21 - DE MAYO – MARTES –
7ª – SEMANA DEL T.O. - B
San Cristóbal
Magallanes y compañeros
Lectura de la carta del apóstol Santiago
(4,1-10):
¿De dónde
proceden las guerras y las contiendas entre vosotros? ¿No es de
vuestras pasiones, que luchan en vuestros miembros? Codiciáis y no tenéis;
matáis, ardéis en envidia y no alcanzáis nada; os combatís y os hacéis la
guerra. No tenéis, porque no pedís. Pedís y no recibís, porque pedís mal, para
dar satisfacción a vuestras pasiones. ¡Adúlteros!
¿No sabéis que amar el mundo es odiar a
Dios? El que quiere ser amigo del mundo se hace enemigo de Dios. No en vano
dice la Escritura: «El espíritu que Dios nos infundió está inclinado al mal.»
Pero mayor es la gracia que Dios nos da. Por eso dice la Escritura: «Dios se
enfrenta con los soberbios y da su gracia a los humildes.» Someteos, pues, a
Dios y enfrentaos con el diablo, que huirá de vosotros. Acercaos a Dios, y Dios
se acercará a vosotros. Pecadores, lavaos las manos; hombres indecisos,
purificaos el corazón, lamentad vuestra miseria, llorad y haced duelo; que
vuestra risa se convierta en llanto y vuestra alegría en tristeza. Humillaos
ante el Señor, que él os levantará.
Palabra de Dios
Salmo:54,7-8.9-10a.10b-11.23
R/. Encomienda a Dios tus afanes, que él te
sustentará
Pienso:
«¡Quién me diera alas de paloma
para volar y posarme!
Emigraría lejos, habitaría en el desierto.» R/.
«Me pondría en
seguida a salvo de la tormenta,
del huracán que devora, Señor; del torrente
de sus lenguas.» R/.
Violencia y
discordia veo en la ciudad: día y noche hacen la ronda sobre sus murallas. R/.
Encomienda a
Dios tus afanes, que él te sustentará; no permitirá jamás que el justo caiga. R/.
Lectura del santo evangelio
según san Marcos (9,30-37):
En aquel
tiempo, Jesús y sus discípulos se marcharon de la montaña y atravesaron
Galilea; no quería que nadie se enterase, porque iba instruyendo a sus
discípulos.
Les decía:
«El Hijo del hombre va a ser entregado
en manos de los hombres, y lo matarán; y, después de muerto, a los tres días
resucitará.»
Pero no entendían aquello, y les daba
miedo preguntarle.
Llegaron a Cafarnaún, y, una vez en
casa, les preguntó:
«¿De qué discutíais por el camino?»
Ellos no contestaron, pues por el camino
habían discutido quién era el más importante.
Jesús se sentó, llamó a los Doce y les
dijo:
«Quien quiera ser el primero, que sea el
último de todos y el servidor de todos.»
Y, acercando a un niño, lo puso en medio
de ellos, lo abrazó y les dijo:
«El que acoge a un niño como éste en mi
nombre me acoge a mí; y el que me acoge a mí no me acoge a mí, sino al que me
ha enviado.»
Palabra del
Señor
1. No debe ser casual
que, a renglón seguido del episodio de la expulsión del demonio del niño
epiléptico, la liturgia nos presenta el
primer anuncio de la Pasión y muerte, que Jesús hizo a sus Apóstoles.
El anuncio es escueto y claro. Muy breve. Jesús sabe que lo van a matar. No dice quién. Pero, tal como se venía desarrollando su vida en relación con las "autoridades religiosas", Jesús "se tuvo que ver obligado a contar con una muerte violenta" (J. Jeremias).
Como se ha dicho con toda razón: "el que quiere arreglar este mundo, lo paga caro".
2. El contraste, que
intencionadamente destaca el evangelio de Marcos, es que precisamente, cuando
Jesús les va informando a los Apóstoles del camino que le lleva a él
directamente a la muerte violenta, justo coincidiendo con eso, los Apóstoles
iban discutiendo quién de ellos era el más importante. Lo cual quiere decir que
precisamente cuando Jesús, por solidaridad con el pueblo, va derecho al fracaso
y la muerte, los Apóstoles, por ambición, discuten cuál de ellos será el
primero en el triunfo y el éxito en esta vida.
Jesús y los Apóstoles habían tomado, ya
entonces, caminos opuestos.
3. Jesús no reprende a aquellos ambiciosos. Jesús se limita a poner en el centro a un niño. Esto significaba, en aquel tiempo, poner en el centro a un "nadie". Ahora, con todas nuestras maldades, por lo menos, apreciamos a los niños. En tiempo de Jesús, había gente que recogía a los niños de los basureros, para criarlos como esclavos (J. D. Crossan).
El niño significaba "nada" y "nadie". Y Jesús llega a decir que ahí, en el niño, es donde encontramos a Dios, y en quien acogemos a Dios. Da pena y produce asco enterarse de que hay clérigos que buscan subir, trepar, alcanzar cargos y dignidades (obispados, arzobispados, cardenalatos, títulos y medallas...).
- ¿Y así pretendemos recordar a Jesús,
explicar el Evangelio, hacer creíble la Iglesia?
Vivimos en la contradicción más
espantosa y patente.
San Cristóbal
Magallanes y compañeros
Santos
Cristóbal Magallanes, presbítero, y compañeros, mártires, que fueron
perseguidos en diversas regiones de México por odio al nombre cristiano y a la
Iglesia Católica, y confesaron a Cristo Rey, alcanzando la corona del martirio.
Vida de San Cristóbal Magallanes y compañeros
Nace en
Totaliche, México el 30 de julio de 1869, de familia muy humilde. Trabaja en el
campo hasta los 19 años. En 1888 ingresa al seminario de Guadalajara donde se
distingue por su piedad, honradez y aplicación.
Es ordenado
sacerdote en septiembre del 1899 en la iglesia de Santa Teresa en Guadalajara.
Desempeña el
cargo de capellán y subdirector de la escuela de artes y oficios en
Guadalajara.
Organiza
centros de catecismo y escuelas en las rancherías. Construye una presa para
favorecer el riego, funda un asilo para huérfanos y pequeños fraccionamientos
de tierra para ayudar a los pobres.
Es párroco de
Totalice por 17 años hasta que es fusilado.
El 21 de mayo
de 1927 el padre va a celebrar una fiesta religiosa en un rancho cuando se
inicia una balacera entre los cristeros y las fuerzas federales comandadas por
el general Goñi. Es arrestado y conducido a Totalice donde lo encarcelan junto
a su vicario el P. Caloca.
Los trasladan
al palacio municipal de Colotitlán donde los fusilan el 25 de mayo de 1927. El
P. Cristóbal, antes de ser fusilado dijo: "soy y muero inocente; perdono
de corazón a los autores de mi muerte y pido a Dios que mi sangre sirva para la
paz de los mexicanos desunidos".
Beatificado:
22 de noviembre de 1992 Canonizado por el Papa Juan Pablo II el 21 de mayo del
2000.
(Fuente: corazones.org)
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