26 - DE
OCTUBRE –SÁBADO –
29ª – SEMANA DEL T.O. – B –
San Evaristo papa
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios (4,7-16):
A cada uno de nosotros se le ha dado
la gracia según la medida del don de Cristo. Por eso dice la Escritura:
«Subió a lo alto llevando cautivos y dio dones a los hombres.»
El «subió» supone que había bajado a lo profundo de la tierra; y el que
bajó es el mismo que subió por encima de todos los cielos para llenar el
universo. Y él ha constituido a unos, apóstoles, a otros, profetas, a otros,
evangelizadores, a otros, pastores y maestros, para el perfeccionamiento de los
santos, en función de su ministerio, y para la edificación del cuerpo de
Cristo; hasta que lleguemos todos a la unidad en la fe y en el conocimiento del
Hijo de Dios, al hombre perfecto, a la medida de Cristo en su plenitud.
Para que ya no seamos niños sacudidos por las olas y llevados al retortero
por todo viento de doctrina, en la trampa de los hombres, que con astucia
conduce al error; sino que, realizando la verdad en el amor, hagamos crecer
todas las cosas hacia él, que es la cabeza: Cristo, del cual todo el cuerpo,
bien ajustado y unido a través de todo el complejo de junturas que lo nutren,
actuando a la medida de cada parte, se procura el crecimiento del cuerpo, para
construcción de sí mismo en el amor
Palabra de Dios
Salmo: 121,1-2.3-4a.4b-5
R/. Vamos alegres a la casa del
Señor
¡Qué alegría cuando me dijeron: «Vamos a la
casa del Señor»!
Ya están pisando nuestros pies tus umbrales, Jerusalén. R/.
Jerusalén está fundada como ciudad bien compacta.
Allá suben las tribus, las tribus del Señor. R/.
Según la costumbre de Israel, a celebrar el
nombre del Señor; en ella están los tribunales de
justicia, en el palacio de David. R/.
Lectura del santo evangelio según
san Lucas (13,1-9):
En una ocasión, se presentaron algunos a contar a Jesús lo de los galileos
cuya sangre vertió Pilato con la de los sacrificios que ofrecían.
Jesús les contestó:
«¿Pensáis que esos galileos
eran más pecadores que los demás galileos, porque acabaron así?
Os digo que no; y, si no os
convertís, todos pereceréis lo mismo. Y aquellos dieciocho que murieron
aplastados por la torre de Siloé, ¿pensáis que eran más culpables que los demás
habitantes de Jerusalén?
Os digo que no; y, si no os
convertís, todos pereceréis de la misma manera.»
Y les dijo esta parábola:
«Uno tenía una higuera
plantada en su viña, y fue a buscar fruto en ella, y no lo encontró. Dijo
entonces al viñador:
"Ya ves: tres años llevo
viniendo a buscar fruto en esta higuera, y no lo encuentro. Córtala. ¿Para qué
va a ocupar terreno en balde?"
Pero el viñador contestó:
"Señor, déjala todavía este
año; yo cavaré alrededor y le echaré estiércol, a ver si da fruto. Si no, la
cortas."»
Palabra del Señor
1.- Jesús,
vino a ayudarnos a vivir nuestra vida con sentido y para ello, guiado por la
verdad en el amor, busca “la edificación del cuerpo de Cristo”, que es la
iglesia. Todas sus acciones buscan este fin. Y para ello ha constituido “a unos
apóstoles, a otros profetas, a otros pastores y doctores”. Es claro que no
tenemos la misma función, pero sí todos tenemos la misma y única gran dignidad:
ser hijos de Dios y hermanos unos de otros. Y todos, cada uno desde su puesto y
desde su ministerio, según la gracia que cada uno ha recibido “según la medida
del don de Cristo” debemos vivir la verdad en el amor… la única manera de
edificar, construir y hacer crecer “el cuerpo de Cristo”. No tenemos más camino
que la verdad y el amor.
2.- Jesús quiere que cada uno de
nosotros demos fruto por el camino que nos indica. Con este motivo, en el
evangelio de hoy nos habla de uno que tenía una higuera plantada en su viña y
llevaba tres años sin dar fruto. Entonces el dueño de la vida dijo a su cuidador
que la cortase: “¿para qué va a ocupar terreno en balde”. Pero el cuidador
pidió más tiempo para la higuera, pidió un año más en el que él la iba a seguir
cuidado con más mimo: “yo cavaré alrededor y le echaré estiércol a ver si da
fruto. Si no, el año que viene la cortarás”. Nuestro Dios con nosotros tiene
paciencia. Sabe esperar un año, dos años, tres años… muchos años. Pero mejor,
ya que hemos sido seducidos por su amor e iluminados por su poderosa luz, que
cada día sigamos siendo fieles a la promesa voluntaria que le hicimos de
seguirle, de dar fruto en su viña y experimentando el gozo de su amistad.
San Evaristo papa
Judío de origen griego, pastoreó la iglesia sucediendo al papa Anacleto.
Fue humilde y docto en la predicación y defendió la fe de los errores
gnósticos.
Vida de San Evaristo papa
Nació por los años
60, de una familia judía asentada en tierras griegas. Recibió educación judía y
aprendió en los liceos helénicos.
No se conocen
datos de su conversión al cristianismo, pero se le ve ya en Roma como uno de
los presbíteros muy estimados por los fieles que, lleno de celo, eleva el nivel
de la comunidad de cristianos de la ciudad, entregándose por completo a
mostrarle a Jesucristo. Amplio conocedor de la Sagrada Escritura, es docto en
la predicación y humilde en el servicio.
Muerto mártir el
Papa Anacleto, sucesor de Clemente, la atención se fija en Evaristo. Por
humildad se resistió con todas las fuerzas posibles a asumir la dignidad que
comportaba tan alto servicio. El día 27 de Julio del año 108 tuvo la Iglesia
por Papa a Evaristo.
Atendió
cuidadosamente las necesidades del rebaño: Defiende la verdadera fe contra los
errores gnósticos. Establece normas que afectan a la consagración y trabajo
pastoral de los Obispos y de los diáconos. Manda la celebración pública de los
matrimonios. Se ocupa de la vida de los fieles, esbozándose ya una cierta
administración territorial, para su mejor atención y gobierno. También escribió
cartas a los fieles de Africa y de Egipto.
Murió mártir, siendo Trajano emperador, hacia el 117.
(Fuente: catholic.net)
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