20 DE JULIO
– JUEVES –
15 –
SEMANA DE T.O. – A
SAN
APOLINAR
Lectura del libro del Éxodo
(3,13-20):
En aquellos días, Moisés, después de oír la voz del Señor desde la zarza
ardiendo, le replicó:
«Mira,
yo iré a los israelitas y les diré: "El Dios de vuestros padres me ha
enviado a vosotros." Si ellos me preguntan cómo se llama, ¿qué les
respondo?»
Dios
dijo a Moisés:
«"Soy
el que soy"; esto dirás a los israelitas: "Yo-soy me envía a vosotros."»
Dios
añadió:
«Esto
dirás a los israelitas: "Yahvé (Él-es), Dios de vuestros padres, Dios de
Abrahán, Dios de Isaac, Dios de Jacob, me envía a vosotros. Este es mi nombre
para siempre: así me llamaréis de generación en generación."
Vete,
reúne a los ancianos de Israel y diles:
"El
Señor, Dios de vuestros padres, de Abrahán, de Isaac y de Jacob, se me ha
aparecido y me ha dicho: 'Os tengo presentes y veo cómo os tratan los egipcios.
He decidido sacaros de la opresión egipcia y llevaros al país de los cananeos,
hititas, amorreos, fereceos, heveos y jebuseos, a una tierra que mana leche y
miel'.
"
Ellos te harán caso, y tú, con los ancianos de Israel, te presentarás al rey de
Egipto y le diréis: "El Señor Dios de los hebreos nos ha encontrado, y
nosotros tenemos que hacer un viaje de tres jornadas por el desierto para
ofrecer sacrificios al Señor, nuestro Dios." Yo sé que el rey de Egipto no
os dejará marchar si no es a la fuerza; pero yo extenderé la mano, heriré a
Egipto con prodigios que haré en el país, y entonces os dejará marchar.»
Palabra de Dios
Salmo:
104,1.5.8-9.24-25.26-27
R/.
El Señor se acuerda de su alianza eternamente
Dad gracias al Señor, invocad su nombre,
dad a conocer
sus hazañas a los pueblos.
Recordad las
maravillas que hizo,
sus
prodigios, las sentencias de su boca. R/.
Se acuerda de su alianza eternamente,
de la palabra
dada, por mil generaciones;
de la alianza
sellada con Abrahán,
del juramento
hecho a Isaac. R/.
Dios hizo a su pueblo muy fecundo,
más poderoso
que sus enemigos.
A éstos les
cambió el corazón
para que
odiasen a su pueblo,
y usaran
malas artes con sus siervos. R/.
Pero envió a Moisés, su siervo,
y a Aarón, su
escogido,
que hicieron
contra ellos sus signos,
prodigios en
la tierra de Cam. R/.
Lectura
del santo evangelio según san Mateo (11,28-30):
En aquel tiempo, exclamó Jesús:
«Venid
a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Cargad con mi
yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis
vuestro descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera.»
Palabra del Señor
1. Jesús, que es imagen
de Dios, es también alivio y descanso para todos los que se sienten cansados y
agobiados. Pero, si Dios es alivio y descanso, ¿por qué hay tanta gente que no
lo percibe así? ¿Por qué hay tantos agnósticos y tantos ateos?
No
cabe duda de que o Dios no es como lo presenta el Evangelio; o somos nosotros
los que lo hemos deformado hasta hacer de Él o bien una cosa que no interesa; o
quizá -lo que es más grave- una cosa que molesta y que una enorme cantidad de
gente no soporta y no lo puede aguantar. ¿Por qué ocurre esto?
2. Decimos
que Dios es un "Enigma", un "Misterio". Pero, sobre todo,
decimos que es el "Trascendente". Ahora bien, desde el momento en que
afirmamos eso de Dios, estamos diciendo que Dios no está a nuestro alcance y
nadie lo puede conocer. Pero, entonces, ¿Qué pasa?
Sencillamente,
que, al no poder saber nada de Dios, quedamos a merced de "los
entendidos", "los sabios", "los teólogos", que nos lo
explican (seguramente sin darse cuenta) de acuerdo con sus conveniencias e
intereses. De donde resulta que, para mucha gente, Dios es tan inaceptable, y
quizá tan odioso, como inaceptables y odiosos nos hemos hecho muchos de los que
lo representamos o explicamos. Y por eso a Dios se le han atribuido tantas
violencias y atropellos que se han cometido contra personas, religiones y
países enteros precisamente por personas que invocaban a Dios o que en su
nombre han privado de libertad o humillado a gentes indefensas.
3. La
imagen que tenemos de Dios es Jesús. Por eso, en Jesús, en su vida y en su
humanidad, aprendemos cómo es la humanidad y la cercanía de Dios. Por eso Dios
es alivio y descanso.
SAN
APOLINAR
Elogio: San
Apolinar, obispo, que, al mismo tiempo que propagaba entre los gentiles las
insondables riquezas de Cristo, iba delante de sus ovejas como buen pastor, y
es tradición que honró con su ilustre martirio a la iglesia de Classe, cerca de
Rávena, en la vía Flaminia, donde pasó al banquete eterno el día veintitrés de
julio.
San
Apolinar fue el primer obispo de Rávena (o Ravena) y el único mártir de dicha
ciudad cuyo nombre se conoce. Según las actas de su martirio, Apolinar nació en
Antioquía, dondé fue discípulo de san Pedro, y el Príncipe de los Apóstoles le
nombró obispo de Rávena. Pero se trata de una fábula del siglo VII, inventada
para dar prestigio a la sede episcopal de dicha ciudad. San Apolinar fue uno de
los mártires más famosos en la Iglesia primitiva, y la gran veneración que se
le profesaba es el mejor testimonio de su santidad y espíritu apostólico, pero
ello no nos autoriza a prestar crédito a la leyenda.
Según
ésta, Apolinar curó milagrosamente a la esposa de un oficial, y tanto el marido
como la mujer se convirtieron al cristianismo. También sanó a un sordo llamado
Bonifacio y obtuvo tal cantidad de conversiones, que las autoridades le
desterraron de la ciudad. Entonces, Apolinar fue a predicar el Evangelio a
Bolonia, donde convirtió a todos los miembros de la familia del patricio
Rufino. Partió al exilio nuevamente y durante la travesía, naufragó en las
costas de Dalmacia, donde fue maltratado por predicar el Evangelio. Apolinar
volvió tres veces a su sede, y otras tantas fue capturado, torturado y
desterrado nuevamente. En su cuarta visita el emperador Vespasiano publicó un
decreto por el que ordenaba el destierro a todos los cristianos. San Apolinar
consiguió esconderse algún tiempo con la ayuda de un centurión cristiano, pero
finalmente fue descubierto por el populacho, que le condujo al barrio de
Classis, donde le golpeó hasta dejarle por muerto.
San
Pedro Crisólogo, el más ilustre de los sucesores de san Apolinar, le calificó
de mártir en uno de sus sermones, pero añadió que Dios preservó la vida de
Apolinar durante largo tiempo para bien de su Iglesia y no permitió que los
perseguidores le quitasen la vida. En tal caso, sólo puede decirse que fue
mártir a causa de los tormentos que sufrió por Cristo, lo que habitualmente
llamaríamos un «confesor».
En
sus sermones, san Pedro Crisólogo afirma que san Apolinar fue obispo de Rávena
y mártir; prácticamente a eso se reduce todo lo que sabemos sobre él. La
biografía de Acta Sanctorum, julio, vol. V, no es ciertamente anterior al siglo
VII, y no parece que se apoye en una tradición auténtica. Mons. Lanzoni, Le
fonti della leggenda di Sant'Apollinare di Ravenna (1915) y Le diocesi d'Italia
(1923), pp. 455 as., discute a fondo el problema. En el canon de la misa del
rito de Milán se menciona a san Apolinar.
En
la imagen: el bellísimo mosaico bizantino del
siglo VI que muestra la figura de san Apolinar, obispo, en uno de los
ábsides de la basílica a él dedicada: San Apollinar in Classe, en Rávena.
Oración:
Conduce, Señor, a tus fieles por el camino
de la eterna salvación, que tu obispo san Apolinar enseñó con su doctrina y
martirio, y haz que, perseverando en tus mandamientos, merezcamos ser coronados
con él. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la
unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén
(oración litúrgica).
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