lunes, 5 de septiembre de 2022

Párate un momento: El Evangelio del dia 7 - DE SEPTIEMBRE – MIERCOLES – 23 – SEMANA DEL T. O. – C Santa Regina de Autun

 


7 - DE SEPTIEMBRE – MIERCOLES

 – 23 – SEMANA DEL T. O. – C

Santa Regina de Autun

 

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (7,25-31):

Respecto al celibato no tengo órdenes del Señor, sino que doy mi parecer como hombre de fiar que soy, por la misericordia del Señor. Estimo que es un bien, por la necesidad actual: quiero decir que es un bien vivir así.

¿Estás unido a una mujer? No busques la separación. ¿Estás libre? No busques mujer; aunque, si te casas, no haces mal; y, si una soltera se casa, tampoco hace mal. Pero estos tales sufrirán la tribulación de la carne. Yo respeto vuestras razones.

Digo esto, hermanos: que el momento es apremiante. Queda como solución que los que tienen mujer vivan como si no la tuvieran; los que lloran, como si no lloraran; los que están alegres, como si no lo estuvieran; los que compran, como si no poseyeran; los que negocian en el mundo, como si no disfrutaran de él: porque la representación de este mundo se termina.

 

Palabra de Dios

 

Salmo: 44,11-12.14-15.16-17

 

R/. Escucha, hija, mira: inclina el oído

 

Escucha, hija, mira: inclina el oído,

olvida tu pueblo y la casa paterna;

prendado está el rey de tu belleza:

póstrate ante él, que él es tu Señor. R/.

Ya entra la princesa, bellísima,

vestida de perlas y brocado;

la llevan ante el rey, con séquito de vírgenes,

la siguen sus compañeras. R/.

Las traen entre alegría y algazara,

van entrando en el palacio real.

«A cambio de tus padres, tendrás hijos,

que nombrarás príncipes por toda la tierra.» R/.

 

Lectura del santo evangelio según san Lucas (6,20-26):

En aquel tiempo, Jesús, levantando los ojos hacia sus discípulos, les dijo:

«Dichosos los pobres, porque vuestro es el reino de Dios.

Dichosos los que ahora tenéis hambre, porque quedaréis saciados.

 Dichosos los que ahora lloráis, porque reiréis.

Dichosos vosotros, cuando os odien los hombres, y os excluyan, y os insulten, y proscriban vuestro nombre como infame, por causa del Hijo del hombre. Alegraos ese día y saltad de gozo, porque vuestra recompensa será grande en el cielo. Eso es lo que hacían vuestros padres con los profetas.

Pero ¡ay de vosotros, los ricos!, porque ya tenéis vuestro consuelo.

¡Ay de vosotros, los que ahora estáis saciados!, porque tendréis hambre.

¡Ay de los que ahora reís!, porque haréis duelo y lloraréis.

¡Ay si todo el mundo habla bien de vosotros! Eso es lo que hacían vuestros padres con los falsos profetas.»

 

Palabra del Señor

 

1.  Como es sabido, el evangelio de Mateo, en el Sermón del Monte (5, 1), recuerda ocho bienaventuranzas (5, 3-10), mientras que el evangelio de Lucas, en el Sermón de la Llanura (6, 17), menciona solo cuatro bienaventuranzas (6, 20-23).

Se discute entre los expertos en el estudio de los evangelios cuál de estas dos redacciones de las bienaventuranzas es la más original. Parece lo más probable que las tres primeras del evangelio de Lucas (6, 20b. 21) son las más originales, tal como fueron transmitidas por la fuente Q (U. Luz). 

También es de resaltar que la redacción de Mateo parece aludir a la subida de Moisés al monte Sinaí (Ex 19, 3. 12; 24, 15. 18; 34, 1 s. 4).

El "monte" tiene en la Biblia una referencia casi "sagrada", mientras que la "llanura" suprime tal referencia.

Lucas piensa en la tierra donde trabajamos y vive la gente, sin más.

 

2.  Según la redacción más antigua y original que ha llegado a nosotros, Jesús no habló de "pobres de espíritu", sino de pobres, sin más. Jesús, por tanto, no habla de los que "espiritualmente están desprendidos" de las riquezas que poseen. Jesús se refiere a los pobres, sin más. 

Los pobres eran la inmensa mayoría de los ciudadanos de la Palestina del tiempo de Jesús. Como son ahora también la inmensa mayoría de los habitantes del planeta Tierra. 

Teniendo en cuenta que la brecha entre ricos y pobres se va haciendo más grande a medida que va pasando el tiempo. Y es que la economía mundial está pensada y organizada para que produzca ese resultado. Así, el poder y el dominio de unos pocos se impone sobre todos los demás. ¿Tiene esto solución?

 

3.  La solución de este aterrador problema no va a venir del sistema (económico y político) que está causando el problema.  La solución solo puede venir de otras convicciones. El Evangelio las propone. 

El Reino de Dios es de los pobres porque el Reino de Dios es la fuerza que puede cambiar este mundo.

Ahora bien, esa fuerza no la tienen los ricos. Sencillamente porque a los ricos les interesa que esto siga como está y como va.

Los pobres son los que están abajo en la historia. Y, desde abajo, la vida se ve de manera completamente distinta a como se ve desde arriba.  Los que están abajo ven la política, la economía, la religión..., desde los que solo tienen su humanidad.   Los que están abajo luchan por defender lo mínimamente humano. El Reino de Dios, antes de darnos el cielo, tiene que hacer este mundo más humano. Y eso, solamente los pobres lo pueden hacer.  Si las convicciones del Evangelio rigen nuestras vidas. Así se crea el dinamismo de la "bondad" y de la "justicia".

 

Santa Regina de Autun

 




Martirologio Romano: En Alesia, en el territorio de los eduos, en la Galia, santa Regina, mártir (s. inc.).

Breve Biografía

Hija de un ciudadano pagano de Alise, en Borgoña, la santa -cuya madre falleció al dar la luz- fue entregada a una nodriza que era cristiana y que la educó en la fe. Su belleza atrajo las miradas del prefecto Olybrius, quien, al saber que era de noble linaje, quiso casarse con ella, pero ella se negó a aceptarlo y no quiso atender los discursos de su padre, quien trataba de convencerla para que se casara con un hombre tan rico.

Ante su obstinación, su padre decidió encerrarla en un calabozo y, como pasaba el tiempo sin que Regina cediese, Olybrius desahogó su cólera haciendo azotar a la joven y sometiéndola a otros tormentos.

Una de aquellas noches, recibió en su calabozo el consuelo de una visión de la cruz al tiempo que una voz le decía que su liberación estaba próxima. En el momento de la ejecución (decapitación), apareció una paloma blanquísima que causó la conversión de muchos de los presentes.

La devoción a la santa aumentó a partir del siglo VII.

 

 


No hay comentarios:

Publicar un comentario