jueves, 4 de julio de 2024

Párate un momento El Evangelio del dia 6 - DE JULIO – SÁBADO – 13ª – SEMANA DEL T.O. - B Santa María Goretti

 


 

 6 - DE JULIO – SÁBADO –

13ª – SEMANA DEL T.O. - B

Santa María Goretti

 

      Lectura de la profecía de Amós (9,11-15):

 

     Así dice el Señor:

     «Aquel día, levantaré la tienda caída de David, taparé sus brechas, levantaré sus ruinas como en otros tiempos. Para que posean las primicias de Edom, y de todas las naciones, donde se invocó mi nombre. –oráculo del Señor–.

     Mirad que llegan días –oráculo del Señor– en que el que ara sigue de cerca al segador; el que pisa las uvas, al sembrador; los montes manarán vino, y fluirán los collados. Haré volver los cautivos de Israel, edificarán ciudades destruidas y las habitarán, plantarán viñas y beberán de su vino, cultivarán huertos y comerán de sus frutos. Los plantaré en su campo, y no serán arrancados del campo que yo les di, dice el Señor, tu Dios.»

 

Palabra de Dios

 

     Salmo: 84

     R/. Dios anuncia la paz a su pueblo

     Voy a escuchar lo que dice el Señor: «Dios anuncia la paz a su pueblo y a sus amigos y a los que se convierten de corazón.» R/.

     La misericordia y la fidelidad se encuentran, la justicia y la paz se besan; la fidelidad brota de la tierra, y la justicia mira desde el cielo. R/.

     El Señor nos dará la lluvia, y nuestra tierra dará su fruto.

      La justicia marchará ante él, la salvación seguirá sus pasos. R/.

 

     Lectura del santo evangelio según san Mateo (9,14-17):

 

     En aquel tiempo, se acercaron los discípulos de Juan a Jesús, preguntándole:

     «¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos a menudo y, en cambio, tus discípulos no ayunan?»

     Jesús les dijo:

     «¿Es que pueden guardar luto los invitados a la boda, mientras el novio está con ellos? Llegará un día en que se lleven al novio, y entonces ayunarán. Nadie echa un remiendo de paño sin remojar a un manto pasado; porque la pieza tira del manto y deja un roto peor. Tampoco se echa vino nuevo en odres viejos, porque revientan los odres; se derrama el vino, y los odres se estropean; el vino nuevo se echa en odres nuevos, y así las dos cosas se conservan.»

 

Palabra del Señor

 

1.  Es importante darse cuenta de que este relato marca la ruptura que se produjo entre Jesús e Israel. 

Jesús da a entender, en su respuesta, que sus discípulos representan lo nuevo que él trae al mundo (U. Luz).

Una religiosidad desligada de ascetismos y observancias. Y cuyo centro está en la felicidad compartida, en el gozo comunitario, en el amor de todos con todos.

Insistamos, una vez más, en que la novedad del Evangelio se vio limitada o quizá controlada por la cultura estoica, que puso en el centro de la vida la pureza y no la justicia. Al tiempo que se marginó la cultura dionisiaca, en la que la "felicidad compartida de la bacanal" tiene la virtualidad de "poner las almas en común" (M. Daraki).

Es central en el Evangelio el proyecto de la unión, la bondad y el amor común, que no fomenta el orgullo personal, sino la dicha en común.

 

2.  Por otra parte, la práctica del ayuno indica, en el fondo, que creemos en un Dios al que le gusta que la gente se prive de lo más elemental para la vida: el alimento.

El Dios del ayuno es un Dios de luto y muerte. Sin embargo, el Dios de Jesús es como un novio: el ser enamorado, que une su vida y su destino a la persona a la que ama.  Por eso, la boda es, en todas las culturas, una de las celebraciones más bellas, más gozosas y más cargadas de esperanza y disfrute que hay en este mundo.  

