7 DE FEBRERO
- MIÉRCOLES –
5ª-
SEMANA DEL T. O. - B
Lectura del santo evangelio según san Marcos 7, 14-23
En aquel tiempo, llamó
Jesús de nuevo a la gente y les dijo:
"Escuchad y entended todos: Nada que
entre de fuera puede hacer al hombre impuro; lo que sale de dentro es lo que
hace impuro al hombre. El que tenga
oídos para oír que oiga".
Cuando dejó a la gente y entró en casa, le
pidieron sus discípulos que les explicara la comparación.
Él dijo:
"¿Tan torpes sois también vosotros? ¿No comprendéis?
Nada que entre de fuera puede hacer impuro al hombre, porque no entra en el
corazón, sino en el vientre y se echa en la letrina" (con esto declaraba
puros todos los alimentos).
Y siguió:
"Lo que sale de dentro, eso sí mancha al
hombre. Porque de dentro, del corazón
del hombre, salen los malos propósitos, las fornicaciones, robos, homicidios,
adulterios, codicia, injusticias, fraudes, desenfreno, envidia, difamación,
orgullo, frivolidad. Todas esas maldades salen de dentro y hacen al hombre
impuro".
1. Es capital la enseñanza de Jesús en este
episodio. Jesús distingue entre lo que entra de fuera (del ser humano) y lo que
sale de dentro (del mismo ser humano). Lógicamente, lo que sale del ser humano
es "lo humano". Sin embargo,
lo que entra de fuera del ser humano
es "lo cultural". La religión no es algo meramente humano, sino que
es cultural. Según las diferentes culturas, las religiones son también
diferentes. Por esto, lo que Jesús
enseña aquí es que "lo
humano" es lo común a todos los humanos y lo que nos une. Mientras
que "lo cultural" es lo propio de cada país o de cada cultura; y esto
es lo que nos separa, nos
divide o incluso nos enfrenta. Y a esto nos
está diciendo que "lo humano" se debe anteponer a "lo
cultural" y, por tanto, a "lo religioso". Y lo mismo hay que
decir de lo profano y lo sagrado o, en el lenguaje actual, lo religioso y lo
laico.
Los hombres de la
religión dicen que lo sagrado y lo religioso es lo primero y principal en la
vida. De forma que lo profano y lo laico es bueno en tanto en cuanto
lo aprueban y lo bendicen los dirigentes
religiosos.
Según este criterio,
las cosas de este mundo, si no son aceptadas por la religión, impurifican al
ser humano y lo hacen indigno ante
Dios. Con lo cual las religiones dividen más a la gente y aumentan las
dificultades para la convivencia en paz y en buena armonía.
2. Jesús afirma que solamente lo que sale
del corazón, de lo más hondo de cada
uno, eso es lo que nos hace malas personas.
Ahora bien, lo que
sale del corazón humano es el amor o el odio. El amor y el odio son realidades
profanas, laicas, que se dan en todos los humanos. Por tanto, Jesús asegura que
lo decisivo en la vida es lo profano, lo laico, lo que es común a todos, y a
todos
nos une o nos divide.
3. La lista de vicios que pone el evangelio de
Marcos es, como ocurre con las listas de pecados que recuerda san Pablo (1 Co 6, 9-10; Ga 5,
19-21; Ef 5, 3-5, etc.), catálogos que circulaban en la cultura popular de aquel tiempo y que seguramente tenían su
origen en la filosofía estoica.
En aquellos
catálogos, conocidos por el judaísmo helenista, tenía una fuerte presencia el
puritanismo de la tradición griega desde Pitágoras. Por tanto, no se trata aquí
meramente de las prohibiciones del Decálogo (K. Berger). El "engaño"
y la "arrogancia" no están en el Decálogo (S. Wibbing).
SAN
RICARDO, REY
En la primavera del año 720 un pequeño grupo de
personas salió del Hamble para ir en peregrinación a Roma y Tierra Santa. Era
una familia de Wessex, compuesta del padre, cuyo nombre no se menciona, y sus
hijos Wilibaldo y Winebaldo. Hicieron la travesía por el Sena, desembocaron en
Rouen visitaron varios santuarios franceses y salieron para Roma. Pero en Lucca
el padre murió y fue sepultado en la iglesia de san Frediano. Se registraron
milagros en su tumba, donde están todavía sus reliquias y donde se observa su
fiesta con devoción.
Su hijo Wilibaldo se unió más tarde a san
Bonifacio y llegó a ser el primer obispo de Eichstätt en Baviera. Los detalles
anteriores los debemos a un documento llamado el «Hodoeporicon», escrito por
una de sus parientes, monja de Heidenheim, quien anotó los recuerdos que tenía
sobre la vida del santo, tal como él se las relató de palabra. Dicho documento
es la fuente de todo lo que sabemos del padre de san Wilibaldo y san Winebaldo
y su hermana santa Walburga: pero esto no era suficiente para los fieles de
Lucca y de Eichstátt, que tanto veneraban al santo varón. Entonces le
inventaron un nombre «Ricardo», una vida y una posición: «rey de los ingleses».
En realidad, en Inglaterra no hubo ningún rey Ricardo antes de Corazón de León,
y nada se sabe de la condición del padre de Wilibaldo, excepto que tenía buena
posición social, pues podía costear viajes de larga duración. Sin embargo, en
el Martirologio Romano antiguo se inscribía como «sanctus Richardus rex
Anglorum», aunque en el actual se ha retirado esa caracterización de «rey de
los ingleses», que sólo permanece en la iconografía del santo. Lo poco que
sabemos acerca de él queda compensado por los amplios informes dignos de
confianza sobre sus hijos.
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