10 - DE
OCTUBRE –JUEVES –
27ª – SEMANA DEL T.O. – B –
Santo Tomás de Villanueva
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Gálatas (3,1-5):
¡Insensatos gálatas! ¿Quién os ha
embrujado? ¡Y pensar que ante vuestros ojos presentamos la figura de Jesucristo
en la cruz! Contestadme a una sola pregunta: ¿recibisteis el Espíritu por
observar la ley o por haber respondido a la fe? ¿Tan estúpidos sois?
¡Empezasteis por el espíritu para terminar con la carne! ¡Tantas magníficas
experiencias en vano! Si es que han sido en vano. Vamos a ver: Cuando Dios os
concede el Espíritu y obra prodigios entre vosotros, ¿por qué lo hace? ¿Porque
observáis la ley o porque respondéis a la fe?
Palabra de Dios
Salmo: Lc 1,69-70.71-72.73-75
R/. Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha
visitado a su pueblo
Suscitándonos
una fuerza de salvación en la casa de David, su siervo, según lo había predicho
desde antiguo por boca de sus santos profetas. R/.
Es la salvación que nos
libra de nuestros enemigos y de la mano de todos los que nos odian; realizando
la “misericordia que tuvo con nuestros padres, recordando su santa alianza”. R/.
Y “el juramento que juró
a nuestro padre Abrahán” para concedernos que, libres de temor, arrancados de
la mano de los enemigos, le sirvamos con santidad y justicia, en su presencia,
todos nuestros días. R/.
Lectura del santo evangelio según
san Lucas (11,5-13):
En aquel tiempo, dijo Jesús a los discípulos:
«Si alguno de vosotros tiene un amigo, y viene durante la medianoche
para decirle: “Amigo, préstame tres panes, pues uno de mis amigos ha venido de
viaje y no tengo nada que ofrecerle.” Y, desde dentro, el otro le responde: “No
me molestes; la puerta está cerrada; mis niños y yo estamos acostados; no puedo
levantarme para dártelos.” Si el otro insiste llamando, yo os digo que, si no
se levanta y se los da por ser amigo suyo, al menos por la importunidad se
levantará y le dará cuanto necesite.
Pues así os digo a vosotros: Pedid y se os dará, buscad y hallaréis, llamad
y se os abrirá; porque quien pide recibe, quien busca halla, y al que llama se
le abre. - ¿Qué padre entre vosotros, cuando el hijo le pide pan, le dará una
piedra? - ¿O si le pide un pez, le dará una serpiente? - ¿O si le pide un
huevo, le dará un escorpión?
Si vosotros, pues, que sois malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros
hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se
lo piden?»
Palabra del Señor
1. ¿Recibisteis el Espíritu por observar la
Ley o por haber respondido a la fe?
El texto de la Carta a los
Gálatas nos plantea la dicotomía entre la Gracia de la Fe y el cumpli-miento de
la ley. San Pablo no termina de explicarse como esta comunidad, a la que había
predicado con tanto fruto de fe y santidad, ahora, por influencia de otros
cristianos que judaizaban, priorizaban la ley de Moisés a la Gracia de la Fe en
Cristo Crucificado y Resucitado.
Solo la Fe en Cristo salva y
da frutos de Santidad y Amor, no el mero cumplimiento de una Ley, que tanto
había criticado Jesús en sus disputas con los fariseos.
2. La actitud de los gálatas ciertamente es muy
actual también en nuestras comunidades. Hablar de Gracia parece a no pocos una
entelequia, algo teórico que más parece ilusión que realidad y nos aferramos a
los dogmas, a las leyes, normas… y nos olvidamos de que es la Fe y la Gracia de
Dios quien da sentido a toda la religión cristiana.
3. ¿Cuánto más el Padre del cielo dará el
Espíritu Santo a los que le piden?
En la parábola del amigo
insistente e inoportuno, Jesús nos quiere hacer ver dos cosas muy importantes:
primero, que es muy importante pedir y hacerlo insistentemente a tiempo y a
destiempo: toda oración que se precie debe ir en este sentido si realmente me
doy cuenta de que necesito al Señor en mi vida y en la de mis seres queridos.
