martes, 25 de agosto de 2020

Párate un momento: El Evangelio del dia 27 DE AGOSTO – JUEVES – 21ª – SEMANA DEL T. O. – A – SANTA MÓNICA





27 DE AGOSTO – JUEVES –
21ª – SEMANA DEL T. O. – A –
SANTA  MÓNICA

Comienzo de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (1,1-9):
Yo Pablo, llamado a ser apóstol de Cristo Jesús por designio de Dios, y Sóstenes, nuestro hermano, escribimos a la Iglesia de Dios en Corinto, a los consagrados por Cristo Jesús, a los santos que él llamó y a todos los demás que en cualquier lugar invocan el nombre de Jesucristo, Señor de ellos y nuestro.
La gracia y la paz de parte de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo sean con vosotros. En mi acción de gracias a Dios os tengo siempre presentes, por la gracia que Dios os ha dado en Cristo Jesús. Pues por él habéis sido enriquecidos en todo: en el hablar y en el saber; porque en vosotros se ha probado el testimonio de Cristo. De hecho, no carecéis de ningún don, vosotros que aguardáis la manifestación de nuestro Señor Jesucristo. Él os mantendrá firmes hasta el final, para que no tengan de qué acusaros en el día de Jesucristo, Señor nuestro. Dios os llamó a participar en la vida de su Hijo, Jesucristo Señor nuestro. ¡Y él es fiel!

Palabra de Dios

Salmo: 144,2-3.4-5.6-7

R/. Bendeciré tu nombre por siempre, Dios mío, mi rey
Día tras día, te bendeciré
y alabaré tu nombre por siempre jamás.
Grande es el Señor, merece toda alabanza,
es incalculable su grandeza. R/.
Una generación pondera tus obras a la otra,
y le cuenta tus hazañas.
Alaban ellos la gloria de tu majestad,
y yo repito tus maravillas. R/.
Encarecen ellos tus temibles proezas,
y yo narro tus grandes acciones;
difunden la memoria de tu inmensa bondad,
y aclaman tus victorias. R/.

Lectura del santo evangelio según san Mateo (24,42-51):
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Estad en vela, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor. Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora de la noche viene el ladrón, estaría en vela y no dejaría abrir un boquete en su casa.
Por eso, estad también vosotros preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre.
¿Dónde hay un criado fiel y cuidadoso, a quien el amo encarga de dar a la servidumbre la comida a sus horas? Pues, dichoso ese criado, si el amo, al llegar, lo encuentra portándose así. Os aseguro que le confiará la administración de todos sus bienes. Pero si el criado es un canalla y, pensando que su amo tardará, empieza a pegar a sus compañeros, y a comer y a beber con los borrachos, el día y la hora que menos se lo espera, llegará el amo y lo hará pedazos, mandándolo a donde se manda a los hipócritas. Allí será el llanto y el rechinar de dientes.»

Palabra del Señor

1.  Para explicar la "vigilancia", que deben tener los seguidores de Jesús, el evangelio de Mateo utiliza el verbo gregorein, que, como exigencia ética, es una novedad aportada por el cristianismo.  Esta vigilancia incluye:
1) La responsabilidad ante los semejantes (Mt 24, 45-51).
2) No dejarse dominar por el miedo a un "dios imaginario y amenazante"  (Mt 25, 15-23).
3) Sobre todo la bondad con los hermanos más humildes (Mt 25, 31-40). A lo que hay que sumar la vigilancia en la oración: Estad en vela y orad conmigo, como dijo Jesús en Getsemaní (Mt 26, 41).
La vigilancia fue importante, en el cristianismo primitivo, por lo frecuentes que, en no pocas comunidades, eran las vigilias de oración, atestiguadas   desde el s. II y que, desde el s. III y especialmente en el monacato, fueron centrales en la vida de los cristianos, que tenían la costumbre de levantarse a media noche para orar, cada cual, en su casa, como testifica, por ejemplo, Tertuliano (Ad Uxor. II, 4 y 8).

2.  Esta vigilancia, entendida como se acaba de indicar, fue tema en el que Jesús insistió. Se trata de la vigilancia referida a las relaciones que cada cual mantiene con los demás. Primero, Jesús pone como ejemplo al criado "fiel cuidadoso" que da la comida a su tiempo. Y, en segundo lugar, Jesús reprueba al que, en lugar de ser buena persona con los demás, es un hombre violento y egoísta que solo se preocupa por comer y beber, o sea darse buena vida y pasarlo lo mejor posible.
En el conjunto del relato, esta vigilancia constante para ser siempre bueno con todos es lo central del mensaje que aquí transmite Jesús.
La vigilancia que pide Jesús es la postura atenta y vigilante ante las necesidades de los otros, sobre todo las situaciones de dolor de los más necesitados: el hambre de los pobres, la soledad de los ancianos, el desamparo de los niños, la desesperanza de tantos enfermos.  A estas cosas es a lo que tenemos que estar vigilantes.

