domingo, 11 de septiembre de 2016

PÁRATE UN MOMENTO: ÉL EVANGELIO DEL DIA 12 DE SEPTIEMBRE - LUNES 24° DEL T. O. – C Santísimo Nombre de María



12 DE SEPTIEMBRE - LUNES
24° DEL T. O. – C
Santísimo Nombre de María

       Evangelio según san Lucas 7, 1-10
    En aquel tiempo, cuando terminó Jesús de hablar a la gente, entró en Cafarnaúm.
Un centurión tenía enfermo, a punto de morir, a un criado a quien estimaba mucho.
Al oír hablar de Jesús, le envió unos ancianos de los judíos, para rogarle que fuera a curar a su criado. Ellos, presentándose a Jesús, le rogaban encarecidamente:
       “Merece que se lo concedas, porque tiene afecto a nuestro pueblo y nos ha construido la sinagoga”.
        Jesús se fue con ellos.
       No estaba lejos de la casa, cuando el centurión le envió a unos amigos a decirle:        “Señor, no te molestes, no soy yo quién para que entres bajo mi techo; por eso tampoco me creí digno de venir personalmente. Dilo de palabra y mi criado quedará sano. Porque yo también vivo bajo disciplina y tengo soldados a mis órdenes y le digo a uno “ve” y va; al otro “ven” y viene; y a mi criado “haz esto y lo hace.
       Al oir esto, Jesús se admiró de él y, volviéndose a la gente que lo seguía les  dijo: “Os digo que ni en Israel he encontrado tanta fe”. Y al volver a casa, los criados encontraron al siervo sano.

       1.   Jesús es la solución de los problemas que nos causan preocupación, sufrimiento, miedo, cuando tales sentimientos se producen en nosotros porque no soportamos el sufrimiento de otros seres humanos. Tal era, en efecto, la situación que vivía el militar romano del que nos habla este evangelio.
       Por otra parte, si algo hay claro en este relato, es que, para Jesús, lo más importante no era la pertenencia al pueblo elegido, a la misma religión, a la misma cultura. Lo que importa de verdad es la fe que tenemos en que Jesús (y su Evangelio) es la solución de nuestros problemas..

       2.   Las religiones separan y dividen a la gente. Y, sobre todo, con frecuencia, las creencias y las prácticas religiosas crean serios enfrentamientos y hasta conflictos mortales. En el caso de este relato, no olvidemos que el centurión era un oficial extranjero (ekatontárches, literalmente “jefe” o “militar”, (F. G. Untergassmair), -seguramente estaba al servicio de Herodes (F. Bovon).
       Es verdad que, por lo dice Lucas, se trataba de un hombre bueno, profundamente bondadoso. Hasta había construido una sinagoga a los judíos. Además, era un hombre humilde, que se preocupaba de la salud de su criado y ni se consideraba digno de que Jesús viniera a su casa.

       3.   Para Jesús, lo que importa en la vida es la bondad, la humanidad, que no se fija en las creencias de cada cual, en el rol social que uno tiene u ocupa. Jesús solo se fija en lo importante, en lo esencial. Y lo esencial no son las creencias o las practicas que cada uno ha aprendido en su nación o su cultura. Lo esencial es la bondad entrañable que cada cual vive y que moviliza la conducta de cada persona.
       Esto era tan importante para Jesús, que le causaba admiración (Lc 7, 9 a). Y llegó a decir que la fe del centurión pagano era más grande que la de cualquier israelita (Lc 7, 9 b).
       La fe, para los evangelios, es la confianza, la seguridad, en Jesús. La convicción firme de que Jesús y su Evangelio es la solución de los problemas que nos agobian.

Santísimo Nombre de María



El hecho de que la Santísima Virgen lleve el nombre de María es el motivo de esta festividad, instituida con el objeto de que los fieles encomienden a Dios, a través de la intercesión de la Santa Madre, las necesidades de la iglesia, le den gracias por su omnipotente protección y sus innumerables beneficios, en especial los que reciben por las gracias y la mediación de la Virgen María. Por primera vez, se autorizó la celebración de esta fiesta en 1513, en la ciudad española de Cuenca; desde ahí se extendió por toda España y en 1683, el Papa Inocencio XI la admitió en la iglesia de occidente como una acción de gracias por el levantamiento del sitio a Viena y la derrota de los turcos por las fuerzas de Juan Sobieski, rey de Polonia.
Esta conmemoración es probablemente algo más antigua que el año 1513, aunque no se tienen pruebas concretas sobre ello. Todo lo que podemos decir es que la gran devoción al Santo Nombre de Jesús, que se debe en parte a las predicaciones de San Bernardino de Siena, abrió naturalmente el camino para una conmemoración similar del Santo Nombre de María.
El evangelista San Lucas revela el nombre de la doncella que va a ser la Madre de Dios: "Y su nombre era María". El nombre de María, traducido del hebreo "Miriam", significa Doncella, Señora, Princesa.
Estrella del Mar, feliz Puerta del cielo, como canta el himno Ave maris stella. El nombre de María está relacionado con el mar pues las tres letras de mar guardan semejanza fonética con María. También tiene relación con "mirra", que proviene de un idioma semita. La mirra es una hierba de África que produce incienso y perfume (Jesús Marí Ballester).
En el libro "Mes de María" del Padre Eliecer Salesman, se explica que María en el idioma popular significa: "La Iluminadora". (S. Jeronimo M 1.23.780). En el idioma arameo significa: "Señora" o "Princesa" (Bover). El significado científico de María en el idioma hebreo es: "Hermosa" (Banderhewer).
En el idioma egipcio que fue donde primero se utilizó este nombre significa: "La preferida de Yahvé Dios". (Exodo 15, 20). Mar o Myr, en Egipcio significaba la más preferida de las hijas. Y "Ya" o "Yam", significaba: El Dios verdadero -Yahvé-. Así que MAR-YA o MYR-YAM en egipcio significaría: "La Hija preferida de Dios" (Zorell).



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