18 - DE JUNIO – MARTES –
11ª – SEMANA DEL T.O. – B
SAN CIRIACO Y SANTA
PAULA,
PATRONOS DE MÁLAGA
Lectura
del primer libro de los Reyes (21,17-29):
Después de la muerte de
Nabot, el Señor dirigió la palabra a Elias, el tesbita:
«Anda, baja al encuentro de Ajab, rey de Israel, que vive en Samaria. Mira,
está en la viña de Nabot, adonde ha bajado para tomar posesión.
Dile: "Así dice el Señor: '¿Has asesinado, y encima robas?' Por eso,
así dice el Señor: 'En el mismo sitio donde los perros han lamido la sangre de
Nabot, a ti también los perros te lamerán la sangre.»
Ajab dijo a Elías:
«¿Conque me has sorprendido, enemigo mío?»
Y Elías repuso:
«¡Te he sorprendido! Por haberte vendido, haciendo lo que el Señor
reprueba, aquí estoy para castigarte; te dejaré sin descendencia, te
exterminaré todo israelita varón, esclavo o libre. Haré con tu casa como con la
de Jeroboán, hijo de Nabat, y la de Basá, hijo de Ajías, porque me has irritado
y has hecho pecar a Israel.
También ha hablado el Señor contra Jezabel:
"Los perros la devorarán en el campo de Yezrael."
A los de Ajab que mueran en poblado los devorarán los perros, y a los que
mueran en descampado los devorarán las aves del cielo.»
Y es que no hubo otro que se vendiera como Ajab para hacer lo que el Señor
reprueba, empujado por su mujer Jezabel. Procedió de manera abominable,
siguiendo a los ídolos, igual que hacían los amorreos, a quienes el Señor había
expulsado ante los israelitas.
En cuanto Ajab oyó aquellas palabras, se rasgó las vestiduras, se vistió un
sayal y ayunó; se acostaba con el sayal puesto y andaba taciturno.
El Señor dirigió la palabra a Elias, el tesbita:
«¿Has visto cómo se ha humillado Ajab ante mí? Por haberse humillado ante
mí, no lo castigaré mientras viva; castigaré a su familia en tiempo de su
hijo.»
Palabra de Dios
Salmo:
50,3-4.5-6a.11.16
R/.
Misericordia, Señor: hemos pecado
Misericordia, Dios mío,
por tu bondad,
por tu inmensa
compasión borra mi culpa;
lava del todo mi
delito,
limpia mi
pecado. R/.
Pues yo reconozco mi
culpa,
tengo siempre presente
mi pecado:
contra ti, contra ti
solo pequé,
cometí la maldad que
aborreces. R/.
Aparta de mi pecado tu
vista,
borra en mí toda
culpa.
Líbrame de la sangre,
oh Dios,
Dios, Salvador mío,
y cantará mi lengua tu
justicia. R/.
Lectura
del santo evangelio según san Mateo (5,43-48):
En aquel tiempo, dijo
Jesús a sus discípulos:
«Habéis oído que se dijo: "Amarás a tu prójimo" y aborrecerás a
tu enemigo. Yo, en cambio, os digo: Amad a vuestros enemigos, y rezad por los
que os persiguen. Así seréis hijos de vuestro Padre que está en el cielo, que
hace salir su sol sobre malos y buenos, y manda la lluvia a justos e injustos.
Porque, si amáis a los que os aman, - ¿qué premio tendréis? -
¿No hacen lo mismo también los publicanos?
Y si saludáis sólo a vuestros hermanos, - ¿qué hacéis de extraordinario? -
¿No hacen lo mismo también los gentiles?
Por tanto, sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto.»
Palabra del Señor
1. El precepto del amor a los enemigos es uno de los textos
cristianos fundamentales. Incluso se ha dicho que este amor, tan
infrecuente, "se considera como lo propio y nuevo del cristianismo" (U.
Luz). Porque es fuerte y único lo que aquí se manda: "amar",
"hacer el bien", "bendecir" y "orar", todo eso
precisamente en favor de quien peor te quiere, de quien te odia y te hace todo
el daño que puede.
2. Evidentemente, ir así por la vida, portándose de esta manera
con la gente más mala que uno puede encontrar en este mundo, es algo que supera
con mucho lo que normalmente da de sí la condición humana. El que reacciona
así, ante el odio y la calumnia, es que tiene una motivación y una fuerza que
ha dominado lo inhumano que todos llevamos dentro de nosotros. Por eso Jesús
dice a los que se portan de esta manera inusual: "Así seréis hijos de
vuestro Padre que está en el cielo".