SANTA  MÓNICA


Nació en Tagaste (África) en el año 331, de familia cristiana. Muy joven, fue dada en matrimonio a un hombre llamado Patricio, del que tuvo varios hijos, entre ellos san Agustín, cuya conversión le costó muchas lágrimas y oraciones.
Fue un modelo de madres; alimentó su fe con la oración y la embelleció con sus virtudes.
Murió en Ostia en el año 387.

Santa Mónica es famosa por haber sido la madre de San Agustín y por haber logrado la conversión de su hijo.
Mónica nació en Tagaste (África del Norte) a unos 100 km de la ciudad de Cartago en el año 332.

FORMACION FUERTE:
Sus padres encomendaron la formación de sus hijas a una mujer muy religiosa, pero de muy fuerte disciplina. Ella no las dejaba estar tomando bebidas entre horas (aunque aquellas tierras son de clima muy caliente) pues les decía: "Ahora cada vez que tengan sed van a tomar bebidas para calmarla. Y después que sean mayores y tengan las llaves de la pieza donde está el vino, tomarán licor y esto les hará mucho daño." Mónica le obedeció los primeros años pero, después ya mayor, empezó a ir a escondidas al depósito y cada vez que tenía sed tomaba un vaso de vino. Más sucedió que un día regaño fuertemente a un obrero y este por defenderse le grito ¡Borracha! Esto le impresiono profundamente y nunca lo olvido en la vida, y se propuso no volver a tomar jamás bebidas alcohólicas. Pocos meses después fue bautizada (en ese tiempo bautizaban a la gente ya entrada en años) y desde su bautismo su conversión fue admirable.

UN ESPOSO TERRIBLE:
Ella deseaba dedicarse a la vida de oración y de soledad (como su nombre lo indica) pero sus padres dispusieron que tenía que esposarse con un hombre llamada Patricio. Este era un buen trabajador, pero terriblemente malgeniado, y además mujeriego, jugador y sin religión, ni gusto por lo espiritual. La hará sufrir lo que no está escrito y por treinta años ella tendrá aguantar los tremendos estallidos de ira de su marido que grita por el menor disgusto, pero este jamás se atreverá a levantar la mano contra ella. Tuvieron tres hijos: dos varones y una mujer. Los dos menores fueron su alegría y consuelo, pero el mayor Agustín, la hizo sufrir por docenas de años.

VIUDA Y CON UN HIJO REBELDE:
Patricio no era católico, y aunque criticaba el mucho rezar de su esposa y su generosidad tan grande con los pobres, nunca se oponía a que ella se dedicara a estas buenas obras. y quizás por eso mismo logro su conversión. Mónica rezaba y ofrecía sacrificios por su esposo y al fin alcanzó de Dios la gracia de que en el año de 371 Patricio se hiciera bautizar, y que lo mismo lo hiciera la suegra, mujer terriblemente colérica que por meterse demasiado en el hogar de su nuera le había amargado harto la vida a la pobre Mónica. Un año después de su bautismo, murió santamente Patricio, dejando a la pobre viuda con el problema de su hijo mayor.

EL MUCHACHO DIFICIL:
Patricio y Mónica se habían dado cuenta de que su hijo mayor era extraordinariamente inteligente, y por eso lo enviaron a la capital del estado, la ciudad de Cartago, a estudiar filosofía, literatura y oratoria. Pero Agustín tuvo la desgracia de que su padre no se interesaba nada de sus progresos espirituales. Solo le importaba que sacara buenas notas, que brillara en las fiestas sociales y que sobresaliera en los ejercicios físicos, pero acerca de la salvación de su alma, no se interesaba ni le ayudaba en nada. Y esto fue fatal para él, pues fue cayendo de mal en peor en pecados y errores.

UNA MADRE FUERTE:
Cuando murió su padre, Agustín tenía 17 años y empezaron a llegarle a Mónica noticias cada vez peores, de que el joven llevaba una vida nada santa. que en una enfermedad, ante el temor a la muerte se había hecho instruir acerca de la religión y propuesto hacerse católico, pero que sanado de la enfermedad había abandonado el propósito de hacerlo. Y que finalmente, se había hecho socio de una secta llamada de los Maniqueos, que afirmaban que el mundo no lo había hecho Dios, sino el Diablo. Y Mónica que era bondadosa pero no cobarde, ni floja, al volver su hijo a vacaciones y empezar a oírle mil barbaridades contra la verdadera religión, lo hecho sin más de la casa y le cerró las puertas, porque bajo su techo no quería alberga enemigos de Dios.

LA VISION ANIMADORA:
Pero sucedió que en esos días Mónica tuvo un sueño en el que vio que ella estaba en bosque llorando por la pérdida espiritual de su hijo y que en ese momento se le acercaba un personaje muy resplandeciente y le decía: "tu hijo volverá contigo " y enseguida vio a Agustín junto a ella. Le narro al muchacho el sueño tenido y él dijo lleno de orgullo que eso significaba que la madre se iba a volver maniqueista como él. Pero ella le respondió: "En el sueño no me dijeron, mama ira a donde su hijo, sino tu hijo volverá contigo" Esta hábil respuesta impresionó mucho a su hijo, quien más tarde la consideraba como una inspiración del cielo. Esto sucedió en el año 437.

