lunes, 6 de mayo de 2024

Párate un momento: El Evangelio del dia 7 - DE MAYO – MARTES – 6ª SEMANA DE PASCUA – B San Juan de Beverley

 


 

 7 - DE MAYO – MARTES –

 SEMANA DE PASCUA – B

San Juan de Beverley

     Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (16,22-34):

EN aquellos días, la plebe de Filipos se amotinó contra Pablo y Silas, y los magistrados ordenaron que les arrancaran y que los azotaran con varas; después de molerlos a palos, los metieron en la cárcel, encargando al carcelero que los vigilara bien; según la orden recibida, él los cogió, los metió en la mazmorra y les sujetó los pies en el cepo.

A eso de media noche, Pablo y Silas oraban cantando himnos a Dios. Los presos los escuchaban. De repente, vino un terremoto tan violento que temblaron los cimientos de la cárcel. Al momento se abrieron todas las puertas, y a todos se les soltaron las cadenas. El carcelero se despertó y, al ver las puertas de la cárcel de par en par, sacó la espada para suicidarse, imaginando que los presos se habían fugado. Pero Pablo lo llamó a gritos, diciendo:

«No te hagas daño alguno, que estamos todos aquí».

El carcelero pidió una lámpara, saltó dentro, y se echó temblando a los pies de Pablo y Silas; los sacó fuera y les preguntó:

«Señores, ¿qué tengo que hacer para salvarme?»

Le contestaron:

«Cree en el Señor Jesús y te salvarás tú y tu familia».

Y le explicaron la palabra del Señor, a él y a todos los de su casa.

A aquellas horas de la noche, el carcelero los tomó consigo, les lavó las heridas, y se bautizó en seguida con todos los suyos; los subió a su casa, les preparó la mesa, y celebraron una fiesta de familia por haber creído en Dios.

 

Palabra de Dios

                    

Salmo: 137,1-2a.2bc.3.7c-8

R/. Tu derecha me salva Señor.

 

Te doy gracias, Señor, de todo corazón, porque escuchaste las palabras de mi boca; delante de los ángeles tañeré para ti; me postraré hacia tu santuario. R/.

Daré gracias a tu nombre por tu misericordia y tu lealtad.

    Cuando te invoqué, me escuchaste, acreciste el valor en mi alma. R/.

Tu derecha me salva.

     El Señor completará sus favores conmigo.

     Señor, tu misericordia es eterna, no abandones la obra de tus manos. R/.

 

    Lectura del santo evangelio según san Juan (16,5-11):

EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«Ahora me voy al que me envió, y ninguno de vosotros me pregunta: “¿Adónde vas?”. Sino que, por haberos dicho esto, la tristeza os ha llenado el corazón. Sin embargo, os digo es la verdad: os conviene que yo me vaya; porque si no me voy, no vendrá a vosotros el Paráclito. En cambio, si me voy, os lo enviaré.

Y cuando venga, dejará convicto al mundo acerca de un pecado, de una justicia y de una condena. De un pecado, porque no creen en mí; de una justicia, porque me voy al Padre, y no me veréis; de una condena, porque el príncipe de este mundo está condenado».

 

Palabra del Señor

 

1.  Tuvo que ser dolorosa la despedida de los discípulos y Jesús. Porque no cabe duda de que, entre Jesús y los discípulos se había creado una relación profunda, fuerte. Pero no era cuestión solo de amistad.  Es que, además de la "amistad", allí había una vinculación de "fe" y, sobre todo, de "seguimiento" de los discípulos en relación con Jesús.

Aquellos hombres veían en Jesús la imagen de Dios, la cercanía de Dios, la presencia de Dios. Allí se produjo un fenómeno de unión y experiencia religiosa tan fuerte, que aquello fue el punto de partida de un movimiento humano espiritual que aún perdura, que se ha ido transmitiendo de generación en generación y que sigue vivo en todos los rincones del mundo.

 

 2.  Pero, aun siendo tan fuerte aquel vínculo de amistad y de fe, Jesús les dice que "les conviene" que él se vaya, que él se quite de en medio. Porque, si Jesús se queda en este mundo, eso representaría que, en esta tierra nuestra, habría (y seguiría habiendo) un hombre genial, excelso, profético... Pero, por muy excelso que fuera, siempre estaría localizado en un solo lugar. Mientras que, al irse Jesús, al morir, entregó el Espíritu (Jn 19, 30) y cuando resucitó lo volvió a entregar (Jn 20, 22).

Ahora bien, el Espíritu nunca está limitado a un solo lugar. Todo lo contrario, el Espíritu es una fuerza de libertad y expansión, que se derramó sobra toda carne (Hech 2, 17; cf. Joel 3, 1).

Es decir, está y estará en todo ser mortal. Esto es más importante que la presencia física de Jesús en esta tierra.

 

3.  Pero el hecho es más profundo. Y más genial.

Dios, mediante la Encarnación, se ha "humanizado".  Es decir, se ha hecho presente en "lo humano'.  Por eso, sin duda, Jesús dijo que nos conviene su ausencia material. Porque lo que nos interesa a los mortales es su presencia de encarnación por la fuerza del Espíritu.

   - ¿Qué quiere decir esto?

Que Jesús está presente en cada ser humano, en todo ser humano.  Por eso, donde hay humanidad, allí está Jesús: Lo que hicisteis con uno de estos, a mí me lo hicisteis (Mt 25, 40).

A Jesús lo tenemos con nosotros, y nos relacionamos con él, constantemente y sin darnos cuenta de que la humanización de la convivencia es nuestra constante divinización.

 

San Juan de Beverley

 




 En Berveley, en Northumbria, san Juan, obispo de Hexham, y después de York, en Inglaterra, que unió el trabajo pastoral a la oración en soledad y, después de haber renunciado a su cargo, transcurrió los últimos años de su vida en el monasterio que él mismo había fundado.

 

Vida de San Juan de Beverley

 

San Juan de Bevérley, obispo de York, 1721. Puede ser considerado como un precursor del benedictino Pedro Ponce de León, inventor del método de hacer hablar a los sordomudos. También él fue monje, después de haber estudiado letras divinas y humanas en el monasterio de Whitby, gobernado por una monja princesa, Santa Hilda. Gobernó primero la diócesis de Hexam, de donde pasó a la de York. Cuenta de él su biógrafo que llegó a hacer hablar a un sordomudo, enseñándole la vocalización paciente e ingeniosamente. Murió en 721.

Monje de Whitby, Inglaterra, y después obispo de York; en su afán de caridad, llega para sanar a un sordomudo, a descubrir un modo de paciente vocalización. Aunque muerto el año 721, ha sido considerado por ello como un precursor del sabio benedictino Ponce de León.

 

Fuente: mercaba.org

 

 

 

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