4 DE ABRIL - MARTES –
5ª - SEMANA DE CUARESMA -A
Evangelio según san Juan 8,21-30
En aquel tiempo, dijo Jesús a los
fariseos:
"Yo me voy y me buscaréis, y
moriréis por vuestro pecado. Donde yo voy no podéis venir vosotros”.
Y los judíos comentaban: "
¿Será que va a suicidarse, y por eso
dice "donde yo voy no podéis venir vosotros?".
Y él continuaba:
"Vosotros sois de aquí abajo, yo
soy de allá arriba: vosotros sois de este mundo, yo no soy de este mundo. Con
razón os he dicho que moriréis por vuestros pecados: pues si no creéis que yo
soy, moriréis por vuestros pecados”.
Ellos le decían:
"¿Quién eres tú?"
Jesús les contestó:
"Después de todo, ¿para qué seguir
hablándoos? Podría decir y condenar muchas cosas en vosotros; pero el que me
envió es veraz y yo comunico al mundo lo que he aprendido de él".
Ellos no comprendieron que les hablaba
del Padre. Y entonces dijo Jesús:
"Cuando levantéis al Hijo del
Hombre sabréis que soy yo, y que no hago nada por mi cuenta, sino que hablo
como el Padre me ha enseñado. El que me envió está conmigo, no me ha dejado
solo, porque yo hago siempre lo que le agrada".
Cuando les exponía esto, muchos creyeron
en él.
1. Lo que Jesús deja claro aquí es que su propia
manera de pensar y su conducta eran copia exacta de lo que piensa el Padre y de
lo que hace el Padre.
Es
decir, los criterios de Jesús y lo que hacía Jesús se adecuaban a los criterios
de Dios y a lo que hace Dios. Y eso justamente es lo que los fariseos no entendían.
Ni se enteraban de lo que allí estaba en juego. Lo cual quiere decir que se
puede ser muy religioso y
un estricto observante, pero sin embargo no tener ni idea de lo que Dios
piensa, lo que Dios quiere y lo que Dios hace.
2. Jesús explica diciendo: "vosotros sois
de este mundo, yo no soy de este mundo".
No
se trata de que los fariseos fueran de la tierra, en tanto que Jesús era del
cielo. No se trata de eso. La palabra "mundo" traduce el término
griego "kósmos", que significa el "orden" que los hombres
hemos inventado para que funcione este mundo como nos conviene y nos interesa.
Un
elemento del "orden presente" es la religión. Normalmente, a las
religiones les conviene
entenderse bien con el
"orden de este mundo". Por eso, los que se identifican, sin más, con
las religiones, por eso se incapacitan para entender a Dios: pertenecen a
"este mundo".
3. Jesús no es de "este mundo". ¿En
qué sentido?
Esto
entraña dos enseñanzas capitales. En primer lugar, Jesús no vino como llovido
del cielo. Jesús fue un judío nacido y educado en Galilea. Pero Jesús no se
identificó con el "orden de este mundo". Jesús pensaba como piensa Dios y vivía como
Dios quiere que vivamos.
Cuando
en la vida no tenemos un referente último; y cuando carecemos de una motivación
última, nos acomodamos a "este orden". Así no es
posible creer en Dios, ni
en Jesús tampoco. Por muy religiosos y observantes que seamos, como les ocurría
a los fariseos aquellos.
Pero,
en estas palabras de Jesús, hay una segunda enseñanza, que es la que va al
fondo del problema.
Se
trata de recordar, una vez más, que Jesús es la revelación de Dios. Por eso él
dice que "no es de este mundo".
Jesús
es la revelación "inmanente" del Dios
"trascendente".
Jesús
nos da a conocer en este mundo lo que no pertenece a este mundo. Y quien vive como vivió Jesús, ese es el que
reproduce la misión que cumplió Jesús como revelador del Padre. O sea, damos a
conocer a Dios viviendo como vivió Jesús.
SAN PLATON, abad
Los padres del santo murieron en Constantinopla cuando éste tenía
trece años. Uno de sus tíos, que era tesorero imperial, se encargó de su
educación y le formó para que fuese su colaborador; pero a los veinticuatro
años de edad, Platón abandonó el mundo y abrazó la vida religiosa. Vendió sus
posesiones, dividió el producto entre su hermana y los pobres e ingresó en el
monasterio Simboleon del Monte Olimpo, en Bitinia. Después de dar muestras de
perfecta virtud en el desempeño de los oficios más humildes y en la paciencia
con que sobrellevó las reprensiones por faltas que no había cometido, sus
superiores le dedicaron a copiar libros y extractos de las obras de los Santos
Padres.
A la muerte del abad Teoctisto, en 770, fue elegido para sucederle, a
pesar de que no tenía más que treinta y seis años. Era una época de tribulación
y peligro para los monjes ortodoxos; sin embargo, el monasterio de san Platón
se salvó de la persecución del emperador iconoclasta, Constantino Coprónimo,
gracias a lo escondido de su posición. En 775, san Platón visitó
Constantinopla, donde fue recibido con grandes honores; se le ofreció el
gobierno de otro monasterio y el de la sede de Nicomedia, pero el santo no
aceptó y ni siquiera quiso ser ordenado sacerdote. Sin embargo, más tarde
abandonó el monasterio de Simboleon para ir a gobernar el de Sakkudión, que
habían fundado cerca de Constantinopla los hijos de su hermana Teoctista.
Después de desempeñar ese cargo durante doce años, lo cedió a su sobrino san
Teodoro el Estudita.
Esto aconteció por la época en que el emperador Constantino
Porfirogénito se divorció de su esposa María para casarse con Teódota. San
Platón y san Teodoro encabezaron el movimiento monástico que excomulgó
prácticamente al monarca. A resultas de ello, San Platón fue encarcelado y
desterrado. Cuando recobró la libertad, los monjes de Sakkudión habían tenido
que ir a refugiarse en el monasterio de Studios, huyendo de los sarracenos.
Allá fue a reunirse con ellos san Platón, quien se puso bajo las órdenes de su
sobrino Teodoro. Vivía en una celda alejada de las demás y pasaba el tiempo en
la oración y el trabajo manual; pero siguió oponiéndose a los excesos del
emperador y tuvo que sufrir mucho por ello. Aunque era ya muy anciano y estaba
enfermo, el emperador Nicéforo le desterró a las islas del Bósforo. Durante
cuatro años soportó con ejemplar paciencia que le trasladasen constantemente de
una isla a otra. Finalmente, en 811, el emperador Miguel I le puso en libertad.
San Platón fue recibido en Constantinopla con muestras de gran respeto. El
resto de su vida lo pasó postrado en cama. Fue a visitarle a su retiro el
patriarca san Nicéforo, a cuya elección se había opuesto antes, para
encomendarse a sus oraciones. San Platón murió el 4 de abril del año 814; San
Teodoro pronunció su oración fúnebre.
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