22 - DE MAYO – MIERCOLES –
7ª – SEMANA DEL T.O. - B
Santa Joaquina de Vedruna
Lectura de la carta del apóstol Santiago
(4,13-17):
Vosotros
decís: «Mañana o pasado iremos a esa ciudad y pasaremos allí el año negociando
y ganando dinero». Y ni siquiera sabéis qué pasará mañana. Pues, ¿qué es
vuestra vida? Una nube que aparece un momento y en seguida desaparece. Debéis
decir así: «Si el Señor lo quiere y vivimos, haremos esto o lo otro.» En vez de
eso, no paráis de hacer grandes proyectos, fanfarroneando; y toda jactancia de
ese estilo es mala cosa. Al fin y al cabo, quien conoce el bien que debe hacer
y no lo hace es culpable.
Palabra de Dios
Salmo: 48,2-3.6-7.8-10.11
R/. Bienaventurados los pobres
en el espíritu,
porque de ellos es el reino de los cielos
Oíd esto,
todas las naciones; escuchadlo, habitantes del orbe: plebeyos y nobles, ricos y pobres. R/.
¿Por qué habré
de temer los días aciagos,
cuando me cerquen y acechen los malvados,
que confían en su opulencia y se jactan
de sus inmensas riquezas? R/.
Si nadie puede
salvarse ni dar a Dios un rescate.
Es tan caro el rescate de la vida, que nunca les
bastará
para vivir perpetuamente sin bajar a la fosa. R/.
Mirad: los
sabios mueren, lo mismo que perecen los ignorantes y
necios, y legan sus riquezas a extraños. R/.
Lectura del santo evangelio
según san Marcos (9,38-40):
En aquel
tiempo, dijo Juan a Jesús:
«Maestro, hemos visto a uno que echaba
demonios en tu nombre, y se lo hemos querido impedir, porque no es de los
nuestros.»
Jesús respondió:
«No se lo impidáis, porque uno que hace
milagros en mi nombre no puede luego hablar mal de mí. El que no está contra
nosotros está a favor nuestro.»
Palabra del Señor
1. Las religiones suelen ser, con demasiada frecuencia, excluyentes. Porque quien tiene el convencimiento de que él es quien cree en el único Dios verdadero, eso le lleva a pensar que él es quien practica la única religión verdadera. De lo que se sigue inevitablemente que los demás están equivocados, mal informados y, por supuesto, viven en el error. Por esto es por lo que las religiones dividen a la gente, a los pueblos, a las culturas. Por esto, los motivos religiosos son causantes de tanta violencia. Y, en este momento, son una de las amenazas más fuertes que, por lo menos, justifican los enfrentamientos y conflictos de intereses políticos y económicos.
2. Jesús, por tanto, se dio
cuenta de que, en este asunto, estaba en juego algo muy grave para el futuro de
la humanidad. Como ha sido grave hasta este momento.
- ¿Cómo encontrar remedio a este problema, que hasta divide a las
familias, a los amigos y a quienes tienen que convivir en la vida diaria?
3. El pequeño relato, que
presenta este evangelio, no habla de "dogmas o prácticas religiosas",
sino de "expulsar demonios". Lo que, en el lenguaje de los
evangelios, significa "liberar a la gente de las causas del sufrimiento".
Para Jesús, esto es lo que importa en la
vida. Pero, a juicio de Jesús, la lucha contra las causas del sufrimiento
humano es un asunto que no debe ser privilegio de nadie, con exclusión de los
demás. Esto replantea el problema de las relaciones entre
"religión" y "política".
Es un dolor constante que, en este
problema capital, sea más determinante el empeño de "mandar" que
el compromiso por solucionar los problemas de la gente que sufre.
Santa Joaquina de Vedruna
Año 1854
Esta es una santa que duró casada hasta los 33 años. Tuvo ocho hijos y
bastantes nietos. A los 47 años fundó la Comunidad de las hermanas Carmelitas
de la Caridad, y al morir a los 61 años había fundado conventos, escuelas y
hospitales en diversos sitios de España.
Nació en
Barcelona, España, en 1773. Su padre, Don Lorenzo de Vedruna, era rico y alto
empleado del gobierno. Su familia era muy católica.
La niña desde
muy pequeña tuvo mucha devoción al Niño Jesús y a las benditas almas.
Algo que la
caracterizó desde sus primeros años fue un gran amor a la limpieza. No toleraba
ninguna mancha de mugre en sus vestidos. Y esto la fue llevando a no tolerar
tampoco mancas de pecado en su alma.
A los
doce años sintió un gran deseo de ser religiosa carmelita. Pero las monjitas no
la aceptaron porque les parecía muy niña todavía para decidirse por la vocación
religiosa.
A los 26 años, en 1799, contrae matrimonio con un rico hacendado, don Teodoro
de Mas, muy amigo de su padre, y empleado oficial como él. Teodoro estimaba
mucho a las tres hijas de Don Lorenzo y para decidirse por una de ellas les
llevó un pequeño paquetico de dulces de regalo. Las dos primeras lo rechazaron
como un regalo demasiado infantil, pero Joaquina lo aceptó con alegría
exclamando: "Me encantan las almendras". Este gesto de humildad
decidió al joven a elegirla como esposa.
Al principio
de su matrimonio sentía a veces serios escrúpulos por no haber seguido la
vocación de religiosa que de niña tanto le llamaba la atención, pero su esposo
la consolaba diciéndole que en la vida de hogar se puede llegar a tan alta
santidad como en un convento y que con sus buenas obras de piedad iría
reemplazando las que iba a hacer en la vida religiosa. Esto la tranquilizó. 16
años vivió con su esposo, y Dios le regaló ocho hijos. Y como premio a sus
sacrificios, cuatro hijas se hicieron religiosas, y varias de sus nietas
también.
