jueves, 27 de julio de 2023

Párate un momento: El Evangelio del dia : 29 DE JULIO – SÁBADO – 16 – SEMANA DE T.O. – A Santa Marta

 

 


 

29 DE JULIO – SÁBADO –

16 – SEMANA DE T.O. – A

Santa Marta

 

    Lectura del libro del Éxodo (24,3-8):

 

   En aquellos días, Moisés bajó y contó al pueblo todo lo que había dicho el Señor y todos sus mandatos; y el pueblo contestó a una:

    «Haremos todo lo que dice el Señor.»

    Moisés puso por escrito todas las palabras del Señor. Se levantó temprano y edificó un altar en la falda del monte, y doce estelas, por las doce tribus de Israel. Y mandó a algunos jóvenes israelitas ofrecer al Señor holocaustos y vacas como sacrificio de comunión. Tomó la mitad de la sangre, y la puso en vasijas, y la otra mitad la derramó sobre el altar.

    Después, tomó el documento de la alianza y se lo leyó en alta voz al pueblo, el cual respondió:     «Haremos todo lo que manda el Señor y lo obedeceremos.»

    Tomó Moisés la sangre y roció al pueblo, diciendo:

    «Ésta es la sangre de la alianza que hace el Señor con vosotros, sobre todos estos mandatos.»

 

Palabra de Dios

 

    Salmo: 49,1-2.5-6.14-15

 

    R/. Ofrece a Dios un sacrificio de alabanza

 

    El Dios de los dioses, el Señor, habla:

convoca la tierra de oriente a occidente.

Desde Sión, la hermosa, Dios resplandece. R/.

 

   «Congregadme a mis fieles,

que sellaron mi pacto con un sacrificio.»

Proclame el cielo su justicia;

Dios en persona va a juzgar. R/.

 

   «Ofrece a Dios un sacrificio de alabanza,

cumple tus votos al Altísimo

e invócame el día del peligro:

yo te libraré, y tú me darás gloria.» R/.

 

    Lectura del santo evangelio según san Mateo (13,24-30):

 

   En aquel tiempo, Jesús propuso otra parábola a la gente: «El reino de los cielos se parece a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero, mientras la gente dormía, su enemigo fue y sembró cizaña en medio del trigo y se marchó.     Cuando empezaba a verdear y se formaba la espiga apareció también la cizaña. Entonces fueron los criados a decirle al amo:

    "Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde sale la cizaña?"

    Él les dijo:

    "Un enemigo lo ha hecho."

    Los criados le preguntaron:     "¿Quieres que vayamos a arrancarla?"

    Pero él les respondió:

    "No, que, al arrancar la cizaña, podríais arrancar también el trigo. Dejadlos crecer juntos hasta la siega y, cuando llegue la siega, diré a los segadores: 'Arrancad primero la cizaña y atadla en gavillas para quemarla, y el trigo almacenadlo en mi granero'."»

 

Palabra del Señor

 

     1.  Como es lógico, los criados que pretendían arrancar la cizaña eran individuos que mostraban ser ellos los que sabían lo que era "buena hierba" y lo que era "cizaña".

     Es decir, ellos se veían a sí mismos capacitados para enjuiciar con seguridad a los demás. Para enjuiciarlos y para arrancarlos de raíz. Se sentían capacitados y sobre todo seguros de lo que pensaban hacer. Y lo más peligroso es que, como lo que pensaban hacer era una cosa buena, no podían ni dudar de que iban a hacer lo que tenían que hacer.

     O sea, se puede afirmar que eran auténticos fanáticos. Y ya se sabe que "la esencia del fanatismo reside en el deseo de obligar a los demás a cambiar" (Samuel Oz).

     Esto es peligrosísimo. Lo ha explicado bellamente Victoria Camps, en su Elogio de la duda, donde nos recuerda el sabio pensamiento de Bertrand Russell: "Gran parte de las dificultades por las que atraviesa el mundo se debe a que los ignorantes están completamente seguros y los inteligentes llenos de dudas".

 

     2.  Esto explica la genialidad de la parábola de la cizaña. Y la necesidad que tenemos de la tolerancia y el respeto. Jesús solo fue intolerante con los intolerantes. Precisamente porque en ellos vio el gran peligro para la tolerancia con el otro, con el diferente, con el que yo veo como cizaña.

