27 DE AGOSTO – JUEVES –
21ª – SEMANA DEL T. O. – A –
SANTA MÓNICA
Comienzo
de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (1,1-9):
Yo
Pablo, llamado a ser apóstol de Cristo Jesús por designio de Dios, y Sóstenes,
nuestro hermano, escribimos a la Iglesia de Dios en Corinto, a los consagrados
por Cristo Jesús, a los santos que él llamó y a todos los demás que en
cualquier lugar invocan el nombre de Jesucristo, Señor de ellos y nuestro.
La
gracia y la paz de parte de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo sean
con vosotros. En mi acción de gracias a Dios os tengo siempre presentes, por la
gracia que Dios os ha dado en Cristo Jesús. Pues por él habéis sido
enriquecidos en todo: en el hablar y en el saber; porque en vosotros se ha
probado el testimonio de Cristo. De hecho, no carecéis de ningún don, vosotros
que aguardáis la manifestación de nuestro Señor Jesucristo. Él os mantendrá
firmes hasta el final, para que no tengan de qué acusaros en el día de
Jesucristo, Señor nuestro. Dios os llamó a participar en la vida de su Hijo,
Jesucristo Señor nuestro. ¡Y él es fiel!
Palabra
de Dios
Salmo:
144,2-3.4-5.6-7
R/.
Bendeciré tu nombre por siempre, Dios mío, mi rey
Día
tras día, te bendeciré
y
alabaré tu nombre por siempre jamás.
Grande
es el Señor, merece toda alabanza,
es
incalculable su grandeza. R/.
Una
generación pondera tus obras a la otra,
y
le cuenta tus hazañas.
Alaban
ellos la gloria de tu majestad,
y
yo repito tus maravillas. R/.
Encarecen
ellos tus temibles proezas,
y
yo narro tus grandes acciones;
difunden
la memoria de tu inmensa bondad,
y
aclaman tus victorias. R/.
Lectura
del santo evangelio según san Mateo (24,42-51):
En
aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Estad
en vela, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor. Comprended que si
supiera el dueño de casa a qué hora de la noche viene el ladrón, estaría en
vela y no dejaría abrir un boquete en su casa.
Por eso, estad también
vosotros preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del
hombre.
¿Dónde
hay un criado fiel y cuidadoso, a quien el amo encarga de dar a la servidumbre
la comida a sus horas? Pues, dichoso ese criado, si el amo, al llegar, lo
encuentra portándose así. Os aseguro que le confiará la administración de todos
sus bienes. Pero si el criado es un canalla y, pensando que su amo tardará,
empieza a pegar a sus compañeros, y a comer y a beber con los borrachos, el día
y la hora que menos se lo espera, llegará el amo y lo hará pedazos, mandándolo
a donde se manda a los hipócritas. Allí será el llanto y el rechinar de
dientes.»
Palabra
del Señor
1. Para explicar
la "vigilancia", que deben tener los seguidores de Jesús, el
evangelio de Mateo utiliza el verbo gregorein, que, como exigencia ética, es una novedad
aportada por el cristianismo. Esta vigilancia incluye:
1) La responsabilidad ante
los semejantes (Mt 24, 45-51).
2) No dejarse dominar por
el miedo a un "dios imaginario y amenazante" (Mt 25,
15-23).
3) Sobre todo la bondad con
los hermanos más humildes (Mt 25, 31-40). A lo que hay que sumar la vigilancia
en la oración: Estad en vela y orad conmigo, como dijo Jesús en Getsemaní (Mt
26, 41).
La vigilancia fue
importante, en el cristianismo
primitivo, por lo frecuentes que, en no pocas comunidades, eran
las vigilias de oración, atestiguadas desde el s. II y que,
desde el s. III y especialmente en el monacato, fueron centrales en la vida de
los cristianos, que tenían la costumbre de levantarse a media noche para orar,
cada cual, en su casa, como testifica, por ejemplo, Tertuliano (Ad Uxor. II, 4
y 8).
