4 - DE JUNIO – MARTES –
9ª – SEMANA DEL T.O. – B
SANTAS RUT Y NOEMI
Lectura de la segunda carta
del apóstol san Pedro (3,12-15a.17-18):
Esperad y
apresurad la venida del Señor, cuando desaparecerán los cielos, consumidos por
el fuego, y se derretirán los elementos. Pero nosotros, confiados en la promesa
del Señor, esperamos un cielo nuevo y una tierra nueva en que habite la
justicia. Por tanto, queridos hermanos, mientras esperáis estos
acontecimientos, procurad que Dios os encuentre en paz con él, inmaculados e
irreprochables. Considerad que la paciencia de Dios es nuestra salvación. Así,
pues, queridos hermanos, vosotros estáis prevenidos; estad en guardia para que
no os arrastre el error de esos hombres sin principios, y perdáis pie. Creced
en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo, a quien
sea la gloria ahora y hasta el día eterno. Amén.
Palabra de Dios
Salmo 89
R/. Señor, tú has sido nuestro
refugio de generación en generación
Antes que
naciesen los montes
o fuera engendrado el orbe de la tierra,
desde siempre y por siempre tú eres Dios. R/.
Tú reduces el
hombre a polvo,
diciendo: «Retornad, hijos de Adán.»
Mil años en tu presencia
son un ayer, que pasó; una vela nocturna. R/.
Aunque uno
viva setenta años,
y el más robusto hasta ochenta,
la mayor parte son fatiga inútil,
porque pasan aprisa y vuelan. R/.
Por la mañana
sácianos de tu misericordia,
y toda nuestra vida será alegría y júbilo.
Que tus siervos vean tu acción,
y sus hijos tu gloria. R/.
Lectura del santo evangelio
según san Marcos (12,13-17):
En aquel
tiempo, enviaron a Jesús unos fariseos y partidarios de Herodes, para cazarlo
con una pregunta. Se acercaron y le dijeron:
«Maestro, sabemos que eres sincero y que
no te importa de nadie; porque no te fijas en lo que la gente sea, sino que
enseñas el camino de Dios sinceramente.
- ¿Es lícito pagar impuesto al César o no?
- ¿Pagamos o no pagamos?»
Jesús, viendo su hipocresía, les
replicó:
«¿Por qué intentáis cogerme? Traedme un
denario, que lo vea.»
Se lo trajeron. Y él les preguntó:
«¿De quién es esta cara y esta
inscripción?»
Le contestaron: «Del César.»
Les replicó:
«Lo que es del César pagádselo al César,
y lo que es de Dios, a Dios.»
Se quedaron admirados.
Palabra de Dios
1. Este
relato tiene una actualidad muy importante, porque toca directamente el tema de
la "corrupción", que es causa de tanto escándalo y de tanto
sufrimiento.
La Iglesia primitiva le dio importancia
a este episodio, ya que lo repiten los tres sinópticos (Mc 12, 17; Mt 22, 21;
Lc 20, 25). Se sabe que, en tiempos de Jesús, Palestina estaba ocupada y
dominada por Roma. Y el Imperio sacaba todo el dinero, que
podía, mediante los impuestos, que oprimían a la gente, sobre todo a los
pobres. De ahí, la importancia del impuesto que había que pagar a los
romanos.
-
¿Debían los cristianos pagarlo, sí o no?
2. Todo esto es lo que se suele decir sobre este pasaje de los evangelios. Sin embargo, la explicación que hoy más se va imponiendo, entre los entendidos en estos temas, es que la instrucción de Jesús no tiene nada que ver con el dinero o la moneda como tal. Lo que aquí se expresa es un mandamiento global, que abarca la vida entera: sed honrados en vuestros deberes fiscales con el poder civil. Pero sed igualmente honrados y ejemplares cuando se trata de "devolver" a Dios todo lo que le debemos.
3. Tengamos presente que el
verbo apodidomi, que el evangelio pone aquí en imperativo, significa devolver.
Dios se ha "humanizado" en cada ser humano. Lo que Dios nos manda es
que le devolvamos lo que le debemos, dándole a cada ser humano lo que le
debemos a Dios: respeto, bondad, sinceridad...
Hay que dar a la autoridad civil lo que
se nos exige para ser buenos ciudadanos. Pero igualmente le tenemos que
devolver a Dios lo mucho (todo), que le debemos. En el trato y convivencia con
los otros.
SANTAS RUT Y
NOEMI
En la Biblia encontrarás un libro llamado Rut. Es una historia sobre una
familia que vivió durante el tiempo en que Israel tuvo jueces. Rut es una joven
del país de Moab; no pertenece a Israel, la nación de Dios. Pero cuando Rut
aprende acerca del Dios verdadero, Jehová, lo ama mucho. Noemí es una señora
mayor que ayudó a Rut a conocer a Jehová.
Noemí es israelita. Ella y su esposo y sus dos hijos se mudaron a la tierra
de Moab cuando había poco alimento en Israel. Un día, el esposo de Noemí murió.
Después, los hijos de Noemí se casaron con dos moabitas llamadas Rut y Orpa.
Unos 10 años después, los dos hijos de Noemí murieron. ¡Qué tristeza! ¿Qué
haría Noemí ahora?