Cuando
Napoleón invadió España; el esposo de Joaquina se fue al ejército a defender la
patria y participó valerosamente en cinco batallas contra los invasores.
Joaquina y sus niños tuvieron que abandonar la ciudad de Barcelona y huir hacia
la pequeña ciudad de Vich.
Cuando
Joaquina y sus hijos andaban por la llanura huyendo, de pronto apareció una
misteriosa señora y la condujo hasta Vich a casa de una familia muy buena, que
los recibió con gran cariño. Enseguida la Señora desapareció y nadie pudo dar
razón de ella. Joaquina creyó siempre que fue la Sma. Virgen quien llegó a
auxiliarla.
Un día
mientras estaba rodeada de su familia, le pareció oír una voz que le decía:
"Pronto te vas a quedar viuda". Ella se preparó a aceptar la voluntad
de Dios, y a los dos meses, aunque su esposo gozaba de buena salud, y apenas
tenía 42 años, murió imprevistamente. Joaquina quedaba viuda a los 33 años, y
encargada de ocho hijitos.
Desde aquel
día dejó todos sus vestidos de señora rica. Y se dedicó por completo a ayudar a
los pobres y a asistir a los enfermos en los hospitales. Al principio la gente
creía que se había vuelto loca por la tristeza de la muerte de su esposo, pero
pronto se dieron cuenta de que lo que se estaba volviendo era una gran santa. Y
admiraban su generosidad con los necesitados. Ella vivía como la gente más
pobre, pero todas sus energías eran para ayudar a los que padecían miseria o
enfermedad.
Durante diez
años estuvo dedicada a penitencias, muchas oraciones y continuas obras de
caridad, pidiéndole a Dios que le iluminara lo que más le convenía hacer para
el futuro. Cuatro de sus hijas se fueron de religiosas y los otros cuatro hijos
se fueron casando, y al fin ella quedó libre de toda responsabilidad hogareña.
Ahora iba a poder realizar su gran deseo de cuando era niña: ser religiosa.
Se encontró
providencialmente con un sacerdote muy santo, el Padre Esteban, capuchino, el
cual le dijo que Dios la tenía destinada para fundar una comunidad de
religiosas dedicada a la vida activa de apostolado. El sabio Padre Esteban
redacta las constituciones de la nueva comunidad, y en 1826, ante el Sr. Obispo
de Vich, que las apoya totalmente, empieza con ocho jovencitas su nueva
comunidad a la cual le pone el nombre de "Carmelitas de la Caridad".
Pronto ya las
religiosas son trece y más tarde cien. Su comunidad, como el granito de
mostaza, empieza siendo muy pequeña, y llega a ser un gran árbol lleno de
buenos frutos. Ella va fundando casas de religiosas por toda la provincia.
Tuvo Santa
Joaquina la dicha de encontrarse también con el gran apóstol San Antonio María
Claret cuyos consejos le fueron de gran provecho para el progreso de su nueva
congregación.
Vino luego la
guerra civil llamada "Guerra Carlista" y nuestra santa, perseguida
por los izquierdistas, tuvo que huir a Francia donde estuvo desterrada por tres
años. Allí recibió la ayuda muy oportuna de un joven misteriosos que ella creyó
siempre haber sido San Miguel Arcángel, y Dios le preparó en estas tierras a
una familia española que la trató con verdadera caridad.
Al volver a
España, quizás como fruto de los sufrimientos padecidos y de tantas oraciones,
empezó a crecer admirablemente su comunidad y las casas se fueron multiplicando
como verdadera bendición de Dios.
En 1850 empezó
a sentir los primeros síntomas de la parálisis que la iba a inmovilizar por
completo. Aconsejada por el Vicario Episcopal renunció a todos sus cargos y se
dedicó a vivir humildemente como una religiosa sin puesto ninguno. Aunque
conservaba plenamente sus cualidades mentales, sin embargo, dejó a otras
personas que dirigieran la Congregación. Dios le suscitó un nuevo y santo
director para su comunidad, el Padre Bernardo Sala, benedictino, quien se
propuso dirigir a las religiosas según el espíritu de la santa fundadora.
Durante cuatro
años la parálisis se fue extendiendo y la fue inmovilizando por completo hasta
quitarle también el habla. Vino luego una epidemia de cólera, la cual acabó con
su vida y el 28 de agosto de 1854 pasó santamente a la eternidad.
Antes había
tenido el gusto de ver aprobada su Comunidad religiosa por la Santa Iglesia en
1850. Y desde entonces ha venido ayudando de manera prodigiosa a sus religiosas
que se han extendido por muchos países.
La Comunidad
de Carmelitas de la Caridad tiene ahora 290 casas en el mundo con 2,724
religiosas. 40,079 niñas son educadas en sus colegios y 4,443 personas son
atendidas en sus hospitales.
Fue declarada
santa por el Papa Juan XXIII en 1959 (siendo ella la primera persona que
canonizó este Pontífice).
Santa
Joaquina: sin hacer milagros en vida, y siendo una sencilla madre de familia,
una esposa afectuosa, y una mujer que tuvo que sufrir mucho en la tierra, y que
dedicó sus grandes energías en ayudar a los necesitados, sea para nosotros un
modelo para imitar, y una poderosa protectora que ruegue por nuestra
santificación y la salvación. Que Dios nos mande muchas santas como ésta,
muchas Joaquinas más.
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