28 DE ABRIL - VIERNES
2ª - SEMANA DE PASCUA
Evangelio según san Juan 6, 1-15
En aquel tiempo, Jesús se marchó a la otra
parte del lago de Galilea (o de Tiberíades). Lo seguía mucha gente, porque
habían visto los signos que hacía con los enfermos. Subió Jesús entonces a la
montaña y se sentó allí con sus discípulos. Estaba cerca la Pascua, la fiesta
de los judíos. Jesús entonces levantó los ojos, y al ver que acudía mucha
gente, dice a Felipe:
"¿Con qué compraremos panes para que
coman estos?"
(lo decía para tentarlo, pues bien sabía lo que
él iba a hacer).
Felipe le contestó:
"Doscientos denarios de pan no bastan para
que a cada uno le toque un pedazo”.
Uno de sus discípulos, Andrés, el hermano de
Simón Pedro le dice:
"Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes
de cebada y un par de peces; pero, ¿qué es eso para tantos?".
Jesús dijo:
"Decid a la gente que
se siente en el suelo".
Había mucha hierba en aquel sitio. Se
sentaron: solo los hombres eran unos cinco mil.
Jesús tomó los panes, dijo la acción de
gracias y los repartió a los que estaban sentados, y lo mismo todo lo que
quisieron del pescado.
Cuando se saciaron dijo a sus discípulos:
"Recoged los pedazos que han sobrado;
que nada se desperdicie".
Los recogieron y llenaron doce canastas con
los pedazos de los cinco panes de cebada, que sobraron a los que habían comido.
La gente entonces, al ver
el signo que había hecho, decía:
"Este sí que es el Profeta que tenía
que venir al mundo".
Jesús, sabiendo que iban a llevárselo para
proclamarlo Rey, se retiró otra vez a la montaña, él solo.
1. El relato
empieza y termina situando a Jesús en "la montaña". En la teología de
la Biblia, la montaña es el punto de encuentro entre el cielo y la tierra (X.
Léon-Dufour), representación de la presencia divina (Is 14,13) y el sitio privilegiado
para dar culto a Dios (Sal 2, 6; Jer 2, 20).
Si nos atenemos al lenguaje bíblico, estamos ante una
teofanía o presencia extraordinaria de Dios. Pero ocurre que el mismo Jesús
había dicho que el lugar de encuentro con Dios no es ningún monte (Jn 4, 20).
Jesús modificó radicalmente el modo de dar culto a
Dios. Cuando "estaba cerca la Pascua" (Jn 6, 4), la fiesta religiosa
central, cuando los judíos subían al monte santo de Jerusalén y acudían al
Templo, Jesús organiza una "Pascua alternativa", que ya no es un
ritual sagrado en el santuario, sino una comida compartida en el campo.
Jesús convierte el culto religioso y sagrado en una
experiencia humana, laica, profana.
2. Se trata de
la experiencia de la comida compartida. La salud y la alimentación son las dos
cosas que más aprecian y necesitan los humanos.
El relato empieza hablando de curaciones de enfermos
(Jn 6, 2) y termina diciendo que todos
quedaron satisfechos de comida (Jn 6, 12).
La intención expresa de Jesús es cambiar el modelo de la
religión: ya no es la religión del templo, del altar, de los sacerdotes, con
sus rituales... Es la religión que se expresa en los símbolos básicos de la
vida: la salud y la comida. Y todo esto vivido en común, en la naturaleza, en
la alegría y el gozo que se vive "con los demás".
Cuando los evangelios hablan de las comidas de Jesús,
no se refieren al solo hecho de alimentarse o de quitarse el hambre. No se
trata de la "comida", sino de la "comensalía", que es
siempre la comida compartida.
Como bellamente dijo san Juan de la Cruz, es "la
cena que recrea y enamora" (Cántico Espiritual, canc. 14).
3. Este hecho
prepara el gran discurso de la Eucaristía. Por eso Jesús anticipa el relato de
la institución, al partir y repartir el pan (Jn 6, 11). Jesús sacó la Eucaristía
del templo, del altar y del privilegio de los sacerdotes. La Iglesia le ha enmendado
la plana a Jesús. Hemos retrocedido a la religión que superó Jesús. Así, hemos
desnaturalizado la Eucaristía.
SAN PEDRO CHANEL
Pedro Chanel nació en un pueblo francés llamado
Cuet, diócesis de Lyon, el 12 de julio de 1803, en el seno de una familia
acomodada. Hizo la Primera Comunión a los 15 años y entonces sintió la vocación
misionera. Dos años después entró en el seminario. En 1823 quiso acompañar a un
profesor suyo, que partía hacia las misiones de América del Norte, junto con
otros dos compañeros de estudios, pero no fue posible porque aún le faltaba un
año de filosofía.
Pedro fue ordenado sacerdote en 1827 y pidió a
su Obispo que lo enviara a las misiones. El Obispo le respondió que su diócesis
estaba tan necesitada de evangelización que podía empezar siendo misionero en
su propia tierra.
Hacia 1830 se unió a un grupo de sacerdotes con
vocación misionera. Formaban la Sociedad de María, o Maristas. A finales de
1836 partió hacia la Polinesia un grupo de maristas en el que figuraba el Padre
Pedro Chanel. Por el camino se dividieron en dos grupos, y el Padre Pedro y
otro hermano desembarcaron en Futuna el 12 de noviembre de 1837. La isla se
hallaba dominada por dos tribus que siempre estaban guerreando. No conocían el
cristianismo y había allí un comerciante inglés que estimulaba la beligerancia
de los nativos. Pronto estalló una guerra y el rey de la tribu vencedora obligó
a los misioneros a vivir cerca de su casa para tenerlos bien vigilados. Pese a
todo, Pedro se las arregló para predicar y empezó a convertir a los nativos. En
febrero de 1839 un huracán arrasó la isla y las dos tribus firmaron una tregua;
pero en agosto la rompieron y una tribu casi aniquiló a la otra en una matanza
sin precedentes.
El rey vencedor acabó creyendo que aquellos
cristianos estaban introduciendo supersticiones que molestaban a sus propios
dioses y decidió acabar con el Padre Pedro. El 28 de abril de 1841, un grupo
capitaneado por Musumusu, yerno del rey, fue a buscar a Pedro; lo sacaron de su
cabaña y Musumusu le abrió la cabeza de un hachazo. Pedro fue beatificado en
1889 y proclamado mártir y Patrón de Oceanía en 1954.
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