Faltaban 9 años para que Agustín se convirtiera-

LA RESPUESTA DE UN OBISPO:
Por muchos siglos ha sido muy comentada la bella respuesta que un obispo le dio a Mónica cuando ella le contó que llevaba años y años rezando, ofreciendo sacrificios y haciendo rezar a sacerdotes y amigos por la conversión de Agustín. El obispo le respondió: "Este tranquila, es imposible que se pierda el Hijo de tantas lágrimas". Esta admirable respuesta y lo que había oído en el sueño, la llenaban de consuelo y esperanza, a pesar de que Agustín no daba la menor señal de arrepentimiento.

UN HIJO QUE SE FUGA Y UNA MADRE QUE LO VA SIGUIENDO:

Cuando tenía 29 años, el joven decidió ir a Roma a dar clases allá. Ya era todo un doctor. Mama se propuso irse con él para librarlo de todos los peligros morales. Pero Agustín le hizo una jugada tramposa (de la cual se arrepintió mucho más tarde) Al llegar junto al mar le dijo a Mónica que se fuera a rezar a un templo, mientras iba a visitar a un amigo, y lo que hizo fue subirse al barco y salir rumbo a Roma, dejándola sola allí, pero Mónica no era mujer débil para dejarse derrotar tan fácilmente. Tomo otro barco y se dirigió hasta Roma.

UN PERSONAJE QUE INFLUYO MUCHO:
En Milán; Mónica se encontró con el Santo más famoso de la época, San Ambrosio, arzobispo de esa ciudad. En él se encontró un verdadero padre lleno de bondad y de sabiduría que la fue guiando con prudentes consejos. Además, Agustín se quedó impresionado por su enorme sabiduría y la poderosa personalidad de San Ambrosio y empezó a escucharle con profundo cariño y a cambiar sus ideas y entusiasmarse por la fe católica.

LA CONVERSION:
Y sucedió que en año 387, Agustín al leer unas frases de San Pablo sintió una impresión extraordinaria y se propuso cambiar de vida. Envió lejos a la mujer con la cual vivía en unión libre, dejo sus vicios y malas costumbres. Se hizo instruir en la religión y en la fiesta de Pascua de Resurrección de ese año se hizo bautizar.

YO PUEDO MORIR TRANQUILA:
Agustín, ya convertido, dispuso volver con s madre y su hermano, a su tierra, en el África, y se fueron al puerto de Hostia a esperar el barco. Pero Mónica ya había conseguido todo lo que anhelaba es esta vida, que era ver la conversión de su hijo. Ya podía morir tranquila. Y sucedió que estando ahí en una casa junto al mar, por la noche al ver el cielo estrellado platicando con Agustín acerca de cómo serán las alegrías que tendremos en el cielo, y ambos se emocionaban comentando y meditando los goces celestiales que nos esperan. En determinado momento exclamo entusiasmada: " ¿Y a mí que más me puede amarrar a la tierra? Ya he obtenido mi gran deseo, el verte cristiano católico. Todo lo que deseaba lo he conseguido de Dios". Poco después le invadió la fiebre, y en pocos días se agravo y murió. Lo único que pidió a sus dos hijos es que no dejaran de rezar por el descanso de su alma.
Murió en el año 387 a los 55 años.
Miles de madres y de esposas se han encomendado en todos estos siglos a Santa Mónica, para que les ayude a convertir a sus esposos e hijos, y han conseguido conversiones admirables.
La pintan como vestida de monja (porque así se vestían en ese tiempo las mujeres que se dedicaban a la vida espiritual, huyendo de los adornos y de la vanidad) y con un bastón de caminante, en recuerdo que hizo de los viajes buscando a su hijo para convertirlo, y con un libro en la mano, para no olvidar que fue la lectura de una página de la Biblia lo que obtuvo que Agustín se decidiera a convertirse definitivamente.

Oración a Santa Mónica
¡Oh gloriosa Santa Mónica, espejo de esposas, modelo de madres, consuelo de viudas, mujer admirable, a quien Dios infundió el espíritu de oración y concedió aquel don de lágrimas con que supisteis hacer violencia al Dios de las misericordias para que se compadeciera de vuestros gemidos, escuchara vuestras plegarias y os concediera el fin de todos vuestros deseos!, a vuestras plantas venimos hoy las que sufrimos y lloramos en los tristes caminos de la vida, a suplicaros que nos alcancéis el espíritu de oración que Vos tuvisteis y la compunción que merecen nuestras culpas, para que derramando con humildad nuestro corazón ante el Dios de toda piedad y misericordia, alcancemos la gracia de vivir la santa vida que Vos vivisteis en la tierra, y merezcamos la gloria que Vos gozáis ahora en el cielo, en compañía de nuestros padres, esposos e hijos, y de todos los que por la sangre y el afecto nos pertenecen y son en Jesucristo, Señor nuestro, amados y queridos de nuestro corazón. Amén.



No hay comentarios:

Publicar un comentario