domingo, 6 de agosto de 2023

Párate un momento: El Evangelio del dia 8 DE AGOSTO – MARTES – 18 – SEMANA DE T.O. – A Santo Domingo de Guzmán

 

 

 


8 DE AGOSTO – MARTES –

18 – SEMANA DE T.O. – A

Santo Domingo de Guzmán

 

     Lectura del libro de los Números (12,1-13):   

 

     En aquellos días, María y Aarón hablaron contra Moisés, a causa la mujer cusita que había tomado por esposa.
      Dijeron: «¿Ha hablado el Señor sólo a Moisés? ¿No nos ha hablado también a nosotros?»
El Señor lo oyó. Moisés era el hombre más sufrido del mundo.
     El Señor habló de repente a Moisés, Aarón y María:

     «Salid los tres hacia la tienda del encuentro.»
     Y los tres salieron.

     El Señor bajó en la columna de nube y se colocó a la entrada de la tienda, y llamó a Aarón y María.
      Ellos se adelantaron, y el Señor dijo:

     «Escuchad mis palabras:   Cuando hay entre vosotros un profeta del Señor, me doy a conocer a él en visión y le hablo en sueños; no así a mi siervo Moisés, el más fiel de todos mis siervos. A él le hablo cara a cara; en presencia y no adivinando, contempla la figura del Señor.   ¿Cómo os habéis atrevido a hablar contra mi siervo Moisés?»
      La ira del Señor se encendió contra ellos, y el Señor se marchó. Al apartarse la nube de la tienda, María tenía toda la piel descolorida, como nieve. Aarón se volvió y la vio con toda la piel descolorida.
     Entonces Aarón dijo a Moisés:  «Perdón, señor; no nos exijas cuentas del pecado que hemos cometido insensatamente. No la dejes a María como un aborto que sale del vientre, con la mitad de la carne comida.»
      Moisés suplicó al Señor: «Por favor, cúrala.»

Palabra de Dios

 

     Salmo: 50,3-4.5-6.12-13

 

     R/. Misericordia, Señor: hemos pecado

    Misericordia, Dios mío, por tu bondad,
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado. 
R/.

    Pues yo reconozco mi culpa,
tengo siempre presente mi pecado:
contra ti, contra ti solo pequé,
cometí la maldad que aborreces.
En la sentencia tendrás razón,
en el juicio resultarás inocente. 
R/.

     Oh Dios, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme;
no me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu. 
R/.

 

      Lectura del santo evangelio según san Mateo (14,22-36):

Después que la gente se hubo saciado, Jesús apremió a sus discípulos a que subieran a la barca y se le adelantaran a la otra orilla, mientras él despedía a la gente. Y, después de despedir a la gente, subió al monte a solas para orar. Llegada la noche, estaba allí solo. Mientras tanto, la barca iba ya muy lejos de tierra, sacudida por las olas, porque el viento era contrario. De madrugada se les acercó Jesús, andando sobre el agua.

Los discípulos, viéndole andar sobre el agua, se asustaron y gritaron de miedo, pensando que era un fantasma.

Jesús les dijo en seguida:

«¡Ánimo, soy yo, no tengáis miedo!»

Pedro le contestó:

«Señor, si eres tú, mándame ir hacia ti andando sobre el agua.»

Él le dijo:

«Ven.»

Pedro bajó de la barca y echó a andar sobre el agua, acercándose a Jesús; pero, al sentir la fuerza del viento, le entró miedo, empezó a hundirse y gritó:

«Señor, sálvame.»

En seguida Jesús extendió la mano, lo agarró y le dijo:

«¡Qué poca fe!

 - ¿Por qué has dudado?»

En cuanto subieron a la barca, amainó el viento.

     Los de la barca se postraron ante él, diciendo:

«Realmente eres Hijo de Dios.»

Terminada la travesía, llegaron a tierra en Genesaret. Y los hombres de aquel lugar, apenas lo reconocieron, pregonaron la noticia por toda aquella comarca y trajeron donde él a todos los enfermos. Le pedían tocar siquiera la orla de su manto, y cuantos la tocaron quedaron curados.

Palabra del Señor

 

1.  No es posible saber si efectivamente Jesús caminó sobre el mar. La verdad histórica de este episodio está muy cuestionada y con razón. Pero eso no es lo importante aquí. Lo que interesa es tener en cuenta que, inmediatamente después de la multiplicación de los panes, ocurrió algo que es decisivo para la comunidad cristiana.  - ¿De qué se trata?

 

2.  Una vez que la gente se sació de comer, Jesús hizo dos cosas:

1) Despidió a la gente, que, entusiasmada, quería proclamarlo rey Jn 6, 14-15).

2) "Forzó" (anagkazo) a los discípulos a irse en la barca. No es que los "apremió", sino que los "obligó".

Esto indica que no querían irse y fue necesario forzarlos a que se marcharan de allí.   -¿Por qué?

 Sin duda, porque al ver la oportunidad de que el Maestro se convirtiera en rey, no querían perder la ocasión de tener algo de poder político.

Esto supuesto, lo demás del relato se entiende enseguida: el mar se les puso en contra, no avanzaban y, sobre todo, cuando vino Jesús a buscarlos, vieron en él a un fantasma, tuvieron miedo, sobre todo Pedro, y Jesús les dijo que no tenían fe.

 

3.  La actualidad del relato es patente: cuando los discípulos de Jesús no se contentan con ser lo que son, sino que además pretenden poderes de orden político, se les hace de noche, no avanzan, todo son problemas, en Jesús ven a un fantasma que les da miedo, Pedro se hunde. Se ha dicho que el "fundamentalismo religioso" es "tradición acorralada" (A. Giddens). 

Los actuales sucesores de los apóstoles dan muestra de que no les basta con ser discípulos de Jesús y quieren cotas de poder político.  -¿No será por eso por lo que no ven la fuerza que tiene el Evangelio y, en vez de ver a  Jesús, ven fantasmas?   - ¿Esto no explicaría el actual éxito de los grupos más integristas y más fundamentalistas?  Pero, - ¿es esa la solución que hoy necesita la Iglesia?

 

Santo Domingo de Guzmán

 


Memoria de santo Domingo, presbítero, que siendo canónigo de Osma se hizo humilde ministro de la predicación en los países agitados por la herejía albigense y vivió en voluntaria pobreza, hablando siempre con Dios o acerca de Dios.

Deseoso de una nueva forma de propagar la fe, fundó la Orden de Predicadores, para renovar en la Iglesia la manera apostólica de vida, mandando a sus hermanos que se entregaran al servicio del prójimo con la oración, el estudio y el ministerio de la Palabra. Su muerte tuvo lugar en Bolonia, el día seis de agosto.

 

Vida de Santo Domingo de Guzmán

Nació en Caleruega (Burgos) en 1170, en el seno de una familia profundamente creyente y muy encumbrada. Sus padres, don Félix de Guzmán y doña Juana de Aza, parientes de reyes castellanos y de León, Aragón, Navarra y Portugal, descendían de los condes-fundadores de Castilla. Tuvo dos hermanos, Antonio y Manés.

De los siete a los catorce años (1177-1184), bajo la preceptoría de su tío el Arcipreste don Gonzalo de Aza, recibió esmerada formación moral y cultural. En este tiempo, transcurrido en su mayor parte en Gumiel de Izán (Burgos), despertó su vocación hacia el estado eclesiástico.

De los catorce a los veintiocho (1184-1198), vivió en Palencia: seis cursos estudiando Artes (Humanidades superiores y Filosofía); cuatro, Teología; y otros cuatro como profesor del Estudio General de Palencia.

Al terminar la carrera de Artes en 1190, recibida la tonsura, se hizo Canónigo Regular en la Catedral de Osma. Fue en el año 1191, ya en Palencia, cuando en un rasgo de caridad heroica vende sus libros, para aliviar a los pobres del hambre que asolaba España.

Al concluir la Teología en 1194, se ordenó sacerdote y es nombrado Regente de la Cátedra de Sagrada Escritura en el Estudio de Palencia.

Al finalizar sus cuatro cursos de docencia y Magisterio universitario, con veintiocho años, se recogió en su Cabildo, en el que enseguida, por sus relevantes cualidades intelectuales y morales, el Obispo le encomienda la presidencia de la comunidad de canónigos y del gobierno de la diócesis en calidad de Vicario General de la misma.

En 1205, por encargo del Rey Alfonso VIII de Castilla, acompaña al Obispo de Osma, Diego, como embajador extraordinario para concertar en la corte danesa las bodas del príncipe Fernando. Con este motivo, tuvo que hacer nuevos viajes, siempre acompañando al obispo Diego a Dinamarca y a Roma, decidiéndose durante ellos su destino y clarificándose definitivamente su ya antigua vocación misionera. En sus idas y venidas a través de Francia, conoció los estragos que en las almas producía la herejía albigense. De acuerdo con el Papa Inocencio III, en 1206, al terminar las embajadas, se estableció en el Langüedoc como predicador de la verdad entre los cátaros. Rehúsa a los obispados de Conserans, Béziers y Comminges, para los que había sido elegido canónicamente

Para remediar los males que la ignorancia religiosa producía en la sociedad, en 1215 establece en Tolosa la primera casa de su Orden de Predicadores, cedida a Domingo por Pedro Sella, quien con Tomás de Tolosa se asocia a su obra.

En septiembre del mismo año, llega de nuevo a Roma en segundo viaje, acompañando del Obispo de Tolosa, Fulco, para asistir al Concilio de Letrán y solicitar del Papa la aprobación de su Orden, como organización religiosa de Canónigos regulares. De regreso de Roma elige con sus compañeros la Regla de San Agustín para su Orden y en septiembre de 1216, vuelve en tercer viaje a Roma, llevando consigo la Regla de San Agustín y un primer proyecto de Constituciones para su Orden. El 22 de Diciembre de 1216 recibe del Papa Honorio III la Bula “Religiosam Vitam” por la que confirma la Orden de Frailes Predicadores.

Al año siguiente retorna a Francia y en el mes de Agosto dispersa a sus frailes, enviando cuatro a España y tres a París, decidiendo marchar él a Roma. Allí se manifiesta su poder taumatúrgico con numerosos milagros y se acrecienta de modo extraordinario el número de sus frailes. Meses después enviará los primeros Frailes a Bolonia.

Habrá que esperar hasta finales de 1218 para ver de nuevo a Domingo en España donde visitará Segovia, Madrid y Guadalajara.

Por mandato del Papa Honorio III, en un quinto viaje a Roma, reúne en el convento de San Sixto a las monjas dispersas por los distintos monasterios de Roma, para obtener para los Frailes el convento y la Iglesia de Santa Sabina.

En la Fiesta de Pentecostés de 1220 asiste al primer Capítulo General de la Orden, celebrado en Bolonia. En él se redactan la segunda parte de las Constituciones. Un año después, en el siguiente Capítulo celebrado también en Bolonia, acordará la creación de ocho Provincias.

Con su Orden perfectamente estructurada y más de sesenta comunidades en funcionamiento, agotado físicamente, tras breve enfermedad, murió el 6 de agosto de 1221, a los cincuenta y un años, en el convento de Bolonia, donde sus restos permanecen sepultados. En 1234, su gran amigo y admirador, el Papa Gregorio IX, lo canonizó.

 

(Fuente: dominicos.org)

 

 

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