25
de febrero – jueves-
Santos
Luis Versiglia y Calixto, mártires
2ª
– Semana de Cuaresma
Evangelio según san Lucas
En
aquel tiempo, dijo Jesús a los fariseos:
“Había
un hombre rico que se vestía de
púrpura y de lino, y banqueteaba
espléndidamente cada día. Y un mendigo llamado Lázaro estaba echado en su
portal cubierto de llagas, y con ganas de saciarse de lo
que tiraban de la mesa del rico, pero
nadie se lo daba. Y hasta los perros se le acercaban a lamerle las llagas.
Sucedió que se murió el mendigo y los ángeles lo llevaron al seno de Abrahán.
Se murió también el rico y lo enterraron. Y estando en el infierno en medio de
los tormentos levantando los ojos, vio de lejos a Abrahán y a Lázaro en su
seno, y gritó: “Padre Abrahán ten piedad de mí y manda a Lázaro que moje en
agua la Punta del dedo y me refresque la lengua, porque me torturan estas
llamas”.
Pero Abrahán le contestó:
“Hijo, recuerda que recibiste tus bienes en vida y Lázaro, a su vez, males: por
eso encuentra aquí consuelo mientras que tú padeces Además entre nosotros y
vosotros se abre un abismo inmenso para que no puedan cruzar, aunque quieran,
desde aquí hacia vosotros ni puedan pasar de ahí hasta nosotros».
El rico insistió:
“Te ruego, entonces padre
que mandes a Lázaro a casa de mi padre porque tengo cinco hermanos para que,
con su testimonio evites que vengan también ellos a este lugar de tormento.
Abrahán le dice:
"Tienen a Moisés y a los Profetas: que los escuchen».
El rico contestó:
“No, padre Abrahán. Porque si un muerto va a verlos, se arrepentirán”.
Abrahán le dijo:
“Si no escuchan a Moisés y a
los Profetas no harán caso ni aunque resucite un muerto».
1. Pocos textos de los
evangelios tienen la actualidad acuciante que tiene este. Porque quizá nunca
dio la cara la pasión por el dinero y el bienestar como la está dando en estos
tiempos de crisis, necesidad y miseria Al tiempo que la riqueza mundial se va
concentrando cada vez más y más en menos personas. El Evangelio
se fija aquí en el “pecado
de omisión». En realidad, el rico no le
hizo daño alguno al pobre Lázaro. Simplemente lo dejó allí tal como estaba. Es lo que hacemos todos los que dejamos al
pobre, al enfermo, al extranjero, al preso (Mt 25, 41-46) Como hicieron el
sacerdote y el levita que, en la parábola del buen samaritano, pasaron de largo
ante el moribundo de la cuneta (Lc 10, 31-32) Que es, a fin de cuentas el mismo
daño que hacemos todos los que tenemos dinero (por poco que sea) y dejamos que
cada día se mueran de hambre más de 30.000 niños.
2. La pasión por el
dinero es tan vieja como el dinero mismo. Es la pasión que utiliza y fomenta el
capitalismo moderno, mediante las refinadas técnicas del mercado y su
publicidad. Hasta constituir al dinero en un “ídolo divinizado» que es incompatible
con “Dios” (Mt 6, 19-24). K. Marx dijo, con razón, que el dinero es un “fetiche”,
una especie de embrujo que nos seduce sin que nos demos cuenta de ello. Hasta anular
el deseo de “productividad” y sustituirlo por la codicia de “ganancia”. Así la
pasión loca que nos lleva a la crisis total. La consecuencia es de locura.
¿Puede haber mayor disparate que el hecho —denunciado por lntermón-Oxfam— de
que el 1% de los habitantes del mundo tenga tanto dinero como el 99%? ¿En qué
medida soy yo también (sin darme cuenta) un rico epulón?
Santos
Luis Versiglia y Calixto, mártires
Luis Versiglia, nacido en Oliva Gessi (Pavía) el 5
de junio de 1873, entró a los 12 años en el Oratorio de Valdocco, donde conoció
a Don Bosco. Fue ordenado sacerdote en 1895. Luego de haber sido director y
maestro de novicios en Genzano de Roma, en 1906 guio la primera expedición
salesiana a China, realizando con ello una repetida profecía de Don Bosco. En
1918 los salesianos recibieron del Vicario apostólico de Cantón la misión de
Shiu Chow. San Luis Versiglia fue nombrado Vicario Apostólico, y el 9 de enero
de 1921 fue consagrado obispo. Dotó al vicariato de una sólida estructura, con
un seminario, casas de formación, y proyectando él mismo varias residencias y
hogares para ancianos y necesitados. Cuidó con convicción la formación de los
catequistas. Escribió en sus apuntes: "El misionero que no está unido a
Dios es un canal que se aparta de la fuente".
Calixto Caravario
nació en Cuirgné (Turín) el 8 de junio de 1903. Fue alumno del Oratorio de
Valdocco. Ya clérigo, en 1924 partió para China como misionero. Fue enviado a
Macao, y de allí por dos años a la isla de Tímor, edificando a todos con su
bondad y celo apostólico. El 18 de mayo de 1929 volviendo a Shiu Chow, Mons.
Versiglia lo ordena sacerdote y le confía la misión de Linchow. En poco tiempo
visita a todas las familias y se gana la simpatía de todos los niños de las
escuelas.
En tanto en China la
situación política se va volviendo tensa, especialmente contra los cristianos y
los misioneros extranjeros. Se inician las persecuciones. En febrero de 1930,
Mons. Versiglia y Caravario viajan juntos para una visita pastoral a la
diócesis de Linchow. Durante el viaje, el 25 de febrero, un grupo de piratas de
ideología bolchevique detienen la barca del obispo buscando capturar tres
catequistas que estaban en la barca de los misioneros. El obispo lo impide con
toda su fuerza, para defender la incolumidad y la virtud de las tres jóvenes
cristianas. Son golpeados con fuerza y fusilados en Thau Tseui, en el río Lin
Chow. Pablo VI reconoció el martirio en 1973, pero la beatificación y luego la
canonización se realizaron ya bajo Juan Pablo II. Son los dos primeros mártires
salesianos.
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