     Sin duda alguna, la Inquisición fue una agresión a los derechos fundamentales de las personas. Pero, además de eso, fue seguramente la mayor agresión que se ha hecho contra la propia Iglesia. Concretamente, la Iglesia católica se ha hecho tan odiosa, ante mucha gente, porque ha potenciado la cultura de la intolerancia.

 

     3.  No puede ser casualidad que los grupos actuales más religiosos, son precisamente los grupos religiosamente más intolerantes. Y ahora, cuando las fronteras se han difuminado y cuando las gentes circulan por el mundo entero con mayor facilidad, los grupos religiosos se hacen más intolerantes, se empeñan en ser ellos quienes saben dónde está la mala hierba, y no consienten dejarla crecer.

     Es evidente que la espiritualidad del respeto y la tolerancia es una de las cosas que más y mejor debe cuidar y cultivar la Iglesia de Jesucristo.

 

Santa Marta

 


 

Memoria de santa Marta, era hermana de Maria y de Lazaro; cuando hospedo en su casa de Betania, cerca de Jerusalén, a Jesús, el Señor, se esforzó en servirle lo mejor que pudo, y muerto su hermano Lázaro, proclamó: «Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo, que has venido al mundo» (s. I).

 

 

Vida de Santa Marta de Betania

 

Marta es hermana de María y de Lázaro y vivía en Betania, pequeña población distante unos cuatro kilómetros de Jerusalén, en las cercanías del Monte de los Olivos.

Jesús vivía en Galilea, pero cuando visitaba Jerusalén acostumbraba hospedarse en la casa de estos tres discípulos en Betania, que, tal vez, habían cambiado también su morada de Galilea por la de Judea. Marta se esforzó en servirle lo mejor que pudo y, más tarde, con sus oraciones impetró la resurrección de su hermano.

San Juan nos dice que "Jesús amaba a Marta y a su hermana María y Lázaro" (Jn 11:5).

Lucas añade:

 

"Yendo ellos de camino, entró en un pueblo; y una mujer, llamada Marta, le recibió en su casa. Tenía ella una hermana llamada María, que, sentada a los pies del Señor, escuchaba su Palabra, mientras Marta estaba atareada en muchos quehaceres. Acercándose, pues, dijo: «Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje sola en el trabajo? Dile, pues, que me ayude.»  -Lucas 10:38-40

No podemos estar seguros de la motivación de Marta al hacer su petición a Jesús, pero todo parece indicar que se quejaba contra su hermana. Nuestro Señor aprecia el servicio de Marta, pero al mismo tiempo sabía que era imperfecto. Muchas veces nuestro servicio, aunque sea con buena intención, este mezclado con el afán de sobresalir, la compulsión por ser protagonistas, la competencia para sentirnos que somos los mejores. Es entonces que salen las comparaciones. ¿Por qué la otra no hace nada y soy la que trabajo?

El Señor corrige a Marta, penetra en su corazón afanado y dividido y establece prioridades:

«Marta, Marta, te preocupas y te agitas por muchas cosas; y hay necesidad de pocas, o mejor, de una sola. María ha elegido la parte buena, que no le será quitada.»  -Lucas 10: 41-42

Esa única cosa de la que hay necesidad es de poner todo el corazón en amar a Dios, atender a Jesús que nos habla, que quiere levantarnos de nuestra miseria.

Toda vida activa debe surgir de la contemplación. La vida activa sin contemplación lleva al alma a dispersarse perder de vista el fin. La vida contemplativa se concentra en Dios y se une a Él por la adoración y el amor. La vida contemplativa es una especie de noviciado del cielo, pues la contemplación es la ocupación de los bienaventurados del paraíso. Por ello, Cristo alabó la elección de María y afirmó: "sólo una cosa es necesaria". Eso significa que la salvación eterna debe ser nuestra única preocupación.

Si contemplamos como van las cosas en cualquier Iglesias podremos ver muchas actividades, programas, ideas... Es relativamente fácil hacer cosas por Jesús, pero cuanto nos cuesta estar en silencio ante su Presencia. En seguida pensamos en cosas que hacer. No comprendemos que lo primero y más importante es atenderlo a El directamente por medio de la oración.

