jueves, 10 de diciembre de 2015

Párate un momento: evangelio del día 11 de Diciembre – VIERNES – IIª – Semana de Adviento San Damaso – papa



11 de Diciembre – VIERNES –
IIª – Semana de Adviento
San Damaso – papa

Evangelio: Mt. 11, 16 – 19
    
     En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: “¿A quien se parece esta generación? Se parece a los niños sentados en la plaza, que gritan a otros: “Hemos tocado la flauta, y no habéis bailado; hemos cantado lamentaciones, y no habéis llorado”. Porque vino Juan, que ni comía ni bebía, y dicen: “Tiene un demonio”. Vino el Hijo del Hombre, que come y que bebe, y dicen: “ahí tenéis un comilón y un borracho, amigo de publicanos y pecadores”. Pero los hechos dan la razón a la sabiduría de Dios”.

      1.- Numerosos especialistas en el estudio de los evangelios han pensado que, en esta parábola de los niños jugando en la plaza de un pueblo, hay algo que no cuadra. En la historieta de los niños, primero se menciona el baile de la flauta y después el llanto de las lamentaciones, mientras que, al explicar lo que eso significa, se invierte el orden, de forma que primero se habla de la vida excética de privaciones, que llevó Juan Bautista, y después se recuerda que la vida de Jesús no tuvo nada de privaciones y penitencia, sino que fue criticado como un comilón y un borracho (J. Gnilka, E. Klostermann, P. Hoffmann…)

      2.- Pero, en los estudios más recientes y mejor documentados, se acepta que lo importante y lo determinante, es esta parábola de los niños invitando a otros niños a jugar a boda y entierro, es “el antagonismo de los deseos” (U. Luz). Porque el baile y el duelo son actos antagónicos, fruto de “deseos contrapuestos”. Porque en realidad lo que la parábola enseña es que, lo mismo Juan que Jesús, fueron rechazados por sus contemporáneos (S. Légasse). La forma de vida, que llevo Juan, fue como el duelo de un entierro, o sea “muerte”. Mientras que la forma de vida, que llevó Jesús, fue como la alegría de un baile, o sea “vida”.

      3.- ¿Qué nos dice todo esto a nosotros? Juan Bautista quiso vivir, y vivió, como un asceta del desierto (Lc. 1, 80; Mt. 3, 4; Mc. 1,6). Jesús no quiso vivir como un asceta. Jesús convivió con la gente, asistió a bodas y banquetes (Jn. 2,1ss.; 12,1ss; Lc 7,36; Mc. 2, 15-17, etc), no toleró ayunos (Mc. 2,18-19 par), ni sabemos que impusiera penitencias y mortificaciones. Jesús fue un hombre para los demás. Que es lo importante en la vida. Y lo más difícil. Jesús vio claramente lo que ha expresado lúcidamente F. Nietzsche: “una vida ascética es una auto-contradicción: en ella domina un resentimiento sin igual…, en especial contra… la belleza, la alegría; en cambio, busca un bienestar en el fracaso, la atrofia, el dolor, la desventura, lo feo, en la mengua arbitraria, en la negación del sí, en la autoflagelación, en el auto-sacrificio”. Esto es triste. Pero es más triste hacer todo eso para terminar siendo “como un acróbata”, que llama la atención (Peter Sloterdijk).

San Dámaso – papa


San Dámaso, Papa +384 11 de diciembre
De origen español, nació hacia el año 305. Incardinado en Roma, fue elegido obispo de la Iglesia de Roma el año 366 en momentos calamitosos. Hubo de reunir frecuentes sínodos contra los cismáticos y herejes, fue gran promotor del culto a los mártires, cuyos sepulcros decoró con sus versos. Murió el año 384.

Este Pontífice se hizo famoso por haber redactado y hecho grabar los epitafios o lápidas en los sepulcros de muchos famosos mártires de las catacumbas de Roma. De familia española, el santo fue secretario de los Pontífices, San Liberio y San Félix, y al ser elegido Papa, en el año 366, hizo honor a su nombre, que significa "domador", porque tuvo que sofocar una sangrienta rebelión que se levantó en Roma contra él. Tuvo como Secretario al gran San Jerónimo, a quien le encargó que tradujera la S. Biblia al idioma popular, conocida con el nombre de "La Vulgata", y que fue empleada por la Iglesia Católica durante cerca de 15 siglos. La tradición señala que el Papa San Dámaso fue el que introdujo en las oraciones de los católicos el "Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en un principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén". Durante todo su pontificado se preocupó por conseguir que los obispos de todas las naciones reconocieran al Sumo Pontífice de Roma como el obispo más importante del mundo. Murió el 11 de diciembre del año 384 a la edad de 80 años. Fue sep
ultado en la tumba que él mismo se había preparado humildemente, alejado de las tumbas de los santos famosos de Roma. Después construyeron sobre su sepulcro la basílica llamada San Dámaso.



     

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