domingo, 11 de febrero de 2018

Párate un momento: El Evangelio del dia 12 DE FEBRERO - LUNES 6ª- SEMANA DEL T.O. -B STª. EULALIA DE BARCELONA





12  DE  FEBRERO -  LUNES
6ª- SEMANA DEL T.O. -B
STª. EULALIA DE BARCELONA

Lectura del santo evangelio según san Marcos 8, 11-13
      En aquel tiempo, se presentaron los fariseos y se pusieron a discutir con Jesús; para ponerlo a prueba, le pidieron un signo del cielo. Jesús dio un profundo suspiro y dijo:
"¿Por qué esta generación reclama un signo? Os aseguro que no se le dará un signo a esta generación".
Los dejó, se embarcó de nuevo y se fue a la otra orilla.

1.  Lo que piden los fariseos, los observantes de la religión es un "signo del cielo". Pedir un signo así, era en realidad no fiarse de Jesús no creer en él. Los hombres de la religión veían en Jesús un hombre. Por eso ellos querían un "signo del cielo".
La religión no se fía de Él y solamente pone su seguridad en lo divino. Pero esto es lo que indignaba a
Jesús: que le pidieran un "signo del cielo" (Mc 8, 11 ss; Mt 16, 1; Lc 11, 16; cf. Mt 12, 38).
Para Jesús, pedir "signos del cielo" es una perversión  (Mc 8, 12; Mt 16, 4; 12, 39).
- ¿Por qué esta reacción de Jesús? 
- ¿Qué podía haber de malo en pedir una señal del cielo?

2.  Sencillamente, que quien solo se fía del cielo y de los signos divinos, con eso demuestra que no cree en lo humano. Y, por tanto, no se fía de nada ni de nadie de este mundo.  Lo cual quiere decir que un tipo así es un ser deshumanizado.   Lo cual, por desgracia es frecuente.  Porque la religión, a fuerza de ponderar tanto a Dios y lo divino, lo celestial y lo angélico, termina por maltratar a lo humano y a los humanos. Por eso es tan frecuente el hecho escandaloso de las religiones que no aceptan los derechos humanos, ni los
defienden, ni los aprueban, ni de esos derechos sacan las consecuencias que deberían deducir para la vida y la convivencia humana.

3.  Cuando en los evangelios se habla de esta generación (Mt 11, 16; Lc 7, 31; Mt 23, 36; Lc 11, 50; Mt 12, 42; Lc 11, 31; Mt 13, 45) se habla de gente sin fe, que no tiene buenas intenciones. Jesús viene a decir que las personas, a quienes les interesan más los signos   extraordinarios que el Evangelio, son gente sin fe y no   muy de fiar. Por eso Jesús los dejó y se fue a otra parte. 
Las personas que solamente se tranquilizan mediante "signos extraordinarios" o "signos celestiales" son gente que sitúa lo importante de la vida, no en lo normal, lo cotidiano, lo que hacemos o dejamos de hacer a diario.  Lo importante es "lo celestial". Pero aquí se nos dice que Jesús quiere "la honradez y la bondad en
la vida diaria". Esto es lo importante.

STª. EULALIA DE BARCELONA
290 - 303

Santa Eulalia fue una niña nacida en Barcino (Hispania), lo que hoy es Barcelona, en el año 290. El 12 de febrero de 303 fue la fecha de su martirio. Es patrona de Barcelona desde tiempos inmemoriales y desde 1868 Santa Eulalia comparte el patronazgo de Barcelona con la Virgen de la Merced y, en honor a ella, la ciudad celebra en el mes de septiembre su principal fiesta mayor. La cultura popular atribuye a las lágrimas de Santa Eulalia, triste por el olvido de los barceloneses, las lluvias que a menudo deslucen las celebraciones de La Merced.
La fiesta de Santa Eulalia se celebra el 12 de febrero. En el marco de la celebración, tiene lugar la Procesión de las Laias, un desfile por las calles en el que participan gigantas de la ciudad. Entre ellas, las bautizadas en honor a la patrona, como la Eulàlia, de los Gegantons Vells del Pi, cuyo origen se remonta a 1780, o la Gegantona Laia, que reproduce la iconografía de la mártir.
Asimismo, con motivo de esta festividad, se iza en el balcón principal de la Casa de la Ciudad de Barcelona la histórica Bandera de Santa Eulalia de Barcelona

Historia de su vida

La historia de la que se tiene constancia a partir del siglo VII, se remonta a la época romana. Según la tradición cristiana, Eulalia fue una niña, educada en el cristianismo, que vivió en las afueras de la ciudad de Barcino (Hispania), en lo que hoy es Sarriá, a finales del siglo III. Con 13 años, durante el período de persecuciones a los cristianos del emperador Diocleciano (284-305 d C), Eulalia se escapó de su hogar y fue a buscar al gobernador de Barcino, para recriminarle las represiones. El gobernador, ante la negativa de la niña a renunciar a la fe cristiana, la condenó a trece martirios, tantos como años tenía.
La tradición afirma que las trece ocas blancas que hay de forma permanente en la catedral simbolizan sus trece años y su pureza.
Según la tradición, como primer tormento fue encarcelada en una prisión oscura, para posteriormente ser azotada. En el ecúleo le fue desgarrada la carne con garfios. Luego fue puesta de pie sobre un brasero ardiendo y le fueron quemados los pechos. Las heridas le fueron fregadas con piedra tosca, para luego arrojarles aceite hirviendo y plomo fundido, además de lanzarla a una fosa de cal viva.
El noveno tormento, uno de los más conocidos popularmente, consistió en ponerla desnuda dentro de un tonel lleno de cristales, clavos y otros objetos punzantes, siendo lanzada por una calle en bajada.
Posteriormente, fue encerrada en un corral lleno de pulgas. Finalmente, fue paseada desnuda por las calles de la ciudad hasta el lugar del suplicio donde fue crucificada en una cruz en forma de aspa. Según la leyenda, durante su crucifixión se produjo una nevada, tapando la pureza de su cuerpo desnudo. También según la tradición popular, al final de su oración de que el Señor la tomara a Su Reino, la gente vio salir de su boca volando hacia el cielo una paloma blanca.
Eulalia de Barcelona fue canonizada en 633 y se convirtió en patrona de la capital catalana, donde se encuentran sus restos. Tras largo tiempo desaparecidos, los restos de Santa Eulalia fueron localizados en 878 por el obispo Frodoino en la iglesia de Santa María de las Arenas -que hoy es la Basílica de Santa María del Mar-, organizándose un solemne traslado a la catedral. En el siglo XIII las reliquias pasaron a la cripta de la Seo, reposando dentro de un nuevo sarcófago gótico de estilo pisano.
Anualmente, coincidiendo con la semana del 12 de febrero, Barcelona celebra las Fiestas de Santa Eulalia. A los actos litúrgicos e institucionales, cuya celebración se remonta al siglo XVIII, se han añadido, desde los años 1980, múltiples festejos populares en las calles, que han convertido esta celebración en fiesta mayor de invierno de la ciudad. La mayoría de los actos, que se concentran en Ciutat Vella, son de tipo tradicional, como correfocs, pasacalles, bailes de sardanas o castellers.
Abundante presencia de Santa Eulalia en Barcelona en la Cripta en la Catedral de Barcelona
La representación de Santa Eulalia está presente en varios monumentos y edificios barceloneses, así como en espacios urbanos vinculados a su tradición, entre los que se encuentran los siguientes:
La Catedral de Barcelona, que se encuentra bajo advocación de esta santa. En su cripta reposan las reliquias de la santa, siendo su sepulcro una obra maestra de la escultura gótica (1327-1339). La Catedral atesora varias obras de arte dedicadas a Santa Eulalia.

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