lunes, 6 de febrero de 2023

Párate un momento: El Evangelio del dia 8 – DE FEBRERO – MIERCOLES – 5ª SEMANA DEL T. O. – A Santa Josefina Bakhita

 

 


8 – DE FEBRERO – MIERCOLES –

 5ª SEMANA DEL T. O. – A

Santa Josefina Bakhita

 

       Lectura del libro del Génesis (2,4b-9.15-17):

 

El día en que el Señor Dios hizo tierra y cielo, no había aún matorrales en la tierra, ni brotaba hierba en el campo, Porque el Señor Dios no había enviado lluvia sobre la tierra, ni había hombre que cultivase el suelo; pero un manantial salía de la tierra y regaba toda la superficie del suelo.

Entonces el Señor Dios modeló al hombre del polvo del suelo e insufló en su nariz aliento de vida; y el hombre se convirtió en ser vivo. Luego el Señor Dios plantó un jardín en Edén, hacia Oriente, y colocó en él al hombre que había modelado.

El Señor Dios hizo brotar del suelo toda clase de árboles hermosos para la vista y buenos para comer; además, el árbol de la vida en mitad del jardín, y el árbol del conocimiento del bien y el mal. El Señor Dios tomó al hombre y lo colocó en el jardín de Edén, para que lo guardara y lo cultivara.

El Señor Dios dio este mandato al hombre:

«Puedes comer de todos los árboles del jardín, pero del árbol del conocimiento del bien y el mal no comerás, porque el día en que comas de él, tendrás que morir».

 

Palabra de Dios

 

Salmo: 103,1-2a.27-28.29be-30

 

R/ Bendice, alma mía, al Señor

 

Bendice, alma mía, al Señor,

¡Dios mío, qué grande eres!

Te vistes de belleza y majestad,

la luz te envuelve como un manto. R/

Todos ellos aguardan

a que les eches comida a su tiempo:

se la echas, y la atrapan;

abres tu mano, y se sacian de bienes. R/

Les retiras el aliento, y expiran,

y vuelven a ser polvo;

envías tu aliento, y los creas,

y repueblas la faz de la tierra. R/

 

     Lectura del santo evangelio según san Marcos (7,14-23):

 

En aquel tiempo, llamó Jesús de nuevo a la gente y les dijo:

«Escuchad y entended todos: nada que entre de fuera puede hacer al hombre impuro; lo que sale de dentro es lo que hace impuro al hombre».

Cuando dejó a la gente y entró en casa, le pidieron sus discípulos que les explicara la parábola. Él les dijo:

«También vosotros seguís sin entender? ¿No comprendéis? Nada que entre de fuera puede hacer impuro al hombre, porque no entra en el corazón sino en el vientre y se echa en la letrina».

(Con esto declaraba puros todos los alimentos).

Y siguió:

«Lo que sale de dentro del hombre, eso sí hace impuro al hombre. Porque de dentro, del corazón del hombre, salen los pensamientos perversos, las fornicaciones, robos, homicidios, adulterios, codicias, malicias, fraudes, desenfreno, envidia, difamación, orgullo, frivolidad. Todas esas maldades salen de dentro y hacen al hombre impuro».

 

Palabra del Señor

 

1.  La afirmación de Jesús, según la cual no son las cosas externas (los ritos o ceremonias, los actos meramente externos al ser humano en la profundidad de su corazón) las que hacen al hombre bueno o  malo, sino lo que sale  de dentro, del corazón, de lo más profundo de uno mismo, eso era lo que resumía el mensaje  de los profetas del Antiguo Testamento  (cf. Marcus Joel).

 Par aquellos profetas de Dios, el Señor desprecia los "sacrificios" y las "festividades", por más que eso no quisiera decir que Dios abolía tales sacrificios (Am 5 5, 21-57; Os 6, 6: Is 1, 11-17). 

 

2.  Jesús deja claro y establecido que su mensaje no se centra en una religión de actos, ritos y ceremonias. El Evangelio es el mensaje de la intimidad y de la autenticidad de lo que nos sale del corazón. Es, por lo tanto, la religión de la autenticidad profunda del ser humano. Lo que Jesús espera y quiere de nosotros es que seamos profundamente buenos, desde lo más hondo y lo más nuestro. Lo opuesto a esto es la religiosidad de quien se queda tranquilo con los actos públicos y las ceremonias, con lo que se ve y con las apariencias.

Con eso, lo único que conseguimos es engañar a los demás.  Y, sobre todo, engañarnos a nosotros mismos. ¡Cuántos observantes ejemplares, que viven en el puro engaño!

 

3.  Se discute el origen de la lista de vicios, que pone aquí el evangelio de Marcos.  Hay quienes piensan que provienen de la filosofía popular de la Grecia antigua, concretamente del estoicismo. Si bien hay quienes piensan en los Rollos del Mar Muerto (1Q 4, 9-11).

Sea lo que sea de esto, lo que interesa no es precisar el origen de esta lista de vicios. Lo que nos interesa es tener muy claro que ha de ser nuestro buen corazón, nuestra honradez y honestidad, lo que marque nuestro proceder en la vida. Lo demás, interesa poco. O sencillamente, ni nos importa. 

Lo que vale es la honradez y la honestidad auténtica. En eso consiste lo que Dios nos pide y espera de nosotros.

 

Santa Josefina Bakhita

 



Santa Josefina Bakhita, virgen, nacida en la región de Darfur, en Sudán, que siendo aún niña fue raptada y vendida en diversos mercados africanos de esclavos, sufriendo dura cautividad, pero al obtener la libertad abrazó la fe cristiana e ingresó en el Instituto de la Hijas de la Caridad (Canossianas), pasando el resto de su vida en Schio, cerca de Vicenza, entregada a Cristo y al servicio de los demás y donde murió en 1947.

 

Vida de Santa Josefina Bakhita

 

Infancia

Bakhita, que significa "afortunada", es el nombre que se le puso cuando fue secuestrada, ya que, por la fuerte impresión, nunca llegó a recordar su verdadero nombre. Josefina es el nombre que recibió en el bautismo.

No se conocen datos exactos sobre su vida, se dice que podría ser del pueblo de Olgossa en Darfur, y que 1869 podría ser el año de su nacimiento. Creció junto con sus padres, tres hermanos y dos hermanas, una de ellas su gemela.

La captura de su hermana por unos negreros que llegaron al pueblo de Olgossa, marcó mucho en el resto de la vida de Bakhita, tanto así que más adelante en su biografía escribiría: "Recuerdo cuánto lloró mamá y cuánto lloramos todos".

En su biografía Bakhita cuenta su propia experiencia al encontrarse con los buscadores de esclavos. "Cuando aproximadamente tenía nueve años, paseaba con una amiga por el campo y vimos de pronto aparecer a dos extranjeros, de los cuales uno le dijo a mi amiga: “Deja a la niña pequeña ir al bosque a buscarme alguna fruta. Mientras, tú puedes continuar tu camino, te alcanzaremos dentro de poco”. El objetivo de ellos era capturarme, por lo que tenían que alejar a mi amiga para que no pudiera dar la alarma.

Sin sospechar nada obedecí, como siempre hacía. Cuando estaba en el bosque, me percate que las dos personas estaban detrás de mí, y fue cuando uno de ellos me agarró fuertemente y el otro sacó un cuchillo con el cual me amenazó diciéndome: “Si gritas, morirás !Síguenos!”.

Los mismos secuestradores fueron quienes le pusieron Bakhita al ver su especial carisma.

 

En esclavitud

Luego de ser capturada, Bakhita fue llevada a la ciudad de El Obeid, donde fue vendida a cinco distintos amos en el mercado de esclavos.

Nunca consiguió escapar, a pesar de intentarlo varias veces. Con quien más sufrió de humillaciones y torturas fue con su cuarto amo, cuando tenía más o menos 13 años. Fue tatuada, le realizaron 114 incisiones y para evitar infecciones le colocaron sal durante un mes. "Sentía que iba a morir en cualquier momento, en especial cuando me colocaban la sal", cuenta en su biografía.

El comerciante italiano Calixto Leganini compró a Bakhita por quinta vez en 1882, y fue así que por primera vez Bakhita era tratada bien.

"Esta vez fui realmente afortunada - escribe Bakhita - porque el nuevo patrón era un hombre bueno y me gustaba. No fui maltratada ni humillada, algo que me parecía completamente irreal, pudiendo llegar incluso a sentirme en paz y tranquilidad".

En 1884 Leganini se vio en la obligación de dejar Jartum, tras la llegada de tropas Mahdis. Bakhita se negó a dejar a su amo, y consiguió viajar con él y su amigo Augusto Michieli, a Italia.

La esposa de Michieli los esperaba en Italia, y sabiendo la llegado de varios esclavos, exigió uno, dándosele a Bakhita. Con su nueva familia, Bakhita trabajo de niñera y amiga de Minnina, hija de los Michieli.

En 1888 cuando la familia Michieli compró un hotel en Suakin y se trasladaron para allá, Bakhita decidió quedarse en Italia.

