viernes, 12 de agosto de 2016

Párate un momento: El Evangelio del día 13 DE AGOSTO - SÁBADO 19~ SEMANA DEL T.O.-C San Hipólito mártir





13 DE AGOSTO - SÁBADO
19~ SEMANA DEL T.O.-C
San Hipólito mártir

Evangelio según san Mateo 19, 13-15

En aquel tiempo, le presentaron unos niños a Jesús para que les impusiera las manos y rezara por ellos, pero los discípulos les regañaban.
Jesús dijo:
“Dejadlos, no impidáis a los niños acercarse a mí; de los que son como ellos es el Reino de los Cielos. Les impuso las manos y se marchó de allí.

1.   Los niños se utilizan con frecuencia, en los países del tercer mundo, para trabajos forzados, como soldados para las guerras, como siervos y esclavos de las gentes degeneradas, como negocio para el trasplante de órganos, o sea, los matan, los descuartizan y los venden troceados para que los ricos se curen sus enfermedades.
Nuestro mundo pos-moderno y desarrollado, el mundo de derechos humanos y de la dignidad para todos, es el mundo más violento y más criminal que ha existido en la historia de la humanidad.
En las sociedades de la Antigüedad, los adultos no eran más humanos con los niños. Lo que ocurría entonces es que los niños eran menos útiles que ahora. Por eso era frecuente que tiraran fetos y bebés a los basureros. Eso no era ilegal. Los niños, como los esclavos carecían de derechos.

2.   En una sociedad, que vivía así y tenía semejante mentalidad respecto a los niños, ¿qué nos dice la preferencia de Jesús por los “niños’”, los “pequeños”, “últimos”?
Se suele dar a esta mentalidad una “interpretación social”, como grandes humanos a los que debe preferir el trabajo apostólico y social de los cristianos.
Esta es la hora en que, todavía a estas alturas, la teología y la exégesis bíblica no
han sabido aplicar el significado revolucionario de estos grupos sociales desde
“interpretación eclesial”.
Es decir, en la Iglesia, los primeros no son los “últimos los “pequeños”, ni por supuesto los “niños”.
 La Iglesia se rige por los mismos criterios
de poder, importancia y presencia pública, que se rigen los demás grupos humanos.
Lo que suele fomentar, en no pocos clérigos, es la ambición, el espíritu de los “trepas” y los deseos de quienes organizan su vida como “carrera”. Para situarse en la Iglesia.
Pensando que así es como le harán bien a la Iglesia.

3.   Si el cristianismo no modifica radicalmente esta mentalidad, el cristianismo esta fracasado y, si miramos a la Iglesia “oficial” efectivamente ha fracasado. Porque la
Iglesia, de la que se habla todos los días en los medios de comunicación, es lamisma la manifestación pública y patente de la dominación. Ya que su sistema de gobierno está montado sobre un poder que, mediante la obediencia de las conciencias, domina a la gente todo cuanto puede, por más que muchos de sus “funcionarios” no sean conscientes de lo que realmente hacen. O sea, las aspiraciones de los discípulos han tenido más fuerza “oficial” que la intuición genial de Jesús sobre los niños.
La intuición que apunta a un proyecto que nos asusta, nos da mucho miedo.
El proyecto que nos dice esto: el mundo se humaniza “desde abajo”. Haciéndonos como los últimos es como únicamente podremos conseguir que este mundo sea más humano y en él haya más felicidad, más paz y más esperanza.

San Hipólito mártir
   
Hipólito (Hippolytus) era un soldado romano del siglo III al que se le asignó custodiar a prisioneros cristianos. Convertido por ellos a la fe, fue martirizado por asistir al entierro de otros martirizados.
Debido a un error de los clérigos, Hipólito fue inadvertidamente listado como dos personas: Hipólito de Romo e Hipólito de Porto, en algunos calendarios. La segunda entrada tenía la fiesta el 22 de agosto y fue corregida en la revisión del martirologio de 1969.

Murió despedazado por dos caballos salvajes a los que le ataron. Los fragmentos de su cuerpo que se recogieron fueron enterrados a lo largo de la vía Tiburtina en Roma, Italia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario