1 DE SEPTIEMBRE - JUEVES
22ª- SEMANA DEL T. O. - C
San Josue
Evangelio
según san Lucas 5, 1-11
En aquel tiempo, la gente se agolpaba alrededor de Jesús para oír
la Palabra de Dios, estando él a orillas del lago de Genesaret; y vio dos
barcas que estaban junto a la orilla: los pescadores habían desembarcado y
estaban lavando las redes. Subió a una de
las barcas, la de Simón, y le pidió quela apartara un poco de tierra. Desde la
barca, sentado, enseñaba a la gente.
Cuando acabó de hablar, dijo a Simón: “Rema mar adentro y echa las redes para pescar”.
Simón contestó:
“Maestro, nos hemos pasado la noche bregando y no hemos cogido
nada; pero, por tu palabra, echaré las redes”.
Y, puestos a la obra, hicieron una redada de peces tan grande,
que reventaba la red.
Hicieron señas a los socios de la otra barca, para que
vinieran a echarles una mano.
Se acercaron ellos y llenaron dos barcas, que casi se hundían.
Al ver esto, Simón Pedro se arrojó a los pies de Jesús,
diciendo:
“Apártate de mi; Señor,
que soy un pecador”.
Y es que el asombro se había apoderado de él y de los que
estaban con él, al ver la redada de peces que habían cogido; y lo mismo les
pasaba a Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón.
Jesús dijo a Simón:
“No temas, desde ahora serás pescador de hombres”.
Ellos sacaron las
barcas a tierra y, dejándolo todo, lo siguieron.
1. Aquí
palpamos la originalidad de Jesús. Tal originalidad está en que, las
manifestaciones de lo divino, en las tradiciones religiosas, suelen realizarse
de manera que van asociadas a “lo tremendo”, que infunde terror, miedo.
Es la aparición de “lo numinoso”, que
impresiona (R. Otto).
Es lo que sucedió en el Sinaí, entre
truenos y relámpagos... (Ex 19, 10-24; Deut 4, 1 ss); lo mismo que en la
vocación de Isaías (Is 6, 1 Ss). Sin
embargo, en este evangelio la teofanía no se presenta en “lo tremendo”, sino en
“lo gozoso”, la pesca abundante, la ganancia de aquella inesperada redada de
peces.
Son dos formas de manifestarse lo Trascendente:
1) En la experiencia de “lo sobrecogedor”.
2) En la experiencia de “lo
acogedor”.
2. Según
Jesús, el Padre no es el Dios del miedo y la sumisión, sino el Padre de la abundancia
y la dicha increíble.
Esta revelación de Dios en Jesús es el
punto de partida de la llamada de Jesús y del proyecto de Jesús, que no llama
para vivir en la “sumisión religiosa”, sino para contagiar la “abundancia
gozosa” de una vida que produce precisamente abundancia.
3. Por
eso Pedro y sus compañeros, dejándolo todo, “siguieron a Jesús”.
Su
vida cambió radicalmente desde aquel momento.
La vida de antes y la religión de antes, ya
no les interesaba. Ahora solo pensaban en compartir la vida y el proyecto que
habían visto, de forma patente, en la experiencia que tuvieron aquella mañana.
A partir de aquella decisión que tomaron,
empezaron a conocer a Jesús. Es decir, a Jesús se le conoce siguiéndole. No se
le conoce estudiando teorías y analizando dogmas, sino compartiendo su forma de
vida.
Por eso la cristología está esencialmente
marcada y determinada por el “seguimiento” de Jesús (J. 8. Metz).
San Josué
Martirologio Romano:
Conmemoración
de san Josué, hijo de Nun, siervo del Señor, que al recibir la imposición de
manos por Moisés, fue lleno del espíritu de sabiduría, y a la muerte de Moisés
introdujo de modo maravilloso al pueblo de Israel, cruzando el Jordán, en la
tierra de promisión (Jos, 1, 1). Muerto Moisés, Josué es el capitán que
introducirá a su gente Tierra Prometida. Ya era la hora de poseer la tierra que
Dios prometió a los israelitas al sacarlos de Egipto. Han pasado cuarenta años.
Es un pueblo joven el que está en las proximidades de Canán. Son los hijos de
los que Yavé sacó con mano poderosa. Se han curtido en el desierto inhóspito
donde han vivido del mimo de Dios y presenciando a diario sus grandezas. Tienen
esculpida en su alma la idea de que sólo en la fidelidad a la Alianza tienen
garantía de la protección de Dios.
Josué
es un varón pletórico de fe y casto, joven y fuerte, que mantiene la seguridad
de que será Dios quien vencerá a los poderosos habitantes de la tierra que se
les da en posesión. Tienen que pelearla, pero sólo Dios les dará la victoria.
Jericó
es la plaza fuerte que les abrirá las puertas a la conquista. Posee murallas
duras y sus habitantes están aprestados a defenderla.
Es
Dios quien habla ahora con Josué, como antes lo hiciera con Moisés, dándole
instrucciones para la empresa. No se le pedirá pasividad, sino una disposición
absoluta al misterio. La táctica guerrera sugerida es la más impensada y la
menos descrita en las praxis de la guerra: hay que dar vueltas a la ciudad,
cantando y tocando las trompetas. Así se caerán las potentes murallas de defensa.
Sin
un "pero" de Josué y con la presteza originada por la fe sucede como
Dios dice. Y es que Dios se ríe de las encuestas, la lógica humana se ve
superada en su potencia y las estadísticas de los hombres se tornan enanas en
su presencia. Sin embargo, la fe hace que se derriben las más altas murallas de
la tierra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario