26 - DE SEPTIEMBRE – DOMINGO
– 26ª – SEMANA DEL T. O. – B –
San Cosme y san Damián
Lectura del libro de los Números
(11,25-29):
El Señor bajó en
la nube y habló a Moisés; tomó parte del espíritu que había en él y se lo pasó
a los setenta ancianos. Cuando el espíritu de Moisés se posó sobre ellos,
comenzaron a profetizar, pero esto no volvió a repetirse. Dos de ellos se
habían quedado en el campamento, uno se llamaba Eldad y otro Medad. Aunque
estaban entre los elegidos, no habían acudido a la tienda. Pero el espíritu
vino también sobre ellos y se pusieron a profetizar en el campamento.
Un muchacho corrió a decir a Moisés:
«Eldad y Medad están profetizando en el
campamento.»
Josué, hijo de Nun, ayudante de Moisés desde
joven, intervino diciendo:
«¡Señor mío, Moisés, ¡prohíbeselo!»
Moisés replicó:
«¿Tienes celos por mí? ¡Ojalá que todo el
pueblo profetizara y el Señor infundiera en todos su espíritu!»
Palabra de
Dios
Salmo: 18
R/. Los mandatos del Señor son rectos y
alegran el corazón
La ley del Señor
es perfecta
y es descanso del alma;
el precepto del Señor es fiel
e instruye al ignorante. R/.
La voluntad del
Señor es pura
y eternamente estable;
los mandamientos del Señor son verdaderos
y enteramente justos. R/.
Aunque tu siervo
vigila
para guardarlos con cuidado,
¿quién conoce sus faltas?
Absuélveme de lo que se me oculta. R/.
Preserva a tu
siervo de la arrogancia,
para que no me domine:
así quedaré libre e inocente
del gran pecado.
Lectura de la carta de Santiago (5,1-6):
Vosotros los
ricos, gemid y llorad ante las desgracias que se os avecinan. Vuestra riqueza
está podrida y vuestros vestidos son pasto de la polilla. Vuestro oro y vuestra
plata están oxidados y este óxido será un testimonio contra vosotros y corroerá
vuestras carnes como fuego.
¿Para qué amontonar riquezas si estamos en
los últimos días?
Mirad, el jornal de los obreros que segaron
vuestros campos y ha sido retenido por vosotros está clamando y los gritos de
los segadores están llegando a oídos del Señor todopoderoso.
En la tierra habéis vivido lujosamente y os
habéis entregado al placer; con ello habéis engordado para el día de la
matanza. Habéis condenado, habéis asesinado al inocente, y ya no os ofrece
resistencia.
Palabra de
Dios
Lectura del santo evangelio
según san Marcos (9,38-43.45.47-48):
En aquel tiempo,
Juan dijo a Jesús:
«Maestro, hemos visto a uno que expulsaba
demonios en tu nombre y se lo hemos prohibido, porque no es de nuestro grupo.»
Jesús replicó:
«No se lo prohibáis, porque nadie que haga
un milagro en mi nombre puede luego hablar mal de mí. Pues el que no está
contra nosotros está a favor nuestro.
Os aseguro que el que os dé a beber un vaso
de agua porque sois del Mesías no quedará sin recompensa. Al que sea ocasión de
pecado para uno de estos pequeños que creen en mí, más le valdría que le
colgaran del cuello una piedra de molino y lo echaran al mar.
Y si tu mano es ocasión de pecado para ti,
córtatela. Más te vale entrar manco en la vida, que ir con las dos manos al
fuego eterno que no se extingue.
Y si tu pie es ocasión de pecado para ti,
córtatelo. Más te vale entrar cojo en la vida, que ser arrojado con los dos
pies al fuego eterno.
Y si tu ojo es ocasión de pecado para ti,
sácatelo. Más te vale entrar tuerto en el reino de Dios que ser arrojado con
los dos ojos al fuego eterno, donde el gusano que roe no muere y el fuego no se
extingue.»
Palabra del
Señor
De amigos y enemigos.
Jesús enseñaba a menudo a base de frases
breves, que se pueden memorizar fácilmente; por ejemplo, “El Hijo del Hombre no
ha venido a llamar a los justos sino a los pecadores”. Los evangelistas
reunieron más tarde esas frases, agrupándolas por el contenido o por alguna
palabra clave que se repetía. En el evangelio de hoy podemos distinguir las
siguientes:
1. “Quien no está contra nosotros está a favor nuestro”.
