domingo, 25 de septiembre de 2022

Párate un momento: El Evangelio del dia 27 - DE SEPTIEMBRE – MARTES – 26 – SEMANA DEL T. O. – C San Vicente de Paúl

 

 


27 - DE SEPTIEMBRE – MARTES –

26 – SEMANA DEL T. O. – C

San Vicente de Paúl

 

      Lectura del libro de Job (3,1-3.11-17.20-23):

 

      Job abrió la boca y maldijo su día diciendo:

     «¡Muera el día en que nací, la noche que dijo: "Se ha concebido un varón"!

     ¿Por qué al salir del vientre no morí o perecí al salir de las entrañas?

     ¿Por qué me recibió un regazo y unos pechos me dieron de mamar?

     Ahora dormiría tranquilo, descansaría en paz, lo mismo que los reyes de la tierra que se alzan mausoleos, o como los nobles que amontonan oro y plata en sus palacios.

     Ahora sería un aborto enterrado, una criatura que no llegó a ver la luz. Allí acaba el tumulto de los malvados, allí reposan los que están rendidos.

     ¿Por qué dio luz a un desgraciado y vida al que la pasa en amargura, al que ansía la muerte que no llega y escarba buscándola más que un tesoro, al que se alegraría ante la tumba y gozaría al recibir sepultura, al hombre que no encuentra camino porque Dios le cerró la salida?»

 

Palabra de Dios

 

     Salmo: 87
     R/. Llegue hasta ti mi súplica, Señor.


     Señor, Dios mío, de día te pido auxilio,
de noche grito en tu presencia;
llegue hasta ti mi súplica,
inclina tu oído a mi clamor. 
R/.

    Porque mi alma está colmada de desdichas,
y mi vida está al borde del abismo;
ya me cuentan con los que bajan a la fosa,
soy como un inválido. 
R/.

     Tengo mi cama entre los muertos,
como los caídos que yacen en el sepulcro,
de los cuales ya no guardas memoria,
porque fueron arrancados de tu mano. 
R/.

     Me has colocado en lo hondo de la fosa,
en las tinieblas del fondo;
tu cólera pesa sobre mí,
me echas encima todas tus olas. 
R/.

 

     Lectura del santo evangelio según san Lucas (9,51-56):

 

Cuando se iba cumpliendo el tiempo de ser llevado al cielo, Jesús tomó la decisión de ir a Jerusalén. Y envió mensajeros por delante. De camino, entraron en una aldea de Samaria para prepararle alojamiento. Pero no lo recibieron, porque se dirigía a Jerusalén.

Al ver esto, Santiago y Juan, discípulos suyos, le preguntaron:

«Señor, ¿quieres que mandemos bajar fuego del cielo que acabe con ellos?»

Él se volvió y les regañó y dijo:

«No sabéis de que espíritu sois. Porque el Hijo del Hombre no ha venido a perder a los hombres, sino a salvarlos.»

Y se marcharon a otra aldea.

 

Palabra del Señor

 

1.  Jesús, camino de Jerusalén, sabía perfectamente que iba a morir pronto.

Y que iba a morir de muerte violenta. Jesús vivía con los pies en el suelo y era consciente de cómo acababan los profetas en Israel.

Pues bien, en una situación tan extremadamente peligrosa, fue el propio Jesús el que tomó la decisión de ir a la capital, Jerusalén, donde estaba el Templo, donde residían los sumos sacerdotes, donde, por tanto, el peligro era máximo. Pero donde también, por eso mismo, él tenía que hacer la denuncia suprema de la corrupción de aquellos dirigentes y de aquel sistema religioso, tal como lo tenían organizado los funcionarios del Templo.

 

2.  En este viaje hacia Jerusalén, Jesús tenía que pasar por Samaria. Jesús había mantenido siempre la mejor relación posible con los samaritanos. Así quedó patente en su encuentro con la mujer samaritana (Jn 4), en la parábola del buen samaritano (Lc 10, 25-37), en la curación de los diez leprosos (Lc 17, 11-19). Y sin embargo, en la aldea que aquí se menciona no quisieron ni verlo, simplemente porque iba a Jerusalén.

Es evidente que las religiones, demasiadas veces, dividen, enfrentan, alejan a las personas. Aquí se ve de forma patente.

 

3.  Los discípulos de Jesús reaccionaron, ante semejante desprecio, intentando responder con la mayor violencia.  Con violencia "del cielo".

Ellos, sin duda, creían en un cielo violento, en una religión de venganza, de agresión y muerte.

Pero Jesús pensaba -y piensa- de manera radicalmente opuesta a todo lo que sea violencia o venganza.  Jesús no tolera eso.

Para Jesús, es inconcebible cualquier forma de enfrentamiento por motivos religiosos. Una religión que produce violencia sea de la forma que sea, es la "anti-religión". Y, por supuesto, el "anticristianismo". Por esto hay que decir con firmeza que el cristianismo, si quiere ser fiel al Evangelio, tiene que asumir una presencia laica. Es el mensaje del Evangelio, presente en el mundo, para humanizar nuestra convivencia y nuestra vida en general.

 

San Vicente de Paúl

 


Sacerdote francés

Nació el 24 de abril de 1581 en una pequeña casa rural en las afueras de la aldea de Pouy, a unos cinco kilómetros de la ciudad de Dax, en la región de las Landas, suroeste de Francia.

En el lugar de su nacimiento, conocido hoy como Berceau de Saint Vincent de Paul, se levanta una modesta construcción de ladrillo y vigas de madera muy parecida a la casa en que nació Vicente en abril de 1580 ó 1581 (el año exacto no es seguro).

Era el tercero de seis hermanos. La modesta condición de la familia hizo que muy pronto el niño Vicente tuviera que contribuir con su trabajo de pastor de ovejas y de cerdos a la economía familiar.

Pronto también dio muestras de una inteligencia despierta, lo que llevó a su padre a pensar que este hijo podía muy bien 'hacer carrera' expresamente, una carrera eclesiástica. Cursó estudios primarios y secundarios en Dax, y posteriormente filosofía y teología en Toulouse durante siete años. Hizo también algunos estudios en Zaragoza.

Se ordenó muy joven, a los veinte años, con la intención de ser párroco de inmediato y así poder ayudar a su familia.

Parece ser que en 1606 fue capturado por los piratas en un viaje a Narbona y vendido como esclavo en Túnez, aunque logró huir y regresó a Francia.

San Vicente de Paúl ejerció durante veinte años como párroco y capellán de una familia aristocrática. Además, fue capellán general de las galeras francesas y trabajó en favor de los galeotes.

En el año 1617 fundó la primera Confraternidad de la Caridad, constituida por mujeres acaudaladas dedicadas a ayudar a los enfermos y a los pobres en Châtillon-les-Dombes, cerca de Lyon. En 1622 san Francisco de Sales le nombró superior de los conventos parisinos de la orden de la Visitación de Santa María. Con la ayuda de la familia para la que trabajaba como capellán fundó la Congregación de la Misión, dedicada a predicar entre los campesinos de las propiedades de la familia, y en 1626 estableció una de sus comunidades en el College des Bons-Enfants de París.

Además, creó otras organizaciones altruistas, como las Hermanas de la Caridad, que se formó en 1633 bajo su dirección y con la ayuda de Santa Luisa de Marillac; a ellas se debe la fundación del Hospital de París.

San Vicente de Paúl falleció en París el 27 de septiembre de 1660.

Fue canonizado en 1737 y nombrado patrón de las obras de caridad en 1885.

 

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