21 DE Febrero – Jueves –
6ª – Semana del T. O. – C –
Lectura
del libro del Génesis (9,1-13):
DIOS bendijo a Noé y a
sus hijos diciéndoles:
«Sed
fecundos, multiplicaos y llenad la tierra. Todos los animales de la tierra y
todas las aves del cielo os temerán y os respetarán; todos los reptiles del
suelo y todos los peces del mar están a vuestra disposición. Todo lo que vive y
se mueve os servirá de alimento: os lo entrego todo, lo mismo que los vegetales.
Pero
no comáis carne con sangre, que es su vida. Pediré cuentas de vuestra sangre,
que es vuestra vida; se las pediré a cualquier animal. Y al hombre le pediré
cuentas de la vida de su hermano.
Quien
derrame la sangre de un hombre, por otro hombre será su sangre derramada; porque
a imagen de Dios hizo él al hombre.
Vosotros sed fecundos y
multiplicaos, moveos por la tierra y dominadla».
Dios
dijo a Noé y a sus hijos:
«Yo
establezco mi alianza con vosotros y con vuestros descendientes, con todos los
animales que os acompañan, aves, ganados y fieras, con todos los que salieron
del arca y ahora viven en la tierra. Establezco, pues, mi alianza con vosotros:
el diluvio no volverá a
destruir criatura alguna ni habrá otro diluvio que devaste la tierra».
Y
Dios añadió:
«Esta
es la señal de la alianza que establezco con vosotros y con todo lo que vive
con vosotros, para todas las generaciones: pondré mi arco en el cielo, como
señal de mi alianza con la tierra».
Palabra
de Dios
Salmo:
101,16-18.19-21.29.22-23
R/. El
Señor desde el cielo se ha fijado en la tierra
Los gentiles temerán tu
nombre;
los
reyes del mundo, tu gloria.
Cuando el Señor
reconstruya Sion,
y aparezca en su gloria,
y se vuelva a las
súplicas de los indefensos,
y no desprecie sus
peticiones. R/.
Quede
esto escrito para la generación futura,
y el pueblo que será
creado alabará al Señor.
Que el Señor ha mirado
desde su excelso santuario,
desde el cielo se ha
fijado en la tierra,
para escuchar los gemidos
de los cautivos
y librar a los
condenados a muerte. R/.
Los
hijos de tus siervos vivirán seguros,
su linaje durará en tu
presencia.
Para anunciar en Sion el
nombre del Señor,
y su alabanza en
Jerusalén,
cuando se reúnan
unánimes los pueblos
y los reyes para dar
culto al Señor. R/.
Lectura
del santo evangelio según san Marcos (8,27-33):
EN aquel tiempo, Jesús y
sus discípulos se dirigieron a las aldeas de Cesarea de Filipo; por el camino
preguntó a sus discípulos:
«¿Quién
dice la gente que soy yo?».
Ellos
le contestaron:
«Unos,
Juan el Bautista; otros, Elías, y otros, uno de los profetas».
Él
les preguntó:
«Y
vosotros, ¿quién decís que soy?».
Tomando
la palabra Pedro le dijo:
«Tú
eres el Mesías».
Y
les conminó a que no hablaran a nadie acerca de esto.
Y
empezó a instruirlos:
«El
Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser reprobado por los ancianos, sumos
sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar a los tres días».
Se
lo explicaba con toda claridad. Entonces Pedro se lo llevó aparte y se puso a
increparlo. Pero él se volvió y, mirando a los discípulos, increpó a Pedro:
«¡Ponte
detrás de mí, Satanás! ¡Tú piensas como los hombres, no como Dios!».
Palabra
del Señor
1.
Este texto es capital, para entender el mensaje que nos transmite el
evangelio de Marcos. Porque es el punto culminante, que parte y da sentido a
toda
la obra de Marcos.
En los primeros ocho capítulos, este
evangelio expone los enfrentamientos de Jesús con los "representantes de
la religión oficial": maestros de la Ley y observantes fariseos. El
Evangelio se enfrenta con la religión.
2.
El punto culminante es la confesión
de Pedro, como portavoz de los apóstoles. No olvidemos que la pregunta
de Jesús iba dirigida a todos los apóstoles: "Y vosotros, ¿quién decís que
soy yo?".
