martes, 14 de febrero de 2023

Párate un momento: El Evangelio del dia 16 – DE FEBRERO – JUEVES – 6ª SEMANA DEL T. O. – A santa Juliana, virgen y mártir

 


 


16 – DE FEBRERO – JUEVES –

6ª SEMANA DEL T. O. – A

santa Juliana, virgen y mártir

 

       Lectura del libro del Génesis (9,1-13):  

 

    DIOS bendijo a Noé y a sus hijos diciéndoles:
     «Sed fecundos, multiplicaos y llenad la tierra. Todos los animales de la tierra y todas las aves del cielo os temerán y os respetarán; todos los reptiles del suelo y todos los peces del mar están a vuestra disposición. Todo lo que vive y se mueve os servirá de alimento: os lo entrego todo, lo mismo que los vegetales.
     Pero no comáis carne con sangre, que es su vida. Pediré cuentas de vuestra sangre, que es vuestra vida; se las pediré a cualquier animal. Y al hombre le pediré cuentas de la vida de su hermano.
     Quien derrame la sangre de un hombre, por otro hombre será su sangre derramada; porque a imagen de Dios hizo él al hombre.
Vosotros sed fecundos y multiplicaos, moveos por la tierra y dominadla».
     Dios dijo a Noé y a sus hijos:
    «Yo establezco mi alianza con vosotros y con vuestros descendientes, con todos los animales que os acompañan, aves, ganados y fieras, con todos los que salieron del arca y ahora viven en la tierra. Establezco, pues, mi alianza con vosotros:
el diluvio no volverá a destruir criatura alguna ni habrá otro diluvio que devaste la tierra».
     Y Dios añadió:
     «Esta es la señal de la alianza que establezco con vosotros y con todo lo que vive con vosotros, para todas las generaciones: pondré mi arco en el cielo, como señal de mi alianza con la tierra».
                         

Palabra de Dios

 

     Salmo: 101,16-18.19-21.29.22-23

     R/. El Señor desde el cielo se ha fijado en la tierra

     V/. Los gentiles temerán tu nombre;
los reyes del mundo, tu gloria.
Cuando el Señor reconstruya Sion,
y aparezca en su gloria,
y se vuelva a las súplicas de los indefensos,
y no desprecie sus peticiones.
R/.

     V/. Quede esto escrito para la generación futura,
y el pueblo que será creado alabará al Señor.
Que el Señor ha mirado desde su excelso santuario,
desde el cielo se ha fijado en la tierra,
para escuchar los gemidos de los cautivos
y librar a los condenados a muerte.
R/.

    V/. Los hijos de tus siervos vivirán seguros,
su linaje durará en tu presencia.
Para anunciar en Sion el nombre del Señor,
y su alabanza en Jerusalén,
cuando se reúnan unánimes los pueblos
y los reyes para dar culto al Señor.
R/.

 

Lectura del santo Evangelio según San Marcos (8,27-33):

 

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos se dirigieron a las aldeas de Cesarea de Felipe; por el camino preguntó a sus discípulos:

«¿Quién dice la gente que soy yo?»

Ellos le contestaron:

«Unos, Juan Bautista; otros, Elías, y otros, uno de los profetas.»

Él les preguntó:

«Y vosotros, ¿quién decís que soy?»

Pedro le contestó:

«Tú eres el Mesías.»

Él les prohibió terminantemente decírselo a nadie. Y empezó a instruirlos:

«El Hijo del Hombre tiene que padecer mucho, tiene que ser condenado por los senadores, sumos sacerdotes y letrados, ser ejecutado y resucitar a los tres días. Se lo explicaba con toda claridad.

Entonces Pedro se lo llevó aparte y se puso a increparlo.

Jesús se volvió, y de cara a los discípulos increpó a Pedro:

«¡Quítate de mi vista, Satanás! ¡Tú piensas como los hombres, no como Dios!»

 

Palabra del Señor

 

1.  Este relato es central en los cuatro evangelios. Porque, con formulaciones distintas, es el momento en el que los discípulos, representados por su portavoz (Pedro), reconocen y confiesan que Jesús es el Mesías (Mt 16, 13-20; Mc 8, 27-30; Lc 9, 18-21; in 6, 66-69).

Por eso, este episodio marca un antes y un después en el conjunto del Evangelio (J. D. G. Dunn).

A partir de este momento, el gran relato del Evangelio se orienta hacia el destino final de Jesús en Jerusalén: su conflicto definitivo, su fracaso y su muerte.

 

2.  Pero el relato está redactado de manera que aquí se nos presentan dos hechos y dos momentos que son literalmente contradictorios. Porque, en primer lugar, se relata la confesión de la fe de Pedro. Y, en segundo lugar, se nos presenta a Pedro como "Satanás", como algo que Jesús no quiere ni ver.

¿Por qué esta contradicción? 

Porque Pedro reconoce a Jesús como Mesías. Pero no tolera que Jesús sea un Mesías que termina fracasando. 

Pedro, por lo visto, quería un Mesías triunfante y glorioso. Pero el proyecto de Jesús era exactamente lo contrario.

Jesús sabía y aceptaba que iba a morir como un delincuente ajusticiado, o sea en el fracaso total.

 

3.  Y en esto tenemos el dato más elocuente de este relato. En el enfrentamiento directo de Jesús con Pedro, aparece que Pedro fue quien con más fuerza manifestó su oposición al fracaso final de Jesús.

