miércoles, 20 de febrero de 2019

Párate un momento: El Evangelio del dia 21 DE Febrero – Jueves – 6ª – Semana del T. O. – C – San Pedro Damián



21 DE Febrero – Jueves –
6ª – Semana del T. O. – C –

Lectura del libro del Génesis (9,1-13):

DIOS bendijo a Noé y a sus hijos diciéndoles:
«Sed fecundos, multiplicaos y llenad la tierra. Todos los animales de la tierra y todas las aves del cielo os temerán y os respetarán; todos los reptiles del suelo y todos los peces del mar están a vuestra disposición. Todo lo que vive y se mueve os servirá de alimento: os lo entrego todo, lo mismo que los vegetales.
Pero no comáis carne con sangre, que es su vida. Pediré cuentas de vuestra sangre, que es vuestra vida; se las pediré a cualquier animal. Y al hombre le pediré cuentas de la vida de su hermano.
Quien derrame la sangre de un hombre, por otro hombre será su sangre derramada; porque a imagen de Dios hizo él al hombre.
Vosotros sed fecundos y multiplicaos, moveos por la tierra y dominadla».
Dios dijo a Noé y a sus hijos:
«Yo establezco mi alianza con vosotros y con vuestros descendientes, con todos los animales que os acompañan, aves, ganados y fieras, con todos los que salieron del arca y ahora viven en la tierra. Establezco, pues, mi alianza con vosotros:
el diluvio no volverá a destruir criatura alguna ni habrá otro diluvio que devaste la tierra».
Y Dios añadió:
«Esta es la señal de la alianza que establezco con vosotros y con todo lo que vive con vosotros, para todas las generaciones: pondré mi arco en el cielo, como señal de mi alianza con la tierra».

Palabra de Dios

Salmo: 101,16-18.19-21.29.22-23

R/. El Señor desde el cielo se ha fijado en la tierra

 Los gentiles temerán tu nombre;
los reyes del mundo, tu gloria.
Cuando el Señor reconstruya Sion,
y aparezca en su gloria,
y se vuelva a las súplicas de los indefensos,
y no desprecie sus peticiones. R/.
    Quede esto escrito para la generación futura,
y el pueblo que será creado alabará al Señor.
Que el Señor ha mirado desde su excelso santuario,
desde el cielo se ha fijado en la tierra,
para escuchar los gemidos de los cautivos
y librar a los condenados a muerte. R/.
    Los hijos de tus siervos vivirán seguros,
su linaje durará en tu presencia.
Para anunciar en Sion el nombre del Señor,
y su alabanza en Jerusalén,
cuando se reúnan unánimes los pueblos
y los reyes para dar culto al Señor. R/.

Lectura del santo evangelio según san Marcos (8,27-33):

EN aquel tiempo, Jesús y sus discípulos se dirigieron a las aldeas de Cesarea de Filipo; por el camino preguntó a sus discípulos:
«¿Quién dice la gente que soy yo?».
Ellos le contestaron:
«Unos, Juan el Bautista; otros, Elías, y otros, uno de los profetas».
Él les preguntó:
«Y vosotros, ¿quién decís que soy?».
Tomando la palabra Pedro le dijo:
«Tú eres el Mesías».
Y les conminó a que no hablaran a nadie acerca de esto.
Y empezó a instruirlos:
«El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser reprobado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar a los tres días».
Se lo explicaba con toda claridad. Entonces Pedro se lo llevó aparte y se puso a increparlo. Pero él se volvió y, mirando a los discípulos, increpó a Pedro:
«¡Ponte detrás de mí, Satanás! ¡Tú piensas como los hombres, no como Dios!».

Palabra del Señor

1.  Este texto es capital, para entender el mensaje que nos transmite el evangelio de Marcos. Porque es el punto culminante, que parte y da sentido a toda
la obra de Marcos.
En los primeros ocho capítulos, este evangelio expone los enfrentamientos de Jesús con los "representantes de la religión oficial": maestros de la Ley y observantes fariseos. El Evangelio se enfrenta con la religión.

