27 DE ABRIL -
JUEVES
2ª - SEMANA DE PASCUA
Evangelio según san Juan 3, 31-36
El que viene de lo
alto está por encima de todos. El que es de la tierra, es de la tierra y habla
de la tierra. El que viene del cielo está por encima de todos.
De lo que ha visto y oído
da testimonio y nadie acepta su testimonio. El que acepta su testimonio
certifica la veracidad de Dios. El que Dios envió habla las Palabras de Dios
porque no da el espíritu con medida. El Padre ama al Hijo y todo lo ha puesto
en su mano. El que cree en el Hijo posee la vida eterna; el que no crea al Hijo
no verá la vida, sino que la ira de Dios pesa sobre él.
1. Para
comprender este texto, es necesario tener presente que cuando Jesús habla
"de la tierra" y "del cielo", se refiere a "lo
inmanente" y "lo trascendente". Esto no es separar y (menos aún)
contraponer "lo humano" de "lo divino". Como si fueran dos
planos separados y contrapuestos: uno (el del cielo) que está sobre el otro (el
de la tierra). Esta manera, simplista y engañosa, de entender la
"totalidad" de la realidad, es falsa y peligrosa.
Seguramente, una de las cosas más peligrosas para las
gentes que tienen creencias religiosas. ¿Por qué?
Porque "lo divino" se separa y se aleja de
"lo humano". Lo cual, si fuera verdad, sería lo mismo que afirmar la
necesidad de "alejarse de lo humano" para "acercarse a lo
divino".
En eso consiste el enorme peligro de muchas teologías
y no pocas espiritualidades, que acaban
"deshumanizando" a las personas, mediante la estúpida cantinela
de que así nos hacemos más
"divinos".
Lo trascendente no puede ser conocido por lo inmanente.
Pero la trascendencia se alcanza perfeccionando nuestra inmanencia.
Esto equivale a decir que alcanzamos lo divino
haciéndonos más humanos.
2. Dios (lo
divino) se manifestó en Jesús (lo humano). Así, lo divino y lo humano
quedaron unidos y fundidos. De manera que,
al aceptar el testimonio de Jesús, aceptamos a Dios mismo. Y el testimonio de
Jesús sabemos en qué consistió. En cosas profundamente humanas: - proporcionar
vino a los invitados de una boda, - dar de comer a un gentío de hambrientos, -
sanar enfermos, devolver la vida al difunto Lázaro y, sobre todo, amar hasta el
extremo a quienes tuvieron la suerte de estar cerca de él (Jn 13, 1).
Todo esto es profundamente humano. Y todo eso, tan
humano, fue la revelación de la "vida eterna", en la que no cabe
"la ira de Dios".
3. Dios ha
hecho las cosas de forma que lo humano, cuanto más humano, por eso mismo es lo
más divino que podemos llevar a cabo. Y es lo que Dios quiere y espera de los
humanos: que seamos tan humanos, que en nosotros no haya lugar para lo
inhumano. Y eso, exactamente eso, es lo más celestial y lo más sagrado, santo y
divino que podemos hacer. Esto es "creer en el Hijo" y, por eso mismo,
"poseer la vida eterna".
NUESTRA SEÑORA DE MONTSERRAT
La Virgen de Montserrat fue declarada santa patrona
de Cataluña por
el papa León XIII.
El culto de la Virgen de Montserrat se remonta más allá de la
invasión de España por los árabes. La imagen, ocultada entonces, fue
descubierta en el siglo IX. Para darle culto, se edificó una capilla a la que
el rey Wifredo el Velloso agregó más tarde un monasterio benedictino.
Los milagros atribuidos a la Virgen de Montserrat fueron cada vez más numerosos y los peregrinos que iban hacia Santiago de Compostela los divulgaron. Así, por ejemplo, en Italia se han contado más de ciento cincuenta iglesias o capillas dedicadas a la Virgen de Montserrat, bajo cuya advocación se erigieron algunas de las primeras iglesias de México, Chile y Perú, y con el nombre de Montserrat han sido bautizados monasterios, pueblos, montes e islas en América.