San Juan de la Cruz escribió, en el Cántico espiritual, el poema más bello y profundo del amor a Dios, utilizando para ello lo que en la vida de los seres humanos representa el cariño de los enamorados.

 

3.  Lo más opuesto a un día de ayuno es un día de boda.  Como lo más opuesto a un funeral es el banquete en el que los invitados gritan "¡Vivan los novios!".

Pues bien, esto supuesto, lo genial es que el Dios de Jesús no es el Dios del ayuno, sino el Dios de la boda. 

Esto es tan sorprendente, que al común de la gente no le entra en su cabeza. Sin saber por qué, el hecho es que somos muchos los que tenemos la impresión de que nos acercamos más a Dios mediante la "privación" que mediante la "satisfacción".

- ¿Qué extraño mecanismo interior funciona en nosotros para producir semejante impresión?

Sin duda alguna, la experiencia religiosa está más asociada al dolor que al disfrute.

 

Santa María Goretti

 




Santa María Goretti nació en Corinaldo, Italia el 16 de octubre de 1890 hija de Luis Goretti y Assunta Carlini, ambos campesinos. María fue la segunda de seis hijos.

Vivió en el seno de una familia humilde y perdió a su padre a los diez años por causa del paludismo.

Como consecuencia de la muerte de su padre, la madre de María Goretti tuvo que trabajar dejando la casa y los hermanos menores a cargo de ésta quien realizaba sus obligaciones con alegría y cada semana asistía a clases de catecismo.

los once años hizo su primera comunión haciéndose, desde entonces, el firme propósito de morir antes que cometer un pecado.

En la misma finca donde vivía María trabajaba Alejandro Serenelli, quien se enamoró de María que en ese entonces contaba con doce años.

Serenelli, a causa de lecturas impuras, se dedicó a buscar a María haciéndole propuestas que la santa rechazaba haciendo que Serenelli se sintiera despreciado.

El 5 de julio de 1902 Serenelli fue en busca de María quien estaba sola en su casa y al encontrarla la invitó a ir a una recámara de la casa a lo que María se negó por lo que aquél se vio obligado a forzarla.

María se negaba advirtiéndole a Serenelli que lo que pretendía era pecado y que no accedería a sus pretensiones por lo que éste la atacó con un cuchillo clavándoselo catorce veces.

María no murió inmediatamente, fue trasladada al hospital de San Juan de Dios donde los médicos la operaron sin entestecía porque no había y durante dos horas la santa soportó el sufrimiento ofreciendo a Dios sus dolores.

Antes de morir, un día después del ataque, María alcanzó a recibir la comunión y la unción de los enfermos e hizo público su perdón a Serenelli.

El asesino fue condenado a 30 años de prisión donde al principio no daba muestras de arrepentimiento. La tradición cuenta que después de un sueño donde María le dijo que él también podía ir al cielo, Serenelli cambió completamente volviéndose hacia Dios y ofreciendo sus trabajos y sufrimientos en reparación de sus pecados.

Después de 27 años de cárcel fue liberado y acudió a pedir perdón a la madre de la santa, quien no solo lo perdonó, sino que lo defendió en público alegando que, si Dios y su hija lo habían perdonado, ella no tenía porque no perdonarlo.

La fama de María Goretti se extendía cada vez más y fueron apareciendo las muestras de santidad, que fue fruto de su cercanía a Dios y su devoción a la Virgen María.

Después de numerosos estudios, la Santa Sede la canonizó el 24 de junio de 1950 en una ceremonia que se tuvo que realizar en la Plaza de San Pedro debido a la cantidad de asistentes que se calculaban en más de quinientas mil personas.

En la ceremonia de canonización acompañaron a Pío XII la madre, dos hermanas y un hermano de María. Durante esta ceremonia Su Santidad Pío XII exaltó la virtud de la santa y sus estudiosos afirman que por la vida que llevó aun cuando no hubiera sido mártir habría merecido ser declarada santa.

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario