miércoles, 10 de febrero de 2016

Párate un momento: Evangelio del día 11 DE FEBRERO - JUEVES - Ntra. Sra. de LOURDES




11 DE FEBRERO - JUEVES -
Ntra. Sra. de LOURDES
SEMANA DE CENIZA
 
       Evangelio  según san Mateo, 9, 14-15

       En aquel tiempo, dijo Jesús: “El Hijo del Hombre tiene que padecer mucho, ser desechado por los ancianos, sumos sacerdotes y letrados, ser ejecutado y resucitar al tercer día.  Y dirigiéndose a todos dijo:  “el que quiera seguirme que se niegue a sí mismo, cargue con su cruz de cada día y se venga conmigo.  Pues el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por mi causa, la salvará.  ¿De qué le sirve a uno ganar el mundo entero si se pierde o se perjudica a sí mismo?

       1.   Mucha gente se imagina, quizá ingenuamente, que hablar de un cristianismo laico, basado en “la laicidad del Evangelio”, es lo mismo que deformar el cristianismo    y    vaciar el mensaje de Jesús de su contenido.  Para convertirlo en un “evangelio a la       carta”, o sea, a la medida y al capricho de cada cual.  Así y por eso, no nos damos     cuenta de que un “cristianismo no religioso” (D. Bonhoeffer) es en realidad aceptar lo más duro y exigente del mensaje de Jesús.  Tan exigente que nos da miedo.
       Aceptar con nuestras ideas los dogmas y cumplir con determinados rituales, no es complicado.  Lo difícil es hacer que nuestra vida sea lo más parecida posible a lo que fue la vida de Jesús.      
      
       2.   Por eso, la fe oculta y laica, que se enseña en el miércoles de ceniza, se traduce en      el seguimiento de Jesús, que se realiza cuando el discípulo de Jesús carga con la cruz que cargó Jesús.  Este fue el primer anuncio del final de su vida. La religión que se queda “en lo oculto”, y que por eso se identifica con la conciencia de cada cual, ni necesita templos ni sacerdotes, ni puede ser tolerada por los que viven de la religión de     los templos, los ritos, las ceremonias sagradas de los altares y sus privilegiados hombres consagrados.

       3.   El conflicto de Jesús con los sacerdotes y con los romanos se comprende así perfectamente.  Los emperadores de Roma, en tiempo de Jesús, utilizaron las religiones de    cada país conquistado para reforzar la tranquilidad y el orden.  Esto fue capital en la      paz romana tan elogiada por los historiadores.  De ahí, los mutuos servicios que se prestaban la religión y el Estado (D. Álvarez Cineira).  Una paz y un status que los romanos utilizaron para explotar a los pueblos y gentes que sufrían las consecuencias (K. Wengst). Por eso el Evangelio de Jesús resultó ser tan peligroso.  Y por eso también Jesús terminó en la cruz.  Como todo seguidor fiel de Jesús termina siendo visto como un “sospechoso”, por lo menos.

Ntra. Sra. de LOURDES

El 11 de febrero de 1858, tres niñas,
Bernadette Soubirous, de 14 años, su hermana Marie Toinete, de 11 y su amiga Jeanne Abadie, de 12 salieron de su casa en Lourdes para recoger leña. Camino al río Gave, pasaron por una gruta natural donde Bernadette escuchó un murmullo y divisó la figura de una joven vestida de túnica blanca, muy hermosa, ceñida por una banda azul y con un rosario colgado del brazo. Se acercó y comenzaron a rezar juntas, para luego desaparecer.
Por un período de cinco meses, la Virgen se le apareció a la niña, en medio de multitudes que se acercaban para rezar y poder observar a la hermosa señora, pero la Virgen sólo se le aparecía a la niña. En reiteradas ocasiones, Bernadette fue víctima de desprecios y burlas por parte de las autoridades eclesiales y civiles de pueblo, pero la niña se mantuvo firme en su fe mariana sobre todo en el especial pedido que la Virgen le había encargado: la construcción de una capilla sobre la gruta y la realización de una procesión.
Luego de la última aparición ocurrida en 16 de julio, fiesta de Nuestra Señora del Carmen, Bernadette ingresó a la orden religiosa de las hermanas enfermeras, a la edad de 22 años, y permaneció allí hasta su muerte a los 34 años de edad.


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