Los milagros atribuidos a la Virgen de Montserrat fueron cada vez más numerosos y los peregrinos que iban hacia Santiago de Compostela los divulgaron. Así, por ejemplo, en Italia se han contado más de ciento cincuenta iglesias o capillas dedicadas a la Virgen de Montserrat, bajo cuya advocación se erigieron algunas de las primeras iglesias de México, Chile y Perú, y con el nombre de Montserrat han sido bautizados monasterios, pueblos, montes e islas en América.
Descubrimiento
No se conoce el origen de la estatua. Cuenta la leyenda que unos pastores estaban pastando sus ovejas cerca de Montserrat y descubrieron la imagen de madera en una cueva, en medio de un misterioso resplandor y cantos angelicales. Por órdenes del obispo de llevarla a la catedral, comenzó la procesión, pero no llegó a su destino, ya que la estatua se empezó a poner increíblemente pesada y difícil de manejar. Entonces fue depositada en una ermita cercana, y permaneció allí hasta que se construyó el actual monasterio benedictino.
No se conoce el origen de la estatua. Cuenta la leyenda que unos pastores estaban pastando sus ovejas cerca de Montserrat y descubrieron la imagen de madera en una cueva, en medio de un misterioso resplandor y cantos angelicales. Por órdenes del obispo de llevarla a la catedral, comenzó la procesión, pero no llegó a su destino, ya que la estatua se empezó a poner increíblemente pesada y difícil de manejar. Entonces fue depositada en una ermita cercana, y permaneció allí hasta que se construyó el actual monasterio benedictino.
Descripción de la Imagen
La virgen es de talla románica de madera. Casi toda la estatua es dorada, excepto la cara y las manos de la Virgen y del Niño. Estas partes tienen un color entre negro y castaño. A diferencia de muchas estatuas antiguas que son negras debido a la naturaleza de la madera o a los efectos de la pintura original, el color oscuro de Ntra. Sra. de Montserrat se le atribuye a las innumerables velas y lámparas que durante siglos se han encendido ante la imagen día y noche. En virtud de esta coloración, la Virgen está catalogada entre las vírgenes negras. Por esto la llaman por cariño La Morenita. La estatua goza de gran estima como un tesoro religioso y por su valor artístico.
La virgen es de talla románica de madera. Casi toda la estatua es dorada, excepto la cara y las manos de la Virgen y del Niño. Estas partes tienen un color entre negro y castaño. A diferencia de muchas estatuas antiguas que son negras debido a la naturaleza de la madera o a los efectos de la pintura original, el color oscuro de Ntra. Sra. de Montserrat se le atribuye a las innumerables velas y lámparas que durante siglos se han encendido ante la imagen día y noche. En virtud de esta coloración, la Virgen está catalogada entre las vírgenes negras. Por esto la llaman por cariño La Morenita. La estatua goza de gran estima como un tesoro religioso y por su valor artístico.
La estatua está sentada y mide 95 cm., un poco más de tres pies de
altura. De acuerdo con el estilo románico, la figura es delgada, de cara
alargada y delicada expresión. Una corona descansa sobre la cabeza de la Virgen
y otra adorna la cabeza del Niño Jesús, que está sentado en sus piernas. Tiene
un cojín que le sirve de banquillo o taburete para los pies y ella está sentada
en un banquillo de patas grandes, con adornos en forma de cono.
El vestido consiste en una túnica y un manto de diseño dorado y
sencillo. La cabeza de la Virgen la cubre un velo que va debajo de la corona y
cae ligeramente sobre los hombros. Este velo también es dorado, pero lo realzan
diseños geométricos de estrellas, cuadrados y rayas, acentuadas con sombras
tenues. La mano derecha de la Virgen sostiene una esfera, mientras la izquierda
se extiende hacia adelante con un gesto gracioso. El Niño Jesús está vestido de
modo similar, por su puesto, con excepción del velo. Tiene la mano derecha
levantada, dando la bendición, y la izquierda sostiene un objeto descrito como
un cono de pino.
La estatua está ubicada en lo alto de la pared de una alcoba que
queda detrás del altar principal. Directamente detrás de esta alcoba y de la
estatua se encuentra un cuarto grande, llamado el Camarín de la Virgen. Este
camarín puede acomodar a un grupo grande de personas, y desde ahí se puede
rezar junto al trono de la Stma. Madre. A este cuarto se llega subiendo una
monumental escalera de mármol, decorada con entalladuras y mosaicos.
El nombre de Montserrat, catalán, se refiere a la configuración de
las montañas en donde se ubica su monasterio. Las piedras allí se elevan hacia
el cielo en forma de sierra. Monte + sierra: Montserrat.
Visitada por los santos
Entre los santos que visitaron el lugar venerado se encuentran S. Pedro Nolasco, S. Raymundo de Peñafort, S. Vicente Ferrer, S. Francisco de Borja, S. Luis Gonzaga, S. José de Calasanz, S. Antonio María Claret y S. Ignacio de Loyola, que, siendo aún caballero, se confesó con uno de los monjes y pasó una noche orando ante la imagen de la Virgen. A unas cuantas millas queda Manresa, un santuario de peregrinación para la Compañía de Jesús, la orden Jesuita fundada por San Ignacio, pues encierra la cueva en donde el Santo se retiró del mundo y escribió sus Ejercicios Espirituales.
Entre los santos que visitaron el lugar venerado se encuentran S. Pedro Nolasco, S. Raymundo de Peñafort, S. Vicente Ferrer, S. Francisco de Borja, S. Luis Gonzaga, S. José de Calasanz, S. Antonio María Claret y S. Ignacio de Loyola, que, siendo aún caballero, se confesó con uno de los monjes y pasó una noche orando ante la imagen de la Virgen. A unas cuantas millas queda Manresa, un santuario de peregrinación para la Compañía de Jesús, la orden Jesuita fundada por San Ignacio, pues encierra la cueva en donde el Santo se retiró del mundo y escribió sus Ejercicios Espirituales.
Artistas
Los grandes poetas Goethe y Federico Schiller escribieron acerca de la montaña; y Beethoven murió en Viena, en una casa que había sido un antiguo estado feudal de Montserrat. Además de esto, el lugar se hizo famoso gracias a Richard Wagner, quien utilizó el sitio para dos de sus óperas, Parsifal y Lohengrin.
Los grandes poetas Goethe y Federico Schiller escribieron acerca de la montaña; y Beethoven murió en Viena, en una casa que había sido un antiguo estado feudal de Montserrat. Además de esto, el lugar se hizo famoso gracias a Richard Wagner, quien utilizó el sitio para dos de sus óperas, Parsifal y Lohengrin.
Oración a Ntra. Sra. de Montserrat
Oh
Madre Santa, Corazón de amor, Corazón de misericordia,
que siempre nos escucha y consuela, atiende a nuestras
súplicas. Como hijos tuyos, imploramos tu intercesión ante
tu Hijo Jesús.
Recibe con comprensión y compasión las peticiones que hoy
te presentamos, especialmente [se hace la petición].
¡Qué consuelo saber que tu Corazón está siempre abierto
para quienes recurren a ti!
Confiamos a tu tierno cuidado e intercesión a nuestros
seres queridos y a todos los que se sienten
enfermos, solos o heridos.
Ayúdanos, Santa Madre, a llevar nuestras cargas en esta vida
hasta que lleguemos a participar de la gloria eterna y la paz con Dios. Amén.
que siempre nos escucha y consuela, atiende a nuestras
súplicas. Como hijos tuyos, imploramos tu intercesión ante
tu Hijo Jesús.
Recibe con comprensión y compasión las peticiones que hoy
te presentamos, especialmente [se hace la petición].
¡Qué consuelo saber que tu Corazón está siempre abierto
para quienes recurren a ti!
Confiamos a tu tierno cuidado e intercesión a nuestros
seres queridos y a todos los que se sienten
enfermos, solos o heridos.
Ayúdanos, Santa Madre, a llevar nuestras cargas en esta vida
hasta que lleguemos a participar de la gloria eterna y la paz con Dios. Amén.
Nuestra
Señora de Montserrat, ruega por nosotros.
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