viernes, 23 de septiembre de 2016

Párate un momento: El Evangelio del día 24 DE SEPTIEMBRE - SÁBADO 25a SEMANA DEL T.O. –C Nuestra Señora de la Merced





24 DE SEPTIEMBRE - SÁBADO
25a SEMANA DEL T.O. –C
Nuestra Señora de la Merced

       Evangelio según san Lucas 9, 43b-45
    En aquel tiempo, entre la admiración general por lo que hacía, Jesús dijo a sus discípulos:
       “Meteos bien esto en la cabeza: al Hijo del Hombre lo van a entregar en manos de los hombres”.
        Pero ellos no entendían este lenguaje; les resultaba tan oscuro, que no cogían el sentido. Y les daba miedo preguntarle sobre el asunto.

       1.   El segundo anuncio de la pasión, que les hace Jesús a los discípulos, está relatado en pocas palabras. Pero es un anuncio estremecedor.
       Por el contraste del momento en que se produjo y por la reacción que desencadenó. El momento es de éxito y admiración general, o sea Jesús goza de la máxima popularidad. La reacción es que el anuncio de la pasión no se entendió y causó un impacto tan negativo, que los discípulos tenían hasta miedo de preguntar por lo que aquello representaba.
       Por eso se produjo un auténtico “cara a cara” entre Jesús y los discípulos (F. Bovon, G.
Gamba).
       De ahí que Jesús tuvo que utilizar un lenguaje fuerte, que suena a impositivo: “Meteos bien esto en la cabeza” (Lc 9, 44 a). Era como decir: “A ver si os enteráis de una vez”.
       Jesús, por lo visto, se dio cuenta de que a unos hombres, educados en una religión que identifica el “reinado de Dios” con el “triunfo, la fama y el poder”, no les cabía en su cabeza que Jesús, el Mesías de la Salvación, pudiera salvar a alguien fracasando y sufriendo el descrédito general de la condena y la exclusión definitiva de un muerto derrotado. Por eso no querían ni hablar del tema. Y hasta se morían de miedo ante el simple hecho de preguntar qué demonios representaba aquello.

       2.   No le demos a todo esto un “significado ascético” pensando que el sufrimiento y el fracaso nos llevan a Dios.
       Esta espiritualización de un hecho social es frecuente en los ambientes religiosos, conventuales, clericales y hasta teológicos.
       De esta manera, la religión, la espiritualidad y las instituciones eclesiásticas “se quitan el muerto de encima”. Nunca mejor dicho.
       Porque un “crucificado espiritualizado” produce devoción y sentimientos espirituales, artísticos, estéticos o poéticos en el alma. Cosa que está bien para algunas gentes. Pero, si nos quedamos solo en esos sentimientos de capilla o de salón, bien puede suceder que con eso nos quedemos tranquilos y satisfechos, al tiempo que la injusticia y la corrupción siguen adelante, crucificando a los desamparados de este mundo.

       3.   El que triunfa y vence, inevitablemente hace eso dominando o humillando a alguien, a quien sea. Así, es posible que salve a alguien. Pero tan cierto como eso es que condena a otros. No olvidemos que todo el que sube y se impone, por eso mismo divide, desune y genera sufrimiento.
       Jesús no quiso hacer nada de eso. Jesús enseñó a la humanidad que la solución a los muchos problemas que nos angustian no se realiza “desde arriba” (el triunfo), sino “desde abajo” (desde los últimos). De forma que todo el que actúa así, por eso mismo y por eso solo, une a los demás y saca del interior de cada cual lo mejor que llevamos en las entrañas. Ante el dolor, la debilidad, el sufrimiento de un niño o un enfermo, todos nos humanizamos. Por ahí va la solución.

Nuestra Señora de la Merced


La Virgen de la Merced o Nuestra Señora de las Mercedes es una advocación mariana venerada por los católicos de la Bienaventurada Virgen María. Es equivalente también el nombre de Virgen de la Misericordia. Su fiesta se celebra el día 24 de septiembre.
       La devoción a la Virgen de la Merced se difundió muy pronto por Cataluña y de ahí al resto de España, por Francia y por Italia, a partir del siglo XIII con la labor de redención de estos religiosos y sus cofrades. Con la Evangelización de América, en la que la Orden de la Merced participó desde sus mismos inicios, la devoción se extendió y arraigó profundamente en todo el territorio americano.

La llegada de la orden religiosa de los mercedarios a América, un poco relacionada con el antiguo espíritu de los caballeros que fueron a las Cruzadas a Tierra Santa y juntamente con el culto de la Virgen Compasiva, coincide con el poblamiento de las principales ciudades andinas cercanas a la línea ecuatorial como son: Cuzco, Lima, Quito, Paita (donde se conserva la imagen original de la virgen siendo la más antigua del mundo) y la Villaviciosa de la Concepción o San Juan de Pasto, a pesar de que esta última tenía como patrona religiosa a la Pura y Limpia Concepción, como su nombre lo indica. El Convento Mercedario primeramente se funda en Santiago de Cali hacia 1536 y en Pasto hacia 1545 y la iglesia anexa desde 1550, volviéndose muy famoso el ornato de este templo con una puerta labrada con leones dorados en su parte superior, imitando a los que fueron concedidos, junto con el título de ciudad y el sobrenombre de San Juan Bautista, a la Villa de Pasto. Es conocida popularmente en San Juan de Pasto como la Michita Linda.

Es en el siglo XVIII, de acuerdo al minucioso relato de José Rafael Sañudo, cuando la Virgen de las Mercedes aparece como protectora del Cabildo y pueblo de San Juan de Pasto respecto de erupciones y terremotos y otros eventos naturales dañinos. De hecho empieza a figurar la graciosa imagen como si fuera la que tiene el mando o el gobierno de Pasto. Son la fuerza de la tradición oral así sustentada y, en parte, el sincretismo o mestizaje religioso que la acompaña, los factores por los cuales se puede considerar a la Virgen de las Mercedes como Gobernadora de la Ciudad y no porque alguna autoridad civil en el siglo XX lo haya establecido por decreto. En 1612 se completó el templo de la Merced en Pasto y el trabajo en madera ocupó a los artesanos y escultores Lázaro de Vergara (las dos puertas talladas, tirantes para los alfarjes de tipo mudéjar en la nave y el presbiterio), Rodrigo de Chaves (cantería de la portada y esculturas), el batihoja y doradores Juan de Echeverri, Francisco Gallardo y Francisco Benítez, más el tabernáculo de tres cuerpos realizado por Gómez de Rojas en 1660.

Perú es actualmente el país que reúne a la mayor cantidad de fieles de toda América y que cada 24 de septiembre celebran esta fiesta en honor a la Bienaventurada Virgen María,, en especial en la Peregrinación Nacional e Internacional hacia el puerto de Paita.


La devoción a la Virgen de la Merced se difundió en Bolivia, en el departamento de La Paz, donde hoy se le rinde veneración. Al año se le cambia tres veces sus vestiduras; la primera vez que se le cambia es la fecha del 3 de agosto recordando la primera vez que derramó lágrimas, la segunda vez el 24 de septiembre recordando su fiesta y la tercera y última vez en Navidad como regalo a su devoción. El 24 de septiembre en la Iglesia de la Merced se celebra una eucaristía de fiesta, nueve días antes se le reza la novena y al finalizar existe una gran procesión en su honor. En Potosí, se celebra una solemne y lucida fiesta organizada por la Archicofradía de Nuestra Señora de La Merced, institución fundada en 1730 y que llegó a cobijar en el siglo XVIII a 10.000 cofrades.

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