La oración de petición se convierte así en una conciencia de fe y de gracia. En
segundo lugar, que Dios siempre está en actitud de espera activa y de pronta
respuesta (aunque quizá no sea en el sentido que esperamos o en el tiempo que
nos parece oportuno)
4. La oración, como nos dice Santa Teresa, “es
tratar de amistad con Alguien que sabes que te quiere” y esto es ciertamente
muy consolador. Sin embargo, la propia dinámica de nuestra vida, las muchas
ofertas que a cada instante nos llegan de los medios de comunicación, las
búsquedas de afectos rápidos y superficiales, las conformidades con tantas
cosas que nos distraen…y no nos llenan… al final hacen que Dios pase a un
segundo plano, aunque Él siempre está pendiente, buscándonos, queriéndonos como
un padre quiere a su hijo.
Orar, finalmente, no requiere
palabras (y menos si son solo aprendidas, desconociendo su sentido), sino fe y
mucho amor… porque somos y queremos gracias al Amor y hablar de amor es
referencia implícita o explícita al Dios Crucificado y Resucitado.
Reflexión sobre la Oración
del Rosario en este mes de octubre:
“Hoy, juntos, confirmamos que
el santo rosario no es una práctica piadosa del pasado, como oración de otros
tiempos en los que se podría pensar con nostalgia. Cuando se reza el rosario,
se reviven los momentos importantes y significativos de la historia de la
salvación; se recorren las diversas etapas de la misión de Cristo. Con María,
el corazón se orienta hacia el misterio de Jesús. Se pone a Cristo en el centro
de nuestra vida, de nuestro tiempo, de nuestras ciudades, mediante la
contemplación y la meditación de sus santos misterios de gozo, de luz, de dolor
y de gloria.”
(Benedicto XVI. Alocución en Santa
María la Mayor. 3 mayo 2008)
Santo Tomás de Villanueva
Le llamaban "el divino Tomás", Era un inmenso predicador, que
había nacido en Fuenllana (Ciudad Real) en 1486, de padres caritativos, de los
que heredó su amor por los pobres: “Madre, le dijo Tomás, ya podéis dejar pan
abundante en la panera; pues si no tenéis cuidado, pronto no habrá una sola
gallina en el gallinero”. Vivió sus primeros años en Villanueva de los
Infantes, de donde recibirá el “nombre”. A los quince años, fue enviado a
estudiar a la Universidad renacentista de Alcalá, de la que llegó a ser maestro,
con una vasta competencia en las ciencias humanas y sagradas. Allí obtuvo, el
título de “Maestro” de lógica, física y metafísica. Continuó estudiando
teología durante tres cursos. Bachiller en artes y Licenciado en Teología, le
encargaron la Cátedra de Lógica. Sus estudios en Alcalá, le habían dejado una
profunda impronta humanística. Poseía una inteligencia excepcionalmente lúcida
y un criterio muy práctico para dar opiniones sobre temas difíciles. Pero tuvo
que ejercitarse continuamente para adquirir una buena memoria y luchar mucho
para que las distracciones no le alejaran de los temas que quería tratar.
FRAILE AGUSTINO
En Salamanca viste el hábito de la Orden de San Agustín, que, por aquellos
mismos días, Lutero tira a las zarzas. Se ordena de Sacerdote en 1518. Fue
nombrado Prior de Salamanca, Provincial de Andalucía, Prior de Burgos;
Provincial de Castilla, Prior de Burgos. Carlos V, que siente por él una
especial predilección y le considera una persona clave para la reforma de su
reino, le nombra predicador y consejero suyo.
El emperador Carlos V le había ofrecido el nombramiento de arzobispo de
Granada, pero él no lo aceptó. Un día el emperador le dijo a su secretario:
Escriba: "Arzobispo de Valencia, será el Padre...", y le dictó el
nombre de otro sacerdote. Cuando fue a firmar el decreto leyó que el secretario
había escrito: "Arzobispo de Valencia, Tomás de Villanueva".
"¡Pero este no fue el que yo le dicté!", dijo el emperador.
"Perdone, señor" – le respondió el secretario. "Me pareció
haberle oído ese nombre. Pero lo borraré". "No, no lo borre, dijo
Carlos V, el otro era el que yo pensaba elegir, pero éste es el que Dios quiere
que sea elegido". Y mandó que lo llamaran para darle noticia del
nombramiento. Tomás se negó a obedecer al emperador. Sólo aceptó tan alto cargo
cuando su superior se lo mandó bajo obediencia.