Y a él fue a quien Jesús rechazó como si fuera el mismísimo Satanás. Lo cual quiere decir que las pretensiones de poder son pretensiones satánicas. Es lo que, con más energía, y de forma más tajante rechaza Jesús. Por el contrario, las pretensiones de Jesús son de cercanía y de identificación con quienes carecen de poder.  La verdadera revolución del movimiento de Jesús consiste en esto. Hasta tal punto que, solo desde esta toma de postura, decidida y decisiva en la vida, es posible entender a Jesús, asumir su Evangelio, y poder comunicarlo a otros.

Querer explicar el Evangelio, y la fe en él, desde pretensiones de poder o desde posiciones de privilegio, es lo mismo que intentar hacer posible la cuadratura del círculo.

Hacer eso es vivir en la contradicción. Es lo que vemos en la Iglesia, en el Vaticano, en las catedrales, en las curias episcopales, en no pocas parroquias, etc.

¿Y nos sorprende que la Iglesia se vea marginada, desautorizada, sin credibilidad?

 

santa Juliana, virgen y mártir

 


Cuando llegó la paz de Constantino, la matrona Sofronia tomó las reliquias del cuerpo de la mártir Juliana con la intención de llevarlas consigo a Roma. Por una tempestad, tuvo que desembarcar en Puzoli donde le edificó un templo que luego destruyeron los lombardos. Las reliquias se vieron peligrar y prudentemente se trasladaron a Nápoles donde reposan y se veneran con gran devoción.

En Nicomedia tuvieron lugar los hechos, de mil maneras narrados y con toda clase de matices comentados, en torno a esta santa que hizo un proyecto de su vida contrapuesto al deseado por su padre. Los narraré escuetamente adelantando ya que fue por la persecución de Maximiano.

Juliana es hija de una conocida familia ilustre pero con un padre pagano metido en el ejercicio del Derecho - que cuando llega el momento llega a convertirse en perseguidor de los cristianos - y una madre agnóstica. Ella, por la situación del entorno familiar nada favorable para la vivencia cristiana, se ha hecho bautizar en secreto. Además, se le ha ocurrido entregarse enteramente a Cristo y no entra el casamiento en sus planes de futuro. Este es el marco.

La dificultad del caso comienza cuando Eluzo, que es un senador joven, quiere casarse con Juliana. La cosa se pone aún más interesante porque, conociendo que Eluzo bebe los vientos por su hija, ya ha concertado el padre el matrimonio entre el senador y la joven, comprometiendo su honorabilidad.

La supuesta novia lo recibe amablemente y con cortesía haciendo gala de su esmerada educación. Pero, al llegar el momento culminante de los detalles matrimoniales, salta sobre el tapete una condición al aspirante con la intención de desligarse del compromiso. No lo aceptará -le dice- mientras no sea juez y prefecto de la ciudad. Claro que eso era como pedir la luna; pero se vio pillada en sus palabras ya que, en poco tiempo, gracias a influencias, dinero y valía personal, Eluzo se ha convertido en juez y prefecto de Nicomedia; además, continúa insistiendo en sus pretensiones matrimoniales con Juliana. La doncella mantiene la dignidad dándole toda clase de felicitaciones y parabienes, al tiempo que le asegura no poder aceptar el matrimonio hasta que se dé otra condición imprescindible para cubrir la sima que los separa: debe hacerse cristiano.

Ante tamaño disparate es el propio Eluzo quien pondrá al padre al corriente de lo que está pasando y de la «novedad» que se presenta. «Si eso es verdad, seremos juez y fiscal para mi hija». Juliana sólo sabe contestar a su padre furioso que ansía ser la primera dama de la ciudad, pero que, sin ser cristiano, todo lo demás lo estima en nada.

«Por Apolo y Diana! Más quiero verte muerta que cristiana».

Convertida al cristianismo, se destacó por su entusiasmo y ardor en la difusión de la fe, por lo que fue encarcelada, torturada y finalmente decapitada el año 305. Su cuerpo fue trasladado a Cumas, en Italia, y posteriormente sus reliquias llegaron a España, donde en su honor los condes de Castilla levantaron el célebre monasterio de Santillana (Santa Ileana), uno de los mejores monumentos de la Edad Media española

En la conversación tratará a su padre con respeto y amor de hija, pero... «mi Salvador es Jesucristo en quien tengo puesta toda mi confianza». Vienen los tormentos esperados cuando las razones no son escuchadas. Estaño derretido y fuego; además, cárcel para darle tiempo a pensar y llevarla a un cambio de actitud. Finalmente, con 18 años, se le corta la cabeza el 16 de febrero del 308.

Alguna vez hay padres «se pasan» al forzar a sus hijos cuando tienen que elegir estado. Esto tiene más complicaciones si razones profundas, como la fe práctica, dificulta la comprensión de los motivos que distancian. ¿No pensaría el padre de Juliana que sin matrimonio y cristiana su hija sería desgraciada? Quizá con viva fe cristiana llegara a vislumbrar que Jesucristo llena más que el dinero, el poder, la dignidad y la fama.

Uno de los hechos más característicos de las «Actas», es la discusión que tuvo la santa con el demonio, el cual, disfrazado como un ángel de luz, trataba de persuadirla para que accediese a los deseos de su padre y de su pretendiente. Por ello, el arte medieval representaba comúnmente a Santa Juliana con una cadena o una cuerda disponiéndose a atar a un demonio alado.

 

 

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