8 DE AGOSTO
– MARTES –
18 –
SEMANA DE T.O. – A
Santo Domingo
de Guzmán
Lectura del libro de los
Números (12,1-13):
En
aquellos días, María y Aarón hablaron contra Moisés, a causa la mujer cusita
que había tomado por esposa.
Dijeron: «¿Ha hablado el Señor sólo
a Moisés? ¿No nos ha hablado también a nosotros?»
El Señor lo oyó. Moisés era el hombre más sufrido del mundo.
El Señor habló de repente a Moisés,
Aarón y María:
«Salid los tres hacia
la tienda del encuentro.»
Y los tres salieron.
El Señor bajó en la
columna de nube y se colocó a la entrada de la tienda, y llamó a Aarón y María.
Ellos se adelantaron, y el Señor
dijo:
«Escuchad mis
palabras: Cuando hay entre vosotros un
profeta del Señor, me doy a conocer a él en visión y le hablo en sueños; no así
a mi siervo Moisés, el más fiel de todos mis siervos. A él le hablo cara a
cara; en presencia y no adivinando, contempla la figura del Señor. ¿Cómo os habéis atrevido a hablar contra mi
siervo Moisés?»
La ira del Señor se encendió contra
ellos, y el Señor se marchó. Al apartarse la nube de la tienda, María tenía
toda la piel descolorida, como nieve. Aarón se volvió y la vio con toda la piel
descolorida.
Entonces Aarón dijo a Moisés: «Perdón, señor; no nos exijas cuentas del
pecado que hemos cometido insensatamente. No la dejes a María como un aborto
que sale del vientre, con la mitad de la carne comida.»
Moisés suplicó al Señor: «Por
favor, cúrala.»
Palabra de Dios
Salmo: 50,3-4.5-6.12-13
R/. Misericordia,
Señor: hemos pecado
Misericordia,
Dios mío, por tu bondad,
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado. R/.
Pues yo
reconozco mi culpa,
tengo siempre presente mi pecado:
contra ti, contra ti solo pequé,
cometí la maldad que aborreces.
En la sentencia tendrás razón,
en el juicio resultarás inocente. R/.
Oh Dios,
crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme;
no me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu. R/.
Lectura
del santo evangelio según san Mateo (14,22-36):
Después que la gente se hubo saciado, Jesús apremió a sus discípulos a que
subieran a la barca y se le adelantaran a la otra orilla, mientras él despedía
a la gente. Y, después de despedir a la gente, subió al monte a solas para
orar. Llegada la noche, estaba allí solo. Mientras tanto, la barca iba ya muy
lejos de tierra, sacudida por las olas, porque el viento era contrario. De
madrugada se les acercó Jesús, andando sobre el agua.
Los
discípulos, viéndole andar sobre el agua, se asustaron y gritaron de miedo,
pensando que era un fantasma.
Jesús les
dijo en seguida:
«¡Ánimo, soy
yo, no tengáis miedo!»
Pedro le
contestó:
«Señor, si
eres tú, mándame ir hacia ti andando sobre el agua.»
Él le dijo:
«Ven.»
Pedro bajó de
la barca y echó a andar sobre el agua, acercándose a Jesús; pero, al sentir la
fuerza del viento, le entró miedo, empezó a hundirse y gritó:
«Señor,
sálvame.»
En seguida
Jesús extendió la mano, lo agarró y le dijo:
«¡Qué poca
fe!
- ¿Por
qué has dudado?»
En cuanto
subieron a la barca, amainó el viento.
Los de la barca se postraron ante él, diciendo:
«Realmente
eres Hijo de Dios.»
Terminada la
travesía, llegaron a tierra en Genesaret. Y los hombres de aquel lugar, apenas
lo reconocieron, pregonaron la noticia por toda aquella comarca y trajeron
donde él a todos los enfermos. Le pedían tocar siquiera la orla de su manto, y
cuantos la tocaron quedaron curados.
Palabra del Señor
1. No
es posible saber si efectivamente Jesús caminó sobre el mar. La verdad
histórica de este episodio está muy cuestionada y con razón. Pero eso no es lo
importante aquí. Lo que interesa es tener en cuenta que, inmediatamente después
de la multiplicación de los panes, ocurrió algo que es decisivo para la
comunidad cristiana. - ¿De qué se trata?
2. Una
vez que la gente se sació de comer, Jesús hizo dos cosas:
1) Despidió a
la gente, que, entusiasmada, quería proclamarlo rey Jn 6, 14-15).
2)
"Forzó" (anagkazo) a los discípulos a irse en la barca. No es que los
"apremió", sino que los "obligó".
Esto indica
que no querían irse y fue necesario forzarlos a que se marcharan de
allí. -¿Por qué?
Sin
duda, porque al ver la oportunidad de que el Maestro se convirtiera en rey, no
querían perder la ocasión de tener algo de poder político.
Esto
supuesto, lo demás del relato se entiende enseguida: el mar se les puso en
contra, no avanzaban y, sobre todo, cuando vino Jesús a buscarlos, vieron en él
a un fantasma, tuvieron miedo, sobre todo Pedro, y Jesús les dijo que no tenían
fe.
3. La
actualidad del relato es patente: cuando los discípulos de Jesús no se
contentan con ser lo que son, sino que además pretenden poderes de orden
político, se les hace de noche, no avanzan, todo son problemas, en Jesús ven a un fantasma que les da miedo, Pedro se hunde. Se ha dicho que
el "fundamentalismo religioso" es "tradición acorralada"
(A. Giddens).
