domingo, 23 de agosto de 2020

Párate un momento: El Evangelio del dia 25 DE AGOSTO – MARTES – 21ª – SEMANA DEL T. O. – A – San José de Calasanz





25 DE AGOSTO – MARTES –
21ª – SEMANA DEL T. O. – A –
San José de Calasanz

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses (2,1-3a.14-17):
Os rogamos, hermanos, a propósito de la venida de nuestro Señor Jesucristo y de nuestra reunión con él, que no perdáis fácilmente la cabeza ni os alarméis por supuestas revelaciones, dichos o cartas nuestras, como si afirmásemos que el día del Señor está encima. Que nadie en modo alguno os desoriente. Dios os llamó por medio del Evangelio que predicamos, para que sea vuestra la gloria de nuestro Señor Jesucristo. Así, pues, hermanos, manteneos firmes y conservad las tradiciones que habéis aprendido de nosotros, de viva voz o por carta. Que Jesucristo, nuestro Señor, y Dios, nuestro Padre que nos ha amado tanto y nos ha regalado un consuelo permanente y una gran esperanza, os consuele internamente y os dé fuerzas para toda clase de palabras y de obras buenas.

Palabra de Dios

Salmo: 95,10.11-12a.12b-13

R/. Llega el Señor a regir la tierra
Decid a los pueblos: «El Señor es rey,
él afianzó el orbe, y no se moverá;
él gobierna a los pueblos rectamente.» R/.
Alégrese el cielo, goce la tierra,
retumbe el mar y cuanto lo llena;
vitoreen los campos y cuanto hay en ellos. R/.
Aclamen los árboles del bosque,
delante del Señor, que ya llega,
ya llega a regir la tierra:
regirá el orbe con justicia y los pueblos con fidelidad. R/.

Lectura del santo evangelio según san Mateo (23,23-26):
En aquel tiempo, habló Jesús diciendo:
«¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que pagáis el décimo de la menta, del anís y del comino, y descuidáis lo más grave de la ley: el derecho, la compasión y la sinceridad! Esto es lo que habría que practicar, aunque sin descuidar aquello.
¡Guías ciegos, que filtráis el mosquito y os tragáis el camello! ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que limpiáis por fuera la copa y el plato, mientras por dentro estáis rebosando de robo y desenfreno! ¡Fariseo ciego!, limpia primero la copa por dentro, y así quedará limpia también por fuera.»

Palabra del Señor

1.  El evangelista pone en boca de Jesús un tercer "Ay" de denuncia y amenaza, que se refiere al problema del diezmo, la décima parte de los ingresos, que los israelitas debían pagar al Templo.  Se trataba, por tanto, de un impuesto religioso. En la Biblia, se prescribía un impuesto por los frutos del campo (Lev 27, 30) y de algunos productos de la siembra (Dt 14,22 s). El dinero que se recolectaba con estos diezmos iba destinado al Templo, concretamente a los sacerdotes y empleados. Pero, además de esto, la Misná había establecido otro segundo diezmo por toda clase de frutos secos y legumbres. El hecho es que con estos impuestos se oprimía a la pobre gente trabajadora, en provecho del clero judío.

2.  Así las cosas, lo que Jesús denuncia es la exigencia escrupulosa que ponían los letrados y fariseos a la hora de exigir el pago de estos impuestos, mientras que las exigencias éticas básicas, el derecho, la misericordia y la fidelidad, se descuidaban y hasta se atropellaban de forma escandalosa.  
Es impresionante la actualidad que tienen estas denuncias del evangelio de Mateo.  En los tiempos actuales, cuando tantos millones de criaturas humanas se mueren de hambre por la explotación que sufren de los países ricos y de las grandes empresas multinacionales, los obispos y el clero ayudan a los pobres con la caridad, pero se callan cuando la defensa de la justicia y de los derechos humanos ponen el peligro la seguridad y los privilegios que suele tener la Iglesia.

3.  El cuarto ¡Ay! habla directamente de la hipocresía que cuida con esmero la imagen externa, la apariencia pública, al tiempo que "por dentro" las cosa están impresentables.  La distinción entre el interior y el exterior de los vasos era cosa frecuente en tiempos de Jesús. Los rabinos distinguían incluso entre la cara interna y la cara externa de los vasos. Lo que les importaba es que por fuera estuvieran limpios. Son conocidas las controversias que había entre los seguidores de Hillel y los de Schammai sobre este asunto (J. Neusner), tan ridículo y de tan mala educación. En las religiones que conocemos es algo que, por desgracia, se vive a diario, a veces hasta extremos difíciles de explicar.
No terminamos de aceptar que lo que importa en la vida es la sinceridad, la claridad y la autenticidad de nuestras vidas.

San José de Calasanz


Nació en Aragón (España) en el año 1557. Obtuvo una excelente formación y ejerció el sacerdocio en su patria.
Más tarde, se trasladó a Roma, donde se dedicó a la instrucción de los niños pobres y fundó una Sociedad destinada a este fin.
Tuvo que sufrir duras pruebas, entre ellas las calumnias de los envidiosos. Murió en Roma en el año 1648.

José de Calasanz nació en Peralta de la Sal, un pequeño pueblo situado en la actual provincia de Huesca, en 1557. Con doce años, José deja su pueblo para estudiar en el colegio de los padres Trinitarios de Estadilla, a unos 20 Km. Al cumplir los catorce años, José de Calasanz manifiesta la decisión de hacerse sacerdote. Su entrega, su generosidad, su anhelo por ayudar a los demás, van unidos a una fuerte y vivencial fe en Dios, aumentada por el ejemplo y la educación recibida por parte de su familia.
Terminados sus estudios eclesiásticos, José es ordenado sacerdote en 1583, a los 25 años. Aconsejado por el obispo de Urgell, Andrés Capilla, Calasanz se va a Roma en 1592. Antes de cumplir los 6 años de su estancia en Roma, el río Tíber, se desborda, provocando la más catastrófica inundación del siglo. Como resultado de ésta, centenares de familias pobres quedaron sin techo, sin alimentos y hay más de dos mil muertos. Calasanz, con gran integridad, trabaja infatigablemente en la operación de ayuda a los afectados.
Se integra en Roma en las denominadas Cofradías, asociaciones que se dedicaban a la caridad. Calasanz encontrará junto a los necesitados, a los niños. Con el tiempo, los niños pobres de aquellos barrios romanos se convertirán en su principal punto de atención.
Fruto de este descubrimiento, comienza a pensar en crear una escuela gratuita abierta a todos los niños, especialmente a los más necesitados. No todos a los que les propuso la idea la vieron con buenos ojos. Y entonces decide lanzarse solo a la aventura. Y hacia 1597, en la sacristía de una iglesia que solía visitar, Santa Dorotea, en el Trastévere romano, comienza la primera escuela gratuita de Europa.
Al principio los alumnos no eran muchos, con el tiempo la idea se fue dando a conocer y con la ayuda de sacerdotes y algunos laicos, con el dinero que le dan unos y otros, las escuelas fueron creciendo. La Iglesia de San Pantaleón se convertirá en la primera escuela estable de Calasanz. La primera escuela cristiana, popular y gratuita.
Calasanz nunca volvió a su tierra. Se quedó definitivamente en Roma hasta su muerte en 1648. Y desde allí su obra ha ido esparciéndose por todo el mundo.
Calasanz es un ejemplo de vida que muchos jóvenes -hombres y mujeres- han seguido y siguen aún hoy. Su festividad se celebra el 25 de agosto.

Pensamiento espiritual y pedagógico
La larga vida de San José de Calasanz ocupa prácticamente la segunda mitad del siglo XVI y toda la primera parte del XVII. Persona abierta a la realidad circundante, recibió el impacto de las ideas y problemas que le rodeaban, y con su compromiso personal, contribuyó al progreso de las ideas y a la solución de los problemas. Se puede afirmar que, junto con otros de sus contemporáneos, fue protagonista -aunque poco conocido- de la transición del renacimiento a la modernidad.

En la formación espiritual de Calasanz mucho influyeron las corrientes renovadoras del siglo XVI en España, personificadas en algunos autores ascéticos y místicos como Juan de Ávila y Teresa de Jesús.
Fue precisamente a partir de la dedicación de Calasanz a la educación de los hijos de las clases populares en Roma, en los años de transición del siglo XVI al XVII, cuando fue elaborando de modo explícito su pensamiento pedagógico, fruto de su personal itinerario espiritual y social. Precedentemente algunos pensadores humanistas como Juan Luis Vives, Erasmo y el mismo Lutero habían teorizado sobre la educación de niños y jóvenes. En diversos escritos fundacionales, Calasanz hace un planteamiento teórico claro de lo que pretende con la obra iniciada: contribuir a la reforma de la sociedad y a la felicidad temporal y eterna de las personas, educando a los niños en la fe cristiana y en las letras humanas, por medio de escuelas pías, es decir, populares y cristianas.
Esta filosofía fue llevada a la práctica por Calasanz durante cincuenta años hasta su muerte Y organizó no menos de treinta colegios en diversos estados europeos, dotándolos de educadores preparados, estructuras adecuadas y reglamentos escritos por él mismo. Para Calasanz, la figura del educador es elemento fundamental en la consecución de los objetivos pedagógicos y sociales de su obra.
En su persona confluyen una vocación religiosa y una vocación educativa que se integran en una identidad propia.
El pensamiento espiritual y pedagógico de San José de Calasanz, y la práctica de la misma propuesta a sus primeros compañeros en Roma al comenzar el siglo XVII, dio origen en la Iglesia a una espiritualidad pedagógica y a una pedagogía espiritual de rasgos característicos que son una de las primeras manifestaciones modernas.

Fuente: escolapiosalgemesi.es/san-jose-de-calasanz





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