Juan le dijo:
Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu nombre y no viene
con nosotros y tratamos de impedírselo porque no venía con nosotros.
Pero Jesús dijo:
No se lo impidáis, pues no hay nadie que obre un milagro invocando mi
nombre y que luego sea capaz de hablar mal de mí. Pues el que no está contra
nosotros, está por nosotros.
Juan se
presenta muy engreído ante Jesús para contarle lo que han hecho con uno que
echaba demonios en su nombre. Jesús, en vez de elogiar esa conducta, les hace
caer en la cuenta de que han actuado de forma poco lógica: quien hace un
milagro en nombre de Jesús no hablará mal de él. Luego añade una enseñanza
general. Frente a la postura de ver enemigos por todas partes, enseña a ver
amigos: «Quien no está contra nosotros, está a nuestro favor.»
¿Por
qué han actuado los discípulos de ese modo?
Si
relacionamos el evangelio con la primera lectura de hoy, el motivo serían los
celos. El libro de los Números cuenta que Josué, cuando se entera de que Eldad
y Medad están profetizando en el campamento, lo interpreta como un ataque a la
dignidad de Moisés y le pide a este que se lo prohíba. La escena recuerda
bastante a la del evangelio, con el agravante de que Josué le dice a Moisés que
se lo prohíba, mientras que los discípulos se atribuyen el poder de prohibir,
sin contar primero con Jesús. El fallo de los discípulos radicaría en ese celo
injustificado y algo mezquino.
Sin
embargo, conviene tener en cuenta otra posible interpretación. Dos veces
justifican los discípulos su conducta aduciendo que ese individuo «no va con
nosotros». Según ellos, hay que excluir a todo el que no los acompañe.
Debemos
recordar que Jesús era un predicador itinerante, acompañado de los doce, de un
grupo de mujeres y de otros discípulos más. Este grupo, muy radical, había
renunciado al domicilio estable, a la familia y a las posesiones. En el
contexto de esta vida tan dura, de tanta renuncia para seguir a Jesús, se
entiende la insistencia de Juan y los discípulos en que ese «no va con
nosotros». No ha renunciado al domicilio estable, a la familia, a las
posesiones, pero se permite echar demonios en nombre de Jesús.
El
relato pudo tener mucha importancia para la iglesia primitiva, ya que en ella
se fueron imponiendo las comunidades urbanas, en las que no se renunciaba al
domicilio estable, ni a la familia y las posesiones. La tentación de los
cristianos itinerantes, con su vida tan dura, era excluir a los otros, a los
que «no van con nosotros». Este pasaje les enseña a comportarse con moderación
y a tolerar otras formas de vida. Lo esencial no es «ir con nosotros» sino
«estar a favor nuestro».
2. “Quien os dé a beber un vaso de agua en atención a que sois del Mesías os
aseguro que no perderá su paga”.
El
episodio anterior terminaba con la enseñanza: “Quién no está contra
nosotros está a nuestro favor”. Esta frase da un paso adelante.
Habla del que toma una postura positiva ante los seguidores del Mesías,
simbolizada en el gesto de dar un vaso de agua.
3. Dos trampas (dos escándalos) en el camino
En
griego, el sentido básico de “escándalo” es el de «trampa», la tendida en el
suelo, que hace caer a una persona o a un animal. Si recordamos que la vida
cristiana es un seguimiento de Jesús, un caminar detrás de él, se comprenden
los dos peligros de los que habla el evangelio:
a) Poner trampas a los pequeños
Y al que escandalice a uno de estos pequeños que creen, mejor le es que le
pongan al cuello una de estas piedras de molino que mueven los asnos y que le
echen al mar.
Que
alguien le ponga una trampa a uno de los pequeños que creen, lo haga caer y se
quede descolgado del grupo que sigue a Jesús. Estas palabras resultan
enigmáticas, porque no queda claro a quién se dirigen.
- ¿Quién
puede escandalizar?
- ¿Un
cristiano o una persona ajena a la comunidad (escriba, fariseo, saduceo,
pagano)?
-
¿Quiénes son los pequeños que creen: un grupo dentro de la comunidad o todos
los cristianos?
La
historia de la iglesia y la vida corriente demuestran que todos los casos son
posibles. El tropiezo puede ponerlo una persona no cristiana, con sus críticas
y ataques a Jesús y su mensaje. Pero también cualquier actitud nuestra,
cualquier palabra, que aparta a otros del seguimiento de Jesús, de la forma de
vida que él propone, cae bajo su condena.
El gran
peligro del escándalo no es sólo las revistas pornográfica, las películas
violentas, la droga, sino tantas cosas que se aceptan con naturalidad dentro de
la Iglesia (lujo, vanidad, ambición, prestigio), incluso a los más altos
niveles. Los casos de pederastia, que tanto angustian ahora a la iglesia, son
un ejemplo actual de ese escándalo de los pequeños que, por ese motivo, como ha
recordado recientemente el Papa Francisco, han dejado de creer en Jesús.
Jesús
deja muy clara la gravedad del pecado al hablar de la condena que merece: ser
arrojado al mar con una enorme piedra atada al cuello. Se refiere a la piedra
superior del molino grecorromano, que giraba tirada por un asno, un caballo o
un esclavo. Tirar al mar o al río era un castigo especialmente cruel, ya que el
cadáver quedaba insepulto, algo terrible en la mentalidad judía y griega.
Estas
palabras tan duras plantean un serio problema:
-
¿carece de perdón el escándalo?
- ¿No
basta el arrepentimiento y la penitencia, ni siquiera de por vida?
Negar la
posibilidad de perdón iría en contra del evangelio. Pablo, que fue motivo de
escándalo para tantos cristianos, no se tiró al mar con una piedra al cuello.
Entregó su vida a propagar la fe en Jesús.
b) Ponerme trampas a mí mismo
Y si tu mano derecha te escandaliza (te es ocasión de pecado), córtatela.
Más vale que entres manco en la Vida que, con las dos manos, ir a la gehenna,
al fuego que no se apaga.
Y si tu pie te escandaliza (te es ocasión de pecado), córtatelo. Más vale
que entres cojo en la Vida que, con los dos pies, ser arrojado a la gehenna.
Y si tu ojo te escandaliza (te es ocasión de pecado), sácatelo. Más vale
que entres con un solo ojo en el Reino de Dios que, con los dos ojos, ser
arrojado a la gehenna, donde su gusano no muere y el fuego no se apaga.
Las
diversas posibilidades las enumera Mc hablando de la mano, el pie y el
ojo. Jesús ha dicho en otra ocasión que el peligro viene del interior del
hombre. Ahora, esas tendencias negativas se ponen en marcha a través de lo que
hacemos (la mano), del sitio al que nos dirigimos (pie), de lo que miramos
(ojo). Sugerencias para hacer un examen de conciencia.
Para
dejar clara la gravedad de lo que puede ocurrir, Jesús exhorta a cortar la mano
o el pie, o sacarse el ojo. Estas palabras no hay que interpretarlas al pie de
la letra, porque después de habernos cortado una mano y un pie, y habernos
sacado un ojo, surgirían nuevas tentaciones y necesitaríamos seguir con la otra
mano, el otro pie y el otro ojo. Y no entraríamos en la vida mancos, cojos y
tuertos, sino ciegos y sin ningún miembro.
En el
caso anterior, el castigo era sumergir en el mar; aquí, ir a parar a la gehena,
«al fuego inextinguible», «donde el gusano no muere y el fuego no se apaga». La
gehena como lugar de castigo se basa en la tradición apocalíptica judía; el
gusano y el fuego, en unas palabras del libro de Isaías. A los pintores y a los
predicadores les han dado materia abundante de inspiración, a menudo desbocada.
Reflexión final
En pocas
palabras nos da Marcos abundante materia de reflexión y de examen sobre nuestra
actitud ante los demás y ante nosotros mismos:
-
¿excluimos a quienes nos van con nosotros, a quienes consideramos que no viven
un cristianismo tan exigente como el nuestro?
-
¿Valoramos el gesto pequeño de dar un vaso de agua, o nos escudamos en la necesidad
de grandes gestos para terminar no haciendo nada?
- ¿Pongo
obstáculos a la fe de la gente sencilla o de los menos importantes dentro de la
iglesia?
- ¿Me
voy tendiendo trampas yo mismo que me impiden caminar junto a Jesús?
Cosme significa "adornado, bien
presentado".
Damián: domador.
Patronos de: Cirujanos, Farmacéuticos, Médicos,
Peluqueros, Dentistas, trabajadores de los balnearios.
Una tradición muy antigua atestigua la
existencia de su sepulcro en Ciro (Siria), donde se erigió asimismo una
basílica en su honor. Desde allí, su culto pasó a Roma y, más tarde, se propagó
por toda la Iglesia.
Según la tradición son hermanos gemelos,
nacidos en Arabia; estudiaron las ciencias en Siria y llegaron a distinguirse
como médicos. Como eran auténticos cristianos, practicaban su profesión con
gran habilidad, pero sin aceptar jamás pago alguno por sus servicios. Por eso
se les conoció en el oriente entre los santos llamados colectivamente "los
sin dinero".
Vivían en Aegeae, sobre la costa de la
bahía de Alejandreta, en Cilicia, donde ambos eran distinguidos por el cariño y
el respeto de todo el pueblo a causa de los muchos beneficios que prodigaba entre
las gentes su caridad y por el celo con que practicaban la fe cristiana, ya que
aprovechaban todas las oportunidades que les brindaba su profesión para
difundirla y propagarla. En consecuencia, al comenzar la persecución, resultó
imposible que aquellos hermanos de condición tan distinguida pasasen
desapercibidos. Fueron de los primeros en ser aprehendidos por orden de Lisias,
el gobernador de Cilicia y, luego de haber sido sometidos a diversos tormentos,
murieron decapitados por la fe. Conducidos sus restos a Siria, quedaron
sepultados en Cirrhus, ciudad ésta que llegó a ser el centro principal de su
culto y donde las referencias más antiguas sitúan el escenario de su martirio.
Se cuentan muchos prodigios milagrosos
sobre sus vidas pero poco se sabe con seguridad. Se dice por ejemplo que, antes
de ser decapitados, salieron con bien de varios tipos de ejecuciones, como ser
arrojados al agua atados a pesadas piedras, ser quemados en hogueras y ser
crucificados. Cuando se hallaban clavados en las cruces, la multitud los
apedreó, pero los proyectiles, sin tocar el cuerpo de los santos, rebotaron
para golpear a los mismos que los arrojaban. Lo mismo sucedió con las flechas
disparadas por los arqueros que torcieron su trayectoria e hicieron huir a los
tiradores (se cuenta que el mismo caso ocurrió con San Cristóbal y otros
mártires). Asimismo, dice la leyenda que los tres hermanos de Cosme y Damián,
llamados Antimo, Leoncio y Euprepio, sufrieron el martirio al mismo tiempo que
los gemelos y sus nombres se mencionan en el Martirologio Romano. Se habla de
innumerables milagros, sobre todo curaciones maravillosas, obrados por los
mártires después de su muerte y, a veces, los propios santos se aparecieron, en
sueños, a los que les imploraban en sus sufrimientos, a fin de curarles
inmediatamente.
Entre las personas distinguidas que
atribuyeron su curación de males gravísimos a los santos Cosme y Damián, figuró
el emperador Justiniano I, quien visitó la ciudad de Cirrhus especialmente para
venerar las reliquias de sus benefactores.
A principios del siglo V, se
levantaron en Constantinopla dos grandes iglesias en honor de los mártires. La
basílica que el Papa Félix (526-530) erigió en honor de Cosme y
Damián en el Foro Romano, con hermosísimos mosaicos, fue dedicada posiblemente
el 27 de septiembre. Ese día se celebró la fiesta de Cosme y Damián hasta su
traslado al 26 de septiembre en el nuevo calendario.
Los santos Cosme y Damián son nombrados en
el canon de la misa y, junto con San Lucas, son los patronos de médicos y cirujanos.
Tres pares de santos llevan los mismos
nombres
Por un error, los cristianos de Bizancio
honraron a tres pares de santos con los nombres de Cosme y Damián. Los de
Arabia, que fueron decapitados durante la persecución de Diocleciano (17 de
octubre), los de Roma, que murieron apedreados en el curso del reinado de
Carino y los hijos de Teódota, que no fueron mártires. Sin embargo, se trata de
los mismos.
Pidamos al Señor por intercesión de los
santos Cosme y Damián por los médicos, para que cumplan santamente con su
profesión.
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