viernes, 23 de febrero de 2018

Párate un momento: El Evangelio del dia 24 DE FEBRERO - SÁBADO - 1ª- SEMANA DE CUARESMA - B SAN MODESTO




24  DE    FEBRERO  - SÁBADO -
1ª- SEMANA  DE  CUARESMA - B

Lectura del santo evangelio según san Mateo 5, 43-48
       En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
"Habéis oído que se dijo: Amarás a tu prójimo y aborrecerás a tu enemigo.  Yo, en cambio, os digo: Amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os aborrecen y rezad por los que os persiguen y calumnian. Así seréis hijos de vuestro Padre que está en el cielo, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y manda la lluvia a justos e injustos.
      Porque, si amáis a los que os aman, - ¿qué premio tendréis?  - ¿No hacen lo mismo los publicanos? Y si saludáis solo a vuestro hermano, - ¿qué hacéis de extraordinario? - ¿No hacen lo mismo también los paganos?  Por tanto, sed perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto'.

1.  Tenemos que ser buenas personas siempre.  Y siempre ser vistos por los demás como gente cabal.  Nunca deberíamos olvidar que las tres grandes
preocupaciones de Jesús fueron:
1) La salud de los enfermos.
2) La comida compartida o la alimentación de todos con todos.
3) Las buenas relaciones humanas.

De esta tercera preocupación es de la que habla aquí Jesús. Y habla nada menos que de enemigos, odio, aborrecimiento, persecuciones y calumnias. 
Una persona, que sabe que pesa sobre ella todo eso, tiene motivos para temer.  Y temer lo peor. La violencia política, religiosa y de género dan miedo y obligan a tomar precauciones.   Los gobernantes, la justicia y la policía deben intervenir. Jesús habla de algo muy actual y muy grave.

2.  Sin embargo, Jesús dice que, cuando uno se ve en tales situaciones, tiene que amar al enemigo, al que te aborrece, al que te amenaza.  Amar es no querer
destruir al otro y hacerle el bien que se le pueda hacer. Cuando se hace eso, se desarma   al agresor y se deshace la amenaza.  Por supuesto, hay que recurrir a los medios legales que dispone el ordenamiento jurídico en esos casos.  Pero bien sabemos que estas situaciones no se resuelven solo con leyes y sanciones.

3.  La solución, según Jesús, está en algo tan sencillo como desconcertante: cada mañana sale el sol lo mismo para la víctima que para el verdugo. A nadie se le pasa por la cabeza que, después de una agresión brutal, el sol va a salir solo para la víctima y nunca más para el agresor.
El día que todo el mundo piense de ti que, lo mismo si te besan que si te escupen en la cara, tú vas a seguir siendo igual para todos, ese día se acaba la violencia en cualquiera de sus formas.

SAN  MODESTO


El santoral de hoy, 24 de febrero, está marcado por la festividad de San Modesto de Tréveris, Obispo venerado por la Iglesia Católica e Iglesias Orientales.
San Modesto nació en Tréveris (Galia Belga, actualmente Alemania) y, como bien indica su nombre, era poseedor de una virtud que tiene mucho que ver con la templanza que ayuda al hombre al completo dominio de uno mismo y, de la cual, hizo buen servicio aplicándola a su vida y obra.
La vida del santo transcurrió en el siglo V, trabajando y desviviéndose por los fieles de Cristo. Los escritos describen al pastor de Tréveris como un hombre que reunía todas las virtudes y atributos que debe poseer un obispo, cargo que desempeñó durante tiempos de tribulación, durante la invasión de la ciudad por parte de los francos Meroveo y Childerico.
San Modesto combatió con todas sus fuerzas el desaliento y la pobreza del pueblo, que se hallaba descarriado como consecuencia de la guerra, donde abundaba el vicio y el libertinaje. Así mismo el santo se enfrentaría a la corrupción e indisciplina dentro del clero, donde también reinaba el caos encontrándose en una situación deplorable.

Ante estas adversidades San Modesto empleó la oración, el ayuno y la predicación casa por casa, conociendo en persona a sus fieles. Logrando lo que parecía imposible en realidad, con paciencia y amabilidad, el pueblo volvería al redil y retomaría la fe cristiana tras largo tiempo de vivir en perdición.

Finalmente, San Modesto, tras una vida de sacrificio entregada al Señor, falleció el 24 de febrero, día en que se celebra su festividad litúrgica, del año 486. Cuando el religioso murió todo el pueblo afirmaba que un santo se había ido.

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