"Ser" hijo de Dios no es fruto de unas creencias o de asistir a
unos ritos religiosos. Jesús es tajante: Es hijo de Dios el que ama siempre y a
todos, incluso a sus peores enemigos.
3. Cuando Jesús pide esto, no está urgiendo que alcancemos
una alta santidad, sino una profunda humanidad. Se trata, en efecto, de
que seamos sencillamente humanos. Y humanos siempre. Jamás inhumanos con nadie
ni por nada.
El mejor ejemplo, que Jesús encuentra, es la "humanidad de Dios".
El Padre que dispone lo más natural del mundo: que el sol que sale cada mañana alumbre
a todos; y que la lluvia que cae del cielo dé vida a todos. Lo más
perfectamente natural y humano es no establecer desigualdades, nunca ni por
nada.
SAN CIRIACO Y SANTA
PAULA,
PATRONOS DE MÁLAGA
Los Reyes Católicos consagraron a los Santos
Mártires Ciriaco y Paula una de las cuatro parroquias fundacionales tras la
reconquista en 1487, designaron a los Santos Mártires Ciriaco y Paula Patronos
de la ciudad de Málaga en 1490, e incluyeron a los Santos Patronos en el Escudo
de Armas en 1494. Todos estos aspectos han permanecido inalterados hasta el
momento presente. El día 18 de Junio ha sido una fiesta fundamental en la
ciudad durante siglos, aunque de forma intermitente. Hasta el año 1986, el día 18
de Junio era fiesta local civil.
La tradición transmitida ampliamente en la
historiografía local afirma que los Santos Ciriaco y Paula fueron dos jóvenes
malagueños pertenecientes a una floreciente comunidad cristiana existente en
nuestra ciudad y presidida por el Obispo San Patricio. Apresados en el contexto
de la décima persecución del emperador Diocleciano y Maximiano, fueron
sometidos a dolorosos tormentos con el propósito de que renunciaran a su fe y
adorasen a las divinidades paganas. Como no consiguieron tal
propósito, fueron condenados a muerte y lapidados, atados a sendos troncos de
unas palmeras, esto sucedió en el margen del río Guadalmedina el día 18 de
Junio del año 303 de nuestra era, en el lugar que aún hoy conocemos como Paseo
de Martiricos. Ocurrida la muerte, cayó un fuerte aguacero que impidió que sus
cuerpos fuesen quemados, y sus hermanos cristianos los recogieron y procedieron
a su sepultura. Se desconocen los datos en torno a su nacimiento, infancia o
juventud. se ignora dónde han sido depositados sus cuerpos, aunque tradicionalmente
se afirmaban que no podían estar muy lejos de la ciudad, junto a la ribera del
río Guadalmedina, de donde se arrancaron las piedras para lapidarlos.
En 1581 se dejó sentir un fuerte terremoto en
la iglesia de los Santos Mártires, como apenas hubo que lamentar pérdidas,
decidieron el 16 de Junio de 1582 hacer un voto solemne y declarar día festivo
con obligación de oír misa el 18 de junio, día de los Santos Mártires, en la
ciudad y sus arrabales. En el mismo cabildo la Ciudad acordó mandar labrar dos
estatuas de plata para que fueran sacadas en procesión en el día de su fiesta.
Estas imágenes, donadas por el Cabildo municipal, fueron procesionadas por primera
vez el 18 de junio del año 1604. El 5 de Febrero de 1810 entraron los franceses
en Málaga y arrebataron a los malagueños las dos estatuas de los Santos
Patronos debido a su precioso metal.
Hay buena prueba de la memoria de los Santos
Ciriaco y Paula en el callejero de la ciudad: La Barriada de Santa Paula y unos
jardines, están dedicados en honor de nuestra Patrona. El Paseo de Martiricos,
junto al río Guadalmedina, guarda tradición del lugar del martirio. En Ciudad
Jardín tenemos calle San Ciriaco y calle Santa Paula. La denominada Plaza de
los Mártires Ciriaco y Paula, y la calle Mártires junto al templo parroquial de
los Santos Mártires Ciriaco y Paula. Muy cerca, además, está la calle Santos,
también dedicada a los Patronos, recogiendo la tradición que afirmaba que los
jóvenes Santos se conocieron en una panadería situada en esa vía, en la que
trabajaban ambos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario