25 - DE
AGOSTO – JUEVES –
21 – SEMANA
DEL T. O. – C
San José de Calasanz
Lectura de la primera carta del apóstol
san Pablo a los Tesalonicenses (3,7-13):
En medio de todos nuestros aprietos y
luchas, vosotros, con vuestra fe, nos animáis; ahora nos sentimos vivir,
sabiendo que os mantenéis fieles al Señor. ¿Cómo podremos agradecérselo
bastante a Dios?
¡Tanta alegría como gozamos delante de Dios por causa vuestra, cuando pedimos
día y noche veros cara a cara y remediar las deficiencias de vuestra fe! Que
Dios, nuestro Padre, y nuestro Señor Jesús nos allanen el camino para ir a
veros.
Que el Señor os colme y os haga rebosar de amor mutuo y de amor a todos, lo
mismo que nosotros os amamos. Y que así os fortalezca internamente, para que,
cuando Jesús, nuestro Señor, vuelva acompañado de todos sus santos, os
presentéis santos e irreprensibles ante Dios, nuestro Padre.
Palabra de Dios
Salmo: 89,3-4.12-13.14.17
R/. Sácianos de tu misericordia, Señor, y estaremos alegres
Tú reduces al hombre a polvo, diciendo:
«Retornad, hijos de Adán.»
Mil años en
tu presencia son un ayer, que pasó;
una vela
nocturna. R/.
Enséñanos a calcular nuestros años,
para que
adquiramos un corazón sensato.
Vuélvete,
Señor, ¿hasta cuándo?
Ten compasión
de tus siervos. R/.
Por la mañana sácianos de tu
misericordia,
y toda
nuestra vida será alegría y júbilo.
Baje a
nosotros la bondad del Señor
y haga
prósperas las obras de nuestras manos. R/.
Lectura del santo evangelio según san Mateo (24,42-51):
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus
discípulos:
«Estad en vela, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor. Comprended que
si supiera el dueño de casa a qué hora de la noche viene el ladrón, estaría en
vela y no dejaría abrir un boquete en su casa. Por eso, estad también vosotros
preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre.
¿Dónde hay un criado fiel y cuidadoso, a quien el amo
encarga de dar a la servidumbre la comida a sus horas? Pues, dichoso ese
criado, si el amo, al llegar, lo encuentra portándose así.
Os aseguro que le confiará la administración de todos sus bienes. Pero si el
criado es un canalla y, pensando que su amo tardará, empieza a pegar a sus
compañeros, y a comer y a beber con los borrachos, el día y la hora que menos
se lo espera, llegará el amo y lo hará pedazos, mandándolo a donde se manda a
los hipócritas.
Allí será el llanto y el rechinar de dientes.»
Palabra del Señor
1. Para explicar la "vigilancia", que deben tener los
seguidores de Jesús, el evangelio de Mateo utiliza el verbo gregorein, que,
como exigencia ética, es una novedad aportada por el cristianismo.
Esta vigilancia incluye:
1) La responsabilidad ante los semejantes (Mt 24, 45-51).
2) No dejarse dominar por el miedo a un "dios imaginario y
amenazante" Mt 25, 15-23).
3) Sobre todo la bondad con los hermanos más humildes (Mt 25, 31-40).
A lo que hay que sumar la vigilancia en la oración: Estad en vela y orad
conmigo, como dijo Jesús en Getsemaní (Mt 26, 41).
La vigilancia fue importante, en el cristianismo primitivo, por lo frecuentes
que, en no pocas comunidades, eran las vigilias de oración, atestiguadas desde
el s. II y que, desde el s. III y especialmente en el monacato, fueron
centrales en la vida de los cristianos, que tenían la costumbre de levantarse a
medianoche para orar, cada cual, en su casa, como testifica, por ejemplo,
Tertuliano (Ad Uxor. II, 4 y 8).
2. Esta vigilancia, entendida como se acaba de indicar, fue tema en el
que Jesús insistió. Se trata de la vigilancia referida a las relaciones que
cada cual mantiene con los demás.
Primero, Jesús pone como ejemplo al criado "fiel cuidadoso" que da la
comida a su tiempo.
Y, en segundo lugar, Jesús reprueba al que, en lugar de ser buena persona con
los demás, es un hombre violento y egoísta que solo se preocupa por comer y
beber, o sea darse buena vida y pasarlo lo mejor posible.
En el conjunto del relato, esta vigilancia constante para ser siempre bueno con
todos es lo central del mensaje que aquí transmite Jesús.
La vigilancia que pide Jesús es la postura atenta y vigilante ante las
necesidades de los otros, sobre todo las situaciones de dolor de los más
necesitados: el hambre de los pobres, la soledad de los ancianos, el desamparo
de los niños, la desesperanza de tantos enfermos. A estas cosas es a lo
que tenemos que estar vigilantes.
