12 DE
FEBRERO - LUNES
6ª-
SEMANA DEL T.O. -B
STª.
EULALIA DE BARCELONA
Lectura del santo evangelio según san Marcos 8, 11-13
En aquel tiempo, se presentaron los fariseos y se pusieron a
discutir con Jesús; para ponerlo a prueba, le pidieron un signo del cielo.
Jesús dio un profundo suspiro y dijo:
"¿Por qué esta generación reclama un
signo? Os aseguro que no se le dará un signo a esta generación".
Los dejó, se embarcó de nuevo y se fue a la
otra orilla.
1. Lo que piden los fariseos, los observantes de
la religión es un "signo del cielo". Pedir un signo así, era en
realidad no fiarse de Jesús no creer en él. Los hombres de la religión veían en
Jesús un hombre. Por eso ellos querían un "signo del cielo".
La religión no se fía
de Él y solamente pone su seguridad en lo divino. Pero esto es lo que indignaba
a
Jesús: que le pidieran un "signo del
cielo" (Mc 8, 11 ss; Mt 16, 1; Lc 11, 16; cf. Mt 12, 38).
Para Jesús, pedir
"signos del cielo" es una perversión
(Mc 8, 12; Mt 16, 4; 12, 39).
- ¿Por qué esta
reacción de Jesús?
- ¿Qué podía haber de
malo en pedir una señal del cielo?
2. Sencillamente, que quien solo se fía del
cielo y de los signos divinos, con eso demuestra que no cree en lo humano. Y,
por tanto, no se fía de nada ni de nadie de este mundo. Lo cual quiere decir que un tipo así es un
ser deshumanizado. Lo cual, por
desgracia es frecuente. Porque la
religión, a fuerza de ponderar tanto a Dios y lo divino, lo celestial y lo
angélico, termina por maltratar a lo humano y a los humanos. Por eso es tan
frecuente el hecho escandaloso de las religiones que no aceptan los derechos
humanos, ni los
defienden, ni los aprueban, ni de esos derechos
sacan las consecuencias que deberían deducir para la vida y la convivencia
humana.
3. Cuando en los evangelios se habla de esta
generación (Mt 11, 16; Lc 7, 31; Mt 23, 36; Lc 11, 50; Mt 12, 42; Lc 11, 31; Mt
13, 45) se habla de gente sin fe, que no tiene buenas intenciones. Jesús viene
a decir que las personas, a quienes les interesan más los signos extraordinarios que el Evangelio, son gente
sin fe y no muy de fiar. Por eso Jesús
los dejó y se fue a otra parte.
Las personas que
solamente se tranquilizan mediante "signos extraordinarios" o
"signos celestiales" son gente que sitúa lo importante de la vida, no
en lo normal, lo cotidiano, lo que hacemos o dejamos de hacer a diario. Lo importante es "lo celestial".
Pero aquí se nos dice que Jesús quiere "la honradez y la bondad en
la vida diaria". Esto es lo importante.
STª.
EULALIA DE BARCELONA
290
- 303
Santa
Eulalia fue una niña nacida en Barcino (Hispania), lo que hoy es Barcelona, en
el año 290. El 12 de febrero de 303 fue la fecha de su martirio. Es patrona de
Barcelona desde tiempos inmemoriales y desde 1868 Santa Eulalia comparte el
patronazgo de Barcelona con la Virgen de la Merced y, en honor a ella, la
ciudad celebra en el mes de septiembre su principal fiesta mayor. La cultura
popular atribuye a las lágrimas de Santa Eulalia, triste por el olvido de los
barceloneses, las lluvias que a menudo deslucen las celebraciones de La Merced.
La
fiesta de Santa Eulalia se celebra el 12 de febrero. En el marco de la
celebración, tiene lugar la Procesión de las Laias, un desfile por las calles
en el que participan gigantas de la ciudad. Entre ellas, las bautizadas en
honor a la patrona, como la Eulàlia, de los Gegantons Vells del Pi, cuyo origen
se remonta a 1780, o la Gegantona Laia, que reproduce la iconografía de la
mártir.
Asimismo,
con motivo de esta festividad, se iza en el balcón principal de la Casa de la
Ciudad de Barcelona la histórica Bandera de Santa Eulalia de Barcelona
Historia
de su vida
La
historia de la que se tiene constancia a partir del siglo VII, se remonta a la
época romana. Según la tradición cristiana, Eulalia fue una niña, educada en el
cristianismo, que vivió en las afueras de la ciudad de Barcino (Hispania), en
lo que hoy es Sarriá, a finales del siglo III. Con 13 años, durante el período
de persecuciones a los cristianos del emperador Diocleciano (284-305 d C),
Eulalia se escapó de su hogar y fue a buscar al gobernador de Barcino, para
recriminarle las represiones. El gobernador, ante la negativa de la niña a
renunciar a la fe cristiana, la condenó a trece martirios, tantos como años
tenía.
La
tradición afirma que las trece ocas blancas que hay de forma permanente en la
catedral simbolizan sus trece años y su pureza.
Según la
tradición, como primer tormento fue encarcelada en una prisión oscura, para
posteriormente ser azotada. En el ecúleo le fue desgarrada la carne con
garfios. Luego fue puesta de pie sobre un brasero ardiendo y le fueron quemados
los pechos. Las heridas le fueron fregadas con piedra tosca, para luego
arrojarles aceite hirviendo y plomo fundido, además de lanzarla a una fosa de
cal viva.
El
noveno tormento, uno de los más conocidos popularmente, consistió en ponerla
desnuda dentro de un tonel lleno de cristales, clavos y otros objetos
punzantes, siendo lanzada por una calle en bajada.
Posteriormente,
fue encerrada en un corral lleno de pulgas. Finalmente, fue paseada desnuda por
las calles de la ciudad hasta el lugar del suplicio donde fue crucificada en
una cruz en forma de aspa. Según la leyenda, durante su crucifixión se produjo
una nevada, tapando la pureza de su cuerpo desnudo. También según la tradición
popular, al final de su oración de que el Señor la tomara a Su Reino, la gente
vio salir de su boca volando hacia el cielo una paloma blanca.
Eulalia
de Barcelona fue canonizada en 633 y se convirtió en patrona de la capital
catalana, donde se encuentran sus restos. Tras largo tiempo desaparecidos, los
restos de Santa Eulalia fueron localizados en 878 por el obispo Frodoino en la
iglesia de Santa María de las Arenas -que hoy es la Basílica de Santa María del
Mar-, organizándose un solemne traslado a la catedral. En el siglo XIII las
reliquias pasaron a la cripta de la Seo, reposando dentro de un nuevo sarcófago
gótico de estilo pisano.
Anualmente,
coincidiendo con la semana del 12 de febrero, Barcelona celebra las Fiestas de
Santa Eulalia. A los actos litúrgicos e institucionales, cuya celebración se
remonta al siglo XVIII, se han añadido, desde los años 1980, múltiples festejos
populares en las calles, que han convertido esta celebración en fiesta mayor de
invierno de la ciudad. La mayoría de los actos, que se concentran en Ciutat
Vella, son de tipo tradicional, como correfocs, pasacalles, bailes de sardanas
o castellers.
Abundante
presencia de Santa Eulalia en Barcelona en la Cripta en la Catedral de
Barcelona
La
representación de Santa Eulalia está presente en varios monumentos y edificios
barceloneses, así como en espacios urbanos vinculados a su tradición, entre los
que se encuentran los siguientes:
La
Catedral de Barcelona, que se encuentra bajo advocación de esta santa. En su
cripta reposan las reliquias de la santa, siendo su sepulcro una obra maestra
de la escultura gótica (1327-1339). La Catedral atesora varias obras de arte
dedicadas a Santa Eulalia.
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