2. Esta
vigilancia, entendida como se acaba de indicar, fue tema en el que Jesús
insistió. Se trata de la vigilancia referida a las relaciones que cada cual
mantiene con los demás. Primero, Jesús pone como ejemplo al criado
"fiel cuidadoso" que da la comida a su tiempo. Y, en segundo lugar,
Jesús reprueba al que, en lugar de ser buena persona con los demás, es un
hombre violento y egoísta que solo se preocupa por comer y beber, o sea darse
buena vida y pasarlo lo mejor posible.
En el conjunto del relato,
esta vigilancia constante
para ser siempre bueno con todos es lo central del mensaje que
aquí transmite Jesús.
La vigilancia que pide
Jesús es la postura atenta y vigilante ante las necesidades de los otros, sobre
todo las situaciones de dolor de los más necesitados: el hambre de los pobres,
la soledad de los ancianos, el desamparo de los niños, la desesperanza de
tantos enfermos. A estas cosas es a lo que tenemos que estar
vigilantes.
SANTA MÓNICA
Nació en Tagaste (África) en el año 331,
de familia cristiana. Muy joven, fue dada en matrimonio a un hombre llamado
Patricio, del que tuvo varios hijos, entre ellos san Agustín, cuya conversión
le costó muchas lágrimas y oraciones.
Fue un modelo de madres; alimentó su fe con la oración
y la embelleció con sus virtudes.
Murió en Ostia en el año 387.
Santa
Mónica es famosa por haber sido la madre de San Agustín y por haber logrado la
conversión de su hijo.
Mónica
nació en Tagaste (África del Norte) a unos 100 km de la ciudad de Cartago en el
año 332.
FORMACION FUERTE:
Sus
padres encomendaron la formación de sus hijas a una mujer muy religiosa, pero
de muy fuerte disciplina. Ella no las dejaba estar tomando bebidas entre horas
(aunque aquellas tierras son de clima muy caliente) pues les decía: "Ahora
cada vez que tengan sed van a tomar bebidas para calmarla. Y después que sean
mayores y tengan las llaves de la pieza donde está el vino, tomarán licor y
esto les hará mucho daño." Mónica le obedeció los primeros años pero,
después ya mayor, empezó a ir a escondidas al depósito y cada vez que tenía sed
tomaba un vaso de vino. Más sucedió que un día regaño fuertemente a un obrero y
este por defenderse le grito ¡Borracha! Esto le impresiono profundamente y
nunca lo olvido en la vida, y se propuso no volver a tomar jamás bebidas
alcohólicas. Pocos meses después fue bautizada (en ese tiempo bautizaban a la
gente ya entrada en años) y desde su bautismo su conversión fue admirable.
UN ESPOSO TERRIBLE:
Ella
deseaba dedicarse a la vida de oración y de soledad (como su nombre lo indica)
pero sus padres dispusieron que tenía que esposarse con un hombre llamada
Patricio. Este era un buen trabajador, pero terriblemente malgeniado, y además
mujeriego, jugador y sin religión, ni gusto por lo espiritual. La hará sufrir
lo que no está escrito y por treinta años ella tendrá aguantar los tremendos
estallidos de ira de su marido que grita por el menor disgusto, pero este jamás
se atreverá a levantar la mano contra ella. Tuvieron tres hijos: dos varones y
una mujer. Los dos menores fueron su alegría y consuelo, pero el mayor Agustín,
la hizo sufrir por docenas de años.
VIUDA Y CON UN HIJO REBELDE:
Patricio
no era católico, y aunque criticaba el mucho rezar de su esposa y su
generosidad tan grande con los pobres, nunca se oponía a que ella se dedicara a
estas buenas obras. y quizás por eso mismo logro su conversión. Mónica rezaba y
ofrecía sacrificios por su esposo y al fin alcanzó de Dios la gracia de que en
el año de 371 Patricio se hiciera bautizar, y que lo mismo lo hiciera la
suegra, mujer terriblemente colérica que por meterse demasiado en el hogar de
su nuera le había amargado harto la vida a la pobre Mónica. Un año después de
su bautismo, murió santamente Patricio, dejando a la pobre viuda con el
problema de su hijo mayor.
EL MUCHACHO DIFICIL:
Patricio
y Mónica se habían dado cuenta de que su hijo mayor era extraordinariamente
inteligente, y por eso lo enviaron a la capital del estado, la ciudad de
Cartago, a estudiar filosofía, literatura y oratoria. Pero Agustín tuvo la
desgracia de que su padre no se interesaba nada de sus progresos espirituales.
Solo le importaba que sacara buenas notas, que brillara en las fiestas sociales
y que sobresaliera en los ejercicios físicos, pero acerca de la salvación de su
alma, no se interesaba ni le ayudaba en nada. Y esto fue fatal para él, pues
fue cayendo de mal en peor en pecados y errores.
UNA MADRE FUERTE:
Cuando
murió su padre, Agustín tenía 17 años y empezaron a llegarle a Mónica noticias
cada vez peores, de que el joven llevaba una vida nada santa. que en una
enfermedad, ante el temor a la muerte se había hecho instruir acerca de la
religión y propuesto hacerse católico, pero que sanado de la enfermedad había
abandonado el propósito de hacerlo. Y que finalmente, se había hecho socio de
una secta llamada de los Maniqueos, que afirmaban que el mundo no lo había
hecho Dios, sino el Diablo. Y Mónica que era bondadosa pero no cobarde, ni
floja, al volver su hijo a vacaciones y empezar a oírle mil barbaridades contra
la verdadera religión, lo hecho sin más de la casa y le cerró las puertas,
porque bajo su techo no quería alberga enemigos de Dios.
LA VISION ANIMADORA:
Pero
sucedió que en esos días Mónica tuvo un sueño en el que vio que ella estaba en
bosque llorando por la pérdida espiritual de su hijo y que en ese momento se le
acercaba un personaje muy resplandeciente y le decía: "tu hijo volverá
contigo " y enseguida vio a Agustín junto a ella. Le narro al muchacho el
sueño tenido y él dijo lleno de orgullo que eso significaba que la madre se iba
a volver maniqueista como él. Pero ella le respondió: "En el sueño no me
dijeron, mama ira a donde su hijo, sino tu hijo volverá contigo" Esta
hábil respuesta impresionó mucho a su hijo, quien más tarde la consideraba como
una inspiración del cielo. Esto sucedió en el año 437.
Faltaban 9 años para que Agustín se
convirtiera-
LA RESPUESTA DE UN OBISPO:
Por
muchos siglos ha sido muy comentada la bella respuesta que un obispo le dio a
Mónica cuando ella le contó que llevaba años y años rezando, ofreciendo
sacrificios y haciendo rezar a sacerdotes y amigos por la conversión de
Agustín. El obispo le respondió: "Este tranquila, es imposible que se
pierda el Hijo de tantas lágrimas". Esta admirable respuesta y lo que
había oído en el sueño, la llenaban de consuelo y esperanza, a pesar de que
Agustín no daba la menor señal de arrepentimiento.
UN HIJO QUE SE FUGA Y UNA MADRE QUE LO VA SIGUIENDO:
Cuando
tenía 29 años, el joven decidió ir a Roma a dar clases allá. Ya era todo un
doctor. Mama se propuso irse con él para librarlo de todos los peligros
morales. Pero Agustín le hizo una jugada tramposa (de la cual se arrepintió
mucho más tarde) Al llegar junto al mar le dijo a Mónica que se fuera a rezar a
un templo, mientras iba a visitar a un amigo, y lo que hizo fue subirse al
barco y salir rumbo a Roma, dejándola sola allí, pero Mónica no era mujer débil
para dejarse derrotar tan fácilmente. Tomo otro barco y se dirigió hasta Roma.
UN PERSONAJE QUE INFLUYO MUCHO:
En
Milán; Mónica se encontró con el Santo más famoso de la época, San Ambrosio,
arzobispo de esa ciudad. En él se encontró un verdadero padre lleno de bondad y
de sabiduría que la fue guiando con prudentes consejos. Además, Agustín se
quedó impresionado por su enorme sabiduría y la poderosa personalidad de San
Ambrosio y empezó a escucharle con profundo cariño y a cambiar sus ideas y
entusiasmarse por la fe católica.
LA CONVERSION:
Y sucedió
que en año 387, Agustín al leer unas frases de San Pablo sintió una impresión
extraordinaria y se propuso cambiar de vida. Envió lejos a la mujer con la cual
vivía en unión libre, dejo sus vicios y malas costumbres. Se hizo instruir en
la religión y en la fiesta de Pascua de Resurrección de ese año se hizo
bautizar.
YO PUEDO MORIR TRANQUILA:
Agustín,
ya convertido, dispuso volver con s madre y su hermano, a su tierra, en el
África, y se fueron al puerto de Hostia a esperar el barco. Pero Mónica ya había
conseguido todo lo que anhelaba es esta vida, que era ver la conversión de su
hijo. Ya podía morir tranquila. Y sucedió que estando ahí en una casa junto al
mar, por la noche al ver el cielo estrellado platicando con Agustín acerca de
cómo serán las alegrías que tendremos en el cielo, y ambos se emocionaban
comentando y meditando los goces celestiales que nos esperan. En determinado
momento exclamo entusiasmada: " ¿Y a mí que más me puede amarrar a la
tierra? Ya he obtenido mi gran deseo, el verte cristiano católico. Todo lo que
deseaba lo he conseguido de Dios". Poco después le invadió la fiebre, y en
pocos días se agravo y murió. Lo único que pidió a sus dos hijos es que no
dejaran de rezar por el descanso de su alma.
Murió en el año 387 a los 55 años.
Miles
de madres y de esposas se han encomendado en todos estos siglos a Santa Mónica,
para que les ayude a convertir a sus esposos e hijos, y han conseguido
conversiones admirables.
La
pintan como vestida de monja (porque así se vestían en ese tiempo las mujeres
que se dedicaban a la vida espiritual, huyendo de los adornos y de la vanidad)
y con un bastón de caminante, en recuerdo que hizo de los viajes buscando a su
hijo para convertirlo, y con un libro en la mano, para no olvidar que fue la
lectura de una página de la Biblia lo que obtuvo que Agustín se decidiera a
convertirse definitivamente.
Oración a Santa Mónica
¡Oh
gloriosa Santa Mónica, espejo de esposas, modelo de madres, consuelo de viudas,
mujer admirable, a quien Dios infundió el espíritu de oración y concedió aquel
don de lágrimas con que supisteis hacer violencia al Dios de las misericordias
para que se compadeciera de vuestros gemidos, escuchara vuestras plegarias y os
concediera el fin de todos vuestros deseos!, a vuestras plantas venimos hoy las
que sufrimos y lloramos en los tristes caminos de la vida, a suplicaros que nos
alcancéis el espíritu de oración que Vos tuvisteis y la compunción que merecen
nuestras culpas, para que derramando con humildad nuestro corazón ante el Dios
de toda piedad y misericordia, alcancemos la gracia de vivir la santa vida que
Vos vivisteis en la tierra, y merezcamos la gloria que Vos gozáis ahora en el
cielo, en compañía de nuestros padres, esposos e hijos, y de todos los que por
la sangre y el afecto nos pertenecen y son en Jesucristo, Señor nuestro, amados
y queridos de nuestro corazón. Amén.
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