2.  El punto culminante es la confesión   de Pedro, como portavoz de los apóstoles. No olvidemos que la pregunta de Jesús iba dirigida a todos los apóstoles: "Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?".
La respuesta de Pedro no es solo
personal de él, sino que representa el pensamiento y la convicción de todo el
grupo de los Doce.  Además, es de notar que ni Marcos, ni Lucas, hacen alusión
alguna a la "confesión especial y personal" de Pedro.
Ni Jesús dice aquí nada sobre Pedro como fundamento de la Iglesia. Ni sobre los poderes de Pedro o su ministerio relevante y capital en la Iglesia.
Lo que se destaca es la confesión de que ellos creían que el Mesías, el Salvador y la Esperanza es Jesús.

3.  El relato termina con el enfrentamiento entre Jesús y Pedro. Cuando Jesús anuncia, por primera vez, el final que va a tener su vida, en el fracaso, la condena como un subversivo, y el rechazo total de los supremos dirigentes de la religión oficial, Pedro no acepta ni soporta un Mesías así. A lo que Jesús responde tajante y con la expresión más dura que hay en los evangelios:
"¡Quítate de mí vista, Satanás!"
Si Pedro no soporta el "mesianismo del fracaso y la muerte", Jesús no soporta el "discipulado del éxito, el poder, el triunfo".   
Así empezó a nacer la iglesia. Y así sigue esa misma Iglesia en la actualidad. En la tensión entre el éxito que comporta el falso mesías, al que se orientaba el discipulado de Pedro y los otros, que querían puestos de rango. Y el fracaso de quien se identifica con los últimos, los pequeños, los marginados y excluidos.
Iglesia-Evangelio, - ¿cuándo llegaremos a la plena identificación que Jesús propuso, quiso y quiere?

San Pedro Damián

Memoria de san Pedro Damiani (Damiano o Damián), cardenal obispo de Ostia y doctor de la Iglesia. Habiendo entrado en el eremo de Fonte Avellana, promovió denodadamente la vida religiosa y en los tiempos difíciles de la reforma de la Iglesia trabajó para que los monjes se dedicasen a la santidad de la contemplación, los clérigos a la integridad de vida y para que el pueblo mantuviese la comunión con la Sede Apostólica. Falleció el día 22 de febrero en Favencia, de la Romagna.

Vida de San Pedro Damián
Dante Alighieri, en el canto XXI del Paraíso, coloca a San Pedro Damián en el cielo de Saturno, destinado en su Comedia a los espíritus contemplativos. El poeta pone en los labios del santo una breve y eficaz narración autobiográfica: la predilección por los alimentos frugales y la vida contemplativa, y el abandono de la tranquila vida de convento por el cargo episcopal y cardenalicio.
Pedro nació en Rávena en 1007; fue el último hijo de una numerosa familia, y como quedó huérfano de padre en temprana edad, fue ayudado por su hermano mayor, Damiano, y esto explica el apelativo de “Damián”.
Después de haber estudiado en Ravena, Faenza y Padua, fue profesor de la universidad de Parma, pero pronto abandonó el cargo y entró en el monasterio calandulense de Fonte Avellana, de cuyo monasterio fue elegido prior. En ese tiempo la Iglesia estaba destrozada por las discordias y los cismas, consecuencia de ese grave perjuicio que se llama simonía, compraventa de puestos eclesiásticos, y también de la ligereza con que el clero resolvía el problema del celibato. Entonces la Iglesia necesitaba hombres íntegros y preparados como el culto y austero Pedro Damián.
Estuvo al lado de seis Papas como “enviado mensajero de la paz”, y sobre todo colaboró con Hildebrando, el gran reformador que llegó a ser Papa con el nombre de Gregorio VII. Pedro Damián, después de varias peregrinaciones en la diócesis de Milán, en Francia y en Alemania, fue nombrado por Esteban IX cardenal y obispo de Ostia. Ya anciano, fue llamado por Ravena, su ciudad natal, para poner orden en el conflicto suscitado por los seguidores de un antipapa.
Murió en Faenza (Favencia), en 1072, cuando regresaba de la última misión de paz. Fue venerado inmediatamente como santo y su culto oficial fue reconocido en 1828 por el Papa León XII, que también lo proclamó doctor de la Iglesia por sus numerosos escritos de contenido teológico.

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