31 DE AGOSTO – LUNES –
22ª – SEMANA DEL T. O. – A –
SAN RAMON NONATO
Lectura de la primera carta
del apóstol san Pablo a los Corintios (2,1-5):
Yo,
hermanos, cuando vine a vosotros a anunciaros el misterio de Dios, no lo hice
con sublime elocuencia o sabiduría, pues nunca entre vosotros me precié de
saber cosa alguna, sino a Jesucristo, y éste crucificado. Me presenté a
vosotros débil y temblando de miedo; mi palabra y mi predicación no fue con
persuasiva sabiduría humana, sino en la manifestación y el poder del Espíritu,
para que vuestra fe no se apoye en la sabiduría de los hombres, sino en el
poder de Dios.
Palabra de Dios
Salmo:118,97.98.99.100.101.102
R/. ¡Cuánto amo tu ley,
Señor!
¡Cuánto
amo tu voluntad!:
todo el día estoy meditando. R/.
Tu
mandato me hace más sabio que mis enemigos,
siempre me acompaña. R/.
Soy
más docto que todos mis maestros,
porque medito tus preceptos. R/.
Soy
más sagaz que los ancianos,
porque cumplo tus leyes. R/.
Aparto
mi pie de toda senda mala,
para guardar tu palabra. R/.
No
me aparto de tus mandamientos,
porque tú me has instruido. R/.
Lectura del santo evangelio
según san Lucas (4,16-30):
En
aquel tiempo, fue Jesús a Nazaret, donde se había criado, entró en la sinagoga,
como era su costumbre los sábados, y se puso en pie para hacer la lectura. Le
entregaron el libro del profeta Isaías y, desenrollándolo, encontró el pasaje
donde estaba escrito:
«El Espíritu del Señor
está sobre mí, porque él me ha ungido. Me ha enviado para anunciar el Evangelio
a los pobres, para anunciar a los cautivos la libertad, y a los ciegos la
vista; para dar libertad a los oprimidos, para anunciar el año de gracia del
Señor.»
Y, enrollando el libro,
lo devolvió al que le ayudaba y se sentó. Toda la sinagoga tenía los ojos fijos
en él. Y él se puso a decirles:
«Hoy se cumple esta
Escritura que acabáis de oír.»
Y todos le expresaban su
aprobación y se admiraban de las palabras de gracia que salían de sus labios.
Y decían:
«¿No es éste el hijo de
José?»
Y Jesús les dijo:
«Sin duda me recitaréis
aquel refrán: "Médico, cúrate a ti mismo"; haz también aquí en tu
tierra lo que hemos oído que has hecho en Cafarnaún.»
Y añadió:
«Os aseguro que
ningún profeta es bien mirado en su tierra. Os garantizo que en Israel había
muchas viudas en tiempos de Elías, cuando estuvo cerrado el cielo tres años y
seis meses, y hubo una gran hambre en todo el país; sin embargo, a ninguna de
ellas fue enviado Elías, más que a una viuda de Sarepta, en el territorio de
Sidón. Y muchos leprosos había en Israel en tiempos del profeta Elíseo; sin
embargo, ninguno de ellos fue curado, más que Naamán, el sirio.»
Al oír esto, todos en la
sinagoga se pusieron furiosos y, levantándose, lo empujaron fuera del pueblo
hasta un barranco del monte en donde se alzaba su pueblo, con intención de
despeñarlo. Pero Jesús se abrió paso entre ellos y se alejaba.
Palabra del Señor
1. Jesús
fue un hombre como los demás hombres, "perfecto en la humanidad"
(conc. Calcedonia: Definic. - a. 451), que tuvo la misión de revelar a Dios, en
y desde su condición humana. El Jesús histórico nos da a
conocer la humanidad de Dios. Más aún, que Dios es irreconocible si
lo desligamos de lo más humano de nuestra condición mortal. Por eso el Espíritu
de Dios envió a Jesús a anunciar a los pobres, cautivos, ciegos y esclavos la
Buena Noticia de la liberación.
Desligado de los últimos
entre los humanos, el Dios de Jesús pierde su identidad. Semejante
"dios" no sería Dios, el Padre de Jesús.
2. Se
discute si la traducción correcta es que los oyentes de la sinagoga de Nazaret
se declararon a favor o en contra de Jesús (J. A. Fitzmyer). Lo cierto es que
se pusieron furiosos contra Jesús porque destacó los privilegios que se habían
concedido a unos extranjeros, por encima de todos los israelitas.
Jesús no quería
nacionalismos. Porque los nacionalismos producen
y reproducen sentimientos y convicciones de "privilegiados".
3. Pero
ocurre que los que se ven a sí mismos y se sienten como
"privilegiados", por eso mismo tienen una mentalidad
"excluyente". Es decir, los privilegiados y los excluyentes
establecen fronteras, se separan de los demás, se distancian y
producen rivalidades, odios, enfrentamientos. Jesús se llevó bien
con los samaritanos, con los extranjeros, con los pecadores...
Tener mentalidad evangélica
es tener un corazón tolerante, respetuoso y bondadoso con todos y siempre.
SAN RAMÓN NONATO
Cardenal - Año 1240
San Ramón Nonato: te rogamos
por todos los católicos que tienen que sufrir
por defender nuestra santa religión.
Se le
llama Nonato (no-nacido) porque nació después de morir su madre. Ella murió al
dar a luz. Después de la muerte le hicieron cesárea para que el niño pudiera
nacer.
Ramón
significa: "protegido por la divinidad" (Ra=divinidad.
Mon=protegido).
San
Ramón nació en Cataluña, España, en 1204. Muy joven entró en la Congregación de
Padres Mercedarios que se dedicaban a rescatar cautivos que los mahometanos
habían llevado presos a Argel. Lo recibió el mismo San Pedro Nolasco, fundador
de la Comunidad.
Pocos
años después de haber entrado de religioso fue enviado con una gran cantidad de
dinero a rescatar a los católicos que estaban esclavizados por los musulmanes
en África. Allá gastó todo el dinero en conseguir la libertad de muchos
cristianos y enviarlos otra vez a su patria, de donde habían sido llevados
secuestrados por los enemigos de nuestra religión.
Cuando
se le acabó el dinero se ofreció el mismo a quedarse como esclavo, con tal de
que libertaran a algunos católicos que estaban en grave peligro de perder su fe
y su religión por causa de los atroces castigos que los mahometanos les
infligían.
Como
entre los musulmanes está absolutamente prohibido hablar de la religión
católica, y Ramón se dedicó a instruir en la religión a sus compañeros de
esclavitud y aun hasta a algunos mahometanos, le dieron terribles tormentos y
lo azotaron muchas veces hasta dejarlo casi muerto. Y al fin, como no se
callaba, le amarraron la cara a una correa a la cual le echaron candado, para
que no pudiera hablar, y no abrían el candado sino cuando iba a comer.
El
jefe musulmán, con la esperanza de que Ramón volviera a España y le llevara más
dinero para rescatar cristianos, lo dejó en libertad. Pero se dedicó a hablar
de nuestra religión a cuantas más personas podía. Esto hizo arder en cólera a
los mahometanos y lo volvieron a encarcelar y a atormentar. Al fin San Pedro
Nolasco envió a algunos de sus religiosos con una fuerte suma de dinero y
pagaron su rescate y por orden de sus superiores volvió a España.
Como
premio de tantos heroísmos, el sumo Pontífice Gregorio IX lo nombró Cardenal.
Pero San Ramón siguió viviendo humildemente como si fuera un pobre e ignorado
religioso.
El
Santo Padre lo llamó a Roma para que le colaborara en la dirección de la
Iglesia, y el humilde Cardenal emprendió el largo viaje a pie. Pero por el
camino lo atacaron unas altísimas fiebres y murió. Era el año 1240. Apenas tenía
36 años. Pero había sufrido y trabajado muy intensamente, y se había ganado una
gran corona para el cielo.
A San
Ramón le rezan las mujeres que van a tener un hijo, para que les conceda la
gracia de dar a luz sin peligro ni tormentos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario