y, sobre todo- aquel grupo de "los Doce" no se iba a perpetuar, es decir aquello no era una especie de pequeño grupo dirigente.

     Cuando se suicidó Judas, eligieron a Matías para completar el número de doce (Hech 1, 15-26). Pero este número de "los doce" duró hasta que vino el Espíritu en Pentecostés. Después, los que fueron muriendo de aquellos doce, nunca fueron cargos renovados. Hasta que se extinguieron.

     La Iglesia nunca tuvo conciencia de que aquellos doce hombres se tenían que mantener.

     El origen del episcopado y de los obispos, como "sucesores de los apóstoles", es una idea que se fijó en el s. III (Y. Congar, J. A. Estrada).

 

     3. A estos discípulos, Jesús les dio "autoridad". Ellos prolongan la autoridad que tuvo Jesús para anunciar el reinado de Dios y curar enfermos (Mt 7,29; 9,6. 8).

      Jesús los envía a expulsar demonios (que era una forma de indicar en aquel tiempo algunas enfermedades) (O. Bócher) (Mt 4, 23-24; 8, 1-4. 5-13. 14-16; 9, 1-8...) y a curar enfermedades y dolencias (Mt 4, 23-24; 8, 1-4, etc.).

     La misión de estos discípulos, tal como la presenta Mateo, era reformar la religión de Israel, dándole otra orientación: una religión no centrada en el templo, el culto y los sacerdotes, sino en:

          1) Presentar una nueva imagen de Dios, el Padre de bondad y misericordia.

          2) Un nuevo proyecto, el reinado de Dios.

          3) Fomentar una nueva conciencia ética, las relaciones más profundamente humanas (sermón del monte).

          4) Mejorar la situación del pueblo oprimido, aliviando sus males, dolencias y opresiones.

     Este proyecto tendría que ser la base del proyecto y de la misión de la Iglesia en el mundo.

 

San Juan Gualberto


 

Religioso benedictino -Año 1073

En el monasterio de Passignano, en la Toscana, san Juan Gualberto, abad, que después de perdonar por el amor de Cristo al asesino de un hermano suyo, vistió el hábito monástico, y más tarde, deseando practicar una vida de mayor austeridad, puso los cimientos de una nueva familia monástica en Valumbrosa.

 

 

Vida de San Juan Gualberto

 

 

Nació en Florencia, de familia muy rica y su único hermano fue asesinado. Era heredero de una gran fortuna y su padre deseaba que ocupara altos puestos en el gobierno.

Un Viernes Santo iba este santo por un camino rodeado de varios militares amigos suyos, y de pronto se encontró en un callejón al asesino de su hermano. El enemigo no tenía a donde huir, y Juan dispuso matarlo allí mismo. El asesino se arrodilló, puso sus brazos en cruz y le dijo: "Juan, hoy es Viernes Santo. Por Cristo que murió por nosotros en la cruz, perdóname la vida". Al ver Gualberto aquellos brazos en cruz, se acordó de Cristo crucificado. Se bajó de su caballo. Abrazó a su enemigo y le dijo: "Por amor a Cristo, te perdono".

Siguió su camino y al llegar a la próxima iglesia se arrodillo ante la imagen de Cristo crucificado y le pareció que Jesús inclinaba la cabeza y le decía: "Gracias Juan".

Desde aquel día su vida cambió por completo. En premio de su buena acción, Jesús le concedió la vocación, y Juan dejó sus uniformes militares y sus armas y se fue al convento de los monjes benedictinos de su ciudad a pedir que lo admitieran como religioso. Su padre se opuso totalmente y exigió al superior del convento que le devolvieran a Juan inmediatamente.

Cuando el papá vio al antiguo guerrero convertido en sencillo y piadoso monje se echó a llorar, y dándole su bendición se retiró.

En aquellos tiempos, el peor defecto que había en la Iglesia era la Simonía, es decir, algunos compraban los altos cargos, y así llegaban a dirigir la Santa Iglesia algunos hombres indignos. En el convento de Florencia, donde estaba Juan, se murió el superior, uno de los monjes fue con el obispo y con dinero hizo que lo nombraran superior a él. También el obispo había comprado su cargo.

Gualberto no pudo soportar esta indignidad y se retiró de aquel convento con otros monjes y antes de salir de la ciudad, declaró públicamente en la plaza principal que el superior del convento y el obispo merecían ser destituidos porque habían cometido el pecado de simonía. Más tarde logró que los destituyeran.

 

Fundador.

 

Se fue a un sitio muy apartado y silencioso, llamado Valleumbroso y allá fundó un monasterio de monjes benedictinos que se propusieron cumplir exactamente todo lo que San Benito había recomendado a sus monjes. El monasterio llegó a ser muy famoso y le llegaron vocaciones de todas partes. Con los mejores religiosos de su nuevo convento fue fundando varios monasterios más y así logró difundir por muchas partes de Italia las buenas costumbres, y fue atacando sin misericordia la simonía y las costumbres corrompidas. Las gentes sentían gran veneración por él.

Después de haber logrado que muchas personas abandonaran sus vicios y se convirtieran y que muchos sacerdotes empezaran a llevar una vida santa, y gozando del enorme aprecio del Papa y de numerosos obispos, murió el 12 de julio de 1073, dejando muchos monasterios de religiosos que trataban de imitarlo en sus virtudes y llegaron a gran santidad.

Que sus ejemplos sean de gran provecho para nuestra alma.

 

 

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