27 de - Febrero - SÁBADO –
San Gabriel de la Dolorosa, religioso
2ª
- Semana de Cuaresma.
Evangelio según san Lucas
15, 1-3. 11-32
En aquel tiempo, se acercaron a Jesús los
publicanos y los pecadores a escucharle.
Y
los fariseos y los letrados murmuraban entre ellos:
Este acoge a los pecadores y come con
ellos”.
Jesús les dijo esta parábola:
“Un hombre tenía dos hijos; el menor de
ellos dijo al padre: Padre, dame la parte que me toca de la fortuna. El padre les repartió los bienes. No muchos días después, el hijo menor,
juntando todo lo suyo, emigró a un país lejano, y allí derrochó su fortuna
viviendo perdidamente. Cuando lo había
gastado todo, vino por aquella tierra un hambre terrible, y empezó a pasar necesidad. Fue entonces y tanto le insistió a un
habitante de aquel país, que lo mandó a sus campos a guardar cerdos. Le entraban ganas de llenarse el estómago de
las algarrobas que comían los cerdos; y nadie le daba de comer. Recapacitando
entonces se dijo:
Cuántos jornaleros de mi padre tienen
abundancia de pan, mientras yo aquí me muero de hambre.
Me pondré en camino a donde está mi
padre, y le diré:
“Padre, he pecado contra el cielo y
contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo; trátame como a uno de tus
jornaleros.
Se puso en camino a donde estaba su
padre. Cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y se conmovió; y echando a
correr, se le echó al cuello, y se puso a besarlo.
Su hijo le dijo:
Padre, he pecado contra el cielo y contra
ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo.
Pero el padre dijo a los criados:
Sacad enseguida el mejor traje y
vestidlo; ponedle un anillo en su mano y sandalias en los pies; traed el
ternero cebado y matadlo; celebremos un banquete, porque este hijo mío estaba muerto
y ha revivido; estaba perdido y lo hemos encontrado. Y empezaron el banquete.
Su hijo mayor estaba en el campo. Cuando
al volver se acercaba a la casa, oyó la música y el baile, y llamando a uno de
los mozos, le preguntó qué pasaba.
Este le contestó:
Ha vuelto tu hermano; y tu padre ha
matado el ternero cebado, porque lo ha recobrado con salud.
Él se indignó y se negaba a entrar; pero
su padre salió e intentaba persuadirlo. Y él replicó a su padre: Mira, en
tantos años como te sirvo, sin desobedecer nunca una orden tuya, a mí nunca me
has dado un cabrito para tener un banquete con mis amigos; y cuando ha venido
ese hijo tuyo, que se ha comido tus bienes con malas mujeres, le matas el
ternero cebado.
El padre le dijo:
Hijo, tú siempre estás conmigo, y todo lo
mío es tuyo, deberías alegrarte, porque este hermano tuyo estaba muerto y ha
revivido, estaba perdido y lo hemos encontrado”.
1. Solo una breve precisión de los puntos que más pueden ayudar a
entender mejor esta parábola tan conocida y repetida.
1) El tema central no es
la conversión del hijo, sino la bondad del padre.
2) El hijo no vuelve a la
casa del padre porque se convirtió de su mala vida, sino porque se moría de
hambre.
3) El padre acoge al hijo extraviado
sin pedirle explicaciones, ni le deja confesar lo que había hecho.
4) El hijo extraviado
estaba, no solo en la mayor miseria, sino además hundido psicológicamente y su
autoestima destrozada. Un hombre roto.
5) Lo más fuerte que hay
en la parábola es que Jesús cambia por completo la imagen de Dios que, por lo
general, tenemos los cristianos. Los predicadores religiosos han usado la
imagen de Dios para fomentar el miedo en la gente y así obtener obediencia y
sometimiento de los fieles.
6) El hijo mayor es la
imagen cabal del cristiano que no entiende a Dios.
San Gabriel de la Dolorosa, religioso
Francisco Possenti fue el
undécimo de los trece hijos de una familia de clase media alta; en 1841, su
madre murió, cuando el futuro santo tenía cuatro años de edad, y fue criado por
su padre y hermanos. Su padre era un personaje muy importante en aquel entonces:
comerciante y embajador de los Estados Pontificios.
Francisco
se trasladó con su familia a la ciudad de Spoleto e inició sus estudios en el
Internado de los Hermanos de las Escuelas Cristianas (lasallanos) y en el liceo
jesuita de dicha ciudad. Muchacho guapo, alegre y cariñoso, y algo mimado por
ser el más joven de la numerosa familia Possenti, recibió el llamado divino
varias veces (dos de ellas durante graves enfermedades, otra tras la muerte de
una de sus hermanas mayores), pero o lo rechazaba o lo postergaba por diversas
razones; pero mientras asistía a una procesión mariana, tuvo una visión donde
la imagen de la Virgen se movía y le decía: "Francisco, el mundo ya no es
para ti, te espera la vida religiosa", y decidió entrar a la vida
religiosa definitivamente, pese a las objeciones de su familia que casi
consideró esto como un capricho adolescente.
En 1856
convence a su gente de la sinceridad de sus intenciones, y luego de un año de
prueba por parte de su familia, recibe la aprobación formal de su padre e
ingresa como religioso pasionista en el noviciado de Morrovalle, Macerata,
tomando el nombre de Hermano Gabriel de la Virgen Dolorosa. En su breve, pero
fructífero tiempo como religioso, Gabriel se caracterizó por su piedad, su
infatigable vida de oración y penitencia, y, sobre todo, por su amor a Cristo y
la Eucaristía.
Gabriel
murió en el Monasterio Pasionista de Isola del Gran Sasso víctima de
tuberculosis, en 1862. Sus reliquias hoy se veneran en un moderno santuario
contiguo al antiguo monasterio en el mismo pueblo donde falleció muy cerca de
[Teramo], S.S Pío XII lo bautizó como "El Santo de la Sonrisa". Fue
canonizado por S.S. Benedicto XV en 1920.
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