San José de Calasanz
José de Calasanz nació en Peralta de la Sal, un pequeño pueblo situado en la
actual provincia de Huesca, en 1557. Con doce años, José deja su pueblo para
estudiar en el colegio de los padres Trinitarios de Estadilla, a unos 20 Km. Al
cumplir los catorce años, José de Calasanz manifiesta la decisión de hacerse
sacerdote. Su entrega, su generosidad, su anhelo por ayudar a los demás, van
unidos a una fuerte y vivencial fe en Dios, aumentada por el ejemplo y la
educación recibida por parte de su familia.
Terminados sus estudios eclesiásticos, José es ordenado sacerdote en 1583, a
los 25 años. Aconsejado por el obispo de Urgell, Andrés Capilla, Calasanz se va
a Roma en 1592. Antes de cumplir los 6 años de su estancia en Roma, el río
Tíber, se desborda, provocando la más catastrófica inundación del siglo. Como
resultado de ésta, centenares de familias pobres quedaron sin techo, sin
alimentos y hay más de dos mil muertos. Calasanz, con gran integridad, trabaja
infatigablemente en la operación de ayuda a los afectados.
Se integra en Roma en las denominadas Cofradías, asociaciones que se
dedicaban a la caridad. Calasanz encontrará junto a los necesitados, a los
niños. Con el tiempo, los niños pobres de aquellos barrios romanos se
convertirán en su principal punto de atención.
Fruto de este descubrimiento, comienza a pensar en crear una escuela
gratuita abierta a todos los niños, especialmente a los más necesitados. No
todos a los que les propuso la idea la vieron con buenos ojos. Y entonces
decide lanzarse solo a la aventura. Y hacia 1597, en la sacristía de una
iglesia que solía visitar, Santa Dorotea, en el Trastévere romano, comienza la
primera escuela gratuita de Europa.
Al principio los alumnos no eran muchos, con el tiempo la idea se fue dando
a conocer y con la ayuda de sacerdotes y algunos laicos, con el dinero que le
dan unos y otros, las escuelas fueron creciendo. La Iglesia de San Pantaleón se
convertirá en la primera escuela estable de Calasanz. La primera escuela
cristiana, popular y gratuita.
Calasanz nunca volvió a su tierra. Se quedó definitivamente en Roma hasta su
muerte en 1648. Y desde allí su obra ha ido esparciéndose por todo el mundo.
Calasanz es un ejemplo de vida que muchos jóvenes -hombres y mujeres- han
seguido y siguen aún hoy. Su festividad se celebra el 25 de agosto.
Pensamiento espiritual y pedagógico
La larga vida de San José de Calasanz ocupa prácticamente la segunda mitad
del siglo XVI y toda la primera parte del XVII. Persona abierta a la realidad
circundante, recibió el impacto de las ideas y problemas que le rodeaban, y con
su compromiso personal, contribuyó al progreso de las ideas y a la solución de
los problemas. Se puede afirmar que, junto con otros de sus contemporáneos, fue
protagonista -aunque poco conocido- de la transición del renacimiento a la
modernidad.
En la formación espiritual de Calasanz mucho influyeron las corrientes
renovadoras del siglo XVI en España, personificadas en algunos autores
ascéticos y místicos como Juan de Ávila y Teresa de Jesús.
Fue precisamente a partir de la dedicación de Calasanz a la educación de los
hijos de las clases populares en Roma, en los años de transición del siglo XVI
al XVII, cuando fue elaborando de modo explícito su pensamiento pedagógico,
fruto de su personal itinerario espiritual y social. Precedentemente algunos
pensadores humanistas como Juan Luis Vives, Erasmo y el mismo Lutero habían
teorizado sobre la educación de niños y jóvenes. En diversos escritos
fundacionales, Calasanz hace un planteamiento teórico claro de lo que pretende
con la obra iniciada: contribuir a la reforma de la sociedad y a la felicidad
temporal y eterna de las personas, educando a los niños en la fe cristiana y en
las letras humanas, por medio de escuelas pías, es decir, populares y
cristianas.
Esta filosofía fue llevada a la práctica por Calasanz durante cincuenta años
hasta su muerte Y organizó no menos de treinta colegios en diversos estados
europeos, dotándolos de educadores preparados, estructuras adecuadas y
reglamentos escritos por él mismo. Para Calasanz, la figura del educador es
elemento fundamental en la consecución de los objetivos pedagógicos y sociales
de su obra.
En su persona confluyen una vocación religiosa y una vocación educativa que
se integran en una identidad propia.
El pensamiento espiritual y pedagógico de San José de Calasanz, y la
práctica de la misma propuesta a sus primeros compañeros en Roma al comenzar el
siglo XVII, dio origen en la Iglesia a una espiritualidad pedagógica y a una
pedagogía espiritual de rasgos característicos que son una de las primeras
manifestaciones modernas.
Fuente: escolapiosalgemesi.es/san-jose-de-calasanz
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