Jesús encontró más digna de alabanza la actitud contemplativa de María. Cuanto quisiera Jesús que todos, como María, nos sentáramos ante el para escucharle. Ella se consagraba a la única cosa realmente importante, que es la atención del alma en Dios. También el Padre nos pide que, ante todo, escuchemos a Su Hijo (Mt 17-5).

Entonces, ¿no es necesario trabajar? Claro que sí lo es. Pero para que el trabajo de fruto debe hacerse después de haber orado. El servicio de Marta es necesario, pero debe estar subordinado al tiempo del Señor. Hay que saber el momento de dejar las cosas, por importantes que parezcan, y sentarse a escuchar al Señor. Esto requiere aceptar que somos criaturas limitadas. No podemos hacerlo todo. No podemos siquiera hacer nada bien sin el Señor

San Agustín escribe: "Marta, tú no has escogido el mal; pero María ha escogido mejor que tú". San Basilio y San Gregorio Magno consideran a la hermana María modelo evangélico de las almas contemplativas y su santidad no está en duda, sin embargo, es curioso que, de los tres hermanos, solo Marta aparece en el santoral universal.

 

La resurrección de Lázaro

 

El capítulo 11 de San Juan narra el gran milagro de la resurrección de Lázaro. En aquella ocasión vuelve a hablarse de Marta. Lázaro se agravó de muerte mientras Jesús estaba lejos. Las dos hermanas le enviaron un empleado con este sencillo mensaje: "Señor aquel que tú amas, está enfermo". En un mensaje de confianza en que Jesús va actuar a su favor.

Pero Jesús, que estaba al otro lado del Jordán, continuó su trabajo sin moverse de donde estaba. A los apóstoles les dice: "Esta enfermedad será para gloria de Dios". Y luego les añade: "Lázaro nuestro amigo ha muerto. Y me alegro de que esto haya sucedido sin que yo hubiera estado allí, porque ahora vais a creer".

A los cuatro días de muerto Lázaro, dispuso Jesús dirigirse hacia Betania, la casa estaba llena de amigos y conocidos que habían llegado a dar el pésame a las dos hermanas. Tan pronto Marta supo que Jesús venía, salió a su encuentro y le dijo: "Oh Señor, si hubieras estado aquí no habría muerto mi hermano; pero aún ahora yo sé que cuánto pidas a Dios te lo concederá"

Jesús le dice: "Tu hermano resucitará".

Marta le contesta: "Ya sé que resucitará el último día en la resurrección de los muertos".

Jesús añadió: "Yo soy la resurrección y la vida. Todo el que cree en mí, aunque haya muerto vivirá. ¿Crees esto?"

Marta respondió: "Sí Señor, yo creo que Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo."

Jesús dijo: "¿Dónde lo han colocado?". Y viendo llorar a Marta y a sus acompañantes, Jesús también empezó a llorar. Y las gentes comentaban: "Mirad cómo lo amaba".

Y fue al sepulcro que era una cueva con una piedra en la entrada. Dijo Jesús: "Quiten la piedra". Le responde Marta: "Señor ya huele mal porque hace cuatro días que está enterrado". Le dice Jesús: "¿No te he dicho que si crees verás la gloria de Dios?". Quitaron la piedra y Jesús dijo en voz alta: "Lázaro ven afuera". Y el muerto salió, llevando el sudario y las vendas de sus manos.

De los años siguientes de la santa no tenemos ningún dato históricamente seguro, aunque según la leyenda de la Provenza, Marta fue con su hermana a Francia y evangelizó Tarascón. Ahí se dice que encontraron, en 1187, sus pretendidas reliquias, que todavía se veneran en su santuario.

Los primeros en dedicar una celebración litúrgica a santa Marta fueron los franciscanos en 1262, el 29 de julio, es decir, ocho días después de la fiesta de santa María Magdalena, impropiamente identificada con su hermana María.

Santa Marta es la patrona de los hoteleros, porque sabía atender muy bien.

 

Fuente: corazones.org)

 

 

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