Un día Noemí decide volver a su propia gente, un viaje largo. Rut y Orpa
quieren estar con ella, y la acompañan también. Pero después de algún tiempo en
el camino, Noemí les dice a las jóvenes: ‘Vuélvanse al lugar de donde vinieron
y quédense con sus madres.’
Noemí se despide de ellas con un beso. Ellas empiezan a llorar, porque aman
mucho a Noemí. Dicen: ‘¡No! Nosotras vamos a ir contigo a tu gente.’ Pero Noemí
les responde: ‘Ustedes tienen que regresar, hijas mías. Les irá mejor entre los
suyos.’ De manera que Orpa empieza el viaje de regreso al lugar de donde vino.
Pero Rut no se va.
Noemí se vuelve a ella y dice: ‘Orpa se ha ido. Vete con ella también.’ Pero
Rut contesta: ‘¡No trates de hacer que te deje! Déjame ir contigo. Donde tú
vayas, yo iré, y donde vivas, viviré. Tu pueblo será mi pueblo y tu Dios será
mi Dios. Donde tú mueras, yo moriré, y allí me enterrarán.’ Cuando Rut dice
esto, Noemí deja de tratar de hacer que regrese.
Al fin las dos mujeres llegan a Israel. Se establecen allí. Rut en seguida
empieza a trabajar en los campos, porque es tiempo de recoger la cebada. Un
hombre llamado Booz le deja recoger cebada en sus campos. ¿Sabes quién era la
madre de Booz? Era Rahab, de la ciudad de Jericó.
Un día Booz le dice a Rut: ‘He oído mucho de ti, y de lo bondadosa que has
sido con Noemí. Sé que dejaste a tu padre y a tu madre y tu propio país y has
venido a vivir entre un pueblo que nunca antes habías conocido. ¡Te deseo que
Jehová sea bueno contigo!’
Rut contesta: ‘Eres muy bondadoso conmigo, señor. Me has hecho sentir mejor
por las buenas cosas que me has dicho.’ A Booz le agrada mucho Rut, y poco
tiempo después se casan. ¡Qué feliz hace esto a Noemí! Pero Noemí se siente más
feliz todavía cuando Rut y Booz tienen su primer hijo, llamado Obed. Después
Obed llega a ser el abuelo de David; de este David después aprenderemos más.
SANTAS RUT Y
NOEMI
En la Biblia encontrarás un libro llamado Rut. Es una historia sobre una
familia que vivió durante el tiempo en que Israel tuvo jueces. Rut es una joven
del país de Moab; no pertenece a Israel, la nación de Dios. Pero cuando Rut
aprende acerca del Dios verdadero, Jehová, lo ama mucho. Noemí es una señora
mayor que ayudó a Rut a conocer a Jehová.
Noemí es israelita. Ella y su esposo y sus dos hijos se mudaron a la tierra
de Moab cuando había poco alimento en Israel. Un día, el esposo de Noemí murió.
Después, los hijos de Noemí se casaron con dos moabitas llamadas Rut y Orpa.
Unos 10 años después, los dos hijos de Noemí murieron. ¡Qué tristeza! ¿Qué
haría Noemí ahora?
Un día Noemí decide volver a su propia gente, un viaje largo. Rut y Orpa
quieren estar con ella, y la acompañan también. Pero después de algún tiempo en
el camino, Noemí les dice a las jóvenes: ‘Vuélvanse al lugar de donde vinieron
y quédense con sus madres.’
Noemí se despide de ellas con un beso. Ellas empiezan a llorar, porque aman
mucho a Noemí. Dicen: ‘¡No! Nosotras vamos a ir contigo a tu gente.’ Pero Noemí
les responde: ‘Ustedes tienen que regresar, hijas mías. Les irá mejor entre los
suyos.’ De manera que Orpa empieza el viaje de regreso al lugar de donde vino.
Pero Rut no se va.
Noemí se vuelve a ella y dice: ‘Orpa se ha ido. Vete con ella también.’ Pero
Rut contesta: ‘¡No trates de hacer que te deje! Déjame ir contigo. Donde tú
vayas, yo iré, y donde vivas, viviré. Tu pueblo será mi pueblo y tu Dios será
mi Dios. Donde tú mueras, yo moriré, y allí me enterrarán.’ Cuando Rut dice
esto, Noemí deja de tratar de hacer que regrese.
Al fin las dos mujeres llegan a Israel. Se establecen allí. Rut en seguida
empieza a trabajar en los campos, porque es tiempo de recoger la cebada. Un
hombre llamado Booz le deja recoger cebada en sus campos. ¿Sabes quién era la
madre de Booz? Era Rahab, de la ciudad de Jericó.
Un día Booz le dice a Rut: ‘He oído mucho de ti, y de lo bondadosa que has
sido con Noemí. Sé que dejaste a tu padre y a tu madre y tu propio país y has
venido a vivir entre un pueblo que nunca antes habías conocido. ¡Te deseo que
Jehová sea bueno contigo!’
Rut contesta: ‘Eres muy bondadoso conmigo, señor. Me has hecho sentir mejor
por las buenas cosas que me has dicho.’ A Booz le agrada mucho Rut, y poco
tiempo después se casan. ¡Qué feliz hace esto a Noemí! Pero Noemí se siente más
feliz todavía cuando Rut y Booz tienen su primer hijo, llamado Obed. Después
Obed llega a ser el abuelo de David; de este David después aprenderemos más.
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