miércoles, 25 de octubre de 2023

Párate un momento: El Evangelio del dia 27 DE OCTUBRE – VIERNES – 29 – SEMANA DE T.O. – A – Santos Vicente, Sabina y Cristeta (hermanos mártires del siglo IV)

 

 

 



27 DE OCTUBRE – VIERNES

– 29 – SEMANA DE T.O. – A –

Santos Vicente, Sabina y Cristeta

(hermanos mártires del siglo IV)

 

       Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos (7,18-25a):

 

Sé muy bien que no es bueno eso que habita en mí, es decir, en mi carne; porque el querer lo bueno lo tengo a mano, pero el hacerlo, no. El bien que quiero hacer no lo hago; el mal que no quiero hacer, eso es lo que hago.

Entonces, si hago precisamente lo que no quiero, señal que no soy yo el que actúa, sino el pecado que habita en mí. Cuando quiero hacer lo bueno, me encuentro inevitablemente con lo malo en las manos.

En mi interior me complazco en la ley de Dios, pero percibo en mi cuerpo un principio diferente que guerrea contra la ley que aprueba mi razón, y me hace prisionero de la ley del pecado que está en mi cuerpo. ¡Desgraciado de mí!

¿Quién me librará de este cuerpo presa de la muerte?

Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo, y le doy gracias.

 

Palabra de Dios

 

Salmo: 118,66.68.76.77.93.94

 

      R/. Instrúyeme, Señor, en tus leyes

 

Enséñame a gustar y a comprender,

porque me fío de tus mandatos. R/.

 

Tú eres bueno y haces el bien;

instrúyeme en tus leyes. R/.

 

Que tu bondad me consuele,

según la promesa hecha a tu siervo. R/.

 

Cuando me alcance tu compasión, viviré,

y mis delicias serán tu voluntad. R/.

 

Jamás olvidaré tus decretos,

pues con ellos me diste vida. R/.

 

Soy tuyo, sálvame,

que yo consulto tus leyes. R/.

 

Lectura del santo evangelio según san Lucas (12,54-59):

 

En aquel tiempo, decía Jesús a la gente:

«Cuando veis subir una nube por el poniente, decís en seguida: "Chaparrón tenemos", y así sucede.

Cuando sopla el sur, decís: "Va a hacer bochorno", y lo hace.

Hipócritas: si sabéis interpretar el aspecto de la tierra y del cielo, ¿cómo no sabéis interpretar el tiempo presente? ¿Cómo no sabéis juzgar vosotros mismos lo que se debe hacer?

Cuando te diriges al tribunal con el que te pone pleito, haz lo posible por llegar a un acuerdo con él, mientras vais de camino; no sea que te arrastre ante el juez, y el juez te entregue al guardia, y el guardia te meta en la cárcel. Te digo que no saldrás de allí hasta que no pagues el último céntimo.»

 

Palabra del Señor

 

1.  La palabra clave para comprender este texto es el verbo (dokimasein) (interpretar, examinar...), aplicado al "tiempo presente". 

Jesús se lamenta de los que no saben la necesaria y debida interpretación del tiempo. El tiempo que se vivía cuando Jesús andaba por el mundo. Y, lógicamente, también la interpretación de nuestro tiempo actual.

Jesús se queja de este vacío de interpretación, porque, como bien se ha dicho, "ya desde muy temprano el peligro de des temporalización corroe el alma del cristianismo" (J. B. Metz). 

Este peligro consiste en querer vivir el cristianismo como si estuviera fuera del tiempo, a partir de una especie de "doctrina intemporal", en la que siempre se puede entender y explicar el Evangelio de la misma manera.

Hay homilías o sermones que lo mismo se puede predicar hoy, como se podrían haber predicado (exactamente igual) hace cincuenta años.

 

2.  Así se "destemporaliza" la fe. 

Es decir, se piensa ingenuamente que los "signos de los tiempos" no condicionan para nada nuestra interpretación y nuestra manera de vivir el Evangelio.

¿Por qué hoy la religión interesa tan poco y a tan poca gente? El "escapismo teológico del tiempo" (J. B. Metz) es una forma de escurrir el hombro para no complicarse la vida. Y lo que resulta más grave es volver atrás en el tiempo.

Así, querer explicar la fe con las ideas y el lenguaje de hace bastantes años, las ideas anteriores al concilio Vaticano II o, lo que sería más estúpido: pretender anunciar ahora un mensaje que fue pensado en el siglo XIII, el siglo en el que se sistematizó la teología que ha llegado hasta nosotros.

 

3.  El problema más complicado, que hoy tenemos en la Iglesia, es que el control de las autoridades jerárquicas, sin decirlo ni quizás pretenderlo, obligan a teólogos y sacerdotes a hablar de Dios, de Jesús y del Evangelio de forma que, a la inmensa mayoría de la gente, no le interesa ni le dice nada el pensamiento y el lenguaje eclesiástico.

Los cristianos tenemos el derecho y el deber de pedir a los dirigentes de la Iglesia que nos hablen "a nosotros", no a las gentes de la Edad Media o a los católicos del siglo pasado.

 

4.  La fuente de esperanza, que ha brotado en los últimos años, ha sido el papa Francisco. Un hombre que se relaciona con la realidad actual, especialmente con los más necesitados. Y un hombre que, por vivir como vive y hablar como habla, se hace insoportable para los clérigos que se metieron en el clero como "funcionarios" empeñados en "hacer carrera".

Una Iglesia de funcionarios no va a ninguna parte.

Jesús no soporta a los clérigos "funcionarios".

 

Santos Vicente, Sabina y Cristeta

(hermanos mártires del siglo IV)


 

Vicente, Sabina y Cristeta son hermanos. Han nacido y vivieron en Talavera (Toledo). Los tres disfrutan de su juventud —Cristeta, casi niña- y, como en tantos hogares después del fallecimiento de los padres, hace cabeza Vicente que es el mayor.

Manda en el Imperio la tetrarquía hecha por Diocleciano con el fin de poner término a la decadencia que se viene arrastrando a lo largo del siglo III por las innumerables causas internas y por las rebeliones y amenazas cada vez más apremiantes en las fronteras. Diocleciano, augusto, reside en Nicomedia y ocupa la cumbre de la jerarquía; su césar Galerio reside en Sirmio y se ocupa de Oriente; Maximiano es el otro augusto que se establece en Milán, con su césar Constancio, en Tréveris, gobiernan Occidente.

El presidente en España es Daciano hombre cruel, bárbaro y perverso, que odia sin límites el nombre cristiano y que va dejando un riego de mártires en Barcelona y en Zaragoza. Llega a Toledo y sus colaboradores buscan en Talavera seguidores de Cristo.

Allí es conocido como tal Vicente, que se desvive por la ayuda al prójimo y es ejemplo de alegría, nobleza y rectitud.

Llevado a la presencia del Presidente, se repite el esquema clásico, en parte verídico y en parte parenético de las actas de los mártires. Halagos por parte del poderoso juez pagano con promesas fáciles, y, por parte del cristiano, profesiones de fe en el Dios que es Trinidad, en Jesucristo-Señor y en la vida eterna prometida. Amenazas de la autoridad que se muestra dispuesta a hacer cumplir de modo implacable las leyes y exposición tan larga como firme de las disposiciones a perder todo antes de la renuncia a la fe nutriente de su vida que hace el cristiano. De ahí se pasa al martirio descrito con tonos en parte dramáticos y en parte triunfales, con el añadido de algún hecho sobrenatural con el que se manifiesta la complacencia divina ante la fidelidad libre del fiel.

Bueno, pues el caso es que a Vicente lo condenan a muerte por su pertinacia en perseverar en la fe cristiana. Lo meten en la cárcel y, en espera de que se cumpla la sentencia, es visitado por sus dos hermanas que, entre llantos y confirmándole en su decisión de ser fiel a Jesucristo, le sugieren la posibilidad de una fuga con el fin de que, sin padres que les tutelen, siga él siendo su apoyo y valedor. La escapada se realiza, pero los soldados romanos los encuentran en la cercana Ávila donde son los tres martirizados, en el año 304.

El amor a Dios no supone una dejación, olvido o deserción de los nobles compromisos humanos. Vicente, aceptando los planes divinos hasta el martirio, hizo cuanto legítimamente estuvo de su parte para sacar adelante su compromiso familiar.

 

   Fuente: http://www.archimadrid.es/princi/princip/otros/

san toral/san tora

 

 

 

 

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