La respuesta de Pedro no es solo
personal de él, sino que representa el
pensamiento y la convicción de todo el
grupo de los Doce. Además, es de notar que ni Marcos, ni Lucas,
hacen alusión
alguna a la "confesión especial y personal"
de Pedro.
Ni Jesús dice aquí nada sobre Pedro
como fundamento de la Iglesia. Ni sobre los poderes de Pedro o su ministerio
relevante y capital en la Iglesia.
Lo que se destaca es la confesión de
que ellos creían que el Mesías, el Salvador y la Esperanza es Jesús.
3.
El relato termina con el enfrentamiento entre Jesús y Pedro. Cuando
Jesús anuncia, por primera vez, el final que va a tener su vida, en el fracaso,
la condena como un subversivo, y el rechazo total de los supremos dirigentes de
la religión oficial, Pedro no acepta ni soporta un Mesías así. A lo que Jesús
responde tajante y con la expresión más dura que hay en los evangelios:
"¡Quítate de mí vista,
Satanás!"
Si Pedro no soporta el
"mesianismo del fracaso y la muerte", Jesús no soporta el
"discipulado del éxito, el poder, el triunfo".
Así empezó a nacer la iglesia. Y así
sigue esa misma Iglesia en la actualidad. En la tensión entre el éxito que
comporta el falso mesías, al que se orientaba el discipulado de Pedro y los
otros, que querían puestos de rango. Y el fracaso de quien se identifica con
los últimos, los pequeños, los marginados y excluidos.
Iglesia-Evangelio, - ¿cuándo llegaremos
a la plena identificación que Jesús propuso, quiso y quiere?
San Pedro Damián
Memoria
de san Pedro Damiani (Damiano o Damián), cardenal obispo de Ostia y doctor de
la Iglesia. Habiendo entrado en el eremo de Fonte Avellana, promovió
denodadamente la vida religiosa y en los tiempos difíciles de la reforma de la
Iglesia trabajó para que los monjes se dedicasen a la santidad de la
contemplación, los clérigos a la integridad de vida y para que el pueblo
mantuviese la comunión con la Sede Apostólica. Falleció el día 22 de febrero en
Favencia, de la Romagna.
Vida de San Pedro Damián
Dante Alighieri, en el canto XXI del
Paraíso, coloca a San Pedro Damián en el cielo de Saturno, destinado en su
Comedia a los espíritus contemplativos. El poeta pone en los labios del santo
una breve y eficaz narración autobiográfica: la predilección por los alimentos
frugales y la vida contemplativa, y el abandono de la tranquila vida de
convento por el cargo episcopal y cardenalicio.
Pedro nació en Rávena en 1007; fue el
último hijo de una numerosa familia, y como quedó huérfano de padre en temprana
edad, fue ayudado por su hermano mayor, Damiano, y esto explica el apelativo de
“Damián”.
Después de haber estudiado en Ravena,
Faenza y Padua, fue profesor de la universidad de Parma, pero pronto abandonó
el cargo y entró en el monasterio calandulense de Fonte Avellana, de cuyo
monasterio fue elegido prior. En ese tiempo la Iglesia estaba destrozada por
las discordias y los cismas, consecuencia de ese grave perjuicio que se llama
simonía, compraventa de puestos eclesiásticos, y también de la ligereza con que
el clero resolvía el problema del celibato. Entonces la Iglesia necesitaba
hombres íntegros y preparados como el culto y austero Pedro Damián.
Estuvo al lado de seis Papas como
“enviado mensajero de la paz”, y sobre todo colaboró con Hildebrando, el gran
reformador que llegó a ser Papa con el nombre de Gregorio VII. Pedro Damián,
después de varias peregrinaciones en la diócesis de Milán, en Francia y en
Alemania, fue nombrado por Esteban IX cardenal y obispo de Ostia. Ya anciano,
fue llamado por Ravena, su ciudad natal, para poner orden en el conflicto
suscitado por los seguidores de un antipapa.
Murió en Faenza (Favencia), en 1072,
cuando regresaba de la última misión de paz. Fue venerado inmediatamente como
santo y su culto oficial fue reconocido en 1828 por el Papa León XII, que
también lo proclamó doctor de la Iglesia por sus numerosos escritos de
contenido teológico.
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