sábado, 22 de julio de 2023

Párate un momento: El Evangelio del dia 24 DE JULIO – LUNES – 16 – SEMANA DE T.O. – A Santa Cristina de Bolsena

 

 


 
 

24 DE JULIO – LUNES –

16 – SEMANA DE T.O. – A

Santa Cristina de Bolsena

 

      Lectura del libro del Éxodo (14,5-18):

 

    En aquellos días, cuando comunicaron al rey de Egipto que el pueblo había escapado, el Faraón y su corte cambiaron de parecer sobre el pueblo, y se dijeron:

    «¿Qué hemos hecho? Hemos dejado marchar a nuestros esclavos israelitas.»

    Hizo preparar un carro y tomó consigo sus tropas: tomó seiscientos carros escogidos y los demás carros de Egipto con sus correspondientes oficiales. El Señor hizo que el Faraón se empeñase en perseguir a los israelitas, mientras éstos saltan triunfantes.

    Los egipcios los persiguieron con caballos, carros y jinetes, y les dieron alcance mientras acampaban en Fehirot, frente a Baal Safón. Se acercaba el Faraón, los israelitas alzaron la vista y vieron a los egipcios que avanzaban detrás de ellos y, muertos de miedo, gritaron al Señor.

    Y dijeron a Moisés:

    «¿No había sepulcros en Egipto?, nos has traído a morir en el desierto; ¿qué es lo que nos has hecho sacándonos de Egipto? ¿No te lo decíamos en Egipto: "Déjanos en paz, y serviremos a los egipcios; más nos vale servir a los egipcios que morir en el desierto"?»

    Moisés respondió al pueblo: «No tengáis miedo; estad firmes, y veréis la victoria que el Señor os va a conceder hoy: esos egipcios que estáis viendo hoy, no los volveréis a ver jamás. El Señor peleará por vosotros; vosotros esperad en silencio.»

    El Señor dijo a Moisés:

    «¿Por qué sigues clamando a mí? Di a los israelitas que se pongan en marcha. Y tú, alza tu cayado, extiende tu mano sobre el mar y divídelo, para que los israelitas entren en medio del mar a pie enjuto. Que yo voy a endurecer el corazón de los egipcios para que los persigan, y me cubriré de gloria a costa del Faraón y de todo su ejército, de sus carros y de los guerreros. Sabrán los egipcios que yo soy el Señor, cuando me haya cubierto de gloria a costa del Faraón, de sus carros y de sus guerreros.»    

 

Palabra de Dios

 

    Salmo: Ex 15,1-2.3-4.5-6

 

    R/. Cantaré al Señor, sublime es su victoria

 

    Cantaré al Señor, sublime es su victoria,

caballos y carros ha arrojado en el mar.

Mi fuerza y mi poder es el Señor,

él fue mi salvación.

Él es mi Dios: yo lo alabaré;

el Dios de mis padres: yo lo ensalzaré. R/.

 

    El Señor es un guerrero,

su nombre es «El Señor».

Los carros del Faraón los lanzó al mar,

ahogó en el mar Rojo a sus mejores capitanes. R/.

 

   Las olas los cubrieron,

bajaron hasta el fondo como piedras.

Tu diestra, Señor, es fuerte y terrible,

tu diestra, Señor, tritura al enemigo. R/.

 

       Lectura del santo evangelio según san Mateo (12,38-42):

 

    En aquel tiempo, algunos de los escribas y fariseos dijeron a Jesús:

 «Maestro, queremos ver un signo tuyo.»

    Él les contestó:

    «Esta generación perversa y adúltera exige un signo; pero no se le dará más signo que el del profeta Jonás. Tres días y tres noches estuvo Jonás en el vientre del cetáceo; pues tres días y tres noches estará el Hijo del hombre en el seno de la tierra. Cuando juzguen a esta generación, los hombres de Nínive se alzarán y harán que la condenen, porque ellos se convirtieron con la predicación de Jonás, y aquí hay uno que es más que Jonás. Cuando juzguen a esta generación, la reina del Sur se levantará y hará que la condenen, porque ella vino desde los confines de la tierra, para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay uno que es más que Salomón.»

 

Palabra del Señor

 

     1.  Se acercan a Jesús los letrados y los fariseos, los hombres del estudio teológico y los hombres de la observancia religiosa. - ¿Para qué?  Para pedirle un "milagro" (semeion), un hecho prodigioso.

