jueves, 27 de abril de 2017

Párate un momento: El Evangelio del dia 28 DE ABRIL - VIERNES 2ª - SEMANA DE PASCUA SAN PEDRO CHANEL





28 DE ABRIL - VIERNES
2ª - SEMANA DE PASCUA

Evangelio según san Juan 6, 1-15
    En aquel tiempo, Jesús se marchó a la otra parte del lago de Galilea (o de Tiberíades). Lo seguía mucha gente, porque habían visto los signos que hacía con los enfermos. Subió Jesús entonces a la montaña y se sentó allí con sus discípulos. Estaba cerca la Pascua, la fiesta de los judíos. Jesús entonces levantó los ojos, y al ver que acudía mucha gente, dice a Felipe:
"¿Con qué compraremos panes para que coman estos?"
(lo decía para tentarlo, pues bien sabía lo que él iba a hacer).
Felipe le contestó:
"Doscientos denarios de pan no bastan para que a cada uno le toque un pedazo”.
Uno de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro le dice:
"Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y un par de peces; pero, ¿qué es eso para tantos?".
Jesús dijo:
    "Decid a la gente que se siente en el suelo".
Había mucha hierba en aquel sitio. Se sentaron: solo los hombres eran unos cinco mil.
Jesús tomó los panes, dijo la acción de gracias y los repartió a los que estaban sentados, y lo mismo todo lo que quisieron del pescado.     
Cuando se saciaron dijo a sus discípulos:
"Recoged los pedazos que han sobrado; que nada se desperdicie".
Los recogieron y llenaron doce canastas con los pedazos de los cinco panes de cebada, que sobraron a los que habían comido.
    La gente entonces, al ver el signo que había hecho, decía:
"Este sí que es el Profeta que tenía que venir al mundo".
Jesús, sabiendo que iban a llevárselo para proclamarlo Rey, se retiró otra vez a la montaña, él solo.

1.  El relato empieza y termina situando a Jesús en "la montaña". En la teología de la Biblia, la montaña es el punto de encuentro entre el cielo y la tierra (X. Léon-Dufour), representación de la presencia divina (Is 14,13) y el sitio privilegiado para dar culto a Dios (Sal 2, 6; Jer 2, 20).
Si nos atenemos al lenguaje bíblico, estamos ante una teofanía o presencia extraordinaria de Dios. Pero ocurre que el mismo Jesús había dicho que el lugar de encuentro con Dios no es ningún monte (Jn 4, 20).
Jesús modificó radicalmente el modo de dar culto a Dios. Cuando "estaba cerca la Pascua" (Jn 6, 4), la fiesta religiosa central, cuando los judíos subían al monte santo de Jerusalén y acudían al Templo, Jesús organiza una "Pascua alternativa", que ya no es un ritual sagrado en el santuario, sino una comida compartida en el campo. 
Jesús convierte el culto religioso y sagrado en una experiencia humana, laica, profana.

2.  Se trata de la experiencia de la comida compartida. La salud y la alimentación son las dos cosas que más aprecian y necesitan los humanos.
El relato empieza hablando de curaciones de enfermos (Jn 6, 2) y termina diciendo que todos   quedaron satisfechos de comida (Jn 6, 12).
La intención expresa de Jesús es cambiar el modelo de la religión: ya no es la religión del templo, del altar, de los sacerdotes, con sus rituales... Es la religión que se expresa en los símbolos básicos de la vida: la salud y la comida. Y todo esto vivido en común, en la naturaleza, en la alegría y el gozo que se vive "con los demás".
Cuando los evangelios hablan de las comidas de Jesús, no se refieren al solo hecho de alimentarse o de quitarse el hambre. No se trata de la "comida", sino de la "comensalía", que es siempre la comida compartida.   
Como bellamente dijo san Juan de la Cruz, es "la cena que recrea y enamora" (Cántico Espiritual, canc. 14).

3.  Este hecho prepara el gran discurso de la Eucaristía. Por eso Jesús anticipa el relato de la institución, al partir y repartir el pan (Jn 6, 11). Jesús sacó la Eucaristía del templo, del altar y del privilegio de los sacerdotes. La Iglesia le ha enmendado la plana a Jesús. Hemos retrocedido a la religión que superó Jesús. Así, hemos desnaturalizado la Eucaristía.

SAN PEDRO CHANEL


Pedro Chanel nació en un pueblo francés llamado Cuet, diócesis de Lyon, el 12 de julio de 1803, en el seno de una familia acomodada. Hizo la Primera Comunión a los 15 años y entonces sintió la vocación misionera. Dos años después entró en el seminario. En 1823 quiso acompañar a un profesor suyo, que partía hacia las misiones de América del Norte, junto con otros dos compañeros de estudios, pero no fue posible porque aún le faltaba un año de filosofía.
Pedro fue ordenado sacerdote en 1827 y pidió a su Obispo que lo enviara a las misiones. El Obispo le respondió que su diócesis estaba tan necesitada de evangelización que podía empezar siendo misionero en su propia tierra.
Hacia 1830 se unió a un grupo de sacerdotes con vocación misionera. Formaban la Sociedad de María, o Maristas. A finales de 1836 partió hacia la Polinesia un grupo de maristas en el que figuraba el Padre Pedro Chanel. Por el camino se dividieron en dos grupos, y el Padre Pedro y otro hermano desembarcaron en Futuna el 12 de noviembre de 1837. La isla se hallaba dominada por dos tribus que siempre estaban guerreando. No conocían el cristianismo y había allí un comerciante inglés que estimulaba la beligerancia de los nativos. Pronto estalló una guerra y el rey de la tribu vencedora obligó a los misioneros a vivir cerca de su casa para tenerlos bien vigilados. Pese a todo, Pedro se las arregló para predicar y empezó a convertir a los nativos. En febrero de 1839 un huracán arrasó la isla y las dos tribus firmaron una tregua; pero en agosto la rompieron y una tribu casi aniquiló a la otra en una matanza sin precedentes.
El rey vencedor acabó creyendo que aquellos cristianos estaban introduciendo supersticiones que molestaban a sus propios dioses y decidió acabar con el Padre Pedro. El 28 de abril de 1841, un grupo capitaneado por Musumusu, yerno del rey, fue a buscar a Pedro; lo sacaron de su cabaña y Musumusu le abrió la cabeza de un hachazo. Pedro fue beatificado en 1889 y proclamado mártir y Patrón de Oceanía en 1954.




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