jueves, 11 de agosto de 2022

Párate un momento: El Evangelio del dia 12 - DE AGOSTO – VIERNES – 19 – SEMANA DEL T. O. – C – Stª. Juana Francisca de Chantal

 

 

 

12 - DE AGOSTO – VIERNES –

19 – SEMANA DEL T. O. – C –

Stª. Juana Francisca de Chantal

 

Lectura de la profecía de Ezequiel (16,1-15.60.63):

Me vino esta palabra del Señor:

«Hijo de Adán, denuncia a Jerusalén sus abominaciones, diciendo: "Así dice el Señor: ¡Jerusalén! Eres cananea de casta y de cuna: tu padre era amorreo y tu madre era hitita. Fue así tu alumbramiento: El día en que naciste, no te cortaron el ombligo, no te bañaron ni frotaron con sal, ni te envolvieron en pañales. Nadie se apiadó de ti haciéndote uno de estos menesteres, por compasión, sino que te arrojaron a campo abierto, asqueados de ti, el día en que naciste.

Pasando yo a tu lado, te vi chapoteando en tu propia sangre, y te dije mientras yacías en tu sangre:

'Sigue viviendo y crece como brote campestre.'

Creciste y te hiciste moza, llegaste a la sazón; tus senos se afirmaron, y el vello te brotó, pero estabas desnuda y en cueros. Pasando de nuevo a tu lado, te vi en la edad del amor; extendí sobre ti mi manto para cubrir tu desnudez; te comprometí con juramento, hice alianza contigo –oráculo del Señor– y fuiste mía. Te bañé, te limpié la sangre, y te ungí con aceite. Te vestí de bordado, te calcé de marsopa; te ceñí de lino, te revestí de seda. Te engalané con joyas: te puse pulseras en los brazos y un collar al cuello. Te puse un anillo en la nariz, pendientes en las orejas y diadema de lujo en la cabeza. Lucías joyas de oro y plata, y vestidos de lino, seda y bordado; comías flor de harina, miel y aceite; estabas guapísima y prosperaste más que una reina.

Cundió entre los pueblos la fama de tu belleza, completa con las galas con que te atavié –oráculo del Señor–. Te sentiste segura de tu belleza y, amparada en tu fama, fornicaste y te prostituiste con el primero que pasaba. Pero yo me acordaré de la alianza que hice contigo cuando eras moza y haré contigo una alianza eterna, para que te acuerdes y te sonrojes y no vuelvas a abrir la boca de vergüenza, cuando yo te perdone todo lo que hiciste."»

Oráculo del Señor.

 

Palabra de Dios

 

Salmo: Is 12,2-3.4bcd.5-6

R/. Ha cesado tu ira y me has consolado

 

Él es mi Dios y Salvador: confiaré y no temeré,

porque mi fuerza y mi poder es el Señor,

él fue mi salvación.

Y sacaréis aguas con gozo

de las fuentes de la salvación. R/.

Dad gracias al Señor,

invocad su nombre,

contad a los pueblos sus hazañas,

proclamad que su nombre es excelso. R/.

Tañed para el Señor, que hizo proezas,

anunciadlas a toda la tierra;

gritad jubilosos, habitantes de Sión:

«Qué grande es en medio de ti el Santo de Israel.» R/.

 

Lectura del santo evangelio según san Mateo (19,3-12):

En aquel tiempo, se acercaron a Jesús unos fariseos y le preguntaron, para ponerlo a prueba:

«¿Es lícito a uno despedir a su mujer por cualquier motivo?»

Él les respondió:

«¿No habéis leído que el Creador, en el principio, los creó hombre y mujer, y dijo: "Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán los dos una sola carne"? De modo que ya no son dos, sino una sola carne. Pues lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre.»

Ellos insistieron:

«¿Y por qué mandó Moisés darle acta de repudio y divorciarse?»

Él les contestó:

«Por lo tercos que sois os permitió Moisés divorciaros de vuestras mujeres; pero, al principio, no era así. Ahora os digo yo que, si uno se divorcia de su mujer –no hablo de impureza– y se casa con otra, comete adulterio.»

Los discípulos le replicaron:

«Si ésa es la situación del hombre con la mujer, no trae cuenta casarse.»

Pero él les dijo:

 «No todos pueden con eso, sólo los que han recibido ese don. Hay eunucos que salieron así del vientre de su madre, a otros los hicieron los hombres, y hay quienes se hacen eunucos por el reino de los cielos. El que pueda con esto, que lo haga.»

 

Palabra del Señor

 

1.  Para entender este pasaje, tantas veces citado para justificar la indisolubilidad del matrimonio, hay que tener en cuenta que Jesús responde a la pregunta que le hacen los fariseos. Y la pregunta se refería:

1) Al derecho unilateral del marido a repudiar a la mujer.

2) Además, si el hombre tenía ese derecho de tal forma que podía ejercerlo por cualquier motivo.

Detrás de esta fórmula estaba la disputa teológica, que había en tiempo de Jesús, entre dos rabinos famosos, Hillel (liberal) y Shammai (rigorista).

Lo que le preguntan a Jesús es si estaba de acuerdo con las ideas permisivas de Hillel.

 

2.  Lo que, en definitiva, preguntaban los fariseos es si el hombre tiene un derecho que no tiene la mujer: divorciarse cuando a él le dé la gana. Pues bien, en respuesta a esa pregunta, lo que Jesús afirma es que no existe ese derecho unilateral del varón. Y para argumentar eso, Jesús echa mano del proyecto original de Dios (Gn 1, 27 y 2, 24), que no fue un proyecto de superioridad del hombre sobre la mujer, sino un proyecto de unidad, fusión e igualdad entre ambos.

 

3.  La Iglesia de los primeros siglos aceptó la legislación civil del Imperio sobre el matrimonio. Y no hizo problema del divorcio cuando se llegaba a esa decisión por una causa seria. El año 726, el papa Gregorio II le escribía a san Bonifacio una carta en la que permitía el divorcio a unos cónyuges que no podían cohabitar por motivos de salud (PL 89, 525). Una decisión que en el s. XI recogió el Decreto de Graciano (J. Gaudemet).

 

Stª. Juana Francisca de Chantal


 

Santa Juana Francisca Fremiot nació en Dijon, Francia, el 23 de enero, de 1572, nueve años después de finalizado el Concilio de Trento. De esta manera, estaba destinada a ser uno de los grandes santos que el Señor levantó para defender y renovar a la Iglesia después del caos causado por la división de los protestantes. Santa Juana fue contemporánea de S. Carlos Borromeo de Italia, de Sta. Teresa de Ávila y S. Juan de la Cruz de España, de S. Juan Eudes y de sus compatriotas, el Cardenal de Berulle, el Padre Olier y sus dos renombrados directores espirituales, San Francisco de Sales y San Vicente de Paúl.  En el mundo secular, fue contemporánea de Catalina de Medici, del Rey Luis XIII, Richelieu, Mary Stuart, la Reina Isabel y Shakespeare. Murió en Moulins el 13 de diciembre, de 1641.

Su madre murió cuando tenía tan solo dieciocho meses de vida. Su padre, hombre distinguido, de recia personalidad y una gran fe, se convirtió así en la mayor influencia de su niñez. A los veintiún años se casó con el Barón Christophe de Rabutin-Chantal, de quien tuvo seis hijos. Dos de ellos murieron en la temprana niñez. Un varón y tres niñas sobrevivieron. Tras siete años de matrimonio ideal, su esposo murió en un accidente de cacería. Ella educó a sus hijos cristianamente.

En el otoño de 1602, el suegro de Juana la forzó a vivir en su castillo de Monthelon, amenazándola con desheredar a sus hijos si se rehusaba. Ella pasó unos siete años bajo su errática y dominante custodia, aguantando malos tratos y humillaciones. En 1604, en una visita a su padre, conoció a San Francisco de Sales. Con esto comenzó un nuevo capítulo en su vida.

Bajo la brillante dirección espiritual de San Francisco de Sales, nuestra Santa creció en sabiduría espiritual y auténtica santidad. Trabajando juntos, fundaron la Orden de la Visitación de Annecy en 1610. Su plan al principio fue el de establecer un instituto religioso muy práctico algo similar al de las Hijas de la Caridad, de S. V. de Paúl. No obstante, bajo el consejo enérgico e incluso imperativo del Cardenal de Marquemont de Lyons, los santos se vieron obligados a renunciar al cuidado de los enfermos, de los pobres y de los presos y otros apostolados para establecer una vida de claustro riguroso. El título oficial de la Orden fue la Visitación de Santa María.

Sabemos que cuando la Santa, bajo la guía espiritual de S. Francisco de Sales, tomó la decisión de dedicarse por completo a Dios y a la vida religiosa, repartió sus joyas valiosas y sus pertenencias entre sus allegados y seres queridos con abandono amoroso. De allí en adelante, estos preciosos regalos se conocieron como "las Joyas de nuestra Santa." Gracias a Dios que ella dejó para la posteridad joyas aún más preciosas de sabiduría espiritual y edificación religiosa.

A diferencia de Sta. Teresa de Ávila y de otros santos, Juana no escribió sus exhortaciones, conferencias e instrucciones, sino que fueron anotadas y entregadas a la posteridad gracias a muchas monjas fieles y admiradoras de su Orden.

Uno de los factores providenciales en la vida de Sta. Juana fue el hecho de que su vida espiritual fuera dirigida por dos de los más grandes santos todas las épocas, S. Francisco de Sales y S. Vicente de Paúl. Todos los escritos de la Santa revelan la inspiración del Espíritu Santo y de estos grandiosos hombres. Ellos, a su vez, deben haberla guiado a los escritos de otros grandes santos, ya que vemos que ella les indicaba a sus Maestras de Novicias que se aseguraran de que los escritos de Sta. Teresa de Ávila se leyeran y estudiaran en los Noviciados de la Orden.

Santa Juana fue una auténtica contemplativa. Al igual que Sta. Brígida de Suecia y otros místicos, era una persona muy activa, llena de múltiples proyectos para la gloria de Dios y la santificación de las almas. Estableció no menos de ochenta y seis casas de la Orden. Se estima que escribió no menos de once mil cartas, que son verdaderas gemas de profunda espiritualidad. Más de dos mil de éstas se conservan todavía. La fundación de tantas casas en tan pocos años, la forzó a viajar mucho, cuando los viajes eran un verdadero trabajo.

Sta. Juana le escribió muchas cartas a S. Francisco de Sales, en búsqueda de guía espiritual. Desafortunadamente, después de la muerte de S. Francisco la mayoría de las cartas le fueron devueltas a Sta. Juana por uno de los miembros de la familia de Sales. Como era de esperarse, ella las destruyó, a causa de su naturaleza personal sagrada. De este modo, el mundo quedó privado de lo que pudo haber sido una de las mejores colecciones de escritos espirituales de esta naturaleza.

 

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