     Aquellos hombres de entonces, como tantos de ahora, se piensan que a Dios se le encuentra en los hechos extraordinarios, en los prodigios. Esta mentalidad, que busca a Dios en los milagros, expresa algo sobrecogedor. El Gran Inquisidor (de F. Dostoyevski) le dice a Jesús: "Si te hubieras prestado a realizar el milagro..., habrías calmado la inquietud eterna de la humanidad, esa inquietud nacida del deseo de saber ante quién tiene uno que inclinarse. Pues no hay para el hombre libre cuidado más continuo y acuciante que el de hallar a un ser al que prestar acatamiento".

     La gente quiere milagros. Quiere "dioses", ante los que sus fieles y devotos desean quedar extasiados. Y así, vivir sometidos. Lo que no soporta nadie es la libertad.

 

     2.  Jesús responde calificando a aquellos hombres como "esta generación perversa y adúltera". El término "generación" (genea) aparece 25 veces en los evangelios, para designar al pueblo judío en tono amenazante.

     Esta expresión está tomada de la literatura apocalíptica judía, para indicar la última generación judía, que fue infiel a Dios (Hen 93, 9; Hab 2, 6 s; Jub 23, 16 ss; Mt 11, 16 par; Sal 77, 8; 94, 10; Mt 23, 36).

 

     3.  Todo esto indica que el cristianismo primitivo acusaba a la "última generación" de Israel de haber colmado la medida de sus pecados (V. Hasler).

     Es improbable que Jesús dijera estas cosas. Lo que aquí se expresa es el conflicto entre cristianos y judíos.

     Jesús no quería enfrentamientos y conflictos.

     Todo eso proviene de nuestras torpes inclinaciones y resentimientos.

     De este evangelio tendríamos que aprender a no decir lo que aquí se pone en boca de Jesús. Y conste que tiene una buena dosis de verdad lo que ha dicho Denis Guénoun:  "La religión se constituye como la diferencia entre religiones".

     De ahí que el cristianismo, "al constituirse como religión, necesitó de la diferencia religiosa, necesitó que el judaísmo fuera su otro: la religión falsa" (Daniel Boyarin). Pero es triste nacer así. Para vivir luego enfrentado con quienes no se identifican conmigo. Si fuera cierto que la religión lleva a eso, prefiero vivir

sin religión.

     La fe en Jesús y el amor a su proyecto, basta.

 

Santa Cristina de Bolsena



 

 

Joven, posiblemente romana, martirizada cerca del lago de Bolsena en la región Toscana de Italia. Sus hazañas legendarias se han confundido con las de Santa Cristina de Tiro, cuya existencia no es segura. La iconografía la representa en variadas formas: Con flechas, sosteniendo una piedra de molino, con serpientes. Desde 1969 el culto se limita a los calendarios locales.

 

 

Vida de Santa Cristina de Bolsena

 

   Un caso más de conciencia. ¿Qué debe hacer su padre? ¿Matar a su hija u obedecer al emperador? Es la frase del Evangelio: "Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios".

   Era hija de Urbano, un gobernador pagano de armas tomar. Su hija, por el contrario, tuvo la suerte de entrar en contacto desde muy pequeña con unas mujeres cristianas. Estas, contentas y felices, le enseñaron la vida y obra de Jesucristo.

   A medida que iba aprendiendo, vivía cuanto aprendía. Y para colmo, el padre no sabía ni palabra. Como niña, se entretenía en romper las estatuas de los falsos dioses que el padre tenía en casa. Un juego más pensaba el padre. La realidad era todo lo contrario.

    Pero cuando se enteró de que era cristiana, pronunció estas palabras: "No se ha decir en el mundo que una niña me dio la ley, ni que estos hechiceros de cristianos triunfan de nuestros dioses en medio de mi propia familia. Yo veré si sus hechizos pueden más que mis tormentos y si la paciencia de una hija ha de hacer burla de la cólera de un padre".

   La sometió a toda clase de sufrimientos. De todos ellos la libró el Señor. Hay un momento en que el propio padre la llevó al templo de Apolo para que rezara e hiciera los sacrificios pertinentes. Pero el dios se cayó derrumbado al suelo ante su padre. Este, en un acto de violencia, cayó fulminado de muerte.

  Otros gobernadores hicieron los mismo. Y, cansados, no tuvieron más remedio que darle muerte para el escarmiento de los cristianos que crecían como la espuma en tiempos de dificultad.

Sus restos los llevaron de Toscana a Palermo en donde se veneran en la actualidad. 

Fuente: http://es.catholic.net/santoral/

 

 

 

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