 

La conversión a la religión

Bakhita y Minnina ingresaron al noviciado del Instituto de las Hermanas de la Caridad en Venecia, tras ser aconsejadas por las hermanas. Esta congregación fue fundada en 1808 con el nombre de Instituto de las Hermanas de la Caridad en Venecia, pero son más conocidas como Hermanas de Canossa.

Recién llegada, en el Instituto, Bakhita conoció al Dios de los cristianos y fue así como supo que "Dios había permanecido en su corazón" y le había dado fuerzas para poder soportar la esclavitud, "pero recién en ese momento sabía quién era". Recibió el bautismo, primera comunión y confirmación al mismo tiempo, el 9 de enero de 1890, por el Cardenal de Venecia. En este momento, tomó el nombre cristiano de Josefina Margarita Afortunada.

"¡Aquí llego a convertirme en una de las hijas de Dios!", fue lo que manifestó en el momento de ser bautizada, pues se dice que no sabía cómo expresar su gozo. Ella misma cuenta en su biografía que mientras estuvo en el Instituto conoció cada día más a Dios, "que me ha traído hasta aquí de esta extraña forma".

La Señora de Michieli volvió de Sudán a llevarse a Bakhita y a su hija, pero con un gran coraje, Bakhita se negó a ir y prefirió quedarse con las Hermanas de Canossa. La esclavitud era ilegal en Italia, por lo que la señora de Michieli no pudo forzar a Bakhita, y es así como permaneció en el Instituto y su vocación la llevó a convertirse en una de las Hermanas de la Orden el 7 de diciembre de 1893, a los 38 años de edad.

 

Bakhita, la religiosa

Fue trasladada a Venecia en 1902, para trabajar limpiando, cocinando y cuidando a los más pobres. Nunca realizó milagros ni fenómenos sobrenaturales, pero obtuvo la reputación de ser santa. Siempre fue modesta y humilde, mantuvo una fe firme en su interior y cumplió siempre sus obligaciones diarias.

 

Algo que le costó demasiado trabajo fue escribir su autobiografía en 1910, la cual fue publicada en 1930. En 1929 se le ordena ir a Venecia a contar la historia de su vida. Luego de la publicación de sus memorias, se convirtió en un gran personaje, viajando por todo Italia dando conferencias y recolectando dinero para la orden.

La salud de Bakhita se fue debilitando hacia sus últimos años y tuvo que postrarse a una silla de ruedas, la cual no le impidió seguir viajando, aunque todo ese tiempo fue de dolor y enfermedad. Se dice que le decía la enfermera: "¡Por favor, desatadme las cadenas… es demasiado!". Falleció el 8 de febrero de 1947 en Schio, siendo sus últimas palabras: "Madonna! Madonna!"

Miles de personas fueron a darle el último adiós, expresando así el respeto y admiración que sentían hacia ella. Fue velada por tres días, durante los cuales, cuenta la gente, sus articulaciones aún permanecían calientes y las madres cogían su mano para colocarla sobre la cabeza de sus hijos para que les otorgase la salvación. Su reputación como una santa se ha consolidado. Josefina ha sido recordada y respetada como Nostra Madre Moretta, en Schio.

 

De esclava a santa

Fue santificada por el pueblo, por lo que en 1959 la diócesis local comenzó las investigaciones para encontrarla venerable. Todo salió muy bien y fue así como el 1 de diciembre de 1978 fue declarada Venerable. Por tanto, el proceso para declararla santa empezó con gran auge y el 17 de mayo de 1992 fue beatificada por Juan Pablo II junto a San Josemaría Escrivá y se declaró día oficial de culto el 8 de febrero.

 

En la ceremonia de beatificación, el Santo Padre reconoció el gran hecho de que transmitiera el mensaje de reconciliación y misericordia.

Ella misma declaró un día: "Si volviese a encontrar a aquellos negreros que me raptaron y torturaron, me arrodillaría para besar sus manos porque, si no hubiese sucedido esto, ahora no sería cristiana y religiosa".

S.S. Juan Pablo II la canonizó el 1 de octubre del 2000. Lo cual, para los católicos africanos es un gran símbolo que era necesario, para que así los cristianos y las mujeres africanas sean honradas por lo que sufrieron en momentos de esclavitud.

Verdaderamente, Bakhita es la santa africana y la historia de su vida es la historia de un continente, válida para los católicos, protestantes, musulmanes o seguidores de cualquier otro tipo de religión tradicional. Su espiritualidad y fuerza la han convertido en Nuestra Hermana Universal, como la llamó el Papa.

(aciprensa)

 

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