domingo, 23 de agosto de 2020

Párate un momento: El Evangelio del dia 24 DE AGOSTO – LUNES – 21ª – SEMANA DEL T. O. – A – SAN BARTOLOME, apóstol





24 DE AGOSTO – LUNES –
21ª – SEMANA DEL T. O. – A –
SAN BARTOLOME, apóstol

Lectura del libro del Apocalipsis (21,9b-14):
El ángel me habló así: «Ven acá, voy a mostrarte a la novia, a la esposa del Cordero.»
Me transportó en éxtasis a un monte altísimo, y me enseñó la ciudad santa, Jerusalén, que bajaba del cielo, enviada por Dios, trayendo la gloria de Dios. Brillaba como una piedra preciosa, como jaspe traslúcido. Tenía una muralla grande y alta y doce puertas custodiadas por doce ángeles, con doce nombres grabados: los nombres de las tribus de Israel. A oriente tres puertas, al norte tres puertas, al sur tres puertas, y a occidente tres puertas. La muralla tenía doce basamentos que llevaban doce nombres: los nombres de los apóstoles del Cordero.
Palabra de Dios

Salmo: 144,10-11.12-13ab.17-18

R/. Que tus fieles, Señor, proclamen la gloria de tu reinado
Que todas tus criaturas te den gracias, Señor,
que te bendigan tus fieles;
que proclamen la gloria de tu reinado,
que hablen de tus hazañas. R/.
Explicando tus hazañas a los hombres,
la gloria y la majestad de tu reinado.
Tu reinado es un reinado perpetuo,
tu gobierno va de edad en edad. R/.
El Señor es justo en todos sus caminos,
es bondadoso en todas sus acciones;
cerca está el Señor de los que lo invocan,
de los que lo invocan sinceramente. R/.

Lectura del santo evangelio según san Juan (1,45-51):

En aquel tiempo, Felipe encuentra a Natanael y le dice:
«Aquel de quien escribieron Moisés en la Ley y los profetas, lo hemos encontrado: Jesús, hijo de José, de Nazaret.»
Natanael le replicó:
 «¿De Nazaret puede salir algo bueno?»
Felipe le contestó:
«Ven y verás.»
Vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo de él:
«Ahí tenéis a un israelita de verdad, en quien no hay engaño.»
Natanael le contesta:
«¿De qué me conoces?»
Jesús le responde:
«Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi.»
Natanael respondió:
«Rabí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel.»
Jesús le contestó:
«¿Por haberte dicho que te vi debajo de la higuera, crees? Has ver cosas mayores.»
Y le añadió:
«Yo os aseguro: veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre.»

Palabra del Señor

1.- Nuestra lectura continua de fragmentos del evangelio según San Mateo se interrumpe hoy, día 24, por la celebración litúrgica de la fiesta del apóstol Bartolomé. Conforme a una tradición extendida desde hace más de mil años, la Iglesia identifica a Bartolomé -de quien no hay más referencias bíblicas que la aparición de su nombre en las listas de los apóstoles- con Natanael, uno de los discípulos que encontramos al comienzo y al final del Cuarto Evangelio.
Esta identificación explica que este hermoso texto esté hoy ante nosotros. Felipe ha quedado impactado por la llamada de Jesús y comparte su descubrimiento con Natanael. Este formula una rotunda objeción:  - ¿pero de Nazaret puede salir algo bueno? (¡Atención! No es la primera vez que, en estos últimos días, nos encontramos con nuestro empeño en decirle al Señor como tiene que hacer las cosas).

2.-  Felipe reacciona rehuyendo la discusión teórica o incluso erudita. No merece la pena cuestionar si Nazaret es mediación aceptable o no de la salvación: “ven y compruébalo” (“ven y lo verás tú mismo”). Su invitación da paso a un bello diálogo entre Jesús y quien va a acabar reconociéndole como Hijo de Dios y Rey de Israel.

3.-  En las catequesis que dedicó en 2006 a cada uno de los apóstoles, Benedicto XVI comentó este texto evocando a Bartolomé y subrayó cómo una vez más el Señor se revela precisamente donde no lo esperamos. Nuestras conversaciones siguen llenas de alusiones que a veces rayan el desprecio e incluso la blasfemia: “con la vida que llevan aquellos…”; “…y estos qué se creen”, “habrase visto…”.  Escuchemos al Jesús que siempre se ha adelantado a nosotros. Callemos un poco. Hablamos demasiado. Dejemos que sea Dios quien hable. Y que, como casi siempre, nos sorprenda y desinstale.



También llamado "Natanael" - Apóstol
Fiesta: 24 de agosto.  Etim. "hijo de Tolomai"

Bartolomé es uno de los 12 Apóstoles (Mt 10,3). Nació en Caná el apóstol Felipe lo llevó a Jesús.
Según la tradición, después de la ascensión del Señor, predico el evangelio en la India, donde recibió la corona del martirio.

 Bartolomé es la misma persona que Natanael, mencionado en el Evangelio de San Juan, donde nos dice que era de Caná. (Jn 21,2)
Los Hechos de los Apóstoles mencionan también su presencia en Pentecostés (1,13).
Felipe dice a Natanael que han encontrado al Mesías esperado. Natanael al principio duda al saber que Jesús es de Nazaret. Felipe insistió: «Ven y lo verás.» (v.46). Es entonces que ocurre el encuentro entre Jesús y Natanael.
Vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo de él: «Ahí tenéis a un israelita de verdad, en quien no hay engaño.» -Le dice Natanael: «¿De qué me conoces?» -Le respondió Jesús: «Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi.» -Le respondió Natanael: «Rabbí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel.» -Jesús le contestó: «¿Por haberte dicho que te vi debajo de la higuera, crees? Has de ver cosas mayores.» Y le añadió: «En verdad, en verdad os digo: veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre.» (Jn 1:47-51)
Según la Martiriología Romana, Bartolomé predicó en la India y en Armenia, donde murió mártir. Todavía con vida le arrancaron la piel y fue decapitado por el Rey Astyages en Derbend. Según la tradición este martirio ocurrió en Abanopolis, en la costa occidental del Mar Caspio, después de haber predicado también en Mesopotamia, Persia y Egipto.
Según Eusebius, Pantenus de Alejandría (Siglo II) encontró en la India un Evangelio de San Mateo atribuido a Bartolomé y escrito en hebreo. Dicho evangelio es apócrifo y fue condenado en el decreto de Pseudo-Gelasius.
Las reliquias de San Bartolomé, según una tradición, fueron enterradas en la isla de Lipara y eventualmente fueron trasladadas a Benevento, Italia y después a Roma donde ahora están en la Iglesia de San Bartolomé, en la "Isola San Bartolomeo" del río Tiber. Se dice que la Reina Emma, la esposa del Rey Canute entregó uno de sus brazos a Canterbury en el siglo XI.
En la iconografía se le representa con barba, un libro y un cuchillo (utilizado en su martirio).
San Bartolomé es patrón de los carniceros, fabricantes de libros, guantes, pieles, zapateros, sastres, mercaderes de queso, viñadores, albañiles y otros. Se le invoca contra desórdenes nerviosos.
(Fuente: corazones.org)



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