Los actuales
sucesores de los apóstoles dan muestra de que no les basta con ser discípulos
de Jesús y quieren cotas de poder político. -¿No será por eso
por lo que no ven la fuerza que tiene el Evangelio y, en vez de ver
a Jesús, ven fantasmas? - ¿Esto no
explicaría el actual éxito de los grupos más integristas y más
fundamentalistas? Pero, - ¿es esa la solución que
hoy necesita la Iglesia?
Santo Domingo de Guzmán
Memoria de
santo Domingo, presbítero, que siendo canónigo de Osma se hizo humilde ministro
de la predicación en los países agitados por la herejía albigense y vivió en
voluntaria pobreza, hablando siempre con Dios o acerca de Dios.
Deseoso de una nueva forma de propagar
la fe, fundó la Orden de Predicadores, para renovar en la Iglesia la manera
apostólica de vida, mandando a sus hermanos que se entregaran al servicio del
prójimo con la oración, el estudio y el ministerio de la Palabra. Su muerte
tuvo lugar en Bolonia, el día seis de agosto.
Vida
de Santo Domingo de Guzmán
Nació en
Caleruega (Burgos) en 1170, en el seno de una familia profundamente creyente y
muy encumbrada. Sus padres, don Félix de Guzmán y doña Juana de Aza, parientes
de reyes castellanos y de León, Aragón, Navarra y Portugal, descendían de los
condes-fundadores de Castilla. Tuvo dos hermanos, Antonio y Manés.
De los siete a
los catorce años (1177-1184), bajo la preceptoría de su tío el Arcipreste don
Gonzalo de Aza, recibió esmerada formación moral y cultural. En este tiempo,
transcurrido en su mayor parte en Gumiel de Izán (Burgos), despertó su vocación
hacia el estado eclesiástico.
De los catorce
a los veintiocho (1184-1198), vivió en Palencia: seis cursos estudiando Artes
(Humanidades superiores y Filosofía); cuatro, Teología; y otros cuatro como
profesor del Estudio General de Palencia.
Al terminar la
carrera de Artes en 1190, recibida la tonsura, se hizo Canónigo Regular en la
Catedral de Osma. Fue en el año 1191, ya en Palencia, cuando en un rasgo de
caridad heroica vende sus libros, para aliviar a los pobres del hambre que
asolaba España.
Al concluir la
Teología en 1194, se ordenó sacerdote y es nombrado Regente de la Cátedra de
Sagrada Escritura en el Estudio de Palencia.
Al finalizar
sus cuatro cursos de docencia y Magisterio universitario, con veintiocho años,
se recogió en su Cabildo, en el que enseguida, por sus relevantes cualidades
intelectuales y morales, el Obispo le encomienda la presidencia de la comunidad
de canónigos y del gobierno de la diócesis en calidad de Vicario General de la
misma.
En 1205, por
encargo del Rey Alfonso VIII de Castilla, acompaña al Obispo de Osma, Diego,
como embajador extraordinario para concertar en la corte danesa las bodas del
príncipe Fernando. Con este motivo, tuvo que hacer nuevos viajes, siempre
acompañando al obispo Diego a Dinamarca y a Roma, decidiéndose durante ellos su
destino y clarificándose definitivamente su ya antigua vocación misionera. En
sus idas y venidas a través de Francia, conoció los estragos que en las almas
producía la herejía albigense. De acuerdo con el Papa Inocencio III, en 1206, al
terminar las embajadas, se estableció en el Langüedoc como predicador de la
verdad entre los cátaros. Rehúsa a los obispados de Conserans, Béziers y
Comminges, para los que había sido elegido canónicamente
Para remediar
los males que la ignorancia religiosa producía en la sociedad, en 1215
establece en Tolosa la primera casa de su Orden de Predicadores, cedida a
Domingo por Pedro Sella, quien con Tomás de Tolosa se asocia a su obra.
En septiembre
del mismo año, llega de nuevo a Roma en segundo viaje, acompañando del Obispo
de Tolosa, Fulco, para asistir al Concilio de Letrán y solicitar del Papa la
aprobación de su Orden, como organización religiosa de Canónigos regulares. De
regreso de Roma elige con sus compañeros la Regla de San Agustín para su Orden
y en septiembre de 1216, vuelve en tercer viaje a Roma, llevando consigo la
Regla de San Agustín y un primer proyecto de Constituciones para su Orden. El
22 de Diciembre de 1216 recibe del Papa Honorio III la Bula “Religiosam Vitam”
por la que confirma la Orden de Frailes Predicadores.
Al año
siguiente retorna a Francia y en el mes de Agosto dispersa a sus frailes,
enviando cuatro a España y tres a París, decidiendo marchar él a Roma. Allí se
manifiesta su poder taumatúrgico con numerosos milagros y se acrecienta de modo
extraordinario el número de sus frailes. Meses después enviará los primeros
Frailes a Bolonia.
Habrá que
esperar hasta finales de 1218 para ver de nuevo a Domingo en España donde
visitará Segovia, Madrid y Guadalajara.
Por mandato
del Papa Honorio III, en un quinto viaje a Roma, reúne en el convento de San
Sixto a las monjas dispersas por los distintos monasterios de Roma, para
obtener para los Frailes el convento y la Iglesia de Santa Sabina.
En la Fiesta
de Pentecostés de 1220 asiste al primer Capítulo General de la Orden, celebrado
en Bolonia. En él se redactan la segunda parte de las Constituciones. Un año
después, en el siguiente Capítulo celebrado también en Bolonia, acordará la
creación de ocho Provincias.
Con su Orden
perfectamente estructurada y más de sesenta comunidades en funcionamiento,
agotado físicamente, tras breve enfermedad, murió el 6 de agosto de 1221, a los
cincuenta y un años, en el convento de Bolonia, donde sus restos permanecen
sepultados. En 1234, su gran amigo y admirador, el Papa Gregorio IX, lo
canonizó.
(Fuente: dominicos.org)
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