14 DE AGOSTO - VIERNES –
19ª – SEMANA DEL T. O. – A –
San Maximiliano María Kolbe
Lectura de la profecía de
Ezequiel (16,1-15.60.63):
Me
vino esta palabra del Señor:
«Hijo de Adán, denuncia a
Jerusalén sus abominaciones, diciendo: "Así dice el Señor: ¡Jerusalén!
Eres cananea de casta y de cuna: tu padre era amorreo y tu madre era hitita.
Fue así tu alumbramiento: El día en que naciste, no te cortaron el ombligo, no
te bañaron ni frotaron con sal, ni te envolvieron en pañales. Nadie se apiadó
de ti haciéndote uno de estos menesteres, por compasión, sino que te arrojaron
a campo abierto, asqueados de ti, el día en que naciste.
Pasando yo a tu lado, te
vi chapoteando en tu propia sangre, y te dije mientras yacías en tu sangre:
'Sigue viviendo y crece
como brote campestre.'
Creciste y te hiciste
moza, llegaste a la sazón; tus senos se afirmaron, y el vello te brotó, pero
estabas desnuda y en cueros. Pasando de nuevo a tu lado, te vi en la edad del
amor; extendí sobre ti mi manto para cubrir tu desnudez; te comprometí con
juramento, hice alianza contigo –oráculo del Señor– y fuiste mía. Te bañé, te
limpié la sangre, y te ungí con aceite. Te vestí de bordado, te calcé de marsopa;
te ceñí de lino, te revestí de seda. Te engalané con joyas: te puse pulseras en
los brazos y un collar al cuello. Te puse un anillo en la nariz, pendientes en
las orejas y diadema de lujo en la cabeza. Lucías joyas de oro y plata, y
vestidos de lino, seda y bordado; comías flor de harina, miel y aceite; estabas
guapísima y prosperaste más que una reina.
Cundió entre los pueblos
la fama de tu belleza, completa con las galas con que te atavié –oráculo del
Señor–. Te sentiste segura de tu belleza y, amparada en tu fama, fornicaste y
te prostituiste con el primero que pasaba. Pero yo me acordaré de la alianza
que hice contigo cuando eras moza y haré contigo una alianza eterna, para que
te acuerdes y te sonrojes y no vuelvas a abrir la boca de vergüenza, cuando yo
te perdone todo lo que hiciste."»
Oráculo del Señor.
Palabra de Dios
Salmo: Is 12,2-3.4bcd.5-6
R/. Ha cesado tu ira y me has
consolado
Él
es mi Dios y Salvador: confiaré y no temeré,
porque mi fuerza y mi poder es el Señor,
él fue mi salvación.
Y sacaréis aguas con gozo
de las fuentes de la salvación. R/.
Dad
gracias al Señor,
invocad su nombre,
contad a los pueblos sus hazañas,
proclamad que su nombre es excelso. R/.
Tañed
para el Señor, que hizo proezas,
anunciadlas a toda la tierra;
gritad jubilosos, habitantes de Sión:
«Qué grande es en medio de ti el Santo de Israel.» R/.
Lectura del santo evangelio
según san Mateo (19,3-12):
En
aquel tiempo, se acercaron a Jesús unos fariseos y le preguntaron, para ponerlo
a prueba:
«¿Es lícito a uno
despedir a su mujer por cualquier motivo?»
Él les respondió:
«¿No habéis leído que el
Creador, en el principio, los creó hombre y mujer, y dijo: "Por eso
abandonará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán
los dos una sola carne"? De modo que ya no son dos, sino una sola carne.
Pues lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre.»
Ellos insistieron:
«¿Y por qué mandó Moisés
darle acta de repudio y divorciarse?»
Él les contestó:
«Por lo tercos que sois
os permitió Moisés divorciaros de vuestras mujeres; pero, al principio, no era
así. Ahora os digo yo que, si uno se divorcia de su mujer –no hablo de
impureza– y se casa con otra, comete adulterio.»
Los discípulos le
replicaron:
«Si ésa es la situación
del hombre con la mujer, no trae cuenta casarse.»
Pero él les dijo:
«No todos pueden
con eso, sólo los que han recibido ese don. Hay eunucos que salieron así del
vientre de su madre, a otros los hicieron los hombres, y hay quienes se hacen
eunucos por el reino de los cielos. El que pueda con esto, que lo haga.»
Palabra del Señor
1. Para entender
este pasaje, tantas veces citado para justificar la indisolubilidad del
matrimonio, hay que tener en cuenta que Jesús responde a la pregunta que le
hacen los fariseos. Y la pregunta se refería:
1) Al derecho unilateral
del marido a repudiar a la mujer.
2) Además, si el hombre
tenía ese derecho de tal forma que podía ejercerlo por cualquier motivo.
Detrás de esta fórmula
estaba la disputa teológica, que había en tiempo de Jesús, entre dos rabinos
famosos, Hillel (liberal) y Shammai (rigorista).
Lo que le preguntan a Jesús
es si estaba de acuerdo con las ideas permisivas de Hillel.
2. Lo que, en
definitiva, preguntaban los fariseos es si el hombre tiene un derecho que no
tiene la mujer: divorciarse cuando a él le dé la gana.
Pues bien, en respuesta a esa pregunta,
lo que Jesús afirma es que no existe ese derecho unilateral del varón. Y para
argumentar eso, Jesús echa mano del proyecto original de Dios (Gn 1, 27 y 2, 24),
que no fue un proyecto de superioridad del hombre sobre la mujer, sino un
proyecto de unidad, fusión e igualdad entre ambos.
3. La Iglesia de
los primeros siglos aceptó la legislación civil del Imperio sobre el
matrimonio. Y no hizo problema del divorcio cuando se llegaba a esa decisión por una causa
seria. El año 726, el papa Gregorio II le escribía a san Bonifacio una carta en
la que permitía el divorcio a unos cónyuges que no podían cohabitar por motivos
de salud (PL 89, 525). Una decisión que en el s. XI recogió el Decreto de
Graciano (J. Gaudemet).
San
Maximiliano María Kolbe
Sacerdote
franciscano polaco que fue asesinado por los Nazis en un campo de
concentración, tras entregar voluntariamente su vida a cambio de la de un padre
de familia.
San
Maximiliano María Kolbe nació en Polonia el 8 de enero de 1894 en la ciudad de
Zdunska Wola (Pabiance), que en ese entonces se hallaba ocupada por Rusia. Fue
bautizado con el nombre de Raimundo en la iglesia parroquial. A los 13 años
ingresó en el Seminario de los padres franciscanos en la ciudad polaca de Lvov,
la cual a su vez estaba ocupada por Austria, y estando en el seminario adoptó
el nombre de Maximiliano. Finaliza sus estudios en Roma y en 1918 es ordenado
sacerdote.
Devoto
de la Inmaculada Concepción, pensaba que la Iglesia debía ser militante en su
colaboración con la Gracia Divina para el avance de la Fe Católica. Movido por
esta devoción y convicción, funda en 1917 un movimiento llamado "La
Milicia de la Inmaculada" cuyos miembros se consagrarían a la
bienaventurada Virgen María y tendrían el objetivo de luchar mediante todos los
medios moralmente válidos, por la construcción del Reino de Dios en todo el
mundo.
Verdadero
apóstol moderno, inicia la publicación de la revista mensual "Caballero de
la Inmaculada", orientada a promover el conocimiento, el amor y el
servicio a la Virgen María en la tarea de convertir almas para Cristo. Con un
Tiraje de 500 ejemplares en 1922, para 1939 alcanzaría cerca del millón de
ejemplares.
En
1929 funda la primera "Ciudad de la Inmaculada" en el convento
franciscano de Niepokalanów a 40 kilómetros de Varsovia, que al paso del tiempo
se convertiría en una ciudad consagrada a la Virgen.
En
1931, luego de que el Papa solicitara misioneros, se ofrece como voluntario. En
1936 regresa a Polonia como director espiritual de Niepokalanów, y 3 años más
tarde, en plena II Guerra Mundial, es apresado junto con otros frailes y
enviado a campos de concentración en Alemania y Polonia. Es liberado poco
tiempo después, precisamente el día consagrado a la Inmaculada Concepción.
Es
hecho prisionero nuevamente en febrero de 1941 y enviado a la prisión de
Pawiak, para ser después transferido al campo de concentración de Auschwitz, en
donde a pesar de las terribles condiciones de vida prosiguió su ministerio.
En
Auschwitz, el régimen nazi buscaba despojar a los prisioneros de toda huella de
personalidad tratándolos de manera inhumana e impersonal: como un número; a San
Max le asignaron el 16670. A pesar de todo, durante su estadía en el campo
nunca le abandonaron su generosidad y su preocupación por los demás, así como
su deseo de mantener la dignidad de sus compañeros.
La
noche del 3 de agosto de 1941, un prisionero de la misma sección a la que
estaba asignado San Max escapa; en represalia, el comandante del campo ordena
escoger a 10 prisioneros al azar para ser ejecutados. Entre los hombres
escogidos estaba el sargento Franciszek Gajowniczek, polaco como San
Max, casado y con hijos. San Max, que no se encontraba dentro de los 10
prisioneros escogidos, se ofrece a morir en su lugar. El comandante del campo
acepta el cambio, y San Max es condenado a morir de hambre junto con los otros
nueve prisioneros.
Diez
días después de su condena y al encontrarlo todavía vivo, los nazis le
administran una inyección letal el 14 de agosto de 1941
En
1973 Paulo VI lo beatifica y en 1982 Juan Pablo Segundo lo canoniza como Mártir
de la Caridad.
(Fuente: corazones.org)
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