30 DE AGOSTO - MARTES
22ª - SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO - C
Santa Juana Jugan, virgen
Evangelio
según san Lucas 4, 31-37
En aquel tiempo, Jesús bajó a Cafarnaúm, ciudad de Galilea, y los
sábados enseñaba a la gente. Se quedaban asombrados de su enseñanza, porque
hablaba con autoridad.
Había en la
sinagoga un hombre que tenía un demonio inmundo, y se puso a gritar a voces:
“¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno?
¿Has venido a destruirnos?
Sé quién eres. El Santo de Dios”.
Jesús le intimó:
“¡Cierra la boca y sal”!
El demonio tiro al
hombre por tierra en medio de la gente, pero salió sin hacerle daño. Todos contaban
estupefactos:
“¿ Qué tiene su palabra? Da órdenes con autoridad y poder a
los espiritus, y salen”. Noticias
de él iban llegando a todos los lugares de la comarca.
1. Inmediatamente
después de su “presentación programática” en la sinagoga de Nazaret (Lc 4,
14-30), Jesús se fue derecho a Cafarnaúm, como relata este evangelio.
Y el primer
enfrentamiento que Lucas nos presenta se refiere a la expulsión de los demonios. El término “daímon” expresaba, para
los griegos, “lo divino”. Y “daimónion”, se refería a la “divinidad” (F. Bovon,
O. Bócher). Pero, en este caso, se habla de un “demonio impuro”, lo que indica
claramente que era un “dios perverso”, que estaba al servicio de los males y
para acarrear sufrimiento y desgracia a los humanos.
2. Así
las cosas, es evidente que, en este relato, lo que el Evangelio pretende es presentar
a Jesús enfrentándose a los poderes del mal, que no son directamente los poderes
que ocasionan el pecado, sino que son los poderes que causan el sufrimiento.
Es de suma importancia caer en la cuenta
de este punto capital. Por eso resulta impresionante el grito del demonio: “¿Has
venido a destruirnos?” (Lc 4, 34).
Las fuerzas causantes del dolor humano,
los que provocan el sufrimiento en este mundo se ven amenazados de muerte por
la sola presencia de Jesús.
Y, por otra parte, el poder de Jesús es
para eso, para acabar con el sufrimiento en el mundo.
Esto explica, entre otras cosas, que
Jesús se hizo amigo de los “pecadores” (Lc 15, 1-2). Porque los pecadores se veían despreciados y por eso sufrían. De
ahí que necesitaban de un médico, no como los sanos que no lo necesitaban (Lc
5, 29-32; Mc 2, 15-17).
La preocupación básica de Jesús no fue el
pecado, como lo fue para Juan Bautista (Lc 3, 3. 7-9 par), sino el sufrimiento
de los más desgraciados de este mundo (Mt 11, 2-6 par).
3. ¿Qué
significa esto, en el fondo? Todo esto es así porque Dios es el Trascendente.
Es decir,
Dios no está a nuestro alcance. Ni lo podemos conocer los humanos desde nuestra
limitada “inmanencia”. Por eso, lo que nosotros pensamos o decimos de Dios no
son sino “representaciones” humanas que nos hacemos de él.
Ahora bien esto entraña un peligro que no
imaginamos. Y que consiste en que siempre tenemos el peligro inevitable de representarnos
a Dios como a cada cual le conviene. De forma que existe la posibilidad de que
lleguemos a pensar y creer en un “Dios asesino” como el verdadero Dios.
El “Dios” de los terroristas. Y el “Dios”
al que se le rinde adoración mediante un culto asesino (Jn 16, 2).
Santa Juana Jugan, virgen
Santa JUANA JUGAN (María de la Cruz). (1792-1879).
Martirologio Romano: En Renes, en Francia, beata María de
la Cruz (Juana) Jugan, virgen, que fundó la Congregación de las Hermanitas de
los Pobres, para pedir limosna por Dios para los pobres, y expulsada
injustamente de la dirección del Instituto, pasó el resto de su vida en la
oración y en la humildad.
Nació
en Petit Croix, Cancale (Bretaña francesa). La casa de Juana era muy pobre, el
padre era pescador de bacalao, y lo perdió muy pronto. A los 16 años se colocó
de ayudante de cocinera en una familia de los alrededores. Ingresó como miembro
de la Orden Tercera del Admirable Corazón de María de san Juan Eudes, donde fue
adquiriendo experiencia religiosa. A los 25 años, fue a Saint-Servan, y durante
seis años sirvió a 300 niños pobres; aquí cambió su verdadero apellido Joucan,
por Jugan. Trabajó como enfermera en el hospital del Rosais. En 1823 pasó al
servicio de la señorita Lecoq, con quien vivió doce años como amiga y
colaboradora, dedicándose a visitar a los pobres y educar a los niños. Muerta
su amiga, Juana alquiló una casa en Saint-Servan con su amiga Francisca Aubert.
Aquí en el invierno de 1839, la anciana Anne Chauvin, ciega y paralítica, pidió
y obtuvo asistencia. Desde aquel momento Juana tuvo clara la misión que Dios le
confiaba; dedicarse a los ancianos pobres.
A
la edad de 32 años, se juntó con algunas mujeres en comunidad y empezó a
recibir en su casa algunos ancianos abandonados. Desde entonces tuvo que salir
a pedir para los pobres que estaban recogidos en su casa. La obra fue
aumentando; su oficio era ser buscadora de pan. Juana empezó a tener fama
por su heroica entrega a los más pobres. En la Academia Francesa se habló de
ella; en 1845 le concedieron el premio Montyon, destinado a un francés pobre,
autor de la acción más virtuosa. Los periodistas la sacaban en sus reportajes.
Empezaron las nuevas fundaciones en Rennes y Tours. Los parlamentarios hablaban
en las Cortes de ella: "Juana Jugan es un personaje que sabe de socialismo
más que todos ustedes juntos". Luego fundó en París, Besançon, Nantes y
Angers. En Nantes se las empezó a llamar "las Hermanitas de los
Pobres", que Juana elaboró una regla basada en la de los Hermanos de San
Juan de Dios. A los tres consejos evangélicos añadieron el voto de
hospitalidad. más tarde se abrió la primera casa en Inglaterra, en las afueras
de Londres.
Sus
compañeras la eligieron como superiora. Pero pronto Juana será destituida de
una manera arbitraria. A la injusticia Juana respondió con el silencio, la
bondad, el abandono. En el transcurso de los años la sombra que envolvió a
Juana fue ordenado cada vez más densa, se dedicó al oficio de simple limosnera.
Se dio una falsa interpretación de los comienzos de su obra. Cuando murió en
Tour Saint Joseph, había 2.400 hermanitas que repartían pan y amor entre los ancianos
más pobres y abandonados, pero pocas sabían que ella era la fundadora, pero su
influencia junto a las jóvenes con quiénes había compartido la vida durante 27
años fue decisiva. Este contacto prolongado hará que el carisma inicial, y el
espíritu de los orígenes fuera transmitido. A partir de 1900 comenzó a
descubrirse la verdad: Juana Jugan -sor María de la Cruz- muerta en el olvido
fue la primera Hermanita, era la fundadora. Fue beatificada por SS Juan Pablo
II el 3 de octubre de 1982 y canonizada por SS Benedicto XVI el 11 de octubre
de 2009.
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