21 - DE
OCTUBRE –LUNES –
29ª – SEMANA DEL T.O. – B –
Santa Úrsula y compañeras mártires
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios (2,1-10):
Hubo un tiempo en que estabais muertos
por vuestros delitos y pecados, cuando seguíais la corriente del mundo
presente, bajo el jefe que manda en esta zona inferior, el espíritu que ahora
actúa en los rebeldes contra Dios. Antes procedíamos nosotros también así;
siguiendo los deseos de la carne, obedeciendo los impulsos de la carne y de la
imaginación; y, naturalmente, estábamos destinados a la reprobación, como los
demás. Pero Dios, rico en misericordia, por el gran amor con que nos amó,
estando nosotros muertos por los pecados, nos ha hecho vivir con Cristo –por
pura gracia estáis salvados–, nos ha resucitado con Cristo Jesús y nos ha
sentado en el cielo con él. Así muestra a las edades futuras la inmensa riqueza
de su gracia, su bondad para con nosotros en Cristo Jesús. Porque estáis
salvados por su gracia y mediante la fe. Y no se debe a vosotros, sino que es
un don de Dios; y tampoco se debe a las obras, para que nadie pueda presumir.
Somos, pues, obra suya. Nos ha creado en Cristo Jesús, para que nos dediquemos
a las buenas obras, que él nos asignó para que las practicásemos.
Palabra de Dios
Salmo: 99,2.3.4.5
R/. El Señor nos hizo y somos suyos
Aclama al Señor, tierra entera,
servid al
Señor con alegría,
entrad en su
presencia con vítores. R/.
Sabed que el Señor es Dios:
que él nos
hizo y somos suyos,
su pueblo y
ovejas de su rebaño. R/.
Entrad por sus puertas con acción de
gracias,
por sus
atrios con himnos,
dándole
gracias y bendiciendo su nombre. R/.
«El Señor es bueno,
su
misericordia es eterna,
su fidelidad
por todas las edades.» R.
Lectura del santo evangelio según san Lucas (12,13-21):
En aquel tiempo, dijo uno del público a
Jesús:
«Maestro, dile a mi hermano que reparta conmigo la herencia.»
Él le contestó:
«Hombre, ¿quién me ha nombrado juez o árbitro entre vosotros?»
Y dijo a la gente:
«Mirad: guardaos de toda clase de codicia. Pues, aunque uno ande sobrado,
su vida no depende de sus bienes.»
Y les propuso una parábola:
«Un hombre rico tuvo una gran cosecha. Y empezó a echar cálculos:
"¿Qué haré? No tengo donde almacenar la cosecha." Y se dijo:
"Haré lo siguiente: derribaré los graneros y construiré otros más grandes,
y almacenaré allí todo el grano y el resto de mi cosecha. Y entonces me diré a
mí mismo: Hombre, tienes bienes acumulados para muchos años; túmbate, come,
bebe y date buena vida."
Pero Dios le dijo: "Necio, esta noche te van a exigir la vida. Lo que
has acumulado, ¿de quién será?" Así será el que amasa riquezas para sí y
no es rico ante Dios.»
Palabra del Señor
1.- Un grandísimo amor ha tenido Dios siempre en
favor de todas sus criaturas, de modo especial por el ser humano, al que,
habiendo hecho a su imagen y semejanza, ha sido objeto de especial
predilección.
Pablo describe el
apartamiento de Dios, recordando cómo hemos vivido lejos de él y en este
alejamiento los resultados no son otros que sumirse en las tinieblas y acabar
perdidos. Dice él, que “por naturaleza estábamos destinados a la ira como los
demás”. Nadie es malo por naturaleza, porque “vio Dios todo lo que había hecho
y era muy bueno”. Hemos salido de sus manos, la naturaleza del ser humano es
buena porque ha sido creado por Dios y nada malo tiene su origen en él.
La persona humana creada
como tal por Dios, goza de la libertad que él le ha regalado al ser humano y es
en esta condición humana donde, en virtud de dicha libertad, podemos acercarnos
y permanecer unidos a él y también alejarnos, seducidos por los engaños del
maligno. De esa manera lo indica Pablo: por engaño del maligno entró el pecado
en el mundo. Cuando en forma coloquial se oye decir: ése es de mala condición.
Con ello pareciera indicarse que es malo por naturaleza y eso no es verdad.
Nadie puede ser malo por naturaleza porque la culpa no sería imputable a él a
causa de haber si hecho malo. Eso no es así.
Bien dice que “estabais
muertos por vuestras culpas y pecados, cuando seguíais el proceder de este
mundo, según el príncipe de la potestad del aire”. Seducidos, como al
principio, aceptando engañosas propuestas, acabamos mal. Pero el maligno no tiene la última palabra.
La palabra definitiva es de Dios y esta ha sido pronunciada sobre nosotros y
habiendo sido acogida transforma todo en nosotros con nosotros. “Dios, rico en
misericordia, por el gran amor con que nos amó, cuando estábamos muertos por el
pecado, nos ha hecho revivir con Cristo”. Esto es lo que debemos considerar
continuamente, para que iluminados por esta definitiva verdad, experimentos la
gracia, que es Dios mismo, entregándose a favor nuestro. “Nos ha resucitado con
Cristo Jesús, nos ha sentado en el cielo con él…por pura gracia estáis
salvados”.
2.- El Señor nos hizo y somos suyos.
Necesitamos caer en la cuenta de esta verdad: somos suyos porque él nos
ha creado y es su deseo que permanezcamos en comunión con Dios, él que es amor
y permaneciendo en el amor, él permanece en nosotros y nosotros en él. El Señor
es bueno, su misericordia es eterna y se pone de manifiesto a todas las
generaciones. Porque él es fiel y no puede negarse a sí mismo. Por tanto,
siendo obra de sus manos, consideremos que lo que más desea Dios es que estemos
con él para siempre. Este pensamiento se haga deseo y este deseo se vea
realizado por la íntima comunión de amor entre Dios y cada ser humano.
Pues, aunque uno ande
sobrado, su vida no depende de sus bienes.
3.- Cuando la mirada se aparta de la verdadera
riqueza, los enfrentamientos por causa de los bienes materiales provocan
descomposición de la unidad querida por Dios. A Jesús le pide uno, que
intervenga a su favor para que su hermano reparta la herencia con él. La
respuesta de Jesús es clara: No es juez ni árbitro entre ellos. Lo que sí hace
es ofrecer una enseñanza, sentar un principio que rija la conducta del ser
humano en relación con los bienes materiales.
“Guardaos de toda clase de
codicia”. Dios sabe que necesitamos las cosas materiales para la subsistencia.
La codicia es una deformación del ser humano que se traduce en acaparar,
atesorar para sí, olvidando e irrespetando los derechos de los otros sobre los
bienes de la tierra. La parábola es iluminadora. La seguridad no la dan los
bienes materiales, aunque parezca mentira, sino el compartir con los otros. Es
lo que se nos dice al final:” Así es el que atesora para sí y no es rico para
Dios”.
¿De quién será todo lo
acumulado? Buena es la pregunta, porque cuestiona los criterios que rigen
nuestras actuaciones. Lo tenemos casi todo y miramos poco por el que está a
nuestras puertas, esperando un gesto que le ayude en su desolación. Ese gesto
hecho realidad en el compartir lo que tenemos, es calificado por Jesús como
“ser rico para Dios”.
La mayor tentación de
nuestros días es considerar que nada podemos hacer para resolver los problemas
que padece la gente a nuestro lado. Es necesario preguntarse: Jesús con su
pobreza a todos nos enriquece ¿qué puedo hacer yo por los demás? ¿Qué quiero hacer
por ellos?
Santa Úrsula y compañeras mártires
Martirologio Romano: En la ciudad de Colonia,
en Germania, conmemoración de las santas vírgenes que entregaron su vida por
Cristo, en el lugar de la ciudad donde después se levantó una basílica dedicada
a santa Úrsula, virgen inocente, considerada como la principal del grupo (c. s.
IV).
Etimología: Úrsula = aquella que es
como una osita. Viene de la lengua latina.
Fecha de canonización: Información no
disponible, la antigüedad de los documentos y de las técnicas usadas para
archivarlos, la acción del clima, y en muchas ocasiones del mismo ser humano, han
impedido que tengamos esta concreta información el día de hoy. Si sabemos que
fue canonizado antes de la creación de la Congregación para la causa de
los Santos, y que su culto fue aprobado por el Obispo de Roma, el Papa.
En el siglo IX se descubrió en Colonia, Alemania, en una
iglesia del siglo VI, un epígrafe enrollado que comienza así:" Martirio de
Ursula y 11.000 vírgenes".
Es un documento que engloba el martirio de estas vírgenes
en el lugar sobre el que se construyó una preciosa iglesia.
En la Pasión teatral inventada para narrar su historia, se
puede ver que ellas provenían de Inglaterra con Ursula, hija del rey,
escapando de los sajones paganos que estaban invadiendo el país.
Cuando su barco llegó a Colonia, Atila el terrible estaba por entonces
allí con los Hunos.
Atila, duro, fuerte, de mal carácter y muy pasional
quiso casarse con la bella joven Ursula. Las otras se las entregaría a sus
soldados para que las violaran o hicieran lo que quisieran con ellas.
Pero el fanfarrón no esperaba la
respuesta de estas chicas. Cuando se les acercó y les hizo sus proposiciones,
éstas respondieron todas al unísono con la negativa más rotunda que se puede
imaginar.
Enfurecido Atila, las mandó matar
de la manera más dura posible.
Durante toda la Edad Media corría de pueblo en
pueblo un romance en el que se contaba la historia de estas mártires. Tuvo un
éxito increíble.
El Instituto de Angela de
Mérici, ursulinas, la tomó como patrona de sus obras de apostolado.
Gracias a un cementerio
descubierto en Colonia, se pudieron ver los restos de estas valientes chicas
que prefirieron la muerte antes que ofender al Señor. Sus reliquias abundan en
muchos templos.
El culto a santa Ursula y a sus compañeras se
extendió muy pronto, y se levantaron muchas iglesia en su honor.
En el siglo XIII la Sorbona la
adoptó como patrona y lo mismo ocurrió en las universidades de Coimbra y de
Viena.
Comentarios al P. Felipe Santos: fsantossdb@hotmail.com
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