lunes, 29 de agosto de 2016

PÁRATE UN MOMENTO: EL EVANGELIO DEL DÍA 30 DE AGOSTO - MARTES 22ª - SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO - C Santa Juana Jugan, virgen



30 DE AGOSTO - MARTES
22ª - SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO - C
Santa Juana Jugan, virgen

       Evangelio según san Lucas 4, 31-37
    En aquel tiempo, Jesús bajó a Cafarnaúm, ciudad de Galilea, y los sábados enseñaba a la gente. Se quedaban asombrados de su enseñanza, porque hablaba con autoridad.
Había en la sinagoga un hombre que tenía un demonio inmundo, y se puso a gritar a voces:
       “¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno?
       ¿Has venido a destruirnos?
       Sé quién eres. El Santo de Dios”.
        Jesús le intimó:
        “¡Cierra la boca y sal”!
        El demonio tiro al hombre por tierra en medio de la gente, pero salió sin hacerle daño. Todos contaban estupefactos:
       “¿ Qué tiene su palabra? Da órdenes con autoridad y poder a los espiritus, y salen”.        Noticias de él iban llegando a todos los lugares de la comarca.

       1.   Inmediatamente después de su “presentación programática” en la sinagoga de Nazaret (Lc 4, 14-30), Jesús se fue derecho a Cafarnaúm, como relata este evangelio.
Y el primer enfrentamiento que Lucas nos presenta se refiere a la expulsión de los  demonios. El término “daímon” expresaba, para los griegos, “lo divino”. Y “daimónion”, se refería a la “divinidad” (F. Bovon, O. Bócher). Pero, en este caso, se habla de un “demonio impuro”, lo que indica claramente que era un “dios perverso”, que estaba al servicio de los males y para acarrear sufrimiento y desgracia a los humanos.

       2.   Así las cosas, es evidente que, en este relato, lo que el Evangelio pretende es presentar a Jesús enfrentándose a los poderes del mal, que no son directamente los poderes que ocasionan el pecado, sino que son los poderes que causan el sufrimiento.
       Es de suma importancia caer en la cuenta de este punto capital. Por eso resulta impresionante el grito del demonio: “¿Has venido a destruirnos?” (Lc 4, 34).
       Las fuerzas causantes del dolor humano, los que provocan el sufrimiento en este mundo se ven amenazados de muerte por la sola presencia de Jesús.
       Y, por otra parte, el poder de Jesús es para eso, para acabar con el sufrimiento en el mundo.
       Esto explica, entre otras cosas, que Jesús se hizo amigo de los “pecadores” (Lc 15, 1-2).       Porque los pecadores se veían despreciados y por eso sufrían. De ahí que necesitaban de un médico, no como los sanos que no lo necesitaban (Lc 5, 29-32; Mc 2, 15-17).
       La preocupación básica de Jesús no fue el pecado, como lo fue para Juan Bautista (Lc 3, 3. 7-9 par), sino el sufrimiento de los más desgraciados de este mundo (Mt 11, 2-6 par).

       3.   ¿Qué significa esto, en el fondo? Todo esto es así porque Dios es el Trascendente.
Es decir, Dios no está a nuestro alcance. Ni lo podemos conocer los humanos desde nuestra limitada “inmanencia”. Por eso, lo que nosotros pensamos o decimos de Dios no son sino “representaciones” humanas que nos hacemos de él.
       Ahora bien esto entraña un peligro que no imaginamos. Y que consiste en que siempre tenemos el peligro inevitable de representarnos a Dios como a cada cual le conviene. De forma que existe la posibilidad de que lleguemos a pensar y creer en un “Dios asesino” como el verdadero Dios.
       El “Dios” de los terroristas. Y el “Dios” al que se le rinde adoración mediante un culto asesino (Jn 16, 2).

Santa Juana Jugan, virgen



Santa JUANA JUGAN (María de la Cruz). (1792-1879).

    Martirologio Romano: En Renes, en Francia, beata María de la Cruz (Juana) Jugan, virgen, que fundó la Congregación de las Hermanitas de los Pobres, para pedir limosna por Dios para los pobres, y expulsada injustamente de la dirección del Instituto, pasó el resto de su vida en la oración y en la humildad.
Nació en Petit Croix, Cancale (Bretaña francesa). La casa de Juana era muy pobre, el padre era pescador de bacalao, y lo perdió muy pronto. A los 16 años se colocó de ayudante de cocinera en una familia de los alrededores. Ingresó como miembro de la Orden Tercera del Admirable Corazón de María de san Juan Eudes, donde fue adquiriendo experiencia religiosa. A los 25 años, fue a Saint-Servan, y durante seis años sirvió a 300 niños pobres; aquí cambió su verdadero apellido Joucan, por Jugan. Trabajó como enfermera en el hospital del Rosais. En 1823 pasó al servicio de la señorita Lecoq, con quien vivió doce años como amiga y colaboradora, dedicándose a visitar a los pobres y educar a los niños. Muerta su amiga, Juana alquiló una casa en Saint-Servan con su amiga Francisca Aubert. Aquí en el invierno de 1839, la anciana Anne Chauvin, ciega y paralítica, pidió y obtuvo asistencia. Desde aquel momento Juana tuvo clara la misión que Dios le confiaba; dedicarse a los ancianos pobres.
A la edad de 32 años, se juntó con algunas mujeres en comunidad y empezó a recibir en su casa algunos ancianos abandonados. Desde entonces tuvo que salir a pedir para los pobres que estaban recogidos en su casa. La obra fue aumentando; su oficio era ser buscadora de pan. Juana empezó a tener fama por su heroica entrega a los más pobres. En la Academia Francesa se habló de ella; en 1845 le concedieron el premio Montyon, destinado a un francés pobre, autor de la acción más virtuosa. Los periodistas la sacaban en sus reportajes. Empezaron las nuevas fundaciones en Rennes y Tours. Los parlamentarios hablaban en las Cortes de ella: "Juana Jugan es un personaje que sabe de socialismo más que todos ustedes juntos". Luego fundó en París, Besançon, Nantes y Angers. En Nantes se las empezó a llamar "las Hermanitas de los Pobres", que Juana elaboró una regla basada en la de los Hermanos de San Juan de Dios. A los tres consejos evangélicos añadieron el voto de hospitalidad. más tarde se abrió la primera casa en Inglaterra, en las afueras de Londres.
Sus compañeras la eligieron como superiora. Pero pronto Juana será destituida de una manera arbitraria. A la injusticia Juana respondió con el silencio, la bondad, el abandono. En el transcurso de los años la sombra que envolvió a Juana fue ordenado cada vez más densa, se dedicó al oficio de simple limosnera. Se dio una falsa interpretación de los comienzos de su obra. Cuando murió en Tour Saint Joseph, había 2.400 hermanitas que repartían pan y amor entre los ancianos más pobres y abandonados, pero pocas sabían que ella era la fundadora, pero su influencia junto a las jóvenes con quiénes había compartido la vida durante 27 años fue decisiva. Este contacto prolongado hará que el carisma inicial, y el espíritu de los orígenes fuera transmitido. A partir de 1900 comenzó a descubrirse la verdad: Juana Jugan -sor María de la Cruz- muerta en el olvido fue la primera Hermanita, era la fundadora. Fue beatificada por SS Juan Pablo II el 3 de octubre de 1982 y canonizada por SS Benedicto XVI el 11 de octubre de 2009.



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