ENTRADA EN
VALENCIA
Llegó a Valencia de noche mientras caía un fortísimo aguacero, acompañado
solamente por un religioso. Pidió que lo hospedaran por caridad en el convento
de los Padres Agustinos, diciendo que le bastaba una estera en el suelo para
dormir. Antes de tomar posesión del arzobispado hizo seis días de retiro,
oración y penitencia en el convento. Los sacerdotes de la ciudad le obsequiaron
con 4000 monedas de plata que entregó al hospital diciendo: "los pobres
necesitan esto más que yo. ¿Qué lujos y comodidades puede necesitar un sencillo
fraile y religioso como soy yo?". Lo criticaban porque usaba una sotana
muy vieja y desteñida, y él respondía: "Lo importante no es una sepultura.
Lo importante es embellecer el alma que nunca se va a morir". Le costó
mucho al clero catedralicio que aceptara un sombrero de seda, pero a él le
parecía que los pobres se lo reclamaban. Y muchas veces enseñaba el sombrero
con sonrisa de burla, diciendo:”Aquí tenéis mí dignidad episcopal. Mis señores,
los canónigos, han creído que no podía ser obispo sin esto”.
SITUACION DE LA
DIOCESIS
Valencia, vivía unas condiciones espirituales deplorables, después de un
siglo sin un Obispo residente, con muchos clérigos en situación irregular y
atenazada por la agitación morisca. Tomás busca la recristianización de la
diócesis. Para ello funda el colegio-seminario de la Presentación en 1550, para
formar al clero. Tiene muy claro que un Arzobispo sin la ayuda de los
sacerdotes, limita mucho su influencia pastoral. Debe cuidar, atender, animar,
santificar a sus sacerdotes. Eso, que cuesta tanto a ciertas personas y que yo
no puedo entender. Lo que más le interesaba era transformar a sus sacerdotes. A
los menos cumplidores se los ganaba a base de consejos y peticiones amables y
los hacía mejorar. A uno que no quería cambiar, lo llamó a su palacio y le dijo:
"Yo soy el que tengo la culpa de que usted no quiera enmendarse. Porque no
he hecho penitencias por su conversión, por eso no ha cambiado". Y
quitándose la camisa empezó a darse latigazos hasta derramar sangre. El otro se
arrodilló llorando y le pidió perdón y mejoró totalmente su conducta. ¿Qué no
puede hacer un Arzobispo si se gana la confianza sincera y cordial de sus
sacerdotes? No se debe preocupar de que los sacerdotes no le quieran sino de si
es él el que quiere de verdad a sus sacerdotes.
PREDICADOR
FORMIDABLE
El emperador
Carlos V al oírle predicar exclamaba: "Este obispo conmueve hasta las
piedras". Y cuando estaba en la ciudad, nunca faltaba a sus sermones. Su
predicación producía cambios impresionantes en los oyentes, y aun hoy día
conmueven a quienes los leen. La gente decía que Tomás de Villanueva era como
un nuevo apóstol San Pablo. Fue el “predicador” más grande de su tiempo, pero
su fuerza más que en la palabra, la ejercía con el ejemplo de su vida, que es
lo que definitivamente convencía. Contemporáneo suyo será Fray Juan de Sahagún
en Salamanca. Los dos impresionantes predicadores, éste más gracioso, hasta
quizá pasarse, Tomás más serio, como fiel cumplidor de las normas dadas a los
predicadores por Fray Luís de Granada: “Nada digan de lo que puedan con razón
ofenderse los oyentes; nada digan con insolencia, nada con arrogancia, nada con
descaro, nada con desvergüenza, nada injurioso, nada soez, nada
chocarreramente, nada bajo, nada licenciosa, indecente y viciosamente, sino que
todo el carácter de la oración represente modestia, humanidad, caridad, celo y
un deseo fervoroso de la verdadera caridad.
SUS ACTIVIDADES
COMO ARZOBISPO
El Arzobispo convoca un Sínodo y visita todas las parroquias, actuando con
mano enérgica y paternal. Envió misioneros al Perú. Encuentra su inspiración en
las enseñanzas del Buen Pastor, en San Pablo y en los grandes obispos. Será
llamado el “San Bernardo español” por su profundidad teológica sobre la Virgen.
Se distinguió por su asistencia a los pobres y enfermos y decía que la cama de
un enfermo es como la zarza ardiente de Moisés, en la cual se logra encontrar
con Dios y hablar con Él, entre las espinas de incomodidad que lo rodean. La
evangelización a los moriscos y la dedicación a la juventud, también acaparó
parte de sus energías. La intensa actividad afianzada en su gran erudición, le
consagra como uno de los hombres más respetados de su tiempo y modelo del
obispo. En Valencia, se mostró como verdadero modelo de buen pastor,
sobresaliendo por su caridad, pobreza, prudencia y celo apostólico. Se le
reconoce como “El Obispo de los pobres”, envió a América los primeros Padres
Agustinos que llegaron a México.
SU ORACION
MISTICA
Frecuentemente mientras celebraba la Santa Misa o rezaba los Salmos, le
sobrevenían los éxtasis y se olvidaba de todo lo que lo rodeaba y sólo pensaba
en Dios. En esos momentos el rostro le brillaba intensamente. Predicando en
Burgos contra el pecado, tomó en sus manos un crucifijo y levantándolo gritó
"¡Pecadores, mírenlo!", y no pudo decir más, porque se quedó en
éxtasis, y así estuvo un cuarto de hora, mirando hacia el cielo, contemplando
lo sobrenatural. Al volver en sí, dijo a la multitud que estaba maravillada:
"Perdonen hermanos por esta distracción. Trataré de enmendarme". En
un sermón de la Transfiguración, dijo: “En cuanto a mí me ha sido dado, sin
ningún mérito mío, subir con él hasta la santa montaña y contemplar la gracia
de su rostro, aunque sólo fuese de lejos, ¡con qué lágrimas, con qué entusiasmo
gritaba entonces: Señor, ¡bueno es estar aquí! No permitáis que descienda
jamás. No os alejéis, por favor. ¡Que sea así toda mi vida, todos los días de
mi vida! ¿Para qué quiero más?” Pero el camino de la perfección no se ha de
recorrer al vuelo, sino paso a paso: “Non pervolanda, sed perambulanda est”.
ATIENDE A TODOS
Aunque dedicaba muchas horas a rezar y a meditar, su secretario tenía la
orden de llamarlo cuando alguna persona necesitara consultarle o pedirle algo.
A su palacio arzobispal acudían cada día centenares de pobres a pedir ayuda, y
nadie se iba sin recibir algún regalo o algún dinero. Especial cuidado tenía el
prelado para ayudar a los niños huérfanos. Y las muchachas pobres de la ciudad,
el día de su matrimonio recibía un buen regalo del arzobispo. A quienes lo
criticaban por dar demasiadas ayudas incluso a vagos, les decía: "mi
primer deber es no negar un favor a quien lo necesita, si en mi poder está el
hacerlo. Si abusan de lo que reciben, ellos responderán ante Dios". A los
ricos les insistía continua y fuertemente sobre el deber tan grave que cada uno
tiene de dar limosnas de todo lo que le sobre, en vez de gastarlo en lujos y
cosas inútiles. Decía a la gente: "¿En qué otra cosa puedes gastar mejor
tu dinero que en pagar tus pecados, haciendo limosna? Si quieres que Dios oiga
tus oraciones, tienes que escuchar la petición de ayuda que te hacen los
pobres. Debes anticiparte a repartir ayudas a los que no se atreven a
pedir".
Algunos le decían que debía ser más fuerte y lanzar maldiciones contra los
que vivían amancebados. Él respondía: "Hago todo lo que me es posible por
animarlos a que se pongan en paz con Dios y que no vivan en pecado. Pero nunca
quiero emplear métodos agresivos contra nadie". Si oía hablar de otro
respondía: "Quizás lo que hizo fue malo, pero probablemente sus
intenciones eran buenas".
SU MUERTE
En septiembre de 1555 sufrió una angina de pecho e inflamación de la
garganta. Mandó repartir entre los pobres todo el dinero que había en su casa.
Hizo que le celebrara la Misa en su habitación, y exclamó: "Que bueno es
Nuestro Señor: a cambio de que lo amemos en la tierra, nos regala su cielo para
siempre". Y murió cuando tenía 66 años, el 8 de septiembre de 1555.
Beatificado en 1618, el Papa Alejandro VII lo canonizó en 1658. Sus restos se
conservan en la iglesia catedral de Valencia. Su fiesta se celebra el 10 de
Octubre.
(Fuente: jmarti.ciberia.es)
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