miércoles, 25 de octubre de 2023

Párate un momento: El Evangelio del dia 26 DE OCTUBRE – JUEVES – 29 – SEMANA DE T.O. – A – San Evaristo papa

 

 


 

26 DE OCTUBRE – JUEVES

– 29 – SEMANA DE T.O. – A –

San Evaristo papa

 

      Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos (6,19-23):

 

Uso un lenguaje corriente, adaptándome a vuestra debilidad, propia de hombres; quiero decir esto: si antes cedisteis vuestros miembros como esclavos a la inmoralidad y al desorden, para el desorden total, ponedlos ahora al servicio de la justicia para vuestra santificación.

Cuando erais esclavos del pecado, la justicia no os gobernaba. ¿Qué frutos dabais entonces? Frutos de los que ahora os avergonzáis, porque acaban en la muerte. Ahora, en cambio, emancipados del pecado y hechos esclavos de Dios, producís frutos que llevan a la santidad y acaban en vida eterna. Porque el pecado paga con muerte, mientras que Dios regala vida eterna por medio de Cristo Jesús, Señor nuestro.

 

Palabra de Dios

 

Salmo: 1,1-2.3.4.6

 

      R/. Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor

 

Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los impíos,

ni entra por la senda de los pecadores,

ni se sienta en la reunión de los cínicos;

sino que su gozo es la ley del Señor,

y medita su ley día y noche. R/.

 

Será como un árbol plantado al borde de la acequia:

da fruto en su sazón y no se marchitan sus hojas;

y cuanto emprende tiene buen fin. R/.

 

No así los impíos, no así;

serán paja que arrebata el viento.

Porque el Señor protege el camino de los justos,

pero el camino de los impíos acaba mal. R/.

 

      Lectura del santo evangelio según san Lucas (12,49-53):

 

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«He venido a prender fuego en el mundo, ¡y ojalá estuviera ya ardiendo! Tengo que pasar por un bautismo, ¡y qué angustia hasta que se cumpla.

¿Pensáis que he venido a traer al mundo paz? No, sino división.

En adelante, una familia de cinco estará dividida: tres contra dos y dos contra tres; estarán divididos el padre contra el hijo y el hijo contra el padre, la madre contra la hija y la hija contra la madre, la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra.»

 

Palabra del Señor

 

1.  En las culturas antiguas, el fuego revela a Dios (Ex 3, 2-3) y guía al pueblo en la columna ardiendo (Ex 13, 21-22). Y, en las tradiciones del AT, el fuego se presenta como instrumento de purificación (Lev 13, 52; Núm. 31, 23), un signo de discriminación (Jer 23, 29; Is 33, 14) o como instrumento de castigo (Gen 19, 24; Ex 9, 24; Sal 66, 12).

En la cultura actual, el fuego es un elemento destructor. Y sobre todo es fuente de contaminación y de cambio climático, al quemar materias (petróleo y gases) contaminantes. De ahí, la urgencia de remplazar al fuego por energías alternativas, limpias.

Pero Jesús no habla del fuego que él trae, en ninguno de esos significados. Jesús no trajo a este mundo ritos de purificación mediante el fuego. Menos aún trajo peligro y contaminación. Y de ninguna manera se refiere a un instrumento para castigar a nadie.

El fuego, que trae Jesús, se refiere a otra cosa enteramente distinta y que nos desconcierta.

 

2.  Jesús explica "su fuego" refiriéndose a un "bautismo", que él mismo va a recibir: Jesús en camino hacia Jerusalén (Lc 9, 51). Allí va a ser juzgado, condenado y ejecutado, como un transgresor y un subversivo. 

En eso consiste el "bautismo" que va a recibir Jesús. Por tanto, ni el fuego, ni el bautismo, de los que habla Jesús, son rituales de purificación o de perdón religioso. Son símbolos que expresan una forma de vivir. Una forma tan nueva y provocativa, que desencadena la intolerancia de los que se ven como "selectos" y "sagrados".

Hasta llegar a la condena de los que no soportan que les sustituyan sus rituales por una ética de la solidaridad y la identificación con los que peor lo pasan en este mundo.

 

3.  De ahí, las fracturas y enfrentamientos que provoca el camino y el destino de Jesús. No todos estamos dispuestos a seguir ese camino.  De ahí, la división que la ética de Jesús introduce entre los que (en teoría) tendrían que estar más unidos: padres, hijos y hermanos. 

La fuerza del Evangelio nos divide a quienes no estamos dispuestos a seguir esa fuerza en relación con quienes la siguen.

Las "armonías" superficiales no cuadran con la fe en Jesús. 

Pero ¿vivimos el Evangelio como una fuerza incontenible que nos transforma?

Esta es la cuestión.

 

San Evaristo papa

 




Judío de origen griego, pastoreó la iglesia sucediendo al papa Anacleto. Fue humilde y docto en la predicación y defendió la fe de los errores gnósticos.

 

Vida de San Evaristo papa

Nació por los años 60, de una familia judía asentada en tierras griegas. Recibió educación judía y aprendió en los liceos helénicos.

No se conocen datos de su conversión al cristianismo, pero se le ve ya en Roma como uno de los presbíteros muy estimados por los fieles que, lleno de celo, eleva el nivel de la comunidad de cristianos de la ciudad, entregándose por completo a mostrarle a Jesucristo. Amplio conocedor de la Sagrada Escritura, es docto en la predicación y humilde en el servicio.

Muerto mártir el Papa Anacleto, sucesor de Clemente, la atención se fija en Evaristo. Por humildad se resistió con todas las fuerzas posibles a asumir la dignidad que comportaba tan alto servicio. El día 27 de Julio del año 108 tuvo la Iglesia por Papa a Evaristo.

Atendió cuidadosamente las necesidades del rebaño: Defiende la verdadera fe contra los errores gnósticos. Establece normas que afectan a la consagración y trabajo pastoral de los Obispos y de los diáconos. Manda la celebración pública de los matrimonios. Se ocupa de la vida de los fieles, esbozándose ya una cierta administración territorial, para su mejor atención y gobierno. También escribió cartas a los fieles de Africa y de Egipto.

Murió mártir, siendo Trajano emperador, hacia el 117.

 